martes, diciembre 27, 2005

Octubre sin milagros.

Hola Rafael

Hace mucho que no te escribía. Lamento que hayas estado enfermo, no tenia idea que pudieras enfermar justamente de los pulmones siendo tan joven, se que no dejaste de fumar, bueno, ese eres tu y así te queremos, no? Aunque me reviente que descuides tanto tu salud. Espero de todo corazón que te halles mejorado.

La vida para mi sigue pasando a tumbos, sin llegar a equilibrarse nunca, tal vez por esa condición inherente a las mujeres rechazadas, que desean hallar el amor rápidamente y que sea hermoso, que cure las heridas, para no sentirse, así vacías. Es extraño que siempre las mujeres creamos que somos poca cosa cuando estamos junto al ser amado y; en cambio nos creamos divinas cuando estamos solas...tan divinas que no podemos imaginar porque no tenemos una nueva relación. Dicen que el amor lleva tiempo, es verdad. Pero casi siempre sabes que será amor desde el primer segundo, al primer contacto sabes que esa persona con solo mirarte puede moverte el piso mas que un terremoto asiático, que esa persona que sonríe, tal vez este otorgando esa sonrisa por ti y para ti…así somos las mujeres llenas de simbolismos, siempre creyendo en el destino, siempre apasionadas…¿Así somos todas? ¿O solo yo? No lo se, porque jamás llego a intimar con otra mujer lo suficiente como para conocerla, siempre me parecen tan cínicas, tan hipócritas, tan calculadoras, que temo el que alguna mujer sea mi enemiga, dado que me parece imposible que sean amigas entre ellas. No tengo amigas mujeres, como habrás deducido, talvez por mi culpa, porque nunca me confieso, porque nunca cuento lo privado, pues se que las veces que lo hice, fue como contarle mi debilidad a mi peor enemigo. Las mujeres solo podemos ser detractoras de las otras mujeres, quizás porque siempre nos sentimos tan inseguras, que necesitamos ese punto álgido en otra mujer para sentirnos menos infelices. ¿Pasa eso con lo hombres? Siempre imagino a los hombres inocentes a la hora de amar y a la hora de odiar, pero vaya que hacen daño, rompen el corazón sin proponérselo.

En fin son pensamientos míos, que ahora te son comunicados a ti, talvez el único amigo que tengo, el único amigo que deseo que perdure, el único que esta lo suficientemente lejos como para no desearme, ni hacerme daño o enamorarme, como hacen usualmente los hombres inteligentes o los bien parecidos. Lo único que lamento es que este sentimiento sea unilateral, que tengas tanta vida por hacer que mi amistad no sea más que una migaja en tu mesa servida de platos deliciosos o agrios. Tienes un festín de amigos y de experiencias para saciarte y yo al otro lado del mundo siento que solo te tengo a ti, o que eres tú al único que deseo abrirle mi corazón, para que vea, para que toque y envíe una fumarola de humor negro sobre mis penas de niña incomprendida y me haga sentir por un breve instante que todo esta bien.

Soy obsesiva para escribir, impaciente con las personas, impaciente con el amor. Engreída y fútil, deseo que todo se haga a mi tiempo, con la desesperanza de que no habrá tiempo suficiente mañana, de que no habrá mañana y que solo tengo que vivir intensamente para saber que aun respiro. A veces quisiera tus cartas diarias, quisiera mi vida compuesta y encontrar el amor, todo en una misma oración, todo en un mismo pulso. Se me acaba la vida, ésta vida floja, ésta vida sabática, de reencuentro con mis sueños o más bien con lo que debí hacer hace mucho.

Entraré a estudiar francés, ¿no es la gran cosa, verdad? Pero es algo que me vi impedida de realizar por la carrera que lleve, por las migrañas que tuve, por la falta de dinero y la ausencia de tiempo. Pronto empezara mi especialidad y ya siento esa asfixia de los próximos tres años entre libros de medicina, en pasillos de hospital, socializando con gente doliente o con médicos petulantes, con enfermeras descerebradas… tengo miedo, de entrar otra vez a esa fase de “doctorcita seria”, a dejar de leer, de escribir, de dibujar, a dejar de ser yo, porque es la única manera de sobrevivir, en este mundo de masas trabajadoras, de gente con problemas, de gente sin amor.

Y vuelvo al tema del amor, como si fuera el único que tengo…el maldito amor, que no llegara este año, lo se. Llegara el 2006 es mi destino, solo espero que no tenga que enamorarme de un estúpido medico, créeme son los peores. ¿Por que los ingenieros me agradan más? ¿Por qué no son petulantes? ¿Por que son diferentes a mí? ¿Por que lo ven todo simple y lo reducen a la lógica elemental de dos mas dos es cuatro? Quien sabe…igual, tengo que acostumbrarme a un par de meses mas sin sexo o sexo malo que es lo peor. Ese sexo para el que no sirvo, ese de ser cínicamente <> y dejar que sea solo de una noche y mañana, bien gracias. Ese en el que finges no esperar nada que no sea solo encuentro carnal. Ese con el que tarde o temprano te sientes culpable. Soy sexual, tengo muchas fantasías, también tengo el valor de cumplirlas…pero no creo que eso me haga feliz…¿ahora sueno amargada no? Sueno a querer y no querer…la idea de vivir el sexo a veces me consume como si tuviera solo 14 años, se que es una estupidez, pero estoy entrando en una espiral que es difícil de negar, el placer solo sabe de placer, mas dudo pertenecer a la escuela epicúrea sin remordimientos posteriores, porque la chica de hace tiempo y la de ahora solo buscan amor y eso es mejor aceptarlo, antes que siga cometiendo la imprudencia de desear polvos con el primero que se me cruce.


Bueno, ya termine. Trata de escribir pronto y un beso.

PD. Espero que vuelvas a comunicarte, porque esto de los monólogos no me durara mucho tiempo y aunque no quiera perderte, tampoco me agrada hablar sola. Te quiero. Chao.

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Otoño en Lima

Es lo primero que escribo luego de una larga temporada. No era mi intención hacerlo, pero el café y este cielo nublado son malos consejeros....