sábado, diciembre 16, 2006

Manual de Autoayuda


Mi corazón está quieto. Va acomodando sereno, frase a frase cada uno de sus sentimientos. Mi corazón bombea, paz, tranquilidad, pequeñas cosas que para mi son el fruto de largas batallas.

Ahora me quiero.
¿Qué es quererse? Puedes preguntar.

Probablemente quererse para una persona, sea verse bella ante un espejo; comprender sus capacidades, aceptar sus limitaciones. Aceptarse, simplemente.

Quererse probablemente sea, elegir entre el bien y el mal lo mejor para uno mismo. Algo que sea único, que no pueda ser compartido con nadie. Mimarnos al saber que lo poseemos.

Pero, para mi quererse solo es esto.
Poder estar en equilibrio. Un pie detrás de otro, permanecer quieta en el aire, conteniendo la respiración y disfrutar del momento de estar sobre una cuerda floja, aun a sabiendas de que puedo caer en cualquier momento, desplomarme en el vacío.
Volver a herirme.
Pero seguir en pie a mitad del camino, con el viento en los oídos susurrando que puedo caer o volar… pero elegir mi destino.

Antes el equilibrio era estar sobre la misma cuerda floja, pero con miedo siempre. No importaba si yo estaba quieta o no, o si la cuerda estaba tensada o no.
No importaba si había una malla de contención lista para atraparme, o una persona cerca para evitar mi caída.

Aun estando en equilibrio, mi estado usual era sentir miedo, impotencia, rabia por enfrentar ese miedo a solas.

Ese equilibrio sin embargo, era falso; pues estaba lleno de miedos, de pavor a caer y morir. Un equilibrio en que evitaba cualquier movimiento espontáneo, por miedo a precipitarme en el vacío.
Era un “equilibrio” en donde vivir significaba, dedicar cada segundo de mi existencia a evitarme sufrimientos o dolores que no podría soportar.
Dolores que me matarían.

Pero el dolor...No puedes evitarlo nunca. Y es que el dolor aun a pequeñas dosis, te hace fuerte.

Ahora sé que el dolor es necesario, como un impulso para seguir caminando. Para ponernos en movimiento, para sacarnos de la quietud de los muertos y poder ayudar a otros, igual de solos y asustados que nosotros.

Si igual de solos, pues no hay soledad mas triste y tangible, que aquella que nos acompaña cuando nos sentimos en peligro.

Es fácil caminar por una cuerda a pocos centímetros del piso, es mucho más difícil a medida que ésta se va elevando y tomamos conciencia de la profundidad del vacío. Es mucho más difícil caminar, cuando se es conciente de adonde se puede volver a caer. La existencia de un abismo que antes desconocíamos.

Es fácil hacerse daño al inicio, atentar contra si mismo, bajo la forma que uno elija. Lo difícil es cuando se entiende a donde realmente nos lleva ese daño. Como nos destruye, cuanto nos aleja del terreno que antes pisábamos seguros y felices.

Caminar en la cuerda floja, es algo que hacemos todo el tiempo. A algunos claro, sentimos que nos las agitan mas frecuentemente que a los otros y vivimos constantemente atormentados.

Unos en cambio, aprenden a hacer piruetas en el aire, a pasar rápido, a hallarle placer al hecho de vivir en riesgo. Esa gente hace que la vida parezca un juego de risas, pero son insensibles al dolor ajeno. Simplemente no pueden sentirlo como suyo, pues el miedo al dolor, les es ajeno.

Hay otros que pasan con los ojos cerrados, sin darse cuenta por donde caminan ni a donde realmente desean ir, pero cuando a mitad de trayecto abren los ojos, el miedo los hace tropezar con sus propios pies y tienen mas riesgo de caer que aquellos que iban con los ojos abiertos y caminando con precaución.

El propio yo, incapaz de soportar el temor, se convierte entonces, en un obstáculo para finalizar el camino que minutos antes, recorrían complacidos.

Cada quien tiene su propia medida de equilibrio y es imposible estandarizarlo. Cada quien sabe que longitud esperar de la cuerda por donde camina y cuan alto la colocará esta vez. El equilibrio es un reto a cada minuto que no podemos definir.

Yo por ejemplo, llamo equilibrio a este momento por el que estoy pasando.

Cuando reconoces todo aquello que te puede hacer daño y te vuelves conciente de que existen factores que aunque se te acerquen de forma benigna, pueden conducirte irremediablemente hacia el abismo, si les das una oportunidad y de que en la vida hay mas personas dispuestas a empujarte hacia abajo que a tenderte una mano, pero eso no es excusa para vivir con odio.

Pero sobre todo, hallar el equilibrio es comenzar por darse cuenta que aun conociendo todo lo que te hace daño o puede llegar a hacértelo, ese conocimiento es diminuto comparado al desconocimiento que aun posees del mundo y de sus instrumentos para hacerte perder el control sobre ti mismo y tirarte de nuevo para abajo.

¿Quererse?

Probablemente quererse sea, caminar sobre esa cuerda floja que es la vida diaria, sin llorar, ni sentir que necesitas de alguien mas, para poder pasar al otro lado.
Quererse sea aprender a caminar sin desesperarse, o temor a sentir miedo. Darse la oportunidad de sentir un poco de dolor, sin que este nos paralice del todo.

Caminar seguros y sin bajar la cabeza, pues al caer de esa cuerda, sabemos, que aunada a la probabilidad de caer y morir solamente, ahora se agregará la posibilidad de desplegar un par de alas para echar a volar.

Quererse entonces será, amigo mío, ese punto ciego dentro de la lógica humana, en donde la gente deja de pensar solo en lo que es estadísticamente probable y comienza a evaluar lo que antes era teóricamente imposible.

Quererse será, empezar a tener esperanza.





viernes, diciembre 15, 2006

La Primaria

La primaria termina y Diciembre deja sentir su olor a verano y ocio en las calles de la ciudad. Los uniformes grises se acortan y las niñas pasan de las cintas en los cabellos a jockeys negros para los paseos a la playa. Es una edad difícil, pero los niños dejan el colegio confiados en que la secundaria será mejor. Todos los niños saben a que colegio irán cuando salgan de su escuela estatal, excepto Lorena.

Lorena, solo sabe que no quiere ir al colegio de monjas de sus hermanas, su madre y sus tías. Lorena odia a las monjas, a los largos rezos, a tener que arrodillarse sobre las maderas mientras el cura habla. Lorena quiere ir a un colegio de hombres.

La mayor parte de niños irán al colegio privado de moda, que es mixto y parece ser solo una continuación de la primaria, en donde niños y niñas juegan en el mismo patio. Los niños menos privilegiados irán a colegios estatales, divididos según el sexo: Unos a colegios de varones, otras a colegio de señoritas. Lorena a pedido ir al colegio de varones, donde estudió su hermano, porque han abierto un turno para señoritas.

Nadie sabe porque Lorena no quiere ir ni al colegio de monjas, ni al privado. Pero Lortena si lo sabe. Durante su niñez ha escuchado todos los castigos que ponen las monjas, los retiros de dos días para arrepentirse de pecados inexistentes y la severidad de las profesoras, que hacen arrodillar a las niñas frente a la puerta del colegio, si no cumplen sus deberes. A Lorena le horroriza la idea de tener una mujer amargada encima dándole castigos inmerecidos.

Cuando Vany le pregunta a Lorena, porque no irá al colegio privado como el resto de sus amigos, Lorena hace una mueca, diciendo que ese mundo no es para ella. Que se volverá una “creída”. La única verdad es que Lorena teme ir a ese colegio, donde solo habrá niñas coloradas y con plata, iguales a la gorda Dora. Ella no sabe de donde Vany y la gorda Dora tienen todos esos juguetes raros, esas casas de muñecas rosadas, esos vestidos y zapatos de charol. Lorena sospecha que allá afuera hay un mundo que ella desconoce, en donde toda la gente puede tener cosas que ella no sabe que existen.


Para Abril, Lorena ingresa al colegio de varones en el turno para señoritas. Cada vez que los chicos salen de clases, ellas entran. Es la primera vez que Lorena siente vergüenza si la mira un muchacho, que suda copiosamente, si alguien le dirige la mirada. Los chicos son altos y se pasan el balón de fútbol, a la salida de clases, de vez en cuando le cae a alguna chica y entonces se oyen risas y burlas. A Lorena le gusta ese ambiente, cuando tenga 15 ella también hablará con los chicos mayores antes de entrar al colegio y le regalarán tarjetitas con faltas ortográficas como a las demás niñas, mientras masca un clicle de fresa que endulce su boca antes del primer beso.

Lorena siente que el futuro es muy blando y ella solo es una oruga pequeñita en un bosque inmenso, de colores cálidos. Pronto se hará mariposa y volará con el resto. Se hará bonita, tendrá muchos amigos y la vida para ella será un paseo blando y dulce de abril a diciembre, el único tiempo donde ella se siente viva para el mundo.
De Abril a Diciembre, es el periodo para usar el uniforme gris, la blusa blanca y los zapatos negros lustrados, como el resto de millones de escolares en su país.

Lorena se acuesta en Abril, soñando que dejará de ser solo una niña, pues crecerá y se hará grande…muy grande.





jueves, diciembre 14, 2006

Polaroid

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Medio Día

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La Niña Lorena

Lorena es una niña vivaz e inteligente, que va a la escuela primaria pensando que todos son sus amigos.
Lorena no podría ser mas popular, recita en las actuaciones del colegio, es la primera alumna de la clase, lleva a sus amigas a jugar con frecuencia a su casa, donde posee una habitación para ella sola con muñecas antiguas y juguetes hechos a mano.

Lorena debe ser la niña mas feliz del mundo. Y lo es mucho más el día que la nombran presidenta de la clase. Lorena debe solucionar problemas, tranzar con sus compañeros, hacerse responsable de la clase, mientras la profesora se ausenta. Es un trabajo duro para una niña de 9 años, pero ella lo hace feliz, sabe que la maestra confía en ella y que debe hacer lo mejor posible, siempre hacer lo mejor posible.

Lorena tiene una amiga desde que inició el colegio, se llama Vany y es su mejor amiga en todo el mundo porque le habló cuando nadie quería hablarle. La amiga de Lorena tiene una casa mas grande que ella y juguetes y ropa que le envían de Estados Unidos, pero la amiga de Lorena no es pretenciosa, todo lo contrario, es la niña mas sencilla del mundo.

Un día invita a Lorena a pasear en bicicleta, pero salen con dos niños mas, ambos de la clase. La niña se llama Dora y es regordeta y rosada como un trozo de jamón, el niño en cambio es delgado y tan negro como el betún. Dora es de una familia pudiente y cree que siempre debe ser la primera en todo lo que se proponga, pero Lorena siempre va un paso delante de ella. Dora detesta a la pequeña Lorena eso es evidente, solo la soporta porque es amiga de Vany. Todo el mundo quiere ser amiga de Vany, pues Vany lo tiene todo.

Los tres niños salen a pasear en bicicleta y dan vueltas hasta que el sol cae sobre la pequeña villa tiñendo de dorado las ventanas de las casas y haciendo surgir del asfalto charcos de espejismos luminosos, que ellos tratan de alcanzar pedaleando rápidamente por el centro de la pista.
De pronto Dora toma la delantera y se aleja de los otros, Lorena a la cola del resto pedalea su bicicleta antigua de asiento bananahasta que los otros niños
se detienen en un parque.
Entonces Dora baja de su bicicleta con los puños crispados y toma la palabra.
Es en ese momento que comienza a insultar a Lorena sin motivo aparente.
Lorena se queda muda, no sabe que pasa. Los otros dos niños miran al suelo, mientras la gorda Dora, suda y se va poniendo colorada a medida que habla e insulta a Lorena. Dice cosas como que es una niña insoportable, que siempre se cree mas que el resto. Que todos las odian, por ser la preferida de la maestra y por creerse "Doña Perfecta".

A Lorena le llama la atención esa palabra y se queda callada mirando a Vany que juguetea con la punta del pie, mirando al suelo. Dora termina su verborrea casi gritando y pide a los otros niños que también digan lo que piensan, “según el plan”, que no sean cobardes. El niño negro, se dirige entonces a Lorena con voz tímida y le dice que también le cae pesada, especialmente cuando dice en voz alta que “es hora de resolver los problemas” ¿quién te crees Lorena, para resolver el problema de los otros? ¿Acaso lo sabes todo? ¿Crees que eres mejor que nosotros?

Lorena no sabe que decir, ella no quiere que la odien. ¿Por qué la odian si ella no le ha hecho daño a nadie? ¿Si ella solo ha sido como realmente es?
¡Maldita la hora en que aprende las poesías mas rápido que los otros, en que declama los discursos con mas soltura, en que nunca se equivoca en los exámenes! Maldita la hora en que su maestra la prefiere a los otros y confía mas en ella que en los otros.
¿Qué culpa tengo yo si los demás se sienten tontos? – se pregunta Lorena. ¿Qué culpa tengo yo de tener mas habilidades? ¿Qué culpa tengo yo de ser cómo soy?

-Te odiamos Lorena, dice la regordeta, mucho mas calmada. Ya no volveremos a ser tus amigos nunca más, pero queríamos que lo supieras.
-Voy a cambiar- susurra Lorena con miedo, al ver que Vany asiente con la cabeza a cada palabra de la regordeta. Les prometo que ya no aceptaré ningún cargo que me de la maestra, ni aceptaré recitar poesías para las festividades del colegio, tampoco llevar la bandera.

-¡No te creemos!- grita la gorda Dora mientras se aleja pedaleando su bicicleta rosada con moños blancos en el timón.

Lorena se queda sola en el parque con la bicicleta oxidada heredada de sus hermanos tirada sobre la hierba. Se queda pensativa, en la peor tarde de su vida, pensando en una forma de cambiar y de demostrar que puede ser igual que el resto, pasar desapercibida, sin ser la mejor en nada ni figurar demasiado. Mientras mas levantes la cabeza, mas piedras te caerán encima.
Lorena se queda en el parque pensativa y miserable hasta que cae la noche y el frío la hace volver a casa.

A sus 9 años Lorena puede vislumbrar que ella se quedará sola, porque solo aquellos que odian y están resentidos por algo, llegan a formar grupos. Grupos para atacar y hacer daño bajo una responsabilidad colectiva.


Lorena es una niña vivaz e inocente, que va a la escuela pensando que todos pueden ser sus amigos mientras no le haga daño a nadie y sea siempre como realmente es.


Lorena soy yo.


miércoles, diciembre 13, 2006

Caminando

Caminar y caminar, es música en mis oídos, momentos astillando un corazón que ya no va a la hoguera, un corazón que vive, late, siente otra vez. Es música que me lleva de la mano hacia ninguna parte y hacia todas en realidad, es música, solo música para poder respirar.

¿ A dónde iba antes? ¿ quién sabe? Yo no sabía a donde iba, lo único realmente palpable, era que el momento que dejara de caminar me hundiría otra vez. El momento que descansara, que mis pies se agotaran, que mis manos no dieran mas, en ese instante, volvería a caer.

Por eso seguí caminando y si contara las personas que conocí en el camino, te admirarías, de que no me haya quedado a jugar con gigantes, a perseguir a duendes y gnomos, a charlar con las brujas que abundan en mi habitación.
Esta, la que es mi habitación.

Yo seguí caminando y a veces me cansaba de hacerlo, de arrastrar mi alma por los rincones de un universo negro, donde solo raras veces brillaba una luz que se encendía específicamente para mi. El resto del tiempo, oscuridad, duda, incertidumbre.

¿A dónde iba yo? ¿Quién sabe?

Aun ahora parece que nadie lo sabe, pero ya no es oscuridad lo que veo. He pasado de los tonos grises a pasadizos blancos, a veredas luminosas, a una vida donde algo me advierte que pase lo que pase ya no debo temer.

No me mentiré, a vece sme toma por sorpresa el pánico, me sujeta las muñecas, a veces tengo tanto miedo que me quedo paralizada y solo quisiera tener a alguien al lado que me recuerde que debo respirar…respirar…

Tu no sabes lo que es eso. Yo tampoco lo sabía, pero te llena de inseguridad. Son momentos, flashbacks en donde es obvio que no vas a ninguna parte, que no recuerdas por donde viniste, que no sabes si podrás dar un paso más. Son millones de gritos que no suenan, que se agolpan en tus sienes diciéndote que esta vez no lo lograrás, que es inútil seguir caminando. Que todo irá mal, que siempre va mal.

Aun lo siento.

La primera noche en Bs. As. Tuve uno de esos ataques, en los que me encojo sobre mi misma y siento que es la única forma de estar a salvo, pues no puedo confiar en el abrazo de nadie más. Pero solo duró segundos, pude hablar de ello, llorar por ello y quedarme dormida, sin rencores ni mas incertidumbre.

Esa noche me quedé dormida y al día siguiente amaneció tan brillante, que olvidé la bruma de mi anochecer, la lluvia, el miedo, la soledad. Puse un broche a cualquier recuerdo malo y me dediqué a vivir…y sentir.


Caminar y caminar…Yo sigo caminando, eso es música en mis oídos; lluvia de violetas y luces, de colores ajenos…Sigo caminando, es como navegar en una pintura que comienza a clarificar sus colores…Un día el lienzo volverá a ser blanco otra vez…Casi me siento lista para volver a dibujarme en él, con una sonrisa pequeña y unas alas enormes…Con una sonrisa grande, de esas que ya no temo regalar.
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Bossa Nova

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Hoy no siento miedo, solo un gran amor- parece tonto- pero siento tanto amor en mi,
hacia mi misma, hacia el resto…¿es esto estar en equilibrio?...
Durará pocos segundos, tal vez solo un respiro, solo deseaba decirte,
que estoy bien, que no me fui del todo.
Durante estos dos años, una parte de mi jamás se desgastó y es la parte que vengo a celebrar a
compartir contigo.


Mi pequeña almendra, la que nadie pudo alcanzar a romper del todo.

Presiento que cada uno de nosotros lleva una dentro de su capa de dureza, presiento que aun
después de todo el daño auto inflingido, después del daño de los otros, hay una fuerza que
permanece viva para seguir disfrutando de la felicidad y estos pequeños momentos.


Aun hay algo de nosotros que nos permite ver al mundo en todos sus colores y sin una pizca de
miedo…hay algo que nos da la esperanza para seguir intentándolo...una y otra y otra vez...para
sonreir y sentirnos satisfechos por el esfuerzo desplegado, por lo cerca que estuvimos,. por las
personas que conocimos en el camino.



Lo siento, estoy tan tranquila, tan…¿feliz?

que podría llorar ahora mismo, podría gritar, abrazarte decirte que te amo…pero no,
no hay nada que pueda demostrarte esta paz en mi, ni hacerte ver que me hizo mucho bien todo
este tiempo aquí contigo...todo este tiempo diciendolo todo...o casi todo...


Que ahora no soy Laura, ni ningun otro personaje, solo soy yo sin pretensiones y te insto a ser
feliz, aunque la palabra siempre nos quede floja...Me insto a mi misma a ser feliz, aunque a
veces crea que no me lo merezco.

martes, diciembre 12, 2006

Hora Cero

La noche que empecé a escribir era una noche como ésta. Era diciembre y también como hoy, el salón estaba ya atiborrado de arreglos navideños. Recordé ésta noche, no porque fuera la fecha, sino porque tuve la misma emoción de llegar a una página vacía que finalmente era propia, a escribir lo que se me antojara y a nadie, nadie le importaría lo que yo pudiera hacer o decir.

Sentí ese cosquilleo nervioso de cuando sales a un escenario grande y hay un montón de gente esperando que digas algo que ya sabes de memoria, pero en ese lapso silencioso de gente que te contempla, del micro que se acomoda, de murmuraciones que se callan... en ese lapso, una puede sentir esa emoción gigante que generalmentre huele a miedo.

Yo no tuve miedo la primera vez que me lance a escribir en un blog, mas si tuve emoción...era una emoción mentolada, de esas que te gustan sobre la lengua, pero te hacen sentir un vacío atroz en el estomago.

Yo estaba sola.

El blog estaba solo.

Esa noche como ahora, yo no sabía de que escribir o que decir, solo sabía que quería decir algo. Cualquier cosa, que quitara la mordaza de mi boca, de años y años callando las cosas locas que podían hacerme ver aun mas diferente ante el resto. Cosas que se debían callar, para no asustar a la gente, para no generar reacciones adversas, cosas que era mejor mantener olvidadas...Yo solo sabía, que necesitaba acercarme lo mas posible al yo que guardaba mas celosamente, a mi yo interior, cualquiera fuera el rostro que hubiera adoptado en estos años en que dejé de escribir, de leer y en cierto modo de sentir.

Hoy me siento igual de emocionada, siento como si en la boca llevara una hoja de menta y en los dedos una caricia que me insta a seguir tecleando las palabras que brotan de mi ser. Me gusta estar así, confiada, es como volver al inicio, como ver amanecer entre las montañas y sentir que todo estará bien.

No puedo explicarme, pero esta noche para mi, es como si amaneciera, como si el olor de la lluvia y la vegetación húmeda pudiera limpiarlo todo. Puedo sentir esa fragancia de los árboles bañados en rocío, el aroma de la tierra, del polen, del viento fresco.
Puedo simplemente, sentir la serenidad, el equilibrio...las ganas de abrazar la vida
...pero...

¡Cuán poco dura el equilibrio!...Mi propio equilibrio…

Cuán poco duran las cosas que nos generan felicidad, el abrazo que nos da sosiego, la caricia que nos da ternura, el beso esplendoroso del amor sin peros. Cuan diminuta parece esa fracción de tiempo, en que la vida sabe a felicidad, a equilibrio exacto…
cuan poco realmente…
Pero esos segundos, estos segundos, acaso sean mi serenidad perfecta, el punto en donde el agua se hace mansa, la lluvia se vuelve clara, el atardecer suaviza sus colores…Acaso sea este tiempo (escaso tiempo) en que el verdor de la hierba es brillante, los caminos están limpios y el cielo despejado...para que yo pase sin despertar a nadie, a mitad de toda madrugada y pueda besar al mundo sin generarle una mueca de desconcierto...Un beso mientras el mundo reposa dormido.

Soy feliz…Eso parece
…Más…

¡La felicidad es una palabra tan grande!
un término tan ancho que debiera encerrar al amor, la salud y la suerte, sin arrebatarnos nada a cambio. Sin ofrecer nada a medias tintas, la felicidad- dicen- debería serlo todo...Pasa entonces
que cuando alguien me pregunta si soy feliz, yo debo pensarlo 2 y hasta tres veces antes de contestar con nostalgia, que no, pero que podría serlo.

Hoy le robo ese margen de error al lenguaje, a la palabra extensa, al término kilométrico que hace parecer a la felicidad inalcanzable. Yo te digo, si, soy feliz, no por lo que tengo ni lo que tuve, tampoco por la esperanza de lo que tendré, soy feliz porque en este preciso momento, a solas, sin nada, sin nadie, puedo ser yo completamente, sin miedos, sin misterios, sin zonas oscuras ni recuerdos tristes...Sin culpas.

En estos minutos, mi equilibrio es perfecto, estoy yo conmigo, amándome por esto, por la sensación de estar en un escenario vacío y sentir que aun puedo improvisar las líneas del parlamento que creí olvidado,
que aun puedo sentirme dueña de mi, no importa que alguien mas esté mirando.
Aun soy yo y lo soy mas que nunca.

¡Cuánto tiempo ha pasado!

Es todo por hoy, probablemente me quedé balanceando los pies a la orilla de la luna, hasta que me quede dormida y nuevos sueños vengan a poblar mi Tierra del Olvido.

lunes, diciembre 11, 2006

12 Segundos de Oscuridad

Gira el Haz de luz
para quer se vea desde altamar
yo buscaba el rumbo de regreso
sin quererlo encontrar
*
*
*
pie tras de pie
iba tras el pulso de claridad.
La noche cerrada, apenas se abría,
se volvía a cerrar.
*
*
*
*
*
UN FARO QUIETO NADA SERÍA
GUÍA, MIENTRAS NO DEJE DE GIRAR
NO ES LA LUZ LO QUE IMPORTA EN VERDAD
SON LOS 12 SEGUNDOS DE OSCURIDAD.
*
*
Para que se vea desde alta mar...
que poco le sirve al navegante
que no sepa esperar.
*
*
*
pie tras de pie
no hay otra manera de caminar
la noche del cabo
revelada en un inmenso radar
*
*
*
*
*
UN FARO PARA SOLO DE DÍA
GUÍA, MIENTRAS NMO DEJE DE GIRAR
NO ES LA LUZ LO QUE IMPORTA EN VERDAD
SON LOS 12 SEGUNDOS DE OSCURIDAD.
*
*
*
*Música: V. Ramil/ Letra: Jorge Drexler
*
*
*
*
*
Un saludo y abrazo enorme para todas aquellas personas especiales y encantadoras que enviaron cartas y demás detalles entrañables mientras no estuve. Cada uno de ustedes se lleva una fibra de mi corazón en esta noche que no acaba, en este día luminoso que no termino de descubrir.
Les deseo a todos el disfrute de su propia oscuridad y el goce de los destellos al amanecer.
L.H.

viernes, diciembre 01, 2006

Adivina donde estoy?

Valñe 7 soles la hora y me muero de sueño.

Aaaaaaaaaaaaaah

y tengo tanto tiempo para pensar en mi misma y en la soledad de los otros, que me he vuelto aun mas necia.

Bueno,

Nos vemos en unas semanas.


Besos

martes, noviembre 28, 2006

Ya no quiero que me digas buena,
a veces cansa.
Hoy estuve escribiendo cosas, que parecian poemas.
No lo son.

Pero ya sabes, la gente etiqueta como poesia
a todo lo que suena raro o termina en lineas chiquitas.

Hoy estoy escribiendo como en viernes
( sabes lo que eso significa, verdad?)

Los viernes solia escribir en segunda persona, te tuteaba, jugaba contigo. te provocaba...te contaba cosas...Los viernes...extraño los viernes, pero ya lo sabes. Tu sabes porque extraño los viernes, pues te lo he contado muchas veces. Los viernes yo solía llegar a un aeropuerto o conocer a personas raras, incluso seudo escritores...incluso artistas...Ninguno famoso por supuesto, ninguno del que puedas jactarte de conocer.

A lo sumo gente a la que se ha mencionado en algun artículo de revista. Pero no son famosos.
Algun dia tal vez lo sean y yo en ese futuro, seré como una Frida Khalo, pero sin cejas, sin arte, con piernas completas...Seré una mujer de la que todos hablen porque dirán que hizo algo, aunque yo no sepa que hice.

Ese es el quid del asunto ¿te has dado cuenta?


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Me agrada escribir como si fuera viernes.
Me siento cerquita de ti, bien, bien cerquita, no me importa que pienses que estoy loca,
chiflada, tronada,
que soy un tiro al aire,
los viernes te cuento todo y ya no me da miedo,
confesar lo que siento,
lo que me ha pasado,
ya no necesito hablar como en los cuentos
siempre en tercera persona.

Por eso me agrada Vallejo, manda a la mierda a todos los que escriben en tercera persona y jura que no leeria una novela jamás. En eso si no puedo darle la razón,
a mi me gusta leer.

Mucho,
yo viviria leyendo...Pero solo aquello impreso o atrapante,
yo solo leo a esa gente que me hace soñar despierta.

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Ayer fui a ver librerias con A. y !adivina!

hallé ese libro que no encontraba hace mucho porque no memoricé el nombre, aunque lo lei hasta la mitad....¿Cuál? Bueno, es el de Kenzaburo Oé, ese de "Dinos como sobrevir a nuestra locura", ese que habla del hombre gordo que cae al foso helado...ese, ese...me encanta...
Estaba tan contenta que pensé que hallaría el segundo libro que mas me ha interesado y del cual tampoco recuerdo el nombre...Ese, el de una mujer que a los 40 años, llega a un parque y se da cuenta que no ha hecho nada, que su vida es vacia, que la depresion la absorbe, en tremendas espirales...Creo que se titulaba asi, algo con espirales...pero no recuerdo más, lo encontré en Chile, en el tercer estante de una libreria chiquitita, pero me faltaban 10 mil pesos para comprarlo;
es que ese era original...yo compro pocos libros originales, casi ninguno...
porque soy pobre...mas bien...tacaña...asi que prefiero comprarle un montón de libros a los piratas...Si, a los piratas, esos que democratizan la cultura, vendiendo a precios ínfimos.

Bueno, no lo hallé. Pero por la tarde, después de salir con J- M, ( ya te contaré como fue ese encuentro, seguro que no me la crees) fuimos a buscar libros para su hija.


¡Que envidia! Le compraba a la niña libros hermosos, a sus ex, agendas de tango, para él veia fotografía y yo alli...privada en la libreria, como si estuviera en una tienda de dulces y yo fuera una diabética a punto del coma, prohibida de todo confite...Hasta que lo hallé,

hallé el tercer libro que siempre había querido en mi vida...Era el Diccionario de las criaturas que jamás existieron...Era como un atlas, hermoso, a colores...pero...No era como yo imaginaba, parecía un libro como para regalarselo a Dragón o esos chicos que escriben ese tipo de cosas...No sé...me quedé triste.

Entonces J-M hizo algo que no pensé, me adelantó mi regalo de cumpleaños

(sabes que el 05 es mi cuimpleaños real , verdad? ) bueno, me dijo, Elige un libro...Y yo...yo no sabía, estaban tantos y tantos...pero me acordé de Kenzaburo...y no estaba su libro, asi que me acordé de Kawabata y ya...ese si estaba....Mi primer regalo de cumpleaños antes de empezar Diciembre es LO BELLO Y LO TRISTE... de Kawabata....estoy feliz...aunque tengo miedo, miedo de que me guste demasiado y luego ya no vuelva a estudiar ni a leer medicina.

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Ayer me dio migraña,
ya sabes, los malos horarios de comida, el estres de estar en librerias y ver tantos y tantos y tantos libros...El calor de Lima, ir a ver a J_M....

Iba a escribir un post de eso, pero no...te lo cuento ya mismo,
J- M es uno de mis lectores de otras latitudes y llegó al Perú por cosas que ni a ti ni a mi nos importan, pero bueno, ayer tomamos el cafecito de media tarde, que en verdad fue una coca cola helada y me vio por primera vez la cara...jaja... Ya habiamos hablado largas horas antes, pero imagina su reaccion al verme, por supuesto no pudo evitar decirme, que no parecia ser la persona dura que escribia el blog.
¿quien?- le dije- ¿Yo? es que a mi la mayoria me imagina desnuda y con Martillo y me rei,

pero él me decia que no, que era mas dulce, mas accesible, mas normal, etc...
Me jode, me jode que todos me vean dulce.
Mi cara no va con lo que pienso, debi tener el rostro zanjado, el cuerpo maltrecho, algo que reflejara como he estado por dentro, los meses anteriores.
En fin,
¡adivina que me dijo!

Presentame a tu tia...¿A quien?....A tu tia...la que escribe el blog....

Y yo me morí de risa, porque en verdad la necia que se presentó al Café Haití ayer, parecia una niña buena incapaz de escribir nada...Probablemente asi soy...Por eso digo, que yo escribo como hombre, solo cuando alguien mas se apodera de mis dedos, yo puedo escribir bien.


Cuando soy solo yo, escribo como tu, hasta las huevas.

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Ahora voy a escribir harto, asi que tenme paciencia.

Hace poco me escribió un hombre cuarenton una carta larguisima, que solo lei una vez, en la que me decia que yo era muy desordenada para escribir...jaja...Que dejara de escribir como Laura y que iniciara otro blog como yo misma.
Esta gente piensa que yo finjo...pero en fin...¿que puede saber alguien que solo me lee de vez en cuando?

probablemente cada quien tenga una imagen mental de mi, por esas razones unos me dejan de leer y otros me leen ávidamente y se hacen lectores habituales...Una pena, porque si me leyeran solo por leer, entonces no habría sesgo.

Aunque ¿quién sabe?

Si me tomara un cafe con cada persona que me lee, a lo mejor ya nadie mas haría comentarios tontos...A lo mejor la gente ya no entenderia lo que quiero decir, porque diria:

Esa chica escribe solo para llamar la atencion, alguien tan inocente, no puede pensar ni decir cosas tan duras...
Por eso, solo me tomo cafe con los amigos, o coca colas...o agua helada con harto hielo. Por eso, que esta vez en Lima, no llame a nadie, a ningun "amigo", he estado solita y saliendo con A. pero mas nada. Como te dije, no vine a divertirme, ni a visitar a la familia. Vine por otras vainas...un poco más aburridas que a ti no te importan y a mi tampoco.

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Dicen....que me voy a Bs Aires...Dicen, porque no he visto el boleto, aunque si la reservacion que dice que ya esta pagada...no sé el viernes, de nuevo en el aeropuerto,
supongo que me quedare toda la noche y la madrugada y tendre muuuuuuuuucho sobre que pensar...Ojala hubiera alguien de quien despedirse. Pero
¿sabes?
ya estoy acostumbrada a irme y llegar sin que nadie me recoja, ni me vaya a despedir, aunque de todos modos, es algo triste.

A. mi querido amigo, no irá, estará tomando fotos por algun lugar del Perú, mientars yo me voy...que miedo...no sé porque tengo miedo...pero a veces me da ese desequilibrio
y ese sentir de que pierdo piso y me falta aire,
que necesito abrazar urgentemente a alguien,

porque me muero,
de pronto me da la idea de que me estoy muriendo.


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Hoy estuve en el Jockey, almorcé sola como siempre. Observo mucho a la gente, de vez en cuando encuentro algun personaje. Otras veces me dan asco, especialmente las viejas.

Odio a las viejas que tienen 50 y se ajustan el culo como si fueran quinceañeras,
solo porque van a clases de gimnasia o que se visten de mezclilla o que hablan ruidosamente en lols cafés y que fuman.

Odio a las viejas.

Mi madre tiene casi 60 años y es una dama muy linda, es amable, gentil, no viste como vieja pesada, ni formal,

se pone ropa deportiva como para ir de compras o al campo y siempre tiene una palabra amable, es grato abrazarla y decirle que la quiero. Su voz es baja, nunca ha fumado y es todo lo que yo hubiera querido ser: Una mujer que no hace escándalo, fácil de querer, buena madre. Buena Hija.
Mi madre es la mujer mas bella del mundo. Pero yo sali a mi padre.


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Hay ropa muy bonita en las tiendas...hay varias cosas que quisiera comprar, pero sabes? Aca en Lima no interesa, todos se visten feo. No hablo de la clase high, hablo de la gente normal, como nosotros, visten feo, nos aben combinar nada. Y eso que tienen ropa barta para comprar, pero igual...Es como ropa de guerra. En Lima todos se visten como para la guerra, porque en las calles te jalonean para quitarte el bolso, en los buses la gente empuja, en las combis te apretan, en la mañana hace frio y al medio dia calor insoportable. La gente no se viste bien, porque no son tan petulantes como en otros lados, en que se es pura apariencia...Pero no te creas...Acá también la gente es pura apariencia, anda a la defensiva, es casi violenta, como si nadie pusiera pisarlos,

por cualquier cosa reaccionan, igual que en cualquier capital, creo, pero aquí...es diferente...la gente anda reactiva, para no dejarse engañar...por eso aparentan....Aparentan ser mas fuertes de lo que son...Aparentan ser duros...pero igual se mueren,
todo los dias en Lima, un inocente se muere.


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Bueno, no es viernes, pero como si lo fuera. Todas las noches, siento la brisa del mar cuando regreso a casa. Quisiera vivir en una casa de playa , con una libreria gigante y helados siempre en la heladera. Quisiera la musica que me gusta y la musica que a ti te gusta. Es decir, yo no sé mucho de libros, música, de nada, pero queiro saber mas.


Quisiera que A. me tome fotos de mi rostro, ya no de mi cuerpo. Y quisiera recibir mas cartas de Rafa. Tambien ir de paseo en bicicleta y tener alguien que me acompañe hasta un minuto antes de tomar mi avión. Quisiera que hombres como J_ M pudieran quedarse a vivir en su país para siempre y no tener que emigrar, para vivir mejor.
Quisiera ser feliz...pero estoy mintiendo.

Mi único deseo real es No hacer jamás hacer sufrir a mis padres...Eso entraña toda mi felicidad,
quisera evitarles cualquier dolor, sobre mi vida, o si algun dia enfermo, o si me muero...O si elijo mal...quisiera que no sufrieran por mi...Los amo tanto, ellos son als unicas personas que se merecen el esfuerzo de seguir viva y hacer las cosas bien.

Los hombres se van, los amigos desaparecen,
solo el amor de los padres perdura, te hace fuerte, te permite no dudar
y seguir en pie, siempre.



Besos, para ti y para la gente que leyó estas líneas, a algunos ya los conozco.



Poemas de un Asesino

Y abri tu piel para buscarte dentro,
pero no estabas,
zanjé tu rostro con mis manos abiertas,
buscando el rostro que yo habia conocido,
mas no estabas,
abri cada poro magico de tu piel nevada,
pero no te encontre.
No te hallé en ningun lugar conocido,
de los que tuviera recuerdo,
bajo tus cabellos desgreñados,
en la sombra que hace tu menton
sobre tu cuello,
en el hoyo de tu ombligo,
en todas las partes que he amado,
mas no estabas.
Te abri la piel y ya no estabas,
abri cada cavidad,
cada músculo deshilachado,
cada capa material que te cubriera
que te ocultara de mi,
me volvi un asesino.
.
.
.
Pero ese día tampoco te encontré.
Y olvidé pregntarle a la arena,
al mar que nos había protegido,
a la ciudad que nos habia visto pasar,
en donde era que te habias ocultado,
en que parte de este mundo
habias decidido desparecer.
.
.
.
.
Tu mujer,
a la que ame con locura,
con dolor y con ternura,
a la que ame con celos,
con vicios,
con malos deseos,
a ti mujer,
que me dijiste que me querias
todas las veces que en verdad callaste,
a la que seca los labios cuando besa,
a mitad del orgasmo de tenerme,
prisionero entre sus piernas
y su alma.
.
.
.
A ti mujer,
a la que he amado,
odiado,
e intentado
olvidar tantas veces,
que ya ni recuerdos tengo.
.
.
.
.
.
Te busqué
bajo la piel que he besado,
en el capullo de tus labios virgenes,
en la enredadera de tu cabellera salvaje,
bajo ese pecho
que ya no se agita por nadie,
te busque como un truhan,
como un cínico,
un pobre loco
que busca en un cuerpo,
el alma que voló ya para siempre.
.
.
.
Rompí tu cuerpo,
cada vértebra,
zanjé tu rostro,
cada poro,
abri tu piel,
de azucar glaceada,
pero no estabas.
.
.
.
.
Cada retazo de ti,
cada palabra,
cada recuerdo,
lo he repasado mil veces
con mis dedos y mi boca,
pero ya no estabas.
.
.
.
Y me torné un criminal,
pero tu cuerpo ya estaba muerto,
murió el día en que voló tu alma,
y se ocultó al fondo del mar,
para dejarme asi,
loco,
confundido,
solo,
para que me llamen asesino,
de ti
la única mujer
que había amado,
la única,
la única.

lunes, noviembre 27, 2006

Dicen "Que la tengo Clara"

- Se nota que vos sos una mujer que la tenes bien clara- me dijo el hombre con el que hablaba distraídamente en medio de la plaza.

Lo había conocido cuando llegue al terminal de buses y habíamos estado esperando que aclare el día, mientras conversábamos de nuestras vidas. Yo le conté a grandes rasgos la mía y fue cuando dijo esa frase que ayer recordé como en un sueño.

Tenerla clara… ¿Realmente la tenia? Había mañanas en que me despertaba y no sabia que pasaría ese día. Tardes en que me desesperaba pensando que al entrar el sol detrás del mar, se acaba otro día lleno de oportunidades perdidas. Había noches en que me acostaba y me sentía frustrada y sin saber como había pasado tanto tiempo sin hacer realmente nada, excepto escribir y escribir, como si con eso pudiera valerme en este mundo.

Tenerla clara para aquel hombre, era no quedarme con nadie, saber distinguir entre sexo, amor, ilusión, porque a las finales yo nunca me quedaba con nadie. Todo lo asumía como un espejismo pasajero, en donde quien se la cree pierde. En verdad yo no la tenia clara, había sido el destino. Me había llevado a cruzarme con hombres que no valían un suspiro sostenido o con tipos inseguros de si mismos, o de que querían en este mundo. Hubo veces que yo me ilusione hasta querer echarlo todo por la borda, pero a los 5 minutos despertaba dándome cuenta, que no valía perder tanto por gente que ofrecía tan poco.

Ese era el quid del asunto, gente sin mucho que ofrecer. A veces eran cosas económicas, pero en la mayoría de veces siempre fue estrechez de corazón. Gente capaz de encenderse como una luz de bengala en un par de minutos, pero que se paga realmente y se queda chamuscada para ir directo al basurero. Cuanta gente había parecido quererme, desearme, amarme, como poéticamente lo llamaban, pero no pasaban minutos, antes que me diera cuenta que eran niños jugando a mayores con promesas y juramentos que les quedaban demasiado grandes.

Yo no la tuve clara muchas veces, me ilusione igual o mas de los que parecían interesados, pero al poco tiempo había algo que me hacia desistir, que me hacia darme cuenta que no era justo que yo diera el 100% a una relación, en la que el otro ponía siempre menos del 50%, como si eso fuera negociable. Entonces, escapaba, me zafaba, me frustraba. Esos días parecía tenerla clara: me quedaría siempre sola, porque nadie valía la pena.

Ante ese cordobés que me decía que yo parecía una mujer segura e inteligente, yo sonreía tristemente, pensando que se equivocaba. Solo había tenido alguna suerte, par no embarazarme de algún hijueputa, como algunas de mis amigas o no haberme casado, terminado la universidad. Solo era cuestión de suerte, que el único hombre capaz de hacerme volar por los aires, me estaba vedado y que estos dos años, hubieran servido como entrenamiento para la vida real, una prueba al vacío, donde había podido cruzarme con la mayoría de tipos por los cuales no apostaría, mas que a una relación meramente física o por una mistad fraternal.


Hace algunos meses, vi a una de mis compañeras de colegio. Estaba obesa, probablemente embarazada y caminaba de la mano de dos crios a los que se les caían los mocos. Quise saludarla, pero ella cruzaba la pista con una mirada al vacío, como de quien no espera nada y me di cuenta que era inútil, tratar de recordarle que alguna vez estudiamos en el mismo colegio, para chiquillas con gran futuro.

Ya hace algunos años, alguien me dijo que se había conseguido un novio pegalón con el que comenzó a vivir casi de inmediato, para que le pagara los gastos. Pero no imagine que se llenaría de hijos en solo 5 años. ¿Que le había pasado? ¿Qué había evitado que yo terminara igual?

¿Acaso las dos no fuimos de las mas tontas de las clases, de esas que terminan secundaria sin haber sido besadas por nadie y que viven creyendo en ese amor idealizado que se da en las telenovelas, en el romance, en los hombres?

Cada vez que creí enamorarme, jamás pensé en formar una familia o tener hijos con tipos que no me pudieran ofrecer nada. La verdad, jamás ‘pense en tener hijos, antes de cumplir mi propio plan de vida. ¿Eso era tenerla clara? ¿Qué hubiera pasado si me tocaba uno de esos pegalones que no te sueltan ni a sol ni a sombra? ¿O si hubiera cometido la tontera de querer formar una familia con alguien que solo conociera un par de semanas?


Siempre me había escapado a tiempo, pero a veces dudaba si la próxima vez tendría tanta suerte. Siempre debía poner los pies en la tierra cuando el otro perdía la perspectiva. Y si yo perdía e rumbo, siempre había alguien que me diera el portazo en la cara, diciéndome que lo que sentía no era amor.

No se si la tuve clara, todas esas veces. Quisiera darle la razón al cordobés ese y decirle. Si, soy la mujer inteligente y segura que parece que soy…pero a veces creo que todo, solo fue cuestión de suerte, para no volver a enamorarme.



sábado, noviembre 25, 2006

"El Profesor Delgado"

“A esas personas que hoy creen tenerlo todo, yo les digo, que con esa soberbia no van a llegar a ninguna parte”
La voz de mi profesor de literatura sonaba a rabia y a malos deseos. Su mirada se encajaba en mí directamente, mientras yo lo miraba tratando de no pestañear y fingiendo una sonrisa de "No me importa lo que diga"

El profesor Delgado, había sido uno de los mas severos directores de colegio estatal, hasta que al jubilarse entró a enseñar sus horas extras en el colegio particular donde yo estudiaba. Tenía muy buenas referencias de mi familia, excepto de mi padre. Mi padre un maestro también jubilado, había gastado sus mejores bromas a la figura leptosómica del profesor Delgado, cuando este aun enseñaba. Gracias a mi padre los apodos de Alma Calata y Muerto Fresco habían decorado la larga trayectoria del profesor Delgado.

Mi viejo era así, jodía a todo el mundo poniendo apodos y bromeando acerca de su físico. A él también le ponían sobrenombres pero el ni se ofendía. “que me digan chato- decía- lo soy y lo acepto, pero que no se vengan a ofender si los llamo jumentos, cuando esa es su auténtica condición en este mundo”. Mi viejo era así y nadie jamás se vengó con él o con sus hijos, hasta que llegué yo al colegio.

Yo tenía la cara tranquila y la mirada dormida de la familia de mi madre, pero todo el carácter molestoso y hablador de mi padre. Ponía apodos a diestra y siniestra a los maestros que no me simpatizaran y siempre actuaba como abogada del diablo, en esas clases aburridas. Uno de mis profesores de educación cívica, me dijo que yo podía ser una francotiradora eficaz, con todas esas respuestas y argumentos que hacían caer a más de uno, cuando había que discutir sobre constitución o derechos humanos. El hombre aseguraba que yo sería abogada.

Desafortunadamente, no a todos lo profesores les agradaba tanto. Uno de ellos, el profesor Delgado, siempre haciéndome la vida imposible con sus lecciones al pie de la letra, preguntando por las fechas exactas y los detalles íntimos de cada literato estudiado. Yo lo odiaba. Había esperado largamente llegar a 5to año de secundaria, para poder leer esa obra de literatura universal que en casa comentaban tanto. Me sabía de memoria algunos textos y me deleitaba de solo pensar en leer a Víctor Hugo o Cortázar.
Sin embargo, mi maestro no era de la misma idea.

Ya en Literatura Española, nos había hecho aprender hasta el lugar donde había defecado Calderón de La barca, por considerarlo histórico, pero de sus obras, nada. El curso de literatura se había vuelto una materia pesada, en la que solo leíamos fragmentos de los poemas menos conocidos y de los cuales había que hacer un resumen y un dibujito pintado a color. Nada de utilizar acuarelas para pintar los dibujos, puesto que de seguro, eran dibujos hechos por alguien más.


El problema grande comenzó el día en que el Profesor Delgado comenzó a comentar que a mi me hacían los trabajos mis padres, que esas redacciones tenían todo el rasgo de escritura de mi padre y que yo era incapaz de hacer esos textos por mi misma. No quedó ahí la cosa, sino que en las clases sucesivas me acosaba de preguntas acerca del curso, incidiendo como siempre, mas en la vida de los autores, que en el trasfondo de su obra.

Ya que yo peleaba por ocupar el primer puesto del colegio, la cosa se puso color de hormiga cuando empezó a bajarme las calificaciones, a hacer insufribles las lecciones orales y a hacer comentarios en clase de “aquellos alumnos que requerían la ayuda de los padres para hacer sus trabajos”.

Era humillante. En primer lugar, porque yo escribía mis cuentos desde los 8 años y nadie había dudado nunca de mí y en segundo, porque mi apellido estaba en boca de todos como si yo necesitara de alguien más para obtener altas notas en su asignatura. Mi padre como siempre, ni enterado del asunto. Solo me repetía que me cuidara, pues de seguro Delgado le guardaba algún rencor, por aquella vez que de ebrios, mi padre le pasó las ruedas del auto por ambos pies y dejó al Profesor Delgado sin caminar por una semana, con los pies totalmente amoratados. Ese día, el flaco juró venganza.

El problema con delgado es que después de haber sido por 20 años Director de Colegio de Hombres, se le habían quedado las costumbres de gritar y humillarte en público. Fue entonces que me comencé a portar mal, a contestarle a contradecirlo, a volver el salón de clase en un campo de batalla eterno. Las rosas, por supuesto, se las llevaba mi gran contendora de notas, una niña de la que hablaré con detenimiento mas tarde, capaz de memorizar fechas, coplas, detalles escabrosos y lugares geográficos de enamoramiento y otros cachondeos, de cada uno de los grandes de la Literatura Universal, para deleite del exigente profesor, que de lecturas no sabía nada, pero si de la cochinadita personal de cada hombre o mujer que haya osado dedicarse a escribir.

Esa mañana, empezó su larga perorata diciendo que con la soberbia no llegaría a ninguna parte. Que el apellido no aseguraba nada y que siempre viviría bajo la sombra de mi padre, porque no tenía talento propio. Todo esto por supuesto, cuidándose mucho de hablar en plural, mientras me miraba de vez en cuando haciendo pausas para que me asegurara que era dirigida contra mí, toda esa cháchara.

Al terminar la clase, le pedí hablar con él en privado y ahí fue cuando empezó el segundo round. En medio de los jardines del colegio me trató no por mi nombre, sino por mi apellido, preguntando que problema tenía con él o su curso, para que de pronto mi actitud se haya tornado en una falta de atención total durante las clases.

Con la rabia y la humillación de sentir todas las miradas de mis compañeritas de colegio sobre mí, mi cerebro había juntado palabras como mediocridad, mala pedagogía, fracaso como maestro en una sola frase. Esa mañana ninguna palabra fue silenciada de mi boca, le dije todo lo que pensaba de él mientras el hombre alto y delgado como su propio apellido me miraba impávido. Las palabras salían a borbotones, para decirle que era el colmo que trajera el apellido de mi padre a colación en un problema estrictamente de maestro-educando y que soltara frases sobre mi incapacidad para escribir o hacer los trabajos solicitados, ante el resto de la clase.
Esa mañana de Noviembre, se lo dije todo.
Fue casi una victoria, excepto por el pequeño detalle, que mis mejillas ardían, que mi boca se había doblado, que mi barbilla se había hecho pequeña y que la voz se me quebraba de rabia e impotencia, mientras las lágrimas caían sin parar por ambas mejillas.

El profesor Delgado me miró desde toda su altura de viejo Director de colegio de varones, con una sonrisa que mas parecía una mueca de placer y me mandó de nuevo a mi pupitre, diciendo que por un favor a mi padre, olvidaría todo el asunto del reclamo contra su cátedra, para que no me expulsaran del colegio.


Creo que ese día el profesor Delgado, alias Muerto Fresco, cumplió su venganza contra mi padte.Aun hoy, recuerdo la palabra "soberbia" y siento como si toda la sal del mundo me hubiera sido lanzada ese día. Cuando mencionó que la gente como yo, con esa actitud de creer que lo sabíamos todo, no llegaríamos a ninguna parte.

jueves, noviembre 23, 2006

Bajo Las Sábanas

tengo un respiro...una ventana que se abre para dejarme respirar...respirar, eso hago cuando escribo...respiro los mil aromas del recuerdo y la ilusión...respiro esa fragancia de libertad, de salir de ese frasco chico que es mi cuerpo y saltar a hacer magia con una que otra palabra oculta en los pliegues de mi vestido.

Ahora hablo enredado, discúlpame, ha de ser la emoción...hace horas, días que no puedo sentarme a degustar un café ante el computador, a teclear la canción sin nombre de la palabra prohibida, de esas cartas de hojalata, que la gente asume brillantes y preciosas...de esas cartas de hojalata que pueden cortar dedos, lenguas, miradas, de aquella gente que no pretende leer y dejarse llevar, simplemente lee para fisgonear.


Pérdoname, ha de ser la emoción, que me llama a hacer poemas, con las imágenes de los pájaros de colores, de los grandes guacamayos, de las flores exóticas. Que me insta a hablar de la libertad que me nace en la garganta y en el cuerpo al saber que nos vamos quedando solos...Tan solos...¿No te has dado cuenta? ...Ahora en máxima soledad, podemos quedarnos y hablar de aquellas cosas de las que la gente se burla.

Ha subido el telón y no hay nadie en la platea...Yo soy la bailarina triste que se atreve a danzar con los pies descalzos y los tobillos quebrados...Danzo para ti, porque no hay nadie que venga a mirar, esa fotografía extraña que surge entre la luz y la penumbra...Mira, ahora la cámara enfoca lentamente un par de pies con uñas pintadas, el perfil de la pantorrilla tensa, la curva en la cadera que se inclina, asciende ... asciende la luz, hasta dejar en mi espalda la llanura inquieta de un deseo tuyo...esa gota de sudor que nadie seca y se escurre entre las escápulas encendidas...Esa gota, que ahora es un rayo de luz, cayendo a velocidad de vértigo hasta hacer beber el agua pura del esfuerzo, a esa muda mariposa que descansa a mitad de mi columna.

Nos hemos quedado solos...casi como cuando niños y jugábamos a leer a escondidas, libros de cuentos mórbidos a la luz de la linterna, a ver esas imágenes de antropófagos, de brujas necrofílicas, de historias del futuro e íbamos leyendo esos textos prohibidos...¿que es follar? me preguntabas y yo no sabía responderte, repetían tanto esa palabra en esas revistas oscuras, que yo no sabía que significaba...solo sabía que era malo y había que leerlo ocultos, con la sábana transparente cubriendo nuestras cabezas, ocultándonos del mundo, como si éste por un minuto dejara de vernos...de perseguirnos...de acosarnos...

estoy mintiendo otra vez...Esas noches tu no estabas conmigo...¿O si lo estabas?...esas noches yo era una hija única leyendo revistas prohibidas, ilegales, escritas por españoles delirantes que describían un futuro en que la gente tragaba gente...Yo estaba sola, tu no estabas conmigo...yo era la hija única que se acostaba desnuda para sentir como se le humedecian las piernas...Tu no estabas...tu no eras mas, que una alucinación de mi mente, un fantasma, un deseo...El deseo de un amigo, de un compañero de juegos, de un hermano de mi misma edad, tal vez de un amante, que existiera en el mundo real y no solo en mi mente dañada por el smog de la ciudad y de las luces saltarinas.

Tu no estabas, en todas esas veces de leer a solas, de soñar a solas tu nunca estuviste , pero yo ya te amaba. A pesar de no saber quien eras, que eres, yo ya te amaba y eso me hacía dormir tranquila.

martes, noviembre 21, 2006

Help....Me quedé fuera de casa!

Tengo varias cosas que estudiar para hoy y no hay nadie en casa para que me abra la puerta. Después de haberme alejado casi por completo de las computadoras, debo volver a mi viejo refugio cibernáutico, solo porque no hay una sola persona que me de cobijo en esta ciudad de m cuando no tengo la llave de mi propia habitación.
solo hace dos días cuando estaba en la casa de mis viejos pensaba las ventajas de vivir sola. Si te estabas bañando, nadie mas tocaba a la puerta preguntando canto mas tardarías. Si acababas de enjabonarte todo el cuerpo y poner el suficiente shampoo en el cabello como para que tu cabeza quede con peinados antigravedad, a nadie se le ocurriria bajar la bomba del baño, dejándote sin agua caliente, en un estado deplorable de espuma y ojos irritados, gritando: Aguaaaaaaaaa!
La otra desventaja que hallaba a vivir acompañada, eran las comilonas de carnes, postres, frutas y todo lo que hubiera para arrasar en la casa. Cuando estás acompañada es imposible comer poco, con tantas cositas deliciosas compradas por tu madre y colocadas en lugares estratégicos de la casa, invitándote a probarlas todas.
Por supuesto cualquier dieta se va al infierno!
Vivir acompañada, trae molestias derivadas de tener que contestar el teléfono en el último lugar de la casa, para hacer los arrumacos necesarios por teléfono o una que otra sesión hot, cuando tu amado vive lejos. Pero eso no lo soluciona del todo, nunca falta algun sobrino curioso debajo de la cama, detrás de la puerta, trepado en la ventana, fisgoneando que hablas con el susodicho y corriendo a decírselo a tus viejos.
-Mamina! la tía se ha estado besuqueando por telefono con su novio y le decía que lo deseaba ¿Que es desear mamina?
Y claro, mi madre de todos los colores explicando que la tia, hace meses que no ve al tal novio y que desear es ...es... Bueno hijita, desear es necesitar....Ah! contesta la engendra, entonces LA TÍA ESTÁ NECESITADA!!!
Antes me molestaba compartir el control remoto, por suerte cuando mis hemanos se fueron, quedaron televisores de sobra, pero el cable, seguía en posesión de mis padres. Cada vez que intentaba ver una serie en inglés, una película con subtítulos, toda la familia ponía mala cara y me mandaba a que alquilara mi DVD y no les malograra la programación del cable.
Lo peor, ocurrió cuando los nietos invadieron la casa y para calmar a esos demonios, mis viejos aceptaron que en la casa los únicos programas aceptables fueran los del Discovery Kids, Nickelodeon y cualquier programa infantil, en dodne aparecieran peluches gigantes de sexualidad dudosa, enseñando a los niños de 4 años, a hablar como gagos y que sus padres los aplaudieran.
Luego apareció esa lagartija obesa, que alguien tiñó con violeta genciana, enseñándoles solo cosas buenas a los niños. Barney suele ser tan aburrido, que allí entra a tallar la Tia Martillito, para equilibrar la educación de los engendros, con jerga callejera y bailes raros.
MIs sobrinos se admiran de que yo sea la Tia mas Loca, pero sé que en el fondo me admiran. Que llaman a sus amiguitos para que les muestre mi tatuaje de la mariposa, o para que les muestre las monedas de los países que he visitado o finalemente que me burle de ellos y les ponga una chapa a cada niño que se cruce por mi camino. Esa es mi forma de querer poniendo apodos, ¿que puedo hacer?
Pero vivir sola, había resultado ser una joda total. He perdido dos veces la llave, una vez tuve que entrar por la ventana del baño de servicio, trepándome y rompiendo los vidrios. Otra vez usé la escalera del cuidante para entrar por un tragaluz. En fin, a veces prefiero no decírselo a mis padres para que no desconfíen de mi. Pero me suelen pasar esas cosas, atribuible stodas a la prisa o a que ando con la cabeza en las nubes.
Ahora puedo disfrutar del baño el tiempo que quiera, de quedarme dormida o leyendo sin que nadie me rete por mis horarios de insomne y la inversión de mi ciclo circadiano al comer y estudiar.
Lo que realmente me jode es cuando ocurren cosas como hoy, en las que no tengo llave en el bolsillo y no hay nadie que me haga entrar a la casa para guarecerme de la llovizna limeña en mi cubil felino. Que haya llegado de viaje, tenga hambra, ganas de una ducha tibia y dormir horizontalemnte y nadie me espere con el desayuno listo, ni me diga bienvenida a casa.
Vivir sola, se está tornando una joda de la que me empiezo a arrepentir.
¿Alguien me invita un cafecito?
Pd: Por cierto, Feliz Cumpleaños padre, me hubiera encantado quedarme en casa comiendo rico hoy...pero se me ocurrió vivir sola en La Capetal.

lunes, noviembre 20, 2006

De Vuelta al Cerro

La última vez que fui a Chile, a mi hermana se le ocurrió que era hora de enfrentar los recuerdos y que debía ir al Cerro Santa Lucía de mis pesadillas de adolescente. Yo la mire con cara de “ya no tengo ganas de hacer más tonteras” pero ella estaba decidida a llevarme a rastras. Para que escribas la continuación en tu blog, me dijo. Yo sonreí pensando que el blog estaba casi cerrado y que ya no me animaba escribir mis anécdotas de niña boba en un país extraño.

Llegamos casi al mediodía con un calor infernal que a veces hace que odie Santiago, y ahí estaba el cerro. Yo ya ni recordaba por donde entré la primera vez, habían pasado muchos años, desde la vez que perdí todo vestigio de dinero y no se me ocurrió mejor idea que hacer turismo en el dichosos cerro a las 6 de la tarde.

Ahora las cosas no habían cambiado mucho, los árboles de copas verdes agitándose con la brisa de la tarde, la gente subiendo a trote con ropa deportiva, los senderos solitarios para caminatas de la mano y los infaltables vendedores de poema. Recuerdo la vez que me vendieron un poema acerca del mar, que era tan malo como corto, pero me divirtió que el chico que me lo ofrecía dijera que acababa de hallar a la mujer de sus sueños.

Ahora en cambio la chica que ofrecía los poemas, no tenía la labia necesaria. Mi hermana negaba con la cabeza, cuando la chica comenzó a preguntar el típico “Werar yu from?” de los que están desesperados por vender y no saben de donde rayos eres. Nos reímos sin hacerle caso, mientras oíamos que la mujer nos enviaba de vuelta al digno orificio de salida materno.

Si bien el paisaje no había cambiado mucho, mi físico en estos años había caído en franco desmedro y las subidas me parecían de lo mas empinadas. Me agitaba y sudaba como si fuera paciente cardiaca, cuando una pareja de cuarentones nos pasaron sin inmutarse. Algo había cambiado, pero yo traté de atribuírselo al clima y no a los 10 kilos de sobrepeso que había ganado desde mi adolescencia.
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Descansamos en la primera plazoleta del lugar, cuando vi que mi hermana se acomodaba el turbante. Un momento ¿Turbante? Mi hermana acababa de colocarse el lienzo blanco que hacía de pañoleta como un turbante alrededor de su frente, para cubrirse del calor, mientras los colegiales que a esa hora transitaban por el lugar se la quedaban mirando como si fuera la hija de Osama Bin Landen.
Yo me alejé lo suficiente como para refrescarme en la fuente de agua y evitar que los de la patrulla de emergencias me empujaran cuando vinieran a llevársela.
Afortunadamente en Chile, nadie te hace pasar vergüenzas si decides disfrazarte de árabe. Recordaba el caso de un familiar al que los marines estadounidenses pusieron como saco de boxeo, solo por estar bailando a su lado con una chica de rasgos “terroristas”, después de la psicosis del 11 de Septiembre.

El ascenso fue lento y lleno de recuerdos. No recordaba algunos senderos, ni subidas, ni lugares de descanso. Mi hermana seguía tomando fotos hasta de las hormigas, con la esperanza que los publicara en el blog, apenas volviera. Pero yo ya no pensaba en escribir, solo comparaba mi primera vez allí con mi ahora. Pasaban hombres que se quedaban mirando, que se detenían, que intentaban un acercamiento, pero a mí ya no me daba miedo. Ahora estaba acompañada.

Al llegar a lo alto nos pedimos el típico mote con huesillo helado, al que yo había hecho asco la primera vez y nos sentamos a descansar bajo los árboles.

- Lo que pasa es que tu tienes que viajar acompañada- me dijo mi hermana- Viajar sola es aburrido, si estuvieras con una amiga soltera, lo pasarías bomba.

Yo me quedé pensando que a éstas alturas ya no tenía ninguna amiga soltera, mucho menos alguna que quisiera viajar. Que tendría que acostumbrarme a cuidarme sola.

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domingo, noviembre 19, 2006

Mi prima Sofía

Hace una semana conocí a mi prima. No sabía que tenía una prima, estaba acostumbrada a que mi familia se redujera a mis padres y mis hermanos y que toda esa parafernalia de tíos y primos de parte paterna, fueran algo menos que gente indeseable con la que no se podía entablar una charla que no estuviera basada en ellos como centro del universo.
La familia de mi madre mucho mas amplia, estaba desperdigada por el mundo. Tías y primos de apellidos graciosos, estudiaban o vivían en el extranjero, gracias a becas de estudios o maridos multiraciales. En realidad mi familia era una isla, en la que me acostumbré a estar a solas.
Cuando conocí a mi prima, me resultaron familiar sus rizos, la boca sonriente y las cejas pobladas. Lo que no entendía del todo fueron sus ojos verdes luminosos, muy parecidos a los de mi hermana y que no tenían nada que ver con la familia de mi madre, naturalmente altos, morenos y de cejas oscuras. Luego comprendí que esos hermosos ojos verdes, eran un ardid de la cosmética moderna, que tornaban a una mujer simpática, en casi casi una mujer bella.
Mi prima gustaba del mar y del cine, nos comprendimos de inmediato y salimos a caminar mirando el mar bajo el manto gris acostumbrado y hablando de nuestras respectivas vidas en los polos del país. Casi teníamos la misma historia, de soledad laboral, de mala suerte en el amor y de amigos que se esfuman, apenas te cambias de ciudad o de pareja.
Como yo, había pasado una depresión de la que aun seguía luchando a diario por salir, cuando llegó a una ciudad desconocida, donde todo le era adverso. Es terrible estar sola, me comentó.
Yo lo sabía de sobra, solo este año había caído en la cuenta de que había dejado de lado mucha de la vida real, para solazarme en la vida cibernética llena de textos bloggeriles y cuentos sin finales felices. De vez enb cuando me animaba a salir con alguien, pero siempre con la contraseña de: Nadie merece la pena hacer el intento.
Por lo menos yo viajaba.
Cada vez que me sentía sola viajaba a algun lado y me entretenía con algun acento extraño, con los viajes en bus largos y soñolientos, buscando música que no podría encontrar donde vivía, o comprando ropa, que definitivamente no podría usar cuando retornara a casa.
Ella había preferido trabajar. Trabajaba y estudiaba tanto, que a veces se olvidaba de las fechas exactas, o de salir con amigos. Me decía que temía viajar o hacer algo fuera de los límites, pues su madre se moriría. Al pensar en su madre mucho más jovial y libertaria que la mía, me detuve a pensar cuanto había tenido que ceder mi madre, para que yo hiciera lo que me dictaba el ánimo...o el mal ánimo, del momento.
Mi madre era igual o más preocupada por mí que la suya, si no fuera por mi padre, tal vez mi madre hubiera sido sobreprotectora, por su temor natural de cuidar al máximo a sus hijas mujeres, expuestas a los peligros del mundo. Por suerte, mi padre era algo diferente. A pesar de que siempre se había preocupado por nosotras, hasta casi caer en crisis hipertensivas, nos había instado siempre a que buscáramos nuestro destino, cualquiera que fuera. Diciendo que la condición de mujer no debía limitarnos en nada, ni hacernos pensar que éramos persdonitas débiles. Su vida era un ejemplo de aventuras fenomenales, de mucho esfuerzo y estudio, con algunos golpes de suerte y muy mala suerte.
Mi vida es un aquelarre, suele decir mi padre y entonces yo lo envidio y quisiera haber sido como él y no tener miedo de nada.
Muchas de las decisiones que he tomado, han sido por enfrentar mis miedos. Seguir medicina había sido una prueba de ello, tomar un avión para encontrarme con Claudio, fue lo otro. Irme de viaje sola, fue una locura de la que aun no me arrepiento. Muchas de las decisiones en mi vida, han estado influidas, por tomar una oportunidad que temo no vuelva...La mayoría de los golpes que he recibido, han sido por culpa de la misma filosofía.
Ahora veía a mi prima, pasando muchas de las cosas que pasé yo, adaptándome a una tierra nueva, a costumbre sdiferentes, a estar lejos del abrigo de los padres y la admiraba. Sobre todo, por haber superado esa depresión que la estaba matando y por tomar la decisión de la que aun se felicitaba, de dedicarse absolutamente a su carrera y no pensar más en ningun hombre que le rompiera el corazón.
"Es que todos los hombres buenos de nuestra edad ya están casados"- me comentó. La mayoría ya decidió formar una familia...Los que quedan solteros, son una bala perdida.
Yo asentí con la cabeza, mientras un pensamiento surcaba mi frente: En la otra orilla, ¿No nos miraría alguien a nosotras también como balas perdidas?
La verdad ya no importaba mucho tampoco eso, al igual que ella, ahora optaba por mi carrera, sin volver a ver a .los costados, ni esperar que un hombre me solucionara la vida de un pincelazo de felicidad. Nadie podría hacer por mí, lo que yo me atreviera a hacer por mi misma.

sábado, noviembre 18, 2006

Llamadas de Hombre

¿Por qué los hombres nos llaman? No sé, no deberían hacerlo.

Hay noches que me despierta el sonido del celular o el teléfono o de vez en cuando la puerta. Yo duermo mucho, pero duermo con los ojos abiertos. Me acuesto y reposo mi cabeza sobre la almohada, recordando cada suceso del día. Entonces suena.

Y yo quedo preguntándome, mientras veo la luz del celular encendido, si debería o no contestar. Si esta vez diré mas que un simple: “Ah, eras tu”.

A veces me siento despreciable, por hacer las cosas que me han hecho y me han dolido.
Por contestar sin ganas, por hablar monosílabos. Por burlarme y así evitar una charla larga. Tal vez es solo él, solo la gente que últimamente ocupó partes de mi vida. Tal vez sea desánimo.

Hubo un tiempo en que no me avergonzaba llamar yo primero. Era un acto de valentía, así lo entendía yo. Tenía miedo, vergüenza de hacerlo, pero lo hacía y llamaba y decía:
¿Qué haces hoy? Pero no eran mis amigos, no es como llamar a A. para quedarme hablando una hora de nada en particular. Era un acto de valentía porque era mi iniciativa de salir, luchando contra el tedio natural al otro lado de la línea.

Ahora no llamo a nadie, ni llamaría a nadie para salir. Reviso mi agenda y pienso que no hay ningún número que valga la pena hacer el esfuerzo. Preferiría que me llamen.
Pero…

No sé porque me llaman los hombres a los cuales trato mal. Aquellos con los que jamás tendría nada, ni volvería a tener. Me llaman al celular a la media noche, haciendo gala de todo su ingenio para decir un Hola que no suene mil veces dicho.

No me admira nada, todo me lo han dicho. Lo bueno, lo malo y lo inventado.

A veces no sé porque llaman los hombres al teléfono, después de un No que suena rotundo, después de portarme mal como se han portado conmigo. Devuelvo la bofetada al mundo en una forma inconsciente, que no puedo evitar. Tal vez sea solo falta de interés. En todo, en todos.

Tal vez, sea solo que marcan el número equivocado.

En el Bus

Casi no tengo tiempo para escribir, estoy en un proceso de observación. A veces me toma dos horas al día. me subo al bus y observo por la ventana la tarde que va cayendo, lasluces de neón en la avenida cuando oscurece. Las ramas de los árboles cruzándose como una bóveda verde frente a mis ojos.
Ningun recuerdo es para siempre, son solo archivos temporales de los que saco información pàra ese día en especial. Mañana no será ni la misma tarde, ni nlas msmas luces, ni las mismas hojas delos árboles. Mañana será otro día de observar y memorizar detalles que me hagan ver el mundo a color.
A veces quisiera ir oyendo música, pero prefiero enterarme de esas conversaciones de autobús, tan frívolas algunas, entre jovenes, viejos, mujeres. La gente va hablando en los buses y yo cojo retazos de sus charlas, las hilvano, las acomodo, creo historias. De vez en cuando alguien con fisonomía interesante. De vez en cuando alguien.
Me muero de sueño.

24 horas de mundo real

La pregunta para el ensayo en francés se refería a ¿Qué acontecimiento había cambiado mi vida. En la practica oral había ensayado la típica ...