martes, julio 24, 2012

Julio 24


Si miro para atrás no podria reconocer el momento exacto en que me he perdido. A mí. A la palabra exacta para describirme;  tal vez es porque hay muchas- me dice alguien. Sin embargo en la juventud, hay un momento en que si se puede describir cada objeto o cada persona, con una sola palabra. Es la simpleza de la honestidad infantil: Padres= amor;  profesor= respeto; escuela=aburrido; libros=sueños; enamorado=pasión…
De pronto una empieza a crecer y los límites entre esas palabras se van disolviendo.  ¿Amor, pasión, respeto, enamoramiento? Quién sabe realmente lo que es…Una persona pasa a desconocerse y a lentamente diluirse en palabras y conceptos que no son suyos, que son de alguien más, de muchas personas más que inventaron las palabras y los conceptos antes que nosotros, como si fueran leyes en los que debiéramos necesariamente encajar.

El pasado parece entonces más sereno, tranquilo y feliz, pero…!que agradable es descubrir la complejidad de las personas ahora! de los eventos, de la imposibilidad de que exista solo blanco y negro y sin embargo,  también ¡que zozobra! Que inseguridad el no poder limitarse a un sí o a un no como toda respuesta  y  reparar en que la vida generalmente responde a nuestras más dramáticas preguntas, con solo  un quizá.
Últimamente lo que escribo no lleva titulo, solo una fecha que intenta ubicarle dentro de la cronología de mis neuras y mis pasiones…pero ¡que digo! Si últimamente más que pasión lo que he vivido es una incertidumbre, un sueño prolongado,  un letargo aburrido y soso. He querido despertar, aferrándome de las más raras personas, personas dormidas también. A veces me hago a la idea de que hemos sido todos nosotros una pandilla de zombis arrastrándose por despertar, sin saber en qué pesadilla estamos. Cada quien con su infierno personal;  buenos consejeros, estupendos amigos, pero inútiles protagonistas dentro de nuestra propia existencia. Un ciego guiando a otro ciego por un campo de espinas. Eso hemos sido.

Me preguntan varias veces ¿por que escribo con desencanto? Pero vamos, ¿ que es desencanto?  Si soy la felicidad andante, llevo una bomba dentro de la cabeza que no se qué día explotará y librará al mundo de mi, así que mientras no me duele, sonrío y soy feliz y claro…viajo…y bailo y  amo….Ay el amor!
Ya no recuerdo que es eso, porque cada vez que he pretendido soñar me han despertado a empellones, así que cuando quiero recordar que es el amor, vuelvo a cuando tenía 24 y vivía la pasión, el amor y la ternura como un solo amasijo sin límites, en donde podía morir o matar, creyendo que era cierto…Lo demás, lo que ha venido luego, no podría clasificar en intensidad…aunque no ha sido malo. 
¿Qué es malo realmente? He vivido muchas vidas distintas y me siento vieja antes de tiempo aunque mi rostro diga lo contrario…a menudo sonrío cuando ya bien rebasados mis treinta, la gente siga pensando que promedio los 25… ¿Es eso una coquetería? ¿Me lo dicen solo los hombres? No, por supuesto que no. Mi actitud es de alguien joven, una niña engreída, una soñadora.  Quizá sea  que mi rostro se ha quedado con esa edad, aunque mis ojos digan otra cosa. ¡Oh! ¿que dirían mis ojos, si alguien pudiera realmente leerlos?…Que estoy perdida en el tiempo, si. Que toda yo soy un sueño que desaparece cuando alguien pretende acercarse.

5 comentarios:

nacho dijo...

Bueno, un competidor ciego acaba de batir el record del mundo de Tiro con Arco. Para mi eso explica muchas cosas.

Un beso, Laura

Laura Martillo dijo...

Estaremos sincronizados, querido Nacho?
Imagina dos ciegos nadando...hasta donde llegarian?

Besos!

nacho dijo...

Si, además de ciegos, fueran soñadores, llegarían a encontrarse.

George dijo...

Interesante. Igual la pregunta no se ha respondido..., digo, esa que dice: "cuando te perdiste?"

Laura Martillo dijo...

@George

Si lo supiera...

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