sábado, diciembre 16, 2006

Manual de Autoayuda


Mi corazón está quieto. Va acomodando sereno, frase a frase cada uno de sus sentimientos. Mi corazón bombea, paz, tranquilidad, pequeñas cosas que para mi son el fruto de largas batallas.

Ahora me quiero.
¿Qué es quererse? Puedes preguntar.

Probablemente quererse para una persona, sea verse bella ante un espejo; comprender sus capacidades, aceptar sus limitaciones. Aceptarse, simplemente.

Quererse probablemente sea, elegir entre el bien y el mal lo mejor para uno mismo. Algo que sea único, que no pueda ser compartido con nadie. Mimarnos al saber que lo poseemos.

Pero, para mi quererse solo es esto.
Poder estar en equilibrio. Un pie detrás de otro, permanecer quieta en el aire, conteniendo la respiración y disfrutar del momento de estar sobre una cuerda floja, aun a sabiendas de que puedo caer en cualquier momento, desplomarme en el vacío.
Volver a herirme.
Pero seguir en pie a mitad del camino, con el viento en los oídos susurrando que puedo caer o volar… pero elegir mi destino.

Antes el equilibrio era estar sobre la misma cuerda floja, pero con miedo siempre. No importaba si yo estaba quieta o no, o si la cuerda estaba tensada o no.
No importaba si había una malla de contención lista para atraparme, o una persona cerca para evitar mi caída.

Aun estando en equilibrio, mi estado usual era sentir miedo, impotencia, rabia por enfrentar ese miedo a solas.

Ese equilibrio sin embargo, era falso; pues estaba lleno de miedos, de pavor a caer y morir. Un equilibrio en que evitaba cualquier movimiento espontáneo, por miedo a precipitarme en el vacío.
Era un “equilibrio” en donde vivir significaba, dedicar cada segundo de mi existencia a evitarme sufrimientos o dolores que no podría soportar.
Dolores que me matarían.

Pero el dolor...No puedes evitarlo nunca. Y es que el dolor aun a pequeñas dosis, te hace fuerte.

Ahora sé que el dolor es necesario, como un impulso para seguir caminando. Para ponernos en movimiento, para sacarnos de la quietud de los muertos y poder ayudar a otros, igual de solos y asustados que nosotros.

Si igual de solos, pues no hay soledad mas triste y tangible, que aquella que nos acompaña cuando nos sentimos en peligro.

Es fácil caminar por una cuerda a pocos centímetros del piso, es mucho más difícil a medida que ésta se va elevando y tomamos conciencia de la profundidad del vacío. Es mucho más difícil caminar, cuando se es conciente de adonde se puede volver a caer. La existencia de un abismo que antes desconocíamos.

Es fácil hacerse daño al inicio, atentar contra si mismo, bajo la forma que uno elija. Lo difícil es cuando se entiende a donde realmente nos lleva ese daño. Como nos destruye, cuanto nos aleja del terreno que antes pisábamos seguros y felices.

Caminar en la cuerda floja, es algo que hacemos todo el tiempo. A algunos claro, sentimos que nos las agitan mas frecuentemente que a los otros y vivimos constantemente atormentados.

Unos en cambio, aprenden a hacer piruetas en el aire, a pasar rápido, a hallarle placer al hecho de vivir en riesgo. Esa gente hace que la vida parezca un juego de risas, pero son insensibles al dolor ajeno. Simplemente no pueden sentirlo como suyo, pues el miedo al dolor, les es ajeno.

Hay otros que pasan con los ojos cerrados, sin darse cuenta por donde caminan ni a donde realmente desean ir, pero cuando a mitad de trayecto abren los ojos, el miedo los hace tropezar con sus propios pies y tienen mas riesgo de caer que aquellos que iban con los ojos abiertos y caminando con precaución.

El propio yo, incapaz de soportar el temor, se convierte entonces, en un obstáculo para finalizar el camino que minutos antes, recorrían complacidos.

Cada quien tiene su propia medida de equilibrio y es imposible estandarizarlo. Cada quien sabe que longitud esperar de la cuerda por donde camina y cuan alto la colocará esta vez. El equilibrio es un reto a cada minuto que no podemos definir.

Yo por ejemplo, llamo equilibrio a este momento por el que estoy pasando.

Cuando reconoces todo aquello que te puede hacer daño y te vuelves conciente de que existen factores que aunque se te acerquen de forma benigna, pueden conducirte irremediablemente hacia el abismo, si les das una oportunidad y de que en la vida hay mas personas dispuestas a empujarte hacia abajo que a tenderte una mano, pero eso no es excusa para vivir con odio.

Pero sobre todo, hallar el equilibrio es comenzar por darse cuenta que aun conociendo todo lo que te hace daño o puede llegar a hacértelo, ese conocimiento es diminuto comparado al desconocimiento que aun posees del mundo y de sus instrumentos para hacerte perder el control sobre ti mismo y tirarte de nuevo para abajo.

¿Quererse?

Probablemente quererse sea, caminar sobre esa cuerda floja que es la vida diaria, sin llorar, ni sentir que necesitas de alguien mas, para poder pasar al otro lado.
Quererse sea aprender a caminar sin desesperarse, o temor a sentir miedo. Darse la oportunidad de sentir un poco de dolor, sin que este nos paralice del todo.

Caminar seguros y sin bajar la cabeza, pues al caer de esa cuerda, sabemos, que aunada a la probabilidad de caer y morir solamente, ahora se agregará la posibilidad de desplegar un par de alas para echar a volar.

Quererse entonces será, amigo mío, ese punto ciego dentro de la lógica humana, en donde la gente deja de pensar solo en lo que es estadísticamente probable y comienza a evaluar lo que antes era teóricamente imposible.

Quererse será, empezar a tener esperanza.





viernes, diciembre 15, 2006

La Primaria

La primaria termina y Diciembre deja sentir su olor a verano y ocio en las calles de la ciudad. Los uniformes grises se acortan y las niñas pasan de las cintas en los cabellos a jockeys negros para los paseos a la playa. Es una edad difícil, pero los niños dejan el colegio confiados en que la secundaria será mejor. Todos los niños saben a que colegio irán cuando salgan de su escuela estatal, excepto Lorena.

Lorena, solo sabe que no quiere ir al colegio de monjas de sus hermanas, su madre y sus tías. Lorena odia a las monjas, a los largos rezos, a tener que arrodillarse sobre las maderas mientras el cura habla. Lorena quiere ir a un colegio de hombres.

La mayor parte de niños irán al colegio privado de moda, que es mixto y parece ser solo una continuación de la primaria, en donde niños y niñas juegan en el mismo patio. Los niños menos privilegiados irán a colegios estatales, divididos según el sexo: Unos a colegios de varones, otras a colegio de señoritas. Lorena a pedido ir al colegio de varones, donde estudió su hermano, porque han abierto un turno para señoritas.

Nadie sabe porque Lorena no quiere ir ni al colegio de monjas, ni al privado. Pero Lortena si lo sabe. Durante su niñez ha escuchado todos los castigos que ponen las monjas, los retiros de dos días para arrepentirse de pecados inexistentes y la severidad de las profesoras, que hacen arrodillar a las niñas frente a la puerta del colegio, si no cumplen sus deberes. A Lorena le horroriza la idea de tener una mujer amargada encima dándole castigos inmerecidos.

Cuando Vany le pregunta a Lorena, porque no irá al colegio privado como el resto de sus amigos, Lorena hace una mueca, diciendo que ese mundo no es para ella. Que se volverá una “creída”. La única verdad es que Lorena teme ir a ese colegio, donde solo habrá niñas coloradas y con plata, iguales a la gorda Dora. Ella no sabe de donde Vany y la gorda Dora tienen todos esos juguetes raros, esas casas de muñecas rosadas, esos vestidos y zapatos de charol. Lorena sospecha que allá afuera hay un mundo que ella desconoce, en donde toda la gente puede tener cosas que ella no sabe que existen.


Para Abril, Lorena ingresa al colegio de varones en el turno para señoritas. Cada vez que los chicos salen de clases, ellas entran. Es la primera vez que Lorena siente vergüenza si la mira un muchacho, que suda copiosamente, si alguien le dirige la mirada. Los chicos son altos y se pasan el balón de fútbol, a la salida de clases, de vez en cuando le cae a alguna chica y entonces se oyen risas y burlas. A Lorena le gusta ese ambiente, cuando tenga 15 ella también hablará con los chicos mayores antes de entrar al colegio y le regalarán tarjetitas con faltas ortográficas como a las demás niñas, mientras masca un clicle de fresa que endulce su boca antes del primer beso.

Lorena siente que el futuro es muy blando y ella solo es una oruga pequeñita en un bosque inmenso, de colores cálidos. Pronto se hará mariposa y volará con el resto. Se hará bonita, tendrá muchos amigos y la vida para ella será un paseo blando y dulce de abril a diciembre, el único tiempo donde ella se siente viva para el mundo.
De Abril a Diciembre, es el periodo para usar el uniforme gris, la blusa blanca y los zapatos negros lustrados, como el resto de millones de escolares en su país.

Lorena se acuesta en Abril, soñando que dejará de ser solo una niña, pues crecerá y se hará grande…muy grande.





jueves, diciembre 14, 2006

Polaroid

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Medio Día

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La Niña Lorena

Lorena es una niña vivaz e inteligente, que va a la escuela primaria pensando que todos son sus amigos.
Lorena no podría ser mas popular, recita en las actuaciones del colegio, es la primera alumna de la clase, lleva a sus amigas a jugar con frecuencia a su casa, donde posee una habitación para ella sola con muñecas antiguas y juguetes hechos a mano.

Lorena debe ser la niña mas feliz del mundo. Y lo es mucho más el día que la nombran presidenta de la clase. Lorena debe solucionar problemas, tranzar con sus compañeros, hacerse responsable de la clase, mientras la profesora se ausenta. Es un trabajo duro para una niña de 9 años, pero ella lo hace feliz, sabe que la maestra confía en ella y que debe hacer lo mejor posible, siempre hacer lo mejor posible.

Lorena tiene una amiga desde que inició el colegio, se llama Vany y es su mejor amiga en todo el mundo porque le habló cuando nadie quería hablarle. La amiga de Lorena tiene una casa mas grande que ella y juguetes y ropa que le envían de Estados Unidos, pero la amiga de Lorena no es pretenciosa, todo lo contrario, es la niña mas sencilla del mundo.

Un día invita a Lorena a pasear en bicicleta, pero salen con dos niños mas, ambos de la clase. La niña se llama Dora y es regordeta y rosada como un trozo de jamón, el niño en cambio es delgado y tan negro como el betún. Dora es de una familia pudiente y cree que siempre debe ser la primera en todo lo que se proponga, pero Lorena siempre va un paso delante de ella. Dora detesta a la pequeña Lorena eso es evidente, solo la soporta porque es amiga de Vany. Todo el mundo quiere ser amiga de Vany, pues Vany lo tiene todo.

Los tres niños salen a pasear en bicicleta y dan vueltas hasta que el sol cae sobre la pequeña villa tiñendo de dorado las ventanas de las casas y haciendo surgir del asfalto charcos de espejismos luminosos, que ellos tratan de alcanzar pedaleando rápidamente por el centro de la pista.
De pronto Dora toma la delantera y se aleja de los otros, Lorena a la cola del resto pedalea su bicicleta antigua de asiento bananahasta que los otros niños
se detienen en un parque.
Entonces Dora baja de su bicicleta con los puños crispados y toma la palabra.
Es en ese momento que comienza a insultar a Lorena sin motivo aparente.
Lorena se queda muda, no sabe que pasa. Los otros dos niños miran al suelo, mientras la gorda Dora, suda y se va poniendo colorada a medida que habla e insulta a Lorena. Dice cosas como que es una niña insoportable, que siempre se cree mas que el resto. Que todos las odian, por ser la preferida de la maestra y por creerse "Doña Perfecta".

A Lorena le llama la atención esa palabra y se queda callada mirando a Vany que juguetea con la punta del pie, mirando al suelo. Dora termina su verborrea casi gritando y pide a los otros niños que también digan lo que piensan, “según el plan”, que no sean cobardes. El niño negro, se dirige entonces a Lorena con voz tímida y le dice que también le cae pesada, especialmente cuando dice en voz alta que “es hora de resolver los problemas” ¿quién te crees Lorena, para resolver el problema de los otros? ¿Acaso lo sabes todo? ¿Crees que eres mejor que nosotros?

Lorena no sabe que decir, ella no quiere que la odien. ¿Por qué la odian si ella no le ha hecho daño a nadie? ¿Si ella solo ha sido como realmente es?
¡Maldita la hora en que aprende las poesías mas rápido que los otros, en que declama los discursos con mas soltura, en que nunca se equivoca en los exámenes! Maldita la hora en que su maestra la prefiere a los otros y confía mas en ella que en los otros.
¿Qué culpa tengo yo si los demás se sienten tontos? – se pregunta Lorena. ¿Qué culpa tengo yo de tener mas habilidades? ¿Qué culpa tengo yo de ser cómo soy?

-Te odiamos Lorena, dice la regordeta, mucho mas calmada. Ya no volveremos a ser tus amigos nunca más, pero queríamos que lo supieras.
-Voy a cambiar- susurra Lorena con miedo, al ver que Vany asiente con la cabeza a cada palabra de la regordeta. Les prometo que ya no aceptaré ningún cargo que me de la maestra, ni aceptaré recitar poesías para las festividades del colegio, tampoco llevar la bandera.

-¡No te creemos!- grita la gorda Dora mientras se aleja pedaleando su bicicleta rosada con moños blancos en el timón.

Lorena se queda sola en el parque con la bicicleta oxidada heredada de sus hermanos tirada sobre la hierba. Se queda pensativa, en la peor tarde de su vida, pensando en una forma de cambiar y de demostrar que puede ser igual que el resto, pasar desapercibida, sin ser la mejor en nada ni figurar demasiado. Mientras mas levantes la cabeza, mas piedras te caerán encima.
Lorena se queda en el parque pensativa y miserable hasta que cae la noche y el frío la hace volver a casa.

A sus 9 años Lorena puede vislumbrar que ella se quedará sola, porque solo aquellos que odian y están resentidos por algo, llegan a formar grupos. Grupos para atacar y hacer daño bajo una responsabilidad colectiva.


Lorena es una niña vivaz e inocente, que va a la escuela pensando que todos pueden ser sus amigos mientras no le haga daño a nadie y sea siempre como realmente es.


Lorena soy yo.


miércoles, diciembre 13, 2006

Caminando

Caminar y caminar, es música en mis oídos, momentos astillando un corazón que ya no va a la hoguera, un corazón que vive, late, siente otra vez. Es música que me lleva de la mano hacia ninguna parte y hacia todas en realidad, es música, solo música para poder respirar.

¿ A dónde iba antes? ¿ quién sabe? Yo no sabía a donde iba, lo único realmente palpable, era que el momento que dejara de caminar me hundiría otra vez. El momento que descansara, que mis pies se agotaran, que mis manos no dieran mas, en ese instante, volvería a caer.

Por eso seguí caminando y si contara las personas que conocí en el camino, te admirarías, de que no me haya quedado a jugar con gigantes, a perseguir a duendes y gnomos, a charlar con las brujas que abundan en mi habitación.
Esta, la que es mi habitación.

Yo seguí caminando y a veces me cansaba de hacerlo, de arrastrar mi alma por los rincones de un universo negro, donde solo raras veces brillaba una luz que se encendía específicamente para mi. El resto del tiempo, oscuridad, duda, incertidumbre.

¿A dónde iba yo? ¿Quién sabe?

Aun ahora parece que nadie lo sabe, pero ya no es oscuridad lo que veo. He pasado de los tonos grises a pasadizos blancos, a veredas luminosas, a una vida donde algo me advierte que pase lo que pase ya no debo temer.

No me mentiré, a vece sme toma por sorpresa el pánico, me sujeta las muñecas, a veces tengo tanto miedo que me quedo paralizada y solo quisiera tener a alguien al lado que me recuerde que debo respirar…respirar…

Tu no sabes lo que es eso. Yo tampoco lo sabía, pero te llena de inseguridad. Son momentos, flashbacks en donde es obvio que no vas a ninguna parte, que no recuerdas por donde viniste, que no sabes si podrás dar un paso más. Son millones de gritos que no suenan, que se agolpan en tus sienes diciéndote que esta vez no lo lograrás, que es inútil seguir caminando. Que todo irá mal, que siempre va mal.

Aun lo siento.

La primera noche en Bs. As. Tuve uno de esos ataques, en los que me encojo sobre mi misma y siento que es la única forma de estar a salvo, pues no puedo confiar en el abrazo de nadie más. Pero solo duró segundos, pude hablar de ello, llorar por ello y quedarme dormida, sin rencores ni mas incertidumbre.

Esa noche me quedé dormida y al día siguiente amaneció tan brillante, que olvidé la bruma de mi anochecer, la lluvia, el miedo, la soledad. Puse un broche a cualquier recuerdo malo y me dediqué a vivir…y sentir.


Caminar y caminar…Yo sigo caminando, eso es música en mis oídos; lluvia de violetas y luces, de colores ajenos…Sigo caminando, es como navegar en una pintura que comienza a clarificar sus colores…Un día el lienzo volverá a ser blanco otra vez…Casi me siento lista para volver a dibujarme en él, con una sonrisa pequeña y unas alas enormes…Con una sonrisa grande, de esas que ya no temo regalar.
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Bossa Nova

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Hoy no siento miedo, solo un gran amor- parece tonto- pero siento tanto amor en mi,
hacia mi misma, hacia el resto…¿es esto estar en equilibrio?...
Durará pocos segundos, tal vez solo un respiro, solo deseaba decirte,
que estoy bien, que no me fui del todo.
Durante estos dos años, una parte de mi jamás se desgastó y es la parte que vengo a celebrar a
compartir contigo.


Mi pequeña almendra, la que nadie pudo alcanzar a romper del todo.

Presiento que cada uno de nosotros lleva una dentro de su capa de dureza, presiento que aun
después de todo el daño auto inflingido, después del daño de los otros, hay una fuerza que
permanece viva para seguir disfrutando de la felicidad y estos pequeños momentos.


Aun hay algo de nosotros que nos permite ver al mundo en todos sus colores y sin una pizca de
miedo…hay algo que nos da la esperanza para seguir intentándolo...una y otra y otra vez...para
sonreir y sentirnos satisfechos por el esfuerzo desplegado, por lo cerca que estuvimos,. por las
personas que conocimos en el camino.



Lo siento, estoy tan tranquila, tan…¿feliz?

que podría llorar ahora mismo, podría gritar, abrazarte decirte que te amo…pero no,
no hay nada que pueda demostrarte esta paz en mi, ni hacerte ver que me hizo mucho bien todo
este tiempo aquí contigo...todo este tiempo diciendolo todo...o casi todo...


Que ahora no soy Laura, ni ningun otro personaje, solo soy yo sin pretensiones y te insto a ser
feliz, aunque la palabra siempre nos quede floja...Me insto a mi misma a ser feliz, aunque a
veces crea que no me lo merezco.

martes, diciembre 12, 2006

Hora Cero

La noche que empecé a escribir era una noche como ésta. Era diciembre y también como hoy, el salón estaba ya atiborrado de arreglos navideños. Recordé ésta noche, no porque fuera la fecha, sino porque tuve la misma emoción de llegar a una página vacía que finalmente era propia, a escribir lo que se me antojara y a nadie, nadie le importaría lo que yo pudiera hacer o decir.

Sentí ese cosquilleo nervioso de cuando sales a un escenario grande y hay un montón de gente esperando que digas algo que ya sabes de memoria, pero en ese lapso silencioso de gente que te contempla, del micro que se acomoda, de murmuraciones que se callan... en ese lapso, una puede sentir esa emoción gigante que generalmentre huele a miedo.

Yo no tuve miedo la primera vez que me lance a escribir en un blog, mas si tuve emoción...era una emoción mentolada, de esas que te gustan sobre la lengua, pero te hacen sentir un vacío atroz en el estomago.

Yo estaba sola.

El blog estaba solo.

Esa noche como ahora, yo no sabía de que escribir o que decir, solo sabía que quería decir algo. Cualquier cosa, que quitara la mordaza de mi boca, de años y años callando las cosas locas que podían hacerme ver aun mas diferente ante el resto. Cosas que se debían callar, para no asustar a la gente, para no generar reacciones adversas, cosas que era mejor mantener olvidadas...Yo solo sabía, que necesitaba acercarme lo mas posible al yo que guardaba mas celosamente, a mi yo interior, cualquiera fuera el rostro que hubiera adoptado en estos años en que dejé de escribir, de leer y en cierto modo de sentir.

Hoy me siento igual de emocionada, siento como si en la boca llevara una hoja de menta y en los dedos una caricia que me insta a seguir tecleando las palabras que brotan de mi ser. Me gusta estar así, confiada, es como volver al inicio, como ver amanecer entre las montañas y sentir que todo estará bien.

No puedo explicarme, pero esta noche para mi, es como si amaneciera, como si el olor de la lluvia y la vegetación húmeda pudiera limpiarlo todo. Puedo sentir esa fragancia de los árboles bañados en rocío, el aroma de la tierra, del polen, del viento fresco.
Puedo simplemente, sentir la serenidad, el equilibrio...las ganas de abrazar la vida
...pero...

¡Cuán poco dura el equilibrio!...Mi propio equilibrio…

Cuán poco duran las cosas que nos generan felicidad, el abrazo que nos da sosiego, la caricia que nos da ternura, el beso esplendoroso del amor sin peros. Cuan diminuta parece esa fracción de tiempo, en que la vida sabe a felicidad, a equilibrio exacto…
cuan poco realmente…
Pero esos segundos, estos segundos, acaso sean mi serenidad perfecta, el punto en donde el agua se hace mansa, la lluvia se vuelve clara, el atardecer suaviza sus colores…Acaso sea este tiempo (escaso tiempo) en que el verdor de la hierba es brillante, los caminos están limpios y el cielo despejado...para que yo pase sin despertar a nadie, a mitad de toda madrugada y pueda besar al mundo sin generarle una mueca de desconcierto...Un beso mientras el mundo reposa dormido.

Soy feliz…Eso parece
…Más…

¡La felicidad es una palabra tan grande!
un término tan ancho que debiera encerrar al amor, la salud y la suerte, sin arrebatarnos nada a cambio. Sin ofrecer nada a medias tintas, la felicidad- dicen- debería serlo todo...Pasa entonces
que cuando alguien me pregunta si soy feliz, yo debo pensarlo 2 y hasta tres veces antes de contestar con nostalgia, que no, pero que podría serlo.

Hoy le robo ese margen de error al lenguaje, a la palabra extensa, al término kilométrico que hace parecer a la felicidad inalcanzable. Yo te digo, si, soy feliz, no por lo que tengo ni lo que tuve, tampoco por la esperanza de lo que tendré, soy feliz porque en este preciso momento, a solas, sin nada, sin nadie, puedo ser yo completamente, sin miedos, sin misterios, sin zonas oscuras ni recuerdos tristes...Sin culpas.

En estos minutos, mi equilibrio es perfecto, estoy yo conmigo, amándome por esto, por la sensación de estar en un escenario vacío y sentir que aun puedo improvisar las líneas del parlamento que creí olvidado,
que aun puedo sentirme dueña de mi, no importa que alguien mas esté mirando.
Aun soy yo y lo soy mas que nunca.

¡Cuánto tiempo ha pasado!

Es todo por hoy, probablemente me quedé balanceando los pies a la orilla de la luna, hasta que me quede dormida y nuevos sueños vengan a poblar mi Tierra del Olvido.

lunes, diciembre 11, 2006

12 Segundos de Oscuridad

Gira el Haz de luz
para quer se vea desde altamar
yo buscaba el rumbo de regreso
sin quererlo encontrar
*
*
*
pie tras de pie
iba tras el pulso de claridad.
La noche cerrada, apenas se abría,
se volvía a cerrar.
*
*
*
*
*
UN FARO QUIETO NADA SERÍA
GUÍA, MIENTRAS NO DEJE DE GIRAR
NO ES LA LUZ LO QUE IMPORTA EN VERDAD
SON LOS 12 SEGUNDOS DE OSCURIDAD.
*
*
Para que se vea desde alta mar...
que poco le sirve al navegante
que no sepa esperar.
*
*
*
pie tras de pie
no hay otra manera de caminar
la noche del cabo
revelada en un inmenso radar
*
*
*
*
*
UN FARO PARA SOLO DE DÍA
GUÍA, MIENTRAS NMO DEJE DE GIRAR
NO ES LA LUZ LO QUE IMPORTA EN VERDAD
SON LOS 12 SEGUNDOS DE OSCURIDAD.
*
*
*
*Música: V. Ramil/ Letra: Jorge Drexler
*
*
*
*
*
Un saludo y abrazo enorme para todas aquellas personas especiales y encantadoras que enviaron cartas y demás detalles entrañables mientras no estuve. Cada uno de ustedes se lleva una fibra de mi corazón en esta noche que no acaba, en este día luminoso que no termino de descubrir.
Les deseo a todos el disfrute de su propia oscuridad y el goce de los destellos al amanecer.
L.H.

Otoño en Lima

Es lo primero que escribo luego de una larga temporada. No era mi intención hacerlo, pero el café y este cielo nublado son malos consejeros....