sábado, noviembre 18, 2006

Llamadas de Hombre

¿Por qué los hombres nos llaman? No sé, no deberían hacerlo.

Hay noches que me despierta el sonido del celular o el teléfono o de vez en cuando la puerta. Yo duermo mucho, pero duermo con los ojos abiertos. Me acuesto y reposo mi cabeza sobre la almohada, recordando cada suceso del día. Entonces suena.

Y yo quedo preguntándome, mientras veo la luz del celular encendido, si debería o no contestar. Si esta vez diré mas que un simple: “Ah, eras tu”.

A veces me siento despreciable, por hacer las cosas que me han hecho y me han dolido.
Por contestar sin ganas, por hablar monosílabos. Por burlarme y así evitar una charla larga. Tal vez es solo él, solo la gente que últimamente ocupó partes de mi vida. Tal vez sea desánimo.

Hubo un tiempo en que no me avergonzaba llamar yo primero. Era un acto de valentía, así lo entendía yo. Tenía miedo, vergüenza de hacerlo, pero lo hacía y llamaba y decía:
¿Qué haces hoy? Pero no eran mis amigos, no es como llamar a A. para quedarme hablando una hora de nada en particular. Era un acto de valentía porque era mi iniciativa de salir, luchando contra el tedio natural al otro lado de la línea.

Ahora no llamo a nadie, ni llamaría a nadie para salir. Reviso mi agenda y pienso que no hay ningún número que valga la pena hacer el esfuerzo. Preferiría que me llamen.
Pero…

No sé porque me llaman los hombres a los cuales trato mal. Aquellos con los que jamás tendría nada, ni volvería a tener. Me llaman al celular a la media noche, haciendo gala de todo su ingenio para decir un Hola que no suene mil veces dicho.

No me admira nada, todo me lo han dicho. Lo bueno, lo malo y lo inventado.

A veces no sé porque llaman los hombres al teléfono, después de un No que suena rotundo, después de portarme mal como se han portado conmigo. Devuelvo la bofetada al mundo en una forma inconsciente, que no puedo evitar. Tal vez sea solo falta de interés. En todo, en todos.

Tal vez, sea solo que marcan el número equivocado.

En el Bus

Casi no tengo tiempo para escribir, estoy en un proceso de observación. A veces me toma dos horas al día. me subo al bus y observo por la ventana la tarde que va cayendo, lasluces de neón en la avenida cuando oscurece. Las ramas de los árboles cruzándose como una bóveda verde frente a mis ojos.
Ningun recuerdo es para siempre, son solo archivos temporales de los que saco información pàra ese día en especial. Mañana no será ni la misma tarde, ni nlas msmas luces, ni las mismas hojas delos árboles. Mañana será otro día de observar y memorizar detalles que me hagan ver el mundo a color.
A veces quisiera ir oyendo música, pero prefiero enterarme de esas conversaciones de autobús, tan frívolas algunas, entre jovenes, viejos, mujeres. La gente va hablando en los buses y yo cojo retazos de sus charlas, las hilvano, las acomodo, creo historias. De vez en cuando alguien con fisonomía interesante. De vez en cuando alguien.
Me muero de sueño.

viernes, noviembre 17, 2006

La Niña Loca

Parte 3: La Niña Loca
*
*
*
La siguiente vez que la vio, era Octubre y casi la había olvidado, pues había caído en la cuenta que tal vez era solo un sueño y no se atrevió a buscarla. Algunas noches después de ese encuentro casual de cruce de miradas, había soñado con ella. La había imaginado con ropas árabes que tapaban todo su físico y, solo dejaban ese par de ojos negros, mirándolo curiosos, se despertaba con una erección después de tanto tiempo, que trataba de apagar en los brazos de Carmen.
Esa semana hicieron el amor seguido, era un sexo rápido y sin palabras, más brutal que buscando abrigo. Luego de eso se sentía algo mas tranquilo. Iba a la editorial y se pasaba horas enteras pensando que de raro tenia esa mujer sobre él, si existían las almas gemelas y a menudo dudando si en realidad ese episodio había ocurrido. Fue por esa razón y al ver que estaba cumpliendo más que mal su trabajo, que lo habían cambiado de área; fue ese día que salía de la editorial por la puerta principal en vez de la de servicio, cuando la volvió a ver, pero esta vez no era una aparición, era ella.

Menos bella de lo que la había estado imaginando, mas fresca, mas joven, mas real. Con una sonrisa entre inocente y burlesca y esos ojos negros grandes mirándolo de cerca.
No lo podía creer. Debía estar loco, esa visión lo estaba atrapando de nuevo.
- Hola- le dijo la alucinación.
- Hola – articuló él, respondiendo a su saludo.
- ¿Trabajas aquí? – ella seguía sonriéndole con unos dientes blancos que nada tenían de fantasma.
- ¿Yo? Eh…si…. ¿Se te ofrece algo?, agregó tratando de componerse.
- Quisiera hablar con usted. Si dispone de un poco de tiempo.
- Por supuesto- dijo Sebastián, más turulato que nunca. De todos modos no había que contradecir a las visiones.
-¡Perfecto!- Conozco un café aquí cerca- si no le molesta podríamos ir allí.
- Claro.
Sebastián estaba algo contrariado, no se atrevía a decir nada, tal vez la joven lo estaba confundiendo con alguien. O estaba viviendo el sueño que ya se había imaginado noches antes. Mientras caminaban ella le comentó que había pasado muchas veces antes por la editorial pero que no se había atrevido a entrar.
“Si me hubieran dicho que iba a ser tan fácil, no me lo creo”.
Su acento no era español definitivamente, hablaba con ese seseo maravilloso pero de otro lugar. El Caribe pensó el.
Era mucho mas pequeña que él, pero caminaba con la soltura del que jamás se ha dado por aludido cuando dicen “Bajo”; las mujeres suelen ser virtuosas en ese tema.
Su cabello estaba semi amarrado atrás con una pañoleta y los rizos le rodeaban el cuello. De estructura más bien atlética que delgada, se movía a su lado con los movimientos que pensó él podían ser lo de una bailarina.
Se sentaron en un café con vista a la calle y apenas empezó a hablar, se le olvidó que era mas pequeña que el, se le olvidó que podría ser su hija, con suerte. Se le olvidó todo, excepto, que su voz lo rodeaba y lo sacaba fuera del mundo y que sus palabras no eran de niña tonta sino mas bien de mujer, una mujer sin edad y sin tiempo, como el había algún día soñado.
Lo miró coqueta, mientras le decía…En que estás pensando, ¿te grada mi oferta?
¿Oferta? ¿Cual oferta? …Maldición había estado distraído, entre comentar sobre la arquitectura de la zona, el clima y el autor de moda, se le había pasado advertir que ella tenia una oferta y que él, fuera lo que fuera, debía aceptarla.
- Quisiera que leyeras lo que estoy escribiendo-agregó ella.
- Por supuesto-hilvanó él-pero aun no me has dicho de que se trata.
- Es sobre mí. O más bien es sobre alguien como yo, que viaja al otro lado del mundo en busca del que cree su amor perfecto.
- Entonces, es sobre una heroína.
- No- y lo miró extrañada- es solo la historia de una mujer.
- Bien.
Definitivamente esa niña lo confundía con un editor, tenia dos posibilidades o seguir fingiendo y volverla a ver o decirle la verdad y quedar como un imbécil.
“Las mentiras tiene piernas cortas, Sebastián”- se lo dijo para si mismo, pero a veces hasta su conciencia tenia la voz de Carmen.
- Puedo preguntar ¿cual es tu nombre?
- Andrea
- Bien, Andrea, lo siento, pero creo que te has equivocado.
- ¿Pero, que pasa? ¿Es que no te atrae el tema, te parece muy rosa? Por si acaso te advierto que no lo es, tiene mucho de sexo y por momentos hasta de policiaco, pues se que eso es lo que vende.
- No- Sebastián sudaba –No es eso, lo que pasa es que no soy editor, solo soy un empleado.
-¿Empleado? ¿Y que es lo que haces?
- Soy encuadernador…esto ultimo le salió en un hilo de voz sintiendo que se hacia pequeño y desaparecía en la silla.
- ¡que interesante! Acotó ella. Y sus ojos volvieron a iluminarse. Sebastián no parecía entender.
- ¿Entonces todos los libros pasan por tus manos?
- Se podría decir que si.
- Debes leer mucho entonces, ¿no?
-Bueno eso era cierto. Sebastián volvía a recobrar su tamaño natural. Pues si, leo bastante, soy casi un – iba a decir ermitaño, pero la expresión sonaba patética, así que arregló- soy casi un bibliómano.
- Excelente, entonces Sr. Robles, Ud. es la persona que he estado buscando
-¿Disculpa?
- Antes que un editor lo que necesito es un crítico y Ud. Parece ser la persona indicada.
- Niña, no te equivoques- carraspeó Sebastián, ahora ya, mas incómodo que orgulloso- solo soy un lector, de crítico no tengo nada, yo sobre literatura lo único que se, es si me gusta o no, no creo que podría ayudarte- aunque me muera por hacerlo, agregó un eco interno.
- Mire, yo estoy en las mismas. O sea que de literatura lo único que se es contar historias. Y ya que lo único que Ud. Sabe es leerlas, pues no veo que daño le podría hacer leerme a mí.
- En verdad, ningún daño. Pero no desearía que te ilusionaras, soy un pésimo amigo y un peor comentarista.
- Eso no se lo creo.
- Ah no?
- No, un hombre con el mentón pequeño como Ud. Lo tiene, no podría ser del todo malo.
Al despedirse esa mañana sintió que a ella, aun sin tutearlo ya le unía una extraña familiaridad. Ese saborcito de sentirse reencontrado invadía ya todo su ser y no le dejaría tranquilo hasta bebérselo todo. Como si de café se tratase un insondable café matutino, de sabor extranjero, pero no del todo ajeno.
Se sentía extraño, tonto. Se sentía de nuevo un adolescente cuando ella lo había visto y le había casi susurrado, sobre su mentón pequeño. En ese momento se miro al espejo y se fijo en el. Nadie jamás le había hecho una referencia a su mentón. A sus ojos, a su cejas, a su sonrisa o a su mira, ¿pero el mentón? Por Dios, esa niña tenía que ser medio loca.

*
*
*
*
(2004)

domingo, noviembre 12, 2006

Mi amiga La Lesbiana

Es extraño, después de escribir 8 post estúpidos seguidos, con un intervalo de 12 minutos en promedio, me siento tonta.

Tan tonta, que decido chatear con mi hermana y decirle que no abra ninguno de mis correos, porque un programa espía entró en mi bandeja y está enviando correos a diestra y siniestra.

Y yo que cambié mis claves la última semana, tengo que usar todo el ingenio que me queda, para inventar otra clave.

Supongo que a estas alturas mi cerebro está tan entumecido como el de Arjona, cuando compone.

Mi hermana me pregunta que hago, yo le digo que escribo, que aprovecho para escribir en el blog, porque probablemente no lo haga en la próxima semana.

La verdad, es que aprovecho para desaguar mi mente de ideas variopintas. Vaya! no sé de donde salió esa palabra. A veces despierto con palabras en mi boca, como Valhalla o Epifanía, o vesanía...me persiguen esa palabras todo el día hasta que logro ponerals en un escrito.

Así tambien se me aparecen los nombres de los personajes. No me dejan en paz hasta que escribo su historia. Ignoro como será el procesoi creativo de la gente normal, pero a mi me acosan las ideas.

Antes, de niña, escribía como hombre. Mi yo, era un hombre, asi me apartaba de mi misma y podía escriobir mejor. Solo lograba escribir historias cuandso lo hacía en primera persona como hombre, pensaba entonces, que un hombre habitaba en mí. Eso unido a que me gustaba dibujar cuerpos de mujeres (son más fáciles y mas bellos) me generaba una enorme ansiedad de que fuera lesbiana.

Pero no, tenía termendas fantasías con hombres. Pero jamás con mujeres, en todo caso me gustaba pensar que cuando creciera, sería una mujer despampanante, muy sensual e interesante que tendría mucho sexo bueno.

Luego crecí y me di cuenta, que no es la gran cosa si lo eres o no lo eres.


Mi mejor amiga era lesbiana. No lo supe hasta que se mudó a Italia y después de dos años allí me confesó por carta que si lo era. Yo me sentí engañada, había peleado con medio colegio defendiéndola, porque todos la acusaban de marimacho y de que "chapaba con mujeres", pero cuando ella vino a casa y me dijo que decían esas "mentiras crueles" de ella, entre lágrimas, moco y baba, maldiciendo al mundo por crearle esos problemas en casa de su padre, yo simplemente le creí.

Era mi mejor amiga en todo el mundo, era conciente que le regalaba chocolates y joyitas a mis demás amigas de clase, que vestía como hombre, que tenía la voz gruesa, que solo admiraba a Iron Maiden y tenía un odio casi enfermizo contra todo homosexual que se cruzara por el camino, llegando incluso a golpearlos (tenía mucha fuerza) pero no podía dudar de su palabra.

Cuando se fue a Italia, todo cambió, creó que asumió por fin lo que era y por fin pudo respirar mejor. Había estado tanto tiempo luchando contra lo que decía la gente, tratando de ser algo que no era y de besar a quien no quería, que llegar a Europa fue lo mejor que le pudo haber pasado.

Su madre la rechazó y casi se muere, su padre intentó golpearla, todos en su familia se culpaban de su comportamiento de "invertida", tanto así que incluso las tías intentaron alejarla de sus primas menores para que "no se les pegue" como si de una enfermedad se tratara.
Su carta fue una de las mas largas, honestas y dolorosas que he recibido en mi vida.

Pero en ese momento yo solo podía sentir mi vergüenza egoísta, de ser la única imbécil que en la secundaria intentó tapar el sol con un dedo y negaba en todos los idiomas que mi amiga fuera una lesbiana, si ella entre lágrimas y dramas me lo negaba cada vez que podía.

Podía llegar a entender su sufrimiento de largos años adolescentes, viviendo junto a un padre homofóbico y lejos de su madre que desde Italia no hacía mas que enviarle vestidos de señorita,para que " se moderara un poco".
Pero cuando leí esa carta, yo solo recordaba mi adolescencia sin novios, caminando a todo lado con mi amiga "ahombrada" sientiendo las murmuraciones de todos dudando de las tendencias sexuales de aquel par de inadapatadas.
Me imaginé que ella había sido la causa de que ningun chico se me acercara a los 16 años. Un cambio que sucedió de la noche a la mañana y que no lograba entender.
¿Apestaba? ¿Era fea? ¿había hecho algo malo?

En ese momento mi panorama de adolescencia infernal se aclaró un poco y pude vislumbrar a mi mejor amiga metirosa, como la causa de todos mis males.

El tiempo pasó y dejando el orgullo de lado, yo pude entenderlo todo. Me jodió que la gente maltratara tanto a alguien tan buena como ella y de paso a mi por ser su amiga. Que hayan relegado a toda persona que creyeran diferente, o que fueran amigos de "los diferentes" bajo ese poder que da el etiquetar a los demás a su antojo.

Ella, mi amiga, se casó con una mexicana que conoció por internet y el resto de la historia es mas de drama que de regocijo. La última vez que volvió a Perú, se portaba como si fuera la hija de Bill Gates, como si ser lesbiana le diera un poder más allá de este mundo. Un poder que la hacía mejor que yo o que cualquiera.
Ahora salía a beber con los que anteriormente solo se burlaron de ella. Pero cuando hablábamos a solas, volvía a llorar como antes, como si no lograra encajar en ninguna parte y todo fuera solo un espectáculo bien actuado para demostrar que con un poco de dinero podía ser aceptada y ser amiga de cualquiera.
Fue entonces que juró no regresar jamás al Perú así le doliera no volver a ver nunca más a su familia. Dejó de escribirme, o de llamarme, fue como si pronto hubiera decidido olvidarse de lo que un día fue, de olvidarse del sitio horrible que la parió diferente y no la pudo aceptar como tal.

A veces nos escribimos, mira las fotos que tengo el hi5 y me dice "No puedo creer que te hayas vuelto toda una señorita".

A veces siento esa frase como un reclamo, que no logro entender del todo.
Luego, deja de escribir y se desconecta con un Ciao, que parece un adiós para siempre.

Navidad de Verano

Me gusta el calor, los climas cálidos, tu sabes. Pero mi mayor ilusión es pasar la navidad con nieve. No cualquier nieve, ni cualquier ciudad, ni cualquier navidad.
Yo tengo una ilusión específica.

Antes, cuando estab enamorada del Claudio, soñaba con esa navidad juntos bajo sábanas de satín rojo, viendo la nieve cayendo por la ventana, como pesadas alas de ángeles cayendo.
Eran hojuelas de hielo blanco, cayendo sobre NY; entonce syo me imaginaba acurrucada bajo el cuerpo siempre tibio de Claudio, viendo los paquetes de regalo aun sin abrir desparramados por el suelo.

Era una ilusión, repito. Porque eso jamás se daría, a menos que viviéramos juntos.
Yo solo podría abandonar la idea de una navidad familiar, si lograba realizar mi propia familia.


La navidad en casa es diferente, hace calor y el 25 nos vamos a la playa con los implementos de verano recién comprados, dispuestos a estrenar toallas de colores y sombreros chistosos.

Llevamos los restos del pavo, de esa ensalada de pallares fríos, de ese puré de manzana y de la salsa con guindones. Ultimamenet le agregan esas ensaladas que hace mi madre con fruta. Me agradan las ensaladas dulces, con naranjas o durazno para acompañar las carnes.

Pasamos la navidad viendo el mar, en el lugar mas alejado de la playa, donde solo acampen familias con toldos gigantescos para primos, abuelos y suegras.
Vemos las perezosas, las pelotas y los niños desparramados por la arena, invitando a la felicidad perfecta.

Poco a poco la navidad se ha ido reduciendo. Mi hermana se separó de su marido. Mi otra hermana vive feliz en Santiago, mi hermano debe pasar navidades junto a su esposa y sus suegros. Apenas llega para el almuerzo y se retira pronto.

Mi sobrino mayor tiene 11 años y es solitario. No es triste, más bien es todo un demonio, pero siento que él vive en carne propia como yo, el hecho de que la familia se esté acortando en vez de que crezca. de que siempre sobre comida, para cualquiera que pase. De que a veces no haya de que hablar, porque ya nos sabemos de memoria los chistes y anécdotas familiares.

Yo juré jamás casarme, para poder vivir en casa siempre. Donde siempre se vivía como en un paraíso oculto al lado del mar.

Ahora, solo quisiera tener mi espacio...Pero no imagino la navidad lejos de casa, con alguien más que probablemente no sepa el gran savcrificio que representa para mí, salir lejos de mi familia, en esas fechas.

Solo de vez en cuando recuerdo mi ilusión de la nieve, de las sábanas rojas, de NY en invierno...Solo a veces, luego recuerdo, que mi historia con Claudio terminó para siempre y es inñutil guardar recuerdos de hechos inexistentes.

Writing

Estaba escribiendo desesperadamente, cuando vi los comentarios.
No puedo creer que la gente lea tan rápido. Cosas de blogs.

Hace tiempo quise cerrar el blog, ahora no sé. No sé donde escribiría lo que pasa por mi mente, ni donde podría guarecerme del mundo. No iniciaría otro blog, demasiado complicado.

Cambiar mi identidad? No, a momentos me siento bien con este nombre...A momentos.

No entiendo a la gente que usa otros nombres para insultar o decir los pensamientos que no se atreven a decir bajon un solo seudónimo. No lo sé, yo soy malgeniada ( a veces ) y digo cosas desagradables ( frecuentemente ), puede ser extremadamente honesta ( brutalmente, diría )
pero jamás he usado otro nombre para hacerlo.

Y mira que he perdido amigos...o bueno, esos que se dicen tus amigos. También he perdido lectores ( esos que se dicen lectores ) y me he dejado de comunicar con esa gente que siempre quiere poder hablar contigo ( esos que dicen querer hablar ) pero siempre he firmado con mi nombre...o bueno con el de Laura.

Por un momento, el ego hizo que quisiera poner mi nombre real...Por un momento la vergüenza pudo más y no lo hice. Hay tanto maniáco en la red, buscando pistas, dobre el lugar donde vives, donde duermes, a donde vas a comer, que grupos de amigos tienes...Eso ya es demasiado.

Yo les muestro partes de L.Martillo, pero de allí a mostrar lo que resta de mi vida, para que armen su rompecabezas y vayan a molestar, no gracias.

He conocido a muchos maniáticos. Por la red abundan.

Pero en blogger abundan más los depresivos, incluso aquellos que lo niegan. En fin. También ha de haber suicidas. Que buenoq ue puedan elegir, si tuvieran SiDa o un cáncer, ya me gustaría verles el valor de empuñar un arma contra sí mismos.

Yo no lo he inteentado, pero si lo he pensado; en un tiempo incluso, lo pensé muy a menudo. Nadie entiende a los suicidas, solo los culpan, no intentan saber que eso va más allá de ellos. Pero yo no me refiero a esos, sino a los que lo hacen por pose...¿Cómo saber cuándo es por pose o no?

En el hospital te das cuenta...La mayoría solo son histriónicos, gente con mucho poder actoral.



Mis manos

Mis manos son pequeñas y mis dedos delgados.
No son esas manos lánguidas, preciosas, de la gente que toca instrumentos,
tampoco esa manos pálidas de venas verdosas que te bendicen en la misa,
no son las manos huesudas de las mujeres que admiras,
tampoco tienen esas uñas sensuales, pintadas de carmesí brillante.

No,
mis manos son simples.

Las lavo con jabón, las unto con humectante, limo las cortas uñas,
son suaves y de líneas solitarias,
en las que de vez en cuando juego a leer mi destino.

Mis manos no sirven para nada,
se ajan cuando deben trabajar duro,
lavar los platos o la ropa,
mis manos se opacan.

Mi padre decía que yo sería cirujana,
por los dedos largos y delgados que podían entrar
en cualquier lugar sin demasiado esfuerzo.

Yo no quería ser médico entoces,
pero me agradaba que mi padre profetizara que sería cirujana,
que curaría personas,
que me vestiría de verde.
Me llamarían por altoparlante
y yo me acercaría corriendo, mientras todo queda en cámara lenta
y me colocarían esos guantes pequeños,
no los 6 1/2 para manos diminutas,
ni los 7 1/2 para manos corrientes,
me calzarían esos guantes número 7
que es difícil hallar en als farmacias
y comenzaría a operar.

Mis manos han sostenido el rostro de gente que muere,
de niños que nacen,
de órganos que salen,
tapando orificios sangrientos,
y callando bocas que gritaban.

Mis manos han escrito páginas y páginas
de mi vida diaria,
han cosido vestidos de muñecas flacas,
han hecho tarjetas de purpurina y flores,
han pintado con crayon cuadros,
que mi padre me hizo creer
que eran obras de arte.

Mis manos han luchado
y hecho cosquillas,
han acariciado la piel de los hombres,
los cabellos de los niños,
el rsotro de mujeres,
mis manos se han muerto conmigo,
marchitándose cada flor que crecía en ellas,
más no me ha importado.

Mis manos, en las que una vez te leí mi destino,
y te dije que siempre estaría sola,
porque en ninguna de ambas se cruzaban las líneas.

Que viviría casi para siempre,
mis manos en tu cara y en tu pecho,
arañándote, rasgándote, tirando de tu pelo,
mis manos jurando amor eterno.

Mis manos...que pena por mis manos,
que jamás volvieron a tocarte.

Forrest

Ayer me llamó Forrest, lo llamaré así, porque no se me ocurre otro nombre.
Cuando lo conocí, pensé que era una ventaja tenerlo de amigo. Que podríamos salir y no tendría que preocuparme por esos tipos que se te acercan cuando caminas o vas a una fiesta sola.

El problema es que Forrest se embriaga y desaparece de escena.
Luego llama,
llama y dice que está enamorado, que me ama, etc de tonteras a la sque prefiero no hacer caso.

El trato era no enamorarse, yo estaba clara al respecto. Forrest no me agrada, excepto para bromear y burlarme un poco. Excepto para cuando quiere que caminemos en la playa y yo quiero alejarme de casa.

Él estaba preocupado porque ese tipo de relación hiciera que yo pensara más de la cuenta, pero no. Yo no pienso ni espero más de la cuenta. Forrest, es una de las razones por las que he pensado que ya nunca podré enamorarme de un hombre, que tengo incapacidad amatoria, o ilusoria, o como quieran llamar a ese sentimiento que te hace pintar pajaritos y mariposas cuando ves a los ojos de alguien.

A mi no me agrada la gente como él. Pero me agrada menos cuando llama a media madrugada y me dice que no deja de pensar en mí. Que se atreva a decir esas cosas solo cuando está ebrio.
Que a veces lo vea andar con otras mujeres y ambos finjamos que ni nos conocemos. Que el me vea salir con otras personas y pierda el control y me atosigue de preguntas sobre si me gusta alguien más, sobre si quiero a alguien más.

A veces, esto se sale fuera de control. Y lo peor, no somos nada.

Hace algunas semanas que no cesa de llamar, a decir cualquier cosa y a reirse y quedarse callado por teléfono como si tuviera 15 años. Me enferma. Parece un maldito oligofrénico, sin saber que decir, sin la mínima dignidad cuando le digo que no deseo volver a verlo.

Lo peor de todo,
ayer por la noche, me sorprendí a mi misma pensando en Forrest.
Imaginando como sería si no fuera tan jerk.

Es detestable, parece que el juego de la insistencia resulta para algunos.
En este juego yo soy la mala de la historia.
Cuantas veces me ha tocado a mi ser la víctima. Tal vez por lástima
debería ser mas gentil con el tipo,
por un sentido de culpa idiota, para alguien que no merece nada.

Pero yo no pienso caer en eso.
No he rechazado a tanto loser,
para caer con el peor de todos, solo porque es más terco que yo.
Solo porque estoy sola y no tengo a nadie más en el menú diario.

No, jamás.

Prefiero quedarme sola para siempre, que caer en las manos de Forrest.

Ese tipo no quiere a nadie. Imposible llegar a quererlo.

La Tierra Del Olvido

Justo ahora que me había acostumbrado a estar aquí, debo irme.
No es una obligación, solo es parte de una decisión de la cual me felicito.
Pero extrañaré mi cama, mi tV y todas las cosas materiales que me atan a este mundo,
mi mundo.

Yo le llamaba Tierra del Olvido al lugar donde trabajé por un año y donde permanecí olvidada de la civilización.

Cuando llegué de vuelta a la casa de mis papás, que por momentos siento como ajena, decidí que la Tierra del olvido no era un territorio limitado, simplemente se extendía conmigo, acompañándome a donde fuera.

Veía el mar, la playa, las casas y las calles nubladas. Los campos verdes, la fruta en el mercado, todo iba en sepia,
como en una foto que aun se va tiñendo antes de ser revelada, de los colores reverberantes de mi propio recuerdo.

Cuando decidí venir aquí a pasar mis semans de cautiverio, lejos de todos, supe que este departamento también era parte de Una Tierra del Olvido, extraña y con olor a madera.

Vivía en una cajita de madera perfumada, que lo tenía todo. Excepto alguien con quien hablar.

Me quedaba horas enteras escribiendo, oyendo música, viendo series de Tv.
Me hice fanática de tomar cafecitos en el día y "tecitos" con aroma de durazno al llegar la noche.
Cuanmdo se me acaba el dinero para comer, o me aburría de estar tantos días sola, volvía a la casa grande, a la casa de mis papás con comida caliente, postres y una charla de sobre mesa.

Volvía a ver la novela con mi madre por las noches, a oír las preguntas de mi sobrino, a recostarme en la cama de mi hermana y hablar con ella hasta pasada la media noche.

Allí me sentía segura...y tenía el internet gratis...Gran ventaja y desventaja.

Todo era inerte y tranquilo en la Tierra del Olvido, hasta que decidí volver a la vida, sobre una cama de espinos, lejos de todos los que me quieren y cerca de todos los que aun no me conocen.

Esa es parte de la historia.

Voyages

Por la noche, no pude dormir bien. Me he dado cuenta que todos los sábados toca una banda de rock aquí cerca. Es música realmente buena. Me agradaría saber los nombres. Ayer tocaban algunas de los Gun´s, Nirvana e incluso una versión loca de Strawberry Fields, debo admitir que esa canción siempre me hace sentir bien.

La música que me agrada ya no suena en las radios, a veces me da lata limitarme a la música que tengo en el computador. Cuando viajo llevo 2 o 3 CDs de mis favoritos, con frecuencia se me pierden. No sé, a lo mejor es momento de un I pod...a lo mejor...No sé.

El problema es que la música actúa a veces como "disolvente universal"...No permite que la gente se acerque entre sí. Cada quien va en sus asientos, absorto en su propia burbuja, de pensamientos y música propia. Yo suelo quitarme los audífonos para sentir un poco del ruido del mundo real, eso me anima a querer ser parte de él. No un completo cyborg de cara opaca caminado por el mundo.

Yo a veces quisiera participar del mundo real, por eso que hago lo que hago...pero es momento de cuidarme, este año, he estado en grave riesgo más de una vez. Me asombra que siga viva, ha de ser por alguna razón.

Cada vez que me despido de mis padres, parece un para siempre. Veo a mi madre saludándome desde la vereda y quisiera decirle que no se preocupe, que no me va a pasar nada, que siempre hay alguien protegiéndome, para que vuelva a casa.

Mi madre...Es tan linda, me ha despedido tantas veces, en las noches y en alguans madrugadas. Jamás podré agradecer tanto sacrificio...A veces siento que no lo merezco.

Mi madre es tabn buena...pero yo me parezco a mi padre...por eso hago esas cosas tontas y me tiró d ecabeza al río y tomo la oportunidad que haya delante y hago esos viajes a ninguna parte.
Si fuera hombre, todo sería más fácil...Tal vez mi madre no se preocuparía tanto.

tal vez...no lo sé.

Todos mis sueños

Tengo el resto de la tarde para escribir. Hace calor, ya lo dije antes.
Aun me queda en la mente esa historia de cuando era niña y mi viejo contaba que los egipcios tomaban café caliente para calmar el calor del desierto. Nunca le creí, pero a veces, cuando hace calor, lo único que se me viene a la mente es un café humeante en medio del desierto.

Tengo toda la tarde por escribir, en realidad quiero dejar de pensar un poco y abandonarme al placer del teclado. A veces siento como si fuera un piano y me dejo llevar por ese placer musical de mis propios pensamientos, brotando en palabras raras.
A veces, quisiera hacer música. A veces.

Es domingo y si nos reuniéramos para habalr podría contarte muchas historias. Siempre tengo bastantes historias en los bolsillos. Algunas van naciendo a medida que hablo, por eso no cuento las historias que deseo escribir, esas me las callo. Sé que una vez que una historia sale de mi boca, es como un pájaro que vuela lejos y libre, hacia los oídos de alguien más. A ser recibido en otro nido. Cuando una historia termina de salir de mis labios, le digo adiós para siempre, a esa ave multicolor que agita sus alas, hasta abandonar mi espacio del todo. Para cantar en algun otro oído e ir rosando por el mundo, así como las historias que me han contado, las que he oído, las que he visto suceder.

Es bueno viajar, pero a veces quisiera quedarme en un solo lugar, cómoda y perezosa para siempre. Quisiera vivir en una casita pequeña donde pueda escribir todo el día y no preocuparme por nada más que por contemplar el mar.
A veces, quisiera quedarme para siempre en mi casa.
Pero sé que debo irme.
La maleta está esperándome en el centro de la sala, a que termine de colocar las últimas ropas, los últimos regalos.
No quiero irme. Siempre es una despedida triste.
No es el vuelo de un ave que extiende sus alas para hacer un trino alegre,
cuando yo me voy, las despedidas son entre risas, pero para mí siempre son tristes.
Por eso duermo enb los viajes y
miro por la ventana, inventando nuevas historias,
que me acompañen a donde vaya.
Historias que me dejen ir,
y me permitan volver a casa.
Por eso cuando viajo, jamás hablo con nadie,
a pesar que quisiera que el mundo me hable,
que alguien rompa mi burbuja
e interrumpa la hilación de mi propia historia.

Por eso cuando viajo, pienso tanto en mí,
en el futuro,
en ese pasado
que se confunde a veces con los sueños.


Todos mis sueños.

Sunday

Es domingo, hace un calor insoportable. De pronto el cielo parece estático, las hojas de los árboles quietas, las pistas humeantes...No es agradable caminar el domingo, cuando sales con ropa de deporte y no las usuales prendas livianas de verano.

Verano, acabo de darme cuenta que casi lo es, extraño Piura, me gustaría estar allí en este momento, a pesar del calor sofocante y de que a veces no hay nada que hacer. Me gustan esas ciudades donde parece verano todo el año y jamás se nubla el cielo. La brisa viene salada desde el final del mar, allá donde los caracoles cantan profundos y las estrellas de mar se ocultan como tesoros coloridos que recogerá alguien más.

Quisiera estar frente al mar ahora, no hay nada más relajante que sentarse en la orilla y quedarte con la mente en blanco viendo las olas azules revolcarse en la arena. Toda la poesía está frente al mar. No podría imaginar otro lugar para ser feliz.

A veces pienso en él, diciéndome que no conoce el mar y su voz suena tan inocente en mis oídos, parece un niño asesino, solo eso. Alguien que parece tan fuerte, tan malo, pero de pronto dice esas cosas que me hacen verlo como un infante a la orilla del mundo, balanceando sus piernas en lo alto de un faro que ya no alumbra a nadie.

Me pregunto como será el proceso para volverse malo. ¿quién lo volvió así, práctico para elegir entre lo que hace bien un minuto y lo que le hará bien el resto del tiempo?


Yo me creo mala, me asumo de decisiones tajantes, poderosa para elegir entre lo que me hace bien y me hace daño...A veces simplemente me equivoco.

¿Te cuento un secreto? Acércate un poco...lo diré en voz muy baja...A veces tengo miedo, mucho miedo de estar muriéndome...Solo yo sé el por qué, no digas nada por favor. Solo yo sé porque temo estar media muerta.

Es domingo y parece un día de verano. Creo que hoy escribiré el resto de la tarde, pero primero iré a almorzar. Supongo que debo escribir mucho, para que luego no me haga falta. Los siguientes días, andaré muy ocupada, viajando, viviendo, pensando...debería exixtir una forma para escribir, al ritmo que uno piensa las cosas...

Hojas de oro, solo eso veo ahora.

Afuera, la ciudad se derrite bajo el sol calcinante, no hay ruidos de autos, de música, de nada...parece una ciudad detenida en el tiempo. Una calle pintada de colores dorados.

Puedes pensar que estoy triste, pero te equivocas. Siempre te equivocas conmigo.

jueves, noviembre 09, 2006

El Encuentro

>
>
>
>
>
Capítulo 2

Sebastián no tenía ninguna animadversión en particular contra Carmen. No era personal. En realidad Carmen era una buena mujer, le había entregado sus mejores años, había sabido ser paciente con sus manías, con uno que otro affaire suyo en los primeros años de convivencia.
Ignoraba por qué el amor con Carmen ya no podía seguir siendo el mismo, se culpaba por eso. Lo cual sucedía más a menudo en los últimos meses. Pero en general más que a sí mismo, tendía a culpar a Carmen, por ser siempre tan puntillosa, siempre aparentando no tener defectos. Ojalá él hubiera tenido mas tiempo para conocer otras mujeres, para vivir con otras mujeres antes de ella; pero la vida no le había dejado mas opción que Carmen.
Y vivir sabiéndolo, lo hería. Lo hería el saber que no hubo tiempo para elegir, que su libre albedrío se lo gozó alguien más.

Esa situación empezaba a dolerle y digo, a dolerle literalmente, porque había empezado a experimentar algunos achaques de la vejez, a sufrir pequeños dolores en el cuello, en la espalda, en resumen, a cansarse fácilmente. "Tal vez era la edad", le repetía Carmen, entonces Sebastián le respondía con algún gruñido sordo, “Que solo era el cansancio”.
Pero el cansancio le pesaba ahora mas que antes, le costaba recuperarse de alguna faena y peor si se trataba de un resfriado; en esas ocasiones le podía doler hasta la raíz del pelo y se hacía insensatamente dependiente de la buena de Carmen, que había pasado a tomar un papel de madre con él desde que se mudaron juntos.

Ese día martes, Sebastián se percató del dolor en su rodilla, aquella cojera ya le estaba causando más de un inconveniente al cargar los libros desde el taller de arte a la mesa de redacción. Ese dolor era lancinante y constante, algo que podía ser soportado por lo leve de su intensidad pero no por lo persistente de su naturaleza.
Lo comparó sin querer al cariño por su mujer: No era muy apasionado, nunca lo fue. No era precisamente un amor desenfrenado y sin embargo, ese cariño que siempre le prodigaba ella en cada uno de sus actos, hacía que él se volviera vano en relación a ella, que se volviera sumiso y dependiente... que se rindiera a sus pies.
Como cuando ella decidió mudarse a su casa y el no pudo oponerse.

Se odiaba a si mismo por ceder siempre ante el destino. Ésta vez ya no lo haría. Dejaría de ceder; ese dolor no lo vencería. Se decidió por sacar cita en el hospital, no iba a ser algo fácil y probablemente tuviera que madrugar, pero valía la pena descubrir la razón de su dolor.

Era un mañana fría y húmeda cuando tomó la calle Naranjos en espera del tren. Llegó temprano, pero no tanto. Ya en admisión había una cola larga que daba la vuelta y rodeaba las afueras del Hospital, se acomodó al último, resistiendo las miradas de burla contenida ante el dormilón de turno. Varias de las personas que ocupaban los primeros sitios tenían ojeras y vestían como si hubieran cruzado el Everest; probablemente su único regocijo era ser los primeros en una cola que ya llegaba a los ciento y tantos y observar la cara de sorpresa y desengaño en los recién llegados, como Sebastián.

- ¿Se le pegaron las sábanas?- Fue el saludo de una vieja pequeña que iba delante de él.
Sebastián trato de sonreír sin éxito.
- Descuida, guapo, que con este frío a cualquiera le da por quedarse en casa.

Observó a la mujer diminuta con apariencia de momia, de mirada alegre y exceso de maquillaje en el rostro; preguntándose que tipo de enfermedad la traía a ella a ese lugar aborrecible. La momia pareció leerle la pregunta en la cara.
- Vengo por mis piernas- le dijo- la diabetes me las esta matando.
- …Yo vengo por mi rodilla, me ha empezado a doler- trato de armar él.
- A lo mejor es el acido úrico- se apresuró a decir un tío que estaba mas adelante. La gota a esta edad nos afecta a todos.
¿“Nos”? Dijo, ¿“nos”? ese viejo podía ser fácilmente su padre o su maestro en la primaria y hablaba de “nos” con el desparpajo de creerse un adolescente.

Tal vez sean las varices- apuntó otro. Sebastián estaba realmente molesto. Todos allí parecían jubilados y todos a esa hora de la madrugada tenían muchos deseos de hablar. De hablar de lo que sea pero de hablar. Luego de 20 minutos en la cola que no avanzaba, Sebastián se dio cuenta que el también quería hablar, pero no sabía precisamente de qué, quería desenvolverse y no podía, se sentía algo tonto, así que decidió probar por la política…menuda tarea, la siguiente media hora tuvo que pelear con las opiniones de más viejos que solo repetían tener mas experiencia que él y de inmediato se lanzaban a hablar del gobierno, a recordar presidentes, a rememorar guerrillas. Sebastián era un hombre casi ermitaño e ignoraba aun, que temas como la política y la religión están prohibidos en todo tipo de cola, como una forma tácita de mantener la sanidad mental y la armonía en el grupo.

¡Uds. los jóvenes deberían reaccionar pronto! - Dijo alguien con el puño en alto.

Se rió para si mismo ante esa exclamación. En efecto era el mas joven de la cola, pero hacía tiempo que ya no lo era, o al menos que no se sentía como tal. Hacía tiempo que solo se sentía un viejo sin energías, resignándose a perder ante la batalla del tiempo porque no tenia el dinero ni el tiempo suficiente como para entregarse a procesos de rejuvenecimiento ni por fuera ni por dentro.
Llegó a la ventanilla cuando los turnos se habían acabado y otra vez se sintió perdedor. Había perdido la mañana y el día de trabajo, a lo mejor si se apresuraba podía llegar aun. Pero no lo hizo, no tenia caso apresurarse y perder la compostura por un trabajo que odiaba.
Salió del hospital dispuesto a desayunar en cualquier parte. No quería volver a casa. El día se prestaba para caminar, la ciudad lo empezó a llamar por su nombre y se sintió ajeno, pero de alguna forma vivo. Hacia mucho tiempo que no estaba en la ciudad por la mañana en un día laborable. Vio la gente que pasaba con abrigos, vio mujeres hermosas de caras lánguidas caminar de prisa y arreglarse contra las vitrinas. Vio hombres maduros como él, llevando café en la mano, vestidos de traje, luciendo jóvenes, atractivos, aun con vida. Tal vez no estuvieran casados, pensó. Él tampoco lo estaba en realidad, pero ¿cuál es el beneficio de no haberse casado ante un cura, cuando tienes que pagar las cuentas y hablar sin ganas en la rutina diaria, de vivir en pareja?

Se sentó en una plaza que ignoraba que conocía y vio las palomas gorjeando alrededor. Comenzó a beberse su propio café, pensando que podía costarle 3 veces menos si lo hubiera tomado en casa, cuando ocurrió. Justo en ese momento ocurrió lo que le cambiaria la vida de pronto y para siempre. Él la vio. Y ella se dejó ver.
Fue una fracción de segundo, la muchacha pasó frente a él, con las ropas volando alrededor suyo, como una aparición extraña y bella. Su rostro moreno, sus ojos negros, sus cabellos sueltos. Vio hacia él y por un momento pensó que lo traspasaba su mirada, que era a él a quien miraba, a él y no a otro a quien buscaba esa mirada.

¿Quien sabe que extrañas sustancias, aceleran el corazón o turban la mente? ¿Quien sabe que tiene una mujer para lograr que esa capa de sal protectora, se resquebraje de pronto y haga brotar un ser humano donde antes no lo había? ¿Que tenía esa mañana de especial, para que él, en riesgo de perder su trabajo haya estado allí, en el preciso instante, en que ella lo vio y él pensó que había sido visto? ¿Por que volteó a mirar justo allí? …Eran demasiadas preguntas y ella ya no estaba, en solo un minuto había desaparecido entre la gente como un espíritu y lo había dejado de esa forma, estremecido y con mil preguntas en la cabeza.
Lo había dejado, en ese estado de dulcísima estupidez, que algunos llaman estar enamorado.

martes, noviembre 07, 2006

¿A Dónde Vas?

Free Image Hosting at allyoucanupload.com




Era domingo, el día en que terminé de escribirte y fui a ver esos zapatos. Para cuando quise volver a casa, eran las 10 de la noche, entonces, decidí irme caminando.

Me agrada caminar y aunque mi casa quedaba cerca y lo hacía en la zona más segura de la ciudad, no olvidaba que era domingo, 10 de la noche y que yo solo era una mujer que caminaba sola. Fue en ese momento vi a este tipo que caminaba solitario y con paso rápido como lo hacía yo.

Con la polera gris y las manos en los bolsillos, caminaba calle abajo igual que yo. Probablemente al mismo barrio que yo. Caminamos codo a codo casi por una cuadra, pero cuando estuvimos a punto de cruzar palabra, yo decidí cruzar la avenida e ir por la otra acera. Acababa de tener miedo de aquél extraño.

Me arrepentí cuando estuve a mitad de la pista, pero ya no había vuelta atrás. El resto del trayecto seguimos caminando, en aceras contrarias, probablemente al mismo destino, mirando de vez en cuando si alguien más aparte de nosotros caminaba a esa hora, por aquella avenida iluminada, en donde los pocos taxis pasaban veloces.

Esperé a que hubiera un periodo sin autos que interrumpieran y sin detenerme a pensar, le dirigí la palabra a aquel desconocido, desde la otra orilla de la calle, en un grito que parecía un maullido que rompía la noche queda

“¿A dónde vas?”

Durante las caminatas que a veces hacía por las ciudades a las que iba de visita, había hecho innumerables veces la misma pregunta. Jamás lo había hecho en mi propia ciudad.

Es triste caminar sola, lo es más cuando llega la noche y se quedan en completa comunión el alma y los recuerdos. La segunda parte del viaje inició en Mendoza y yo me había hospedado en una de esas pensiones familiares en que esperas que no te ocurra nada.

Esa tarde la migraña se había apoderado de mi frágil seso y me había obligado a tomar la medicación. Durante la cena estuve a punto de dormirme sobre el plato de carnes, completamente absorta en las luces que se filtraban por los árboles dispersos de La Peatonal.

El clima ligeramente cálido, aumentaba la sensación de unas vacaciones de verano a pleno mes de Septiembre; pero mi mente embotada de analgésicos solo podía percibir un ambiente que me llevaba del sueño al ensueño, cada vez que pestañeaba.

Al levantarme de la mesa estaba tan mareada, que lo único que me restó fue caminar rápido hasta que el aire me despejara todas esas ideas sobre un pasado inconfesable y un futuro incierto. Para cuando quise volver a mi hospedaje, eran casi las 11 de la noche y los autos habían dejado de circular por las calles.

Delante de mí, un chico caminaba lentamente con libros en la mano. Lo alcancé con paso ligero y le dije el ya clásico ¿a dónde vas? Que era mi saludo favorito, cuando deseaba dejar de caminar sola. Al contestarme que iba hasta el final de esa avenida de 10 cuadras, me animé a decirle la frase de la que aun no me arrepiento

¿Puedo caminar contigo?

Claro, me dijo y moderamos el paso hasta caminar a la par; él aumentando la velocidad y yo caminando sin prisa. Fue la charla mas entretenida que he sostenido con alguien menor que yo. El joven apenas tenia 21 años y hablamos y reímos, sobre música y fútbol, hasta que llegando a la cuadra donde estaba mi hospedaje nos despedimos, como viejos conocidos.

Al llegar al Hotel, el palpitar continuo de mis sienes jaquecosas se había disipado y pude disfrutar de un sueño reparador después de aquél largo día de caminata, el primero de un viaje que en cierta forma me cambiaría la vida.


La pregunta de ¿A dónde vas? Hacía ahora eco, en la avenida vacía de mi propia ciudad.
El muchacho desde la otra acera contestó con un “Lejos” que sonaba más a “Ninguna parte que te interese”.

“¿Lejos?”
Volví a preguntar con una sonrisa, al ver que tomábamos la misma vía que volteaba a la izquierda, siempre separados por la pista de dos carriles.
Dudó por algunos minutos más y luego gritó “Hasta mi casa” sin voltear a mirarme.

En ese momento, yo me di cuenta que donde quiera que fuera su casa, no estaba camino de la mía. Y tampoco estaba ya en mis manos poder cambiarlo.

Entonces, seguí caminando mucho más lento, mientras sonreía avergonzada por la osadía. ¿Qué estaría pensando ese tipo de mí? ¿A quién le contaría el hecho, cuando llegara a casa? ¿Se arrepentiría por no contestarme?

Frené las reflexiones que me inculpaban, cuando me di cuenta que yo había pasado innumerables veces por ese dolor que te da el callar. Ese dolor punzante que te ataca varias noches seguidas cuando no te atreves a dar el primer paso, o a contestarle a alguien cuando te hace la pregunta tonta "¿Y tu quién eres?" O un simple y llano “¿a dónde vas?”

Había probado muchas veces de ese dolor y prefería pasar por la pequeña humillación de haber tendido un puente que alguien más prefirió quemar.


Esa noche me acosté tranquila, pensando que siempre sería más fácil hablar con alguien que no tenga reparos en caminar a tu lado, a cualquier destino, en cualquier lugar, cuando dejas por un instante, toda la vergüenza de lado, toda esa incertidumbre sobre la futura respuesta y te atreves a preguntar desde la otra acera de TU propio mundo:

¿A dónde vas?
*
*
*
*
*
*
Imagen: Av. José de San Martín, Mza.Argentina.

lunes, noviembre 06, 2006

La(s) Mujer(es) que está(n) a Tu Lado

Amo lo que soy cuando estoy a tu lado...

Esa frase suena tan cliché, pero pienso que seria mi frase de amor perfecta. Jamás tan real como eso. He amado a hombres que me han hecho sentir pequeña, que me han hecho sentir tranquila, con la vida en calma... Como una planta estéril… una flor decorativa de la cual limpiar el polvo solamente.

Y yo he dejado que me hagan sentir así, que digan que me quieren, desean, adoran.

Sin, embargo yo seguía siendo esa flor muerta, que solo puede agradecer, con un pétalo deshojado, con una espina menos a quien dice que la admira.

Detesto a esa persona que ves cuando estoy contigo.

A esa persona que soy, plástica y muerta cuando estoy a tu lado. Detesto que no me retes a romper el círculo de tranquilidad perfecta. Que permitas que me quede como un vegetal que debe conformarse con el agua que le das. Con esa luz artificial que me debe conservar siempre para ti. Solo para ti.

¿Cuantas mujeres soy yo? Ni te lo imaginas. Han amado a una sola y con eso se han conformado. Porque parece que eso es suficiente, más nunca lo es.
Una mujer es una flor que brota una y otra vez del mismo tallo. Alguien que se regenera, evoluciona, hace el bien y hace daño.

Te conformas con saber que soy la mujer que te puede acompañar toda la vida. Una mujer a la que no retas en el dolor ni en el fracaso. Una mujer simplemente, fácil, decorativa, amoldable. Una sola.

Quisiera decirle a alguien que amo lo que soy, cuando estoy a su lado.

Pero no.
Pasa con frecuencia, que al amar a alguien solo lo amo a el y me olvido de mi misma. Porque el amor es ese lugar cómodo que dura segundos y desaparece antes que pueda atraparlo.

Amo a esa gente que puede hacerte rebasar los límites de ti misma, que te da una nueva frontera a cada paso, un nuevo horizonte de lo que son las cosas y de lo que deben serlo.

Amo a las mujeres que pueden entregarse, experimentar, causar placer y dolor.
Mujeres que no se temen a sí mismas, que quieren ir mas allá de lo que se espera de ellas. Amo a las mujeres. Seguro que no lo sabías.

Y despertar una mañana al lado de alguien sin pensar que acabo de perderme.

De perder a las mil yo que el mundo no conoce, a la histérica y neurótica que odia al mundo sin razón alguna, a la que escribe poemas solo cuando está depresiva, a la mujer feliz que se desnuda cuando los lugares son abiertos y el cielo es el único techo.
No quiero perder a esas mujeres que no conoces, a esas que solo me atrevo a mostrar cuando escribo. No quiero perderlas por una vida cómoda, en que te sea fiel eternamente y tú accedas a todos mis caprichos.
Dame guerra mírame, aquí estoy.

¿Por que es tan difícil verme si dices que me amas? Entonces ¿qué amas de mí si no puedes mirar dentro mío?
Si aplaudes de saber que puedo escribir historias que los otros interpretan, pero que tu…que tu jamás lees.
¿No seria genial, poder mostrarte por completo a la persona que dice que te ama? Entonces ¿por qué volteas el rostro si confieso mis amores, mis errores, toda esta mierda que soy? ¿Por que prefieres no leer esa parte?

Quisiera que me dejes ser más de lo que soy.

Que me dejes crecer, hasta terminar de conocerme. Y no te equivoques, no amo a los poetas, ni a los que escriben, ni a esa sarta de artistas fracasados como los puedes llamar alegremente. No es por eso que escribo, ni por eso que leo. No.

Yo amo a gente de carne y hueso. Que tiene el valor de vivir lo que yo escribo. Que sale a la calle y vive esa vida heroica de la que yo escribiré mas tarde. Que vive con tanta fuerza, tanta pasión…, sin miedos, sin nada que los ate a este mundo.

Amo lo que soy cuando soy a tu lado....ja!

¿Quién podría hacerme decir eso? El amor es un camino largo y tortuoso, donde nunca te debes conformar con menos.
Con alguien que te dé todo y sea incapaz de hacerte soñar…o aun peor…incapaz de acompañarte a que tus sueños se hagan realidad.

No me conoces, ni puedes hacer que broten de mí todas esas mujeres que aun no conoces, me intentas dar calma, tranquilidad, silencio. Te olvidas que quiero mover el mundo. Que con una sola palabra, yo podría levantar tu mundo y hacerlo volar en pedazos…imagínate, si lo intento.
Imagíname, que todos mis yo te pudieran amar algún día. Eso es a lo que te niegas, cuando estás conmigo. Eso es de lo que intento escapar cuando camino a tu lado.

Empezando el Lunes

Disfruto escribir, este año solo he hecho eso. Escribir casi 500 páginas de mi vida interior, de mis

emociones…mi ego mas intimo visto desde todos los prismas.

Disfruto escribir, pero creo que ninguno de nosotros se imaginaba cuanto.

Tal vez si me pagaran por escribir, ya no seria tan divertido. Tal vez…es solo una suposición.

He descubierto que gozo d pequeños placeres, como escuchar música a solas, mientras escribo.

Como caminar cuadras de cuadras en busca de un dulce que sepa a canela, solo para comer un

bocado y guardarlo luego en el bolsillo.

En esos momentos, pienso que nadie podría entenderme, ni llegar a conocerme, porque yo

apenas lo estoy haciendo.

He descubierto, por ejemplo, que disfruto cortando el tomate en delgadas rodajas, al llegar la

noche y ponerle mucho limón y mucha sal, para comerlo luego, a escondidas. Con el corazón

palpitando por ese placer que no se me permitía hacer de niña.

Escurrir luego, todo el jugo en mi garganta, hasta que mi cara cambie de expresión por lo ácido

que es. Ese es mi pequeño placer, algo oculto, tonto, insobornable.

Disfruto de pequeñas cosas, que me hacen sentir boba de solo contarlas.

Este año he podido superar todo ese karma de decir siempre las cosas correctas para dar la

mejor impresión y de poder confesarme (tamaño error) cosas que podrían llegar a

avergonzarme severamente, si no las estuviera escribiendo desde la otra orilla del mundo.



No sabia quien era, ni que quería, hasta hacer este viaje de pesadilla al interior de mi misma,

para sacar lo peor…lo mejor de mi…simplemente, lo cotidiano.

Siempre rodeada de tantas personas, jamás supe realmente que me gustaba, hasta hoy que

anoto mentalmente los detalles que hacen de mi vida una odisea feliz o infeliz. Esos pequeños

detalles, que me enamoran de mi misma y no dejan que sucumba a la completa locura, que

pareciera ser el diagnostico de vivir en soledad.


*Oíste la música que acompaña a la promoción de nuevas series en Warner? Es buena inicia como hindú termina con gritas flamencos. Es realmente buena.

domingo, noviembre 05, 2006

Cartas de Domingo

Tengo dos correos oficiales, uno para la familia y otro para el trabajo. sin embargo,
jamás los reviso. Siempre están llenos de lotes de correo, o de esos correos en cadena, que me suelen enviar mi familia y amigos. Odio recibir esos correos, abrirlos como archivo adjunto y esperar una presentación de power point que me quitará 5 minutos de mi precioso tiepo creativo, los detesto.

Le he dicho a mi hermana que si tanto le gusta enviérmelos, al menos escoja solo los de
contenido "maleado", entiéndase por esto, aquellos de humor negro que puedan hacerme reir
por un buen rato. Ella ha entendido. Una vez a la semana reviso todos esos archivos adjuntos
y me rio un buen rato. Por momentos me toma la tentación de enviarselos a alguien más, pero
no cedo. En primer lugar porque odiaría enviar correos con mi nombre real y en segundo porque
no deseo aumentar el tráfico de internet con esa clase de misivas.

-----------------

Hoy revisé mis correos "oficiales". Están llenos de gente que se consideran mis amigos, o de los compañeros de la universidad o de algunos cursos. Siempre hallo nombres graciosos en los
mensajeros, lo que me obliga a ver de quien se trata. hoy por ejemplo había uno con una frase

"Donde no hay incendios, no hay heridas mal heridas..."

¿qué rayos significa eso?

Parece que la gente se desanima del ingenio con el que se colocaron su primer NICK y ahora lo cambian por cualquier frase estúpida que le revuelva los sesos a la gente normal, que no entiende el lenguaje subliminal de la estupidez humana.

A veces hallo frases larguísimas en otro idioma. Me imagino que es alguno de mis viejos amigos extranjero, pero no. Son algunos de mis compañeros de idiomas que no llegaron ni siquiera a tercer ciclo, colocando una frase en francés que ocupa casi 3 líneas y de cuyo significado no tengo ni idea.
¿Cómo hace para escribir semejantes cosas?

tengo una amiga que coloca frases en portugués que siempre me parecen obscenas, ignoro porqué. A veces pienso que en Brasil se valen de esa h intermedia en todas las palabras para ocultar algun significado genital.

Si, ya sé parezco quemada. Pero tendrían que ver esas frases...

----------------

Yo no escribo frases en el MSN. Antes lo hacía en el Gmail, para cuando tenía que hablar con alguien y que supiera que llevaba rato esperandolo (a).

(Que cínica soy al colocar esa (a) jamás espero hablar con mujeres...)

O en esas raras ocasiones en que peleaba con el Sánchez y no deseaba hablarle, asi que solo nos dejábamos frases ponzoñosas, que al final no eran tales; eran solo una excusa para hablarnos de nuevo y reirnos por ese mal intento de ofensa.

Es divertido hablar con el Sánchez, me pregunto que estará haciendo. Vendría en diciembre para hacer nuestro tour de comida, pero parece que le cambiaron el aserrín a ese laboratorio donde vive/estudia/trabaja y ya no lo veo nunca.

Extraño al sánchez, que raro, será que yo ya no vivo/estudio/ni trabajo en ninguna parte.

---------------------

Yo tengo 2 correos oficiales y 3 no oficiales. En los últimos 3 tengo alguna fauna de amigos virtuales con los que ya no hablo mucho. Es raro, pero ejemplarmente nadie me envía correos en cadena a éstos, en donde figuro como Laura La Necia.

parece que saben de mi mal genio y solo me escriben en circunstancias especiales o para comentarme acerca del blog.

Entro periodicamente al Gmail y me deprime ver que en lugar de los correos de A. ahora solo hay correos spam, casi 20 por día, invitándome a probar viagra o a visitar la página de Calamaro (fue una mala idea entrar a comentar/burlarme en el blog de Calamaro) lo bueno es que ahora me llegan avaneces de sus discos o de sus videos...Si al menos fuera guapo el tío...

Envidio a A. acaba de comprars el CD que yo quería, aquí está su música, es el de Pamela Peru Blues.
genial, genial...suave como debe ser la música los domingos.

----------------------

Últimamente no me anima entablar una charla de mas de 3 líneas con mis amigos por el MSN.
A veces simplemente quisiera no entrar, pero ya sabes, hay alguna esperanza de que alguien no esté tan aburrido y puedas hablar mas de 3 líneas con algo de gracia.

Odio las charlas lentas, me pongo muy hiperactiva cuando escribo. deseo que me respondan velozmente...bueno eso era antes...Ultimamente hablo con RK y hay lapsos de casi 5 minutos en que no nos hablamos y a pesar de ello la charla sigue siendo entretenida. Me agradan sus caritas o las flechas que pone para señalar que me entendió la idea.

R.K es genial. me deja escribir y leer otros blogs mientras hablamos, me siento muy cómoda, muy fresca, muy serena.
Ojalá nunca se entere que soy una bruja...o ya lo sabe? ¿Y no teme convertirse en sapo? Who knows?----> WTF Knows?

Antes solo hablaba para hacer juegos de palabras, practicar el humor negro, jugar a las ofensitas inteligentes...ja! es cansino todo eso ( ¿ves que cambié mi inefavble "cansador" por el "cansino" que sugiera la RAE?)
---------------------------

He estado algo mal durante la semana, tuve miedo. Pensé que no saldría de esa. me abruman las migrañas, siento a la muerte tan cerca, que al día siguiente todo me parece bello.

Antes sentía que la migraña sería un impedimento para trabajar como médico. después de la medicación quedo como un trapo que aunque recupera al cabo de dos horas la conciencia, no puede levantar ni un músculo, ni hablar. cautiva de su propio cuerpo adormilado.

Sin embargo, en la carrera, descubres que mas de la mitad del personal médico sufre de migrañas de mayor o menor intensidad. Cada quien te recomienda su propio "cóctel lítico".

Una vez, en una crisis, me tuvieron que inyectar analegésicos por ambas venas y por último colocarme Diazepám intramuscular. Luego mi novio me llevo a casa y yo no sabía donde estaba, que pasaba. No sabía nada. Y él lloraba y me acariciaba el cabello.

Por eso supe que siempre estaría sola.

Nadie querría pasar ese tormento conmigo. Nadie entendería ni sabría que hacer. Solo él.
Antes me deprimía pensando que me quedaría sola como un perro.

Ahora pienso, que no es tan malo. Aun no.

------------------------

Hace mucho que no escribo directamente en blogger. Pero cuando escribo en casa, en word, con la laptop y el silencio reinante, siento que escribir fuera una obligación...un trabajo.

Aquí, lo hago por placer, acabo de ir a comer unos tallarines chinos de muerte. Sin cargos de conciencia, ni pensar en calorías. Amo la comida china. es genial.

pero odio la comida china que hacen Chile, esa si que no me gusta. En Santiago, puedes comer la mejor comida rápida del mundo, pero no comas comida china, da asco. ese Arroz Chaufán deprime...odio la comida que deprime, por eso no puedo ir a restaurantes vegetarianos, termino llena, pero me voy triste.
A veces pienso que los vegetarianos son personas tristes, pero a vecs la Zaferson me demuestra que no...solo son pèrsonas chifladas.

A veces me levanto soñando con unas empanadas llenas de queso derretido, o uno de esos completos con hot dog que ellos llaman vienesas y con mucha mayonesa encima. Me admira que no sean obesos los chilenos, con esa comida en solo 2 semanas puedes aumentar 10 kg.

lo que no tienen en Chile, son esas carretillas con zumo de naranja que te lo hacen "al toke"...vaya! ese zumo de naranja me transtorna la vida...pero debo llevar mi propio vaso, me da asco tomar en esos vasos de vidrio opaco. Me da desconfianza el vidrio opaco y beber en la calle.

perop para eso existen los antibióticos...o los antipsicóticos...

---------------------------

Este mes espero que me operen mis ojitos. odio los lentes, son un símbolo de mi encierro mental, de Mi No al Mundo, de mi vida en sacrificio por el Claudio. Me los compré con él, esa última vez que nos vimos. Eran preciosos, entonces. ahora no me gustan. Ya no los necesito, a él tampoco.

Mis lentes me dan superpoderes, puedo mirar lejísimos con ellos, hallar una estación de metro a cuadras de distancia y leer letreros que nadie mas lee. pero cuando me los quito, no veo nada.

M e he acostumbrtado tanto a ellos, que ni en casa me los quito. Que me veo al espejo y no puedo enfocar bien en donde maquillarme, así que debo acercarme mucho al espejo, a vecs empaño el espejo, de tanto acercarme.

A veces entro a la ducha con lentes, o me emjabono la cara con los lentes puestos, como hoy.
Sin lentes, me siento desnuda, insegura, que no soy yo.
Por eso es momento de operarme. Por eso, y porque ya he rayado las lunas de policarbonato de tanto limpiarles el rimel que se les pega en las lunas.

Mis pestañas empañan las lunas y quedan con manchitas negras. entonces siento que el mundo estuviera con un disfraz de dálmata, lleno d epuntos negros tapando las imágenes cotidianas.
debo operarme, lo sé.

pero no quiero viajar.

----------------------

Buenos Aires es un buen lugar, eso dicen. No sé. Prefiero visitar las ciudades como pobre, con mochila y hablando con full gente. de solo imaginar que iré en onda fashion, preocupándome por los zapatos, la ropa, o el lugar, me siento insegura.

Insegura como caminar sin lentes, esa no soy yo. siento como si todos supieran que estoy fingiendo, que es la primera vez que ceno con una servilleta bordada en las piernas o que es la primera vez que bebo vino,
por eso "seguro que me embriago".

No, solo ocurre que el vino me pone con las mejillas muy calientes y pensando en sexo los primeros 10 segundos. Luego me adormezco rapidamente y dejo que hablen de lo que sea, sin responder a nada. Por eso no acepto beber vino. M e siento estúpida...estupidamente feliz, como para que lo vea cualquiera.

-------------------------------
Oye, ya me debo de ir. hay una oferta de zapatos y sabes como amo probarme zapatos y si son de tacón mucho más, de esos que aun no sé como manipular para caminar sin que me duelan. De esos que me aumentan como 10 cm y me hacen sentir bien sexy bien mujercita, pues mejor.

Sabías que peso los zapatos en la mano antes de probármelos? Que peso toda prenda antes de comprarla? Soy medio...casi maniática...pero eso no se lo confieso a nadie, dejo que caigan en la red, pensando que soy una buena chica...una buena chica.



Nos vemos, besos.


Lo olvidé...sabes? Ayer vi ese film, ese con Jim Carrey y Keith Winslet..."Eternal Sunshine... de una mente sin recuerdos" es bueno, me agrada. me agrada cuando carrey deja de hacer muecas y puede actuar como un hombre cualquiera lleno de pesares. Lo debieron nominar al Oscar...en fin. No me agradó el final. Fue casi feliz...tu sabes...no me agrada cuando algo termina perfecto, presiento que en 5 segundos, se quebrará, será irreal, fútil...prefiero los finales abiertos...No sé, a lo mejor solo yo entendí ese final como casi feliz...Bah!
otro beso .




Dimanche

A veces, estoy como hoy, tranquila. Me agrada esta casa, con todo a mi disposición y sin
nadie cerca para decirme que hacer. Es un bonito departamento, el mejor de los que haya
tenido, pero a veces…simplemente me siento como en una jaula dorada.

Paso tanto tiempo aquí, que a veces me olvido como es el mundo allá afuera, el estrés de
movilizarme en buses o de llegar temprano a alguna cita. Todo está tan cerca, que solo
necesito salir a caminar. Yo camino. Camino mucho. Eso me hace bien, escribo mentalmente mientras camino, es algo que practico desde niña. Voy contándole a alguien más lo que veo, lo que me admira, sus relaciones conmigo, lo que voy sintiendo mientras camino. Sin embargo la mayor parte del tiempo la paso aquí, en mi pequeño universo donde tengo todo, para protegerme de todos.

Podría perfectamente poner una cámara que me filme las 24 horasdel día yendo de aquí para allá, con los libros en la mano, con la taza de agua pura que tomo cada media hora, con el cabello atado con lo primero que halle a mano, incluso un lápiz.

Pero seria un video aburrido, la mayor parte del tiempo, estaría solo recostada en el piso,
intentando hacer abdominales o sentada en el sillón, escribiendo las bobadas que pasan por mi cabeza. Sería un video aburrido, de alguien que se interna cada dos semanas aquí, para estar lejos de todos. Que recibe llamadas telefónicas, ayudándola a sobrevivir, que compra
vegetales para el día y cuyo máximo placer es ver un plato bien arreglado antes de almorzarlo a las 3 de la tarde. El exhibicionismo en su máxima expresión. A veces me río de mi misma, pero siento que le tengo que sacar provecho a mi vida extraña. Podría vender el video por Internet, allí siempre hay gente loca fisgoneando la vida de los demás. Seria mas divertido con otro protagonista, pero tu sabes, esto es lo que hay.

Nada más.
Un beso, debo irme a duchar.

viernes, noviembre 03, 2006

Ser o No ser Gorda(3): Dieta del Caballo

Hoy, como cada viernes, escribiría sobre mi batalla por bajar de peso. Hablaría, por ejemplo de mi entrenamiento casero, a base de tae bo, abdominales y bicicleta elíptica. Que la primera semana fue horrible, que un día salí a la calle y sentía mi abdomen tieso (no plano, sino tieso) por el exceso de abdominales que hice mientras miraba TV (veo mucha Tv).
Que el rollo obviamente seguía allí, porque el tejido adiposo sin dieta no se va a ninguna parte, pero que mis laxos músculos abdominales habían recibido una dosis extra de ejercicio y ahora estaban más paralizados que abdomen con peritonitis.
Que caminaba y sentía como si de pronto usara una faja de metal oprimiéndome la guata.

Fue entonces que opte por hacer dieta. Pero nada de esas dietas estupidas de revista, que te vuelven anoréxica en 20 días y a la semana te vuelves a inflar como globo. Nada de dietas con sopa, con limones, con piña. Haría mi propia dieta a base de vegetales y carnes. Exenta casi en su totalidad de los malditos carbos, responsables de la obesidad y otras maldades.
Tampoco la llevaría al extremo,
iniciaría con una Dieta Alami…No, no a la Mierda…sino A la mitad,
comería solo la mitad de mi alimentación habitual. Así no seria tan extremista y podría llevarla a cabo, sin tener que ir al fridge a media noche a embutirme cualquier cosa, como lo hacían mis amigas, dietistas experimentadas.

Inicié quitándole al desayuno: los panes. Al almuerzo: la papa o el arroz, a la cena…Bueno, mejor no cenaba…Dije adiós a los utilísimos tallarines ( que se preparan en 20 min) y me despedí para siempre de la pizza o cualquier otra comida rápida y engordante.

Pero en eso empezó la ansiedad.
Los carbohidratos en exceso pueden llevar a la hiperactividad en niños y en las dos primeras horas de digestión, pueden causar somnolencia en el adulto; pero nadie me dijo que su carencia podría llevarme a estados de ansiedad infinitos.

Para alguien como yo, que en los últimos meses se había acostumbrado a comer un trozo de pastel diario o interdiario, el déficit de la azúcar procesada resultó casi un suicidio. A veces aguantaba todo el día, pero en la noche, necesitaba un trozo de pastel, un pastelito tan solo.
Que desgraciada se había vuelto la vida sin carbos.

A la ansiedad de vivir sin sexo, se aunaba la ansiedad de vivir sin azucares. Mi vida se había vuelto una porquería. Comer tortas de chocolate, me quitaba la ansiedad del sexo, pero si las comía a diario, engordaba, si engordaba mis opciones de hallar a alguien para compartir la cama disminuían, si me quedaba sola y sin sexo, en 20 años me tendrían que sacar de casa con un remolque. En definitiva: Un círculo vicioso, que me hundiría en la depresión más pura.
Fue entonces que elegí.

Nada de tortas para suplir el sexo, iniciaría de una vez por todas
con el higiénico y saludable oficio del onanismo.
Alguien dijo ¿la dieta del Caballo? Bueno, si.... Así me tranquilizaba. El desequilibrio hormonal de finales de mes, me volvía loca, necesitaba algo que sirviera de pararrayos para toda esa energía incontenible que me daban las mareas estrogenicas.
Y no estaba entre mis opciones hacerla de yegua salvaje, para calmarme.

Claro, a este punto alguien diría, que eso es una perdida de tiempo. Que preferible y me busque un “amigo”. Pero vamos! Yo intentaba evitar la depresión y la ansiedad, si conseguía a una persona que me “satisficiera los bajos instintos” ambos síntomas aumentarían.
(Aun no estoy enferma, solo son síntomas vagos)
Y estaba muy lejos de llamar por teléfono a alguien para proponérselo. Vaya premio! Ya me imagino: Alo, fulanito, puedes venir a mi casa es que me siento sola...uy que calor hace, mejor me quito la polera…jaaaaaaa…Ni muerta!

No estimaba a nadie tanto, como para regalarle una noche juntos.

SEXO EN RED

Masturbarse a solas es aburrido, pueden decirme, ¿Por qué no probaste con sexo virtual? Y entonces yo me río de la propuesta que incluye la búsqueda de un compañero a doc, que por la Web cam no se vea como un cerdo que tiene embarrados hasta el Mouse y el teclado, de tanto darle a la vaina.
¿Es eso quaker?...No, se me cayó el yogurt, responde el tío...jaaaaaaaa...
O a algún amigo cibernético con quien quieras “compartir cariño” sin tener que involucrarte emocionalmente, en futuras ocasiones de Necesidad .

¿Es eso posible? ¿Practicar sexo a distancia con alguien que sea previamente tu amigo, solamente? ¿Sin involucrarte, ni un poco? ¿Sin pensar que...quizás...tal vez...el tipo no quiera ser solo tu amigo?

Y es que eso de no mezclar sentimientos y sexo, vale incluso para las relaciones internauticas. Seria terrible enterarse que eres el contacto sexual de alguien a quien estimabas a otro nivel.
Por eso existen los contactos que son específicamente para compartir asuntos carnales y en que ambos están concientes que solo eso los une. No se habla de nada más, ambos solo quieren hablar de sexo. Es una necesidad mutua sin responsabilidades de por medio. Y gratis!
Tenía amigos de ese tipo, pero los eliminé caundo quise volver al camino de la castidad virtual.


Estaba en este punto de comer menos, tomar mas agua, hacer ejercicio, escribir y tocarme, cuando alguien me dijo que mejor ¿Por qué no intentaba conocer a alguien?
Uffff ¿Alguien? Conozco a mucha gente, pero nadie me interesa lo suficiente como para llegar al otro nivel. Ni siquiera al nivel previo. Ni siquiera a una charla muy, muy previa, que pueda llevar a un nivel más íntimo
¿Me habré vuelto exigente y engreída con los años? Probablemente.

Pero si se diera el caso de conocer al tipo perfecto, que gustara de leer o coleccionar música, tanto como de ver Frasier o Futurama... Yo no estaría emocionalmente lista (físicamente, ni hablar) para iniciar una relación. Estaría tan ansiosa por un encuentro de otro nivel, que lo arruinaría todo. Tendría que esperar y esperar…para no intentar violarlo a la primera oportunidad.

¿Que haría durante ese largo periodo que aguarda entre la primera cita y el deseado encuentro sexual?
Pues, nada. A guardarme en casa y hacer mucho ejercicio, como ahora, tomando mucha agua y aprendiendo a tocarme, a quererme....En criollo A masturbarme, pues!

¿Como puedes saber si te gusta el sexo, si no te lo sabes hacer a ti misma?

Estoy a punto de cumplir 27 años y recién tengo tiempo de tocarme e ir descubriendo cuáles son las cosas que en verdad me gustan de mi. Muy lejos de ese personaje que todos asumimos cuando solo vamos a la cama con alguien mas. Cuando solo eres la mitad de algo y sientes una soledad de huérfano al terminar de hacerlo.
Tenía que ser mas egoísta con mi cuerpo.

Sin cargos de conciencia, por darse placer. Sin pensar en las consecuencias, en si el preservativo funcionó, en si fue amor o no. Simplemente relajada, lista para una ducha tibia y un sueño sin pesadillas.

Hoy, iba a hablar sobre mi lucha para bajar de peso.
Pero creo que la verdadera lucha se libra con una misma. Jugar a quererse y a que te quieran, sin ningún remordimiento.

PD. La dieta del Caballo siempre será más saludable que la dieta de la Yegua.

24 horas de mundo real

La pregunta para el ensayo en francés se refería a ¿Qué acontecimiento había cambiado mi vida. En la practica oral había ensayado la típica ...