Ayer, aprovechando que la red aun no se me había congestionado con mensajes navideños, tarjetas, canciones y gente que chatea con familiares y amigos de otras partes del mundo; me tomé el debido tiempo para enviarle los mensajes navideños a la gente que ha logrado mi aprecio en este, mi corto tiempo cibernético.
La tarjeta sería esencialmente la misma para todos, a excepción de la canción que enviaría. Debo confesar que creí sería un trabajo fácil, pero elegir una canción pirata para enviar es una labor rompe-cocos.
¿Cómo elegir una canción que la otra persona ya no tenga en su colección? ¿Cómo elegir una canción que se amolde al estilo del receptor, para que no la dejé enmoheciéndose en su reproductor mp3?
Menudo trabajito…Más fácil me hubiera resultado regalar un poema, o alguna frase bonita. Pero recordé que la mayoría de gente que conozco es muy buena en eso de escribir y expresar lo que siente a través de palabras. Sería como regalar un par de sandalias a un vendedor de zapatos…
No solo eso. A la mayoría de gente que conozco, le entra la depresión y el amor a los desvalidos solo en estas fechas, que es cuando comienzan a odiar al mundo por su burda campaña comercial en pro de comprar regalos como locos en las calles y en los grandes almacenes. Es diciembre el mes en que la gente anda mas deprimida y amargada que de costumbre, reflexionando por cada abrazo o tarjeta recibida, como si tales cosas fueran un insulto.
Yo me confieso fanática del buen espíritu navideño y todo lo que lo acompañe. Escojo Diciembre como el mes de los deseos sinceros y dar abrazos por doquier. Así que enviar una tarjeta llena de mi espíritu positivo, podía sonar a bofetada en gente que pretende conservar su espíritu de bajones navideño hasta el 31 de Diciembre…
Fue entonces que ideé ese mensaje poco grato, acompañado de canciones que son mis favoritas por una que otra razón estrictamente personal. Quería compartir algo…El problema es que cuando comienzas a compartir, pretendes que sea a todos por igual…Incluso a gente de la que ni te acordabas que habías sido amiga…
Todo un beneficio para el corazón poder regalar sin esperar nada a cambio…
Mucha de la gente a la que he enviado Mi regalo, como se titula ese e- mail, tuvo la gracia de contestarme, enviando incluso canciones para la ocasión. Un gesto que confirma, que la gente solo anda dormida y necesita un abrazo que los despierte de vez en cuando…
También hubo gente que me mandó al diablo, como el caso de una mujer que al leer el e- mail, pensó en su mal español que ese texto y canción eran algo así como una declaración de amor y no una simple tarjeta navideña para su esposo…Por supuesto sus “amables deseos” de que me muera de la forma mas dolorosa posible, se extendieron también a mi familia y mi país…
Poder enviar mis buenos deseos para estas fechas, ha sido una buena experiencia. Lo único que lamento es no tener el correo de algunas de las personas que me comentan al blog y de las cuales mantengo el mejor de los recuerdos. Espero, que la semana que queda, pueda hacer por ustedes algo de lo mucho que han hecho por mi estos últimos meses: Sentirme acogida.
La tarjeta sería esencialmente la misma para todos, a excepción de la canción que enviaría. Debo confesar que creí sería un trabajo fácil, pero elegir una canción pirata para enviar es una labor rompe-cocos.
¿Cómo elegir una canción que la otra persona ya no tenga en su colección? ¿Cómo elegir una canción que se amolde al estilo del receptor, para que no la dejé enmoheciéndose en su reproductor mp3?
Menudo trabajito…Más fácil me hubiera resultado regalar un poema, o alguna frase bonita. Pero recordé que la mayoría de gente que conozco es muy buena en eso de escribir y expresar lo que siente a través de palabras. Sería como regalar un par de sandalias a un vendedor de zapatos…
No solo eso. A la mayoría de gente que conozco, le entra la depresión y el amor a los desvalidos solo en estas fechas, que es cuando comienzan a odiar al mundo por su burda campaña comercial en pro de comprar regalos como locos en las calles y en los grandes almacenes. Es diciembre el mes en que la gente anda mas deprimida y amargada que de costumbre, reflexionando por cada abrazo o tarjeta recibida, como si tales cosas fueran un insulto.
Yo me confieso fanática del buen espíritu navideño y todo lo que lo acompañe. Escojo Diciembre como el mes de los deseos sinceros y dar abrazos por doquier. Así que enviar una tarjeta llena de mi espíritu positivo, podía sonar a bofetada en gente que pretende conservar su espíritu de bajones navideño hasta el 31 de Diciembre…
Fue entonces que ideé ese mensaje poco grato, acompañado de canciones que son mis favoritas por una que otra razón estrictamente personal. Quería compartir algo…El problema es que cuando comienzas a compartir, pretendes que sea a todos por igual…Incluso a gente de la que ni te acordabas que habías sido amiga…
Todo un beneficio para el corazón poder regalar sin esperar nada a cambio…
Mucha de la gente a la que he enviado Mi regalo, como se titula ese e- mail, tuvo la gracia de contestarme, enviando incluso canciones para la ocasión. Un gesto que confirma, que la gente solo anda dormida y necesita un abrazo que los despierte de vez en cuando…
También hubo gente que me mandó al diablo, como el caso de una mujer que al leer el e- mail, pensó en su mal español que ese texto y canción eran algo así como una declaración de amor y no una simple tarjeta navideña para su esposo…Por supuesto sus “amables deseos” de que me muera de la forma mas dolorosa posible, se extendieron también a mi familia y mi país…
Poder enviar mis buenos deseos para estas fechas, ha sido una buena experiencia. Lo único que lamento es no tener el correo de algunas de las personas que me comentan al blog y de las cuales mantengo el mejor de los recuerdos. Espero, que la semana que queda, pueda hacer por ustedes algo de lo mucho que han hecho por mi estos últimos meses: Sentirme acogida.