viernes, octubre 15, 2010

Viernes Descafeínado

No es el mejor día para escribir ¿qué día lo es? Acabo de despertar, me muero de hambre, tengo una ansiedad brutal.
No pues, tal vez no puede haber mejor día.
Porque últimamente llevo cientos de párrafos a medio completar de historias en tercera persona. Porque ya no puedo tercerizar mis sentimientos y de un tiempo a esta parte esto se convirtión en un diario horrible y monumental de la rutina de una mujer de 30.
Oh! la edad! No hablemos mas de eso. Habría tantas cosas de las que hablar hoy. La causa de mi ansiedad, el clima soleado del primer día primaveral que mi piel ha sentido. Las mariposas que no vuelan en mi estómago, lo estancado de mi vida amorosa.
No, pero hay tanto en el mundo de lo que hablar y yo aquí, individualizándolo todo, como si el mundo girara alrededor mío y por mí y para mí. Porque si una no se ponde de protagonista en su propia novelita rosa ¿quién si no?
Tengo frío. En esta casa hace siempre frío. Te he contado, creo, sobre las corrientes de aire que mueven las puertas y las ventanas, que me empujan de una habitación a otra buscando el abrazo tibio de una compañía. Vaya compañía! Se acaba Octubre para mí, sin apenas haber empezado, ni lo he sentido, cuando me di cuenta ya era 8 y el lunes ya 18 y la falta de sexo, de amor, de un abrazo...ay! los abrazos, pueden engañarnos tanto.
A pesar de las malas noticiaqs en ese terreno escabroso, también hubieron buenas. Pequeños detalles, frases bonitas "Cantas bien, deberías intentarlo en serio" fue una que salió natural del gaznate de un alguien sin intereses de por medio. Primera vez que alguien lo decía, después de pasarme la vida cantando canciones en voz alta, o haciendo intentos de llevarle el coro a otros, finalemente alguien se daba cuenta que tenía algo de voz propia. Gracias. Mi alicaído ego te lo agradece.

Y de pronto zas! la ensiedad me cae en un zarpazo y olvido las frases bonitas o que este mes leí uno de los libros mas enriquecedores (personalmente) para mis sentidos. O que hay alguien que espera mi llamada al otro aldo del mundo, o que hay otro alguien que envía postales en una letra rara, solo para decirme que en Oriente alguien también piensa en mí.
Y yo digo- me digo- ¿por qué sufrir por gente cercana que no lo merece? Que no merece el mas mínimo intento, porque angustiarse por gente carente de todo brillo que pulula por los corredores de hospitales robándole un poco de autosuficiencia mientras atienden lso problemas de los otros. ¿por qué esperar? ¿O por qué Confiar? ¿se habrá equivocado A. Dumas en el final de su libro? ¿Lo habré interpretado mal yo?

Es viernes y no me caería mal un café, una charla, una carta de mi amigo Rafa despotrincando otra vez contra los hombre sque me rodean y que no saben apreciarme ni como amiga, instándome a que cruce el charco, para que el menos los complejos de una sociedad machista no se sigan notando en cada una de mis destempladas cartas, quejosas cartas...horribles cartas.

Se me nota hastiada, lo sé. Acabo de recibir una respuesta que no me agrada y por el peor medio de todos: El del mensajito barato con miles de abreviaturas estúpidas.
A veces pienso que yo no em acoplaré bien a este mundo que rueda y rueda, que seguiré quejándome pues espero que algo de lo que ya no sucede me suceda a mí.
A veces pienso que me angustio, porque como muchos seres aun conservo la esperanza y la esperanza te crea ansiedad y derrota y frustración cuando no se alcanza...y vamos, la mayoría de veces los sueños no se alcanzan o pregúntenles a todos los que soñaron con ser astronautas y ahora solo son presidentes.

Un beso.

Otoño en Lima

Es lo primero que escribo luego de una larga temporada. No era mi intención hacerlo, pero el café y este cielo nublado son malos consejeros....