jueves, abril 06, 2006

Estrellitas y Duendes


De niña, mi padre nos llevaba al jardin trasero, colocaba una manta en el piso y hacia que todos nos acostaramos a ver las estrellas. En la costa es dificil ver una noche totalmente estrellada, pero cuando eso sucedia era una fiesta para los ojos. Yo veia a las estrellas parpadeando en el cielo y trataba de saber de que estaban hechas, o si habia estado ahi siempre, si estarian luego, si se movian cuando yo cerraba los ojos.

Imaginaba a la noche como un lienzo negro azulado que ocultaba detras suyo un enorme firmamento brillante, algun sol esplendoroso, al que eramos incapaz de ver. Pensaba que las estrellas eran sus brillos fizgones a traves de una noche rasgada. Siempre pense que detras de cada noche habia un cielo brillante que mis ojos no podian ver.

Ahora siento que la vida es igual. Todos hablamos de hallar la felicidad, de hallar amor, de encontrar alegria y esa idea nos vuelve impacientes y rabiosos cuando en general somos solo fantasmas arrastrando soledades y nostalgia. Fantasmas que vivimos quejandonos de un dolor que de una u otra forma nos une y nos hace humanos. ¿ que es la felicidad ? Acaso no es el brillo de una estrella diminuta en un firmamento negro?.
Los momentos de felicidad son tan escazos, tan esporadicos, tan pequeños, que solo los apreciamos cuando han terminado.

El 90 % de nuestro tiempo solo hay dolor, solo hay cosas que nos vuelven tristes, por eso cada momento de felicidad es una estrella encontrada, es una sonrisa que pareciera sempiterna. La felicidad que ansiamos volver a tener entre las manos se escapa siempre demasiado pronto. El primer beso en un aeropuerto, el abrazo en la ducha, las bromas tomando cafe. Salir a bailar, nadar mar adentro, saltar en una cama elastica...todos son momentos tan fugaces que recordamos a blanco y negro con una nostalgia del que parece siempre estar destinado a vivir en dolor.

El dolor que nos une, que nos hace fuertes, que nos permite escribir, cantar en voz alta y ser menos malos con los demas. Dicen que siempre buscamos dar aquello de lo que mas carecemos. Todos aqui somos personas buscando dar amor, buscando hacer brotar una sonrisa, una gota de vida en cuerpos que se pintan a si mismos cenicientos. Cada minuto aqui me recuerda que vale la pena todo ese dolor, todo ese cielo oscuro por la recompensa de ver una nueva estrella en mi cielo. Siempre ha valido la pena.

De niña pensaba que si subia a un lugar muy alto, un dia tocaria el cielo y lo razgaria con mi mano. Abriria todas su rendijas y dejaria ver al mundo esa brillantez oculta del otro lado. Me he pasado la vida corriendo hacia lugares altos, saltando sin exito para acabar con los cielos negros que ocupaban mi vida y poder ver por una vez toda esa luminosidad junta. Ahora se que el momento mas feliz de mi vida fue cuando solo me quedaba acostada en el jardin de mi casa mirando estrellas diminutas que parecian inalcanzables, pero que siempre estaban para mi cuando las necesitaba.

7 comentarios:

schatz67 dijo...

Laura,

Tu post,entre nostálgico y evocativo me hace acordar la famosa frase de Wilde: La vida es un mal rato adornada de momentos exquisitos.

Lo que mucha gente no aprende es a reconocer la presencia de esos momentos breves, tan fugaces como el brillo de las estrellas que recuerdas, pues piensan que la felicidad es un estado permanente e inmutable, al que se llega mediante algun tipo de camino rugoso y empedrado.

Recuerdo mucho a Savater en su libro, "El Contenido de la Felicidad"cuando señala que tanto o más importante que conseguir la felicidad, es ser digno de la felicidad,es decir, no considerar que tenemos derecho a ella per se o que tenemos un derecho inalienable a conquistarla sino más bien intentar borrar o disolver en nuestro interior lo que es un obstáculo para la felicidad o resulta abiertamente incompatible con esta.

Las cosas que describes calzan perectamente con lo que describe en ese mismo libro Savater como una de las definiciones de felicidad:La felicidad es una de las formas de la memoria . Muy a menudo, somos optimistas o nos sentimos bien no por creer que vayamos a ser felices sino por creer y sentir que lo hemos sido.

En este caso, más que desearte que seas feliz, me gustaría más felicitarte por haber sido feliz. Y eso ,más que una aspiración con sintomas de trabalenguas, es una suerte de la que no muchas personas disfrutan, por eso la buscan en las cosas por venir.

E infructuosamente, cabe agregar.

Saludos

Schatz

Anónimo dijo...

A mí me ha encantado. Delicado y con palabras sencillas, se expresan cosas muy complicadas de comunicar. Sin embargo, lo has conseguido y me has llevado, de la mano, a mi propia infancia, a mi anciana juventud :-)

kam lu wantan dijo...

No sé si lo ke intentan explikar los entendidos sea felicidad. O komo diría Cantinflas, ese otro filósofo de la misma talla de Savater (ninguno de ellos pasa el metro ochenta) : " No estoy de akuerdo ni en desakuerdo, sino todo lo kontrario".

Lo ke si observo es ke se te nota más sincera kuando ves el mundo kon ojos de ingenua ke kuando intentas hacerlo kon afektado ingenio.

Laura Martillo dijo...

Como siempre es un verdadero placer leer lo que colocas con tanto seso...solo siento, eso es lo unico que hago y espero seguir haciendolo.

....

Entiendo a la perfeccion lo de anciana juventud, gracias por permitir que te lleve de la mano de vuelta.

....

Aprecio la honestidad, pero no he podido ser ingenua todas las veces que quisiera.

NAUFRAGATOR dijo...

amor con amor se paga, sino todo se desvanece.unica formula.

Dragón del 96 dijo...

Ahh... ¿y los duendes?

Sientes estrellas como sintomas efimeros de felicidad, pero los duendes... ¿son como alguna especie de contraparte de la felicidad o es que te gustó el titulo de JL Guerra?

Te leo.

Laura Martillo dijo...

Pues...aun me sigue gustando la parte poetica de las canciones de JlGuerra...ups!

Te cuento un secreto? Jamas atino con los titulos, tengo que poner titulos de canciones porq no me da la originalidad con ellos.

24 horas de mundo real

La pregunta para el ensayo en francés se refería a ¿Qué acontecimiento había cambiado mi vida. En la practica oral había ensayado la típica ...