domingo, noviembre 30, 2008

Y afuera quien se ríe?

Esa frase se me vino a la cabeza mientras caminaba hoy. A veces las frases te atropellan cualquier otro pensamiento que haya en la cabeza ese momento y dado que mi cabeza ya estaba harta de pensar, parece que la frase cobró importancia sin proponérselo.

Afuera quien se ríe? Afuera, dónde afuera? Ahora mismo estoy deambulando por las calles con la tarjeta cargada dispuetsa a hacer compras inútiles para sentirme bien. Afuera, es la calle entonces? O es el afuera de mí?

Fuera de mí hay muchas personas pasando hoy, es domingo y caminan despreocupadas con el cabello recién lavado o uno que otro atuendo que trata de homenajear a un verano que no termina por llegar a Lima. Fuera de mí, está la vida de mis amigos, de mis padres, de mis ex (es una nueva categoría esa...se puede considerar amigo a un ex?) fuera de mí, porque en realidad no me importa mucho, es decir, la suelo ver tras una persiana, tras un filtro que decide cuando quiero o no enterarme que pasa con sus vidas, que tribulaciones les han ocurrido esta semana. Fuera de mí, signigfica, simplemente, fuera de mis pensamientos importantes.

Cuáles?
Tengo realmente pensamientos importantes? A menudo no.
Pienso mucho mientars camino, o cuando como sola, o cuando me dirijo de un lugar a otro, sin saber bienq ue busco. Pienso cosas, recuerdo cosas, hago relaciones de palabras viciosamente y de frases de libros o canciones, pienso en mí. Nada mas que en mí. El laberinto de pensamientos de un ser egocéntrico no es por y para los demás es simplemente uno y su relación con el resto. Las cosas solo cobran importancia si se relacionan con uno. Lo demás es obsoleto.

Quién se ríe?
No sé porque se me ocurrió esa frase, tal vez era el inicio de una historieta y no me di cuenta. Pero cuando me preguntaba quiénes? Pensaba en todos esos quienes que acechan mi soledad. Esa gente de la que olvido fechas de cumpleaños, números de teléfono, o que necesitan de mí. La gente se acerca sólo cuando necesita de tí. Yo tambien lo hago no los juzgo, pero cuando la gente se me acerca pidiendo consejos, o contarme algo íntimo que no tiene que ver conmigo, prefiero obviarlos. Obviar cosas, borrarlos de mí, sentarlos afuera. Ellos hablan, yo pienso mis cosas. Yo recuerdo sueños o hago relaciones inverosímiles de figuras de la calle con caras de ficción, con personajes. Yo prefiero vivir en mi mundo. La gente me habla, en realidad nunca estoy ahí.

En el trabajo, si. Cosa extraña. Oigo millones de historias a diario, 2 0 3 frases te bastan para saber que tipo de persona tienes enfrente, imaginarte su familia, sus vicios, sus miedos. La gente va donde el médico como si este fuera un confesor. Obviamente siente que solo les confiesa síntomas y enfermedad, no saben que en cada gesto, en realidad lo están confesando todo. están abriéndose como flores para un buen observador. Por eso la gente cree que sé tantas cosas, yo no sé solo me las dejan ver. Como a un adivino le vas enseñando tu destino y él solo traduce lo que tu esperas oir, yo voy descifrando que viene luego. Cómo cuando se que tipo de gustos tiene determinada persona, cual fue su película favorita, que color lo hace sentir bien, que tipo de mujer le agrada. Son cosas que la gente deja ver, yo solo las recojo y armo tramas, aprovecho la ocasión, juego con eso. En mi estado mas inocente, solo cuento historias. En mi lado mas peligroso, podría manipular realidades...Uuuhhh...qué miedo dan las mujeres cuando hablan así, parecen unas malditas paranoícas todas, pero vamos, yo no he descubierto al pólvora, son solo las habilidades de un buen observador.


Y afuera quién se ríe?

Tal vez cuando me atropelló esa frase, sabía inconcientemente que afuera alguien se burla de la persona de aquí adentro, de la persona que no sale a flote. Tal vez sea ese miedo a saber que siempre hay un Quien y hay un Afuera para echar a perder todo, la serenidad, la calma, esa tendencia a la nostalgia que nace conmigo. Siempre hay una risa, una burla, un ente que no entiende porque existe la gente como uno. Gente perdida en los intersticios de sus propios pensamientos, que maquina sin darse cuenta finales desgarrados a historias simples. Gente como uno, sin mucho que contar, excepto cosas muy suyas, cosas como las heridas a su ego, cosas que a nadie ataén mas que a uno. Cosas que se deben callar para dar paso a charlas mas interesantes, que hacen sonar a uno mas normal, mas equilibrado, mientras aquí adentro la vida sigue transcurriendo sin tiempo en pequeñas espirales de recuerdos y esperanzas.

1 comentario:

Jol dijo...

Dra, Martillo, Buenas noches.

Dra, tengo un problema. Tengo un dolor en las bránqueas. Cada vez que transpiro, siento que es como si no pudiera seguir caminando en dos pies. ¿Cómo me dice? ,Dra. Sí, claro, tengo una dieta balanceada en bajas grasas saturadas y la señorita de laboratorio me ha dicho que mi en análisis de sangre todo va de las mil maravillas. ¿Ve? Presté atencíón al nivel de hematíes, eritrocitos; si, también de leucocitos, claro, están al lado de Leopolcito e Ivancito. Por qué pone esa cara, Dra Martillo, no se acuerda que usted sabe todo de mi esposo y mi cuñado. Ya se acuerda, ¿ve? Ambos trabajan en el laboratorio y ellos también me dijeron que me ven bien y con buena salud. A mi edad, pues, Dra, una mujer no se siente con las mismas fuerzas de antes.

¿Qué tienen mis bránqueas, Dra? ¿Están mal?

Ah, tengo que venir el martes para que me hagan otro chequeo general. Está bien. Y cuénteme sobre la película que vio la semana pasada. ¿No sabes cuál? Yo vi una en donde estaba ese hombre Steven Segal; qué hombre, Dra. Ah, sí, entiendo. No debo emocionarme. Por la presión, ¿no? Usted siempre tan amorosa, Dra, no se preocupe.

¡Otra vez hace esa mueca! Tiene razón, ¡soy una vieja fijona! No le molesta, ¿no? Oiga, ¿y se ha dado cuenta usted que el nefrólogo la ha estado mirando? ¿ha visto cómo? Yo creo que hay algo, Dra, no se haga. ¿Qué? Es su ex. Ah, lo lamento. No se amargue, Dra, sé muy bien como son esas cosas. Mire, usted, ¡he estado casada tres veces!

Espero, podamos charlar más tiempo la próxima vez. Sé que tiene muchos pacientes. ¡Usted es tan buena! Siempre tan amable. También muy bromista. Afuera a veces se ríen bastante de sus chistes.

Claro, claro, ¡yo también me río! Jaja. Chaocito, Dra.

Otoño en Lima

Es lo primero que escribo luego de una larga temporada. No era mi intención hacerlo, pero el café y este cielo nublado son malos consejeros....