domingo, junio 29, 2008

Sobre las agujas del tiempo

Quería contarte un cuento, pero no tengo historias más que la mía. Por ahora solo te contaré cosas de mí, dado que mi mente aun está convaleciente de tanto trabajo y realidad fea. A veces quisiera renunciar, sabes? Pero no sería lo adecuado...o la mejor decisión. Mas que renunciar, sería más interesante decir: Mira esa mujer, era médico, lo tenía casi todo, logró todo lo que su profesión requería de ella y un día renunció y se volvió artista en las calles, ahora es clown en las esquinas o hippie en algún barrio bohemio...vaya cojones! Se ve feliz.

Lo que no sería lo mismo a decir: Miren esa chica, no pudo con la presión de la escuela de posgrado y tuvo que renunciar, ahora es una pastrula en alguna calle sin nombre...
Es gracioso que para poder
dejar definitivamente algo, primero debas llegar al final de ese algo. Sino
simplemente es renunciar por miedo.
A mi me dan miedo muchas cosas, pero no suelo admitirlo...el otro día por ejemplo no pude dormir sola después de ver una de esa truculentas películas de suspenso-terror, fui a buscarlo a su cuarto y dormía como una roca al lado de sus hijas. ¿Cómo despertarlo? ¿Cómo decir que en ese momento yo sentía necesitarlo más que ellas? Esta historia es la de nunca acabar, supongo que lo máximo que ambicionan los padres es que sus hijas hallen una persona que las cuide tanto como ellos lo harían, que les dé un hogar...Supongo que mis padres deben sentirse un poco frustrados cada vez que sienten mi voz por el hilo telefónico, necesitando ayuda. Como huérfana en tierra ajena.

Los padres leen entre líneas ya deben saber, que no tengo lo que necesito...deben suponer que estoy lejos del hogar en el que podría sentirme protegida. Pasa el tiempo y hace mucho que deje de escribir, de cocinar o cantar..No hay tiempo, no hay ganas, no hay cuerpo...Entrar al mundo real es una de las peores cosas que le puede suceder al ser humano...Crecer...Oh! qué difícil es crecer y darse cuenta que uno no puede ser todo lo que quería o que por lo menos la valla se pone inmensa a medida que pasa el tiempo. Entre escribir cartas a mis amigos, comer alguna que otra cosa y dormir, se me ha ido el fin de semana...Mi última guardia, un poco más tranquila que las anteriores...es curioso que cuando estoy con la bata del hospital quisiera tener más canas, mas arrugas, una cara más cuajada que de seguridad a las personas...y cuando llego a casa solo quiero empequeñecer, volverme jovencita, que no me importe nada y enamorarme como una adolescente del primer chico que me diga que soy especial.

Antes todo era tan fácil, las frases más simples parecían regalos inmensos. Hoy en día, mi tiempo pasa como un tren veloz ante mí, yo siento el viento de su velocidad, de su desenfreno y tomo mi café a solas, al lado del camino, esperando tomar el valor para subirme y que me lleve a algún lugar bien lejos que tome el nombre de hogar.

martes, junio 24, 2008

Mientras camino

Mis lunares son equidistantes, lo observé hace mucho, las veces cuando estaba a solas en la tina o algo meditabunda jugaba a hacer líneas imaginarias entre ellos...pequeñas manchitas creciendo tímidas en una piel que antes no los tenía. Me pregunto si la gente que lleva pecas en el cuerpo jugará a contárselas, a hacer constelaciones con ellas, a imaginar océanos cambiando de tonalidad entre los vainillas y chocolates, tal vez empiezo a entender el romanticismo tras los hombres que se enamoran de mujeres pecosas...tal vez.

Hoy salí a caminar como antes, no volví a casa no había porque regresar, mi viejo amigo el televisor tiró la toalla y no enciende hace 2 semanas, como faltan solo días para estar de vacaciones no me preocupo en hacerlo arreglar, ni en comprarme otro...ya se verá cuando vuelva...ya se verá pues.
He esperado con ansia un tiempo para mi, para poder caminar, oler el mar, extender mi vista mas alla de los muros de esta ciudad, extender mi vista simplemente...me va volviendo la miopía de pensar que mi mundo en casa se reduce a pocos metros de mis ojos...extraño extender mi visión kilómetros y kilómetros en busca de una estrella, en busca de la última ola, de donde muere el océano, de la última hoja en la copa de un árbol, de la última luz del único faro en la ciudad...Tal vez es esa la diferencia entre quedarme en casa y salir...yo siempre busco una puerta por donde salir...y a veces tambien alguna ventana.

El, mi ex novio...el primero de todos, el único en realidad, me suele preguntar porque me gusta tanto la calle. Suena a insulto, suena a reproche, a escupirme que soy diferente a él y su vida fungosa de felicidad a la sombra de un hogar cerrado, con las ventanas separandolo del ruido de la calle y las puertas selladas a prueba de ruidos, de otras personas...yo tambien le pregunto porque él prefiere esa vida solitaria de paredes asfixiantes, como vivir en un nicho en vida... porque no desea ver mas allá.

Yo soy de la gente que camina...a veces huyendo, la mayoría de veces buscando algo. Tal vez es esa la explicación.

He tenido varias horas para pensar, mientras camino hablo de lo que siento, de lo que creo, de lo que espero, es una buena terapia de la que aun no había tomado conciencia. Tal vez escribo de forma invisible mientras camino. Mis ojos siempre están lejos, por eso que la gente cree que llevo música en los oídos, que estoy en otra...tal vez si lo estoy...tal vez la música si esté fluyendo en ese momento en mi, ríos de mñusica, palabras, pensamientos, emociones. Mientras camino no necesito a nadie mas y a la vez necesito a todo el mundo.

Hoy, millones de palabras han salido de mi, millones de ideas ocultas, no tengo miedo de pensar cosas que en casa me deprimirian o me harían llorar, mientras camino, puedo enfrentar mis miedos, mis odios, mi mierda, como decía Rafa, mientras camino me dejo llevar y me ubico en este mundo, cual es mi sitio, se perfectamente a donde no quiero ir, el destino me es siempre desconocido.

Mientras camino,acepto que ya no seré la misma de antes, que los dias están pasando, que el tiempo se alimenta de mi, de mi voluntad o de mi temor, la ciudad está dispuesta a tragarme y a hacer que desfallesca en el intento, dispuesta a que tire la toalla y me vuelva una mas, alguien mas del sinfin de gente que abandona sus sueños, que deja de caminar, que se conforma, que se queda en casa viendo tv, por miedo a salir y que la calle nos devore en ella, devore todo en lo que creemos, todo lo que amamos, es mejor ocultarse, cerrar los ojos, intentar dormir, verdad? Conosco esa sensación, lucho a diario contra ella.

Mañana será otro día y luego que? Vivir un día después del otro, resignandose a vivir muertos en vida...resignandose a no levantar la cabeza por miedo a ser golpeados por un día peor que el anterior.

Yo no soy asi, me duele conformarme, me duele sentir miedo, me duele ocultarme...
Mientras camino me doy cuenta que no es mi destino el NO SER, hay algo mas alla afuera, desconozco que es, pero me llena de esperanza creer que hay algo alla afuera que espera por mi, a que lo tome, a que luche por el, a que me lance a tomarlo, sin miedos, por derecho.
Porque esta vida miserable debe tener alguna finalidad mas que el solo soportarla, debe existir algo que explique el SER, el ESTAR y el querer...vana palabra.


Mis lunares son equidistantes, a veces juego a hacer mapas con ellos mientras me desvisto y me pregunto cual de ellos es el primero, o cual el último, en donde comienza y termina todo, si hay un camino, donde es que termina? Tal vez solo sea mejor seguir caminando.

sábado, junio 14, 2008

Día Quince

Estaba escribiendo un cuento en mi cabeza, cuando alguien me interrumpió. A veces la vida interrumpe las ideas y no puedes volver a atraparlas, esta vez era porque alguien estaba pidiendo un médico. Aqui hay tantos médicos- me dije- Porque tendría que ser para mi, seguí recostada en el mueble negro, tratando de volver a coger el hilo del cuento, ubicarme en el paisaje, sentir los olores, la textura del paisaje mientras entro en él y me hago proptagonista de la historia, pero nada, ya no puedo como quinientas veces durante este año, hay alguien que ha interrumpido.

-¿Qué pasa señora?- pregunto, asomándome a la cama revuelta de la persona que grita con tan insitencia. Es que no me han cerrado el suero, me dice y ya se acabó. Yo la miro con resignación y le cierro el suero. Es trabajo de la enfermera, quisera regañar, pero es inútil. Aquí la gente piensa que le entra aire a las venas si el suero se acaba y que va a morir por embolia o algún invento de catástrofe médica. Al iniciar mi trabajo aquí, cosas como esas me hacían perder la paciencia, me quedaba explicándoles que no debían hacer tant escándalo, por un invento de alguien que no sabe nada de medicina. Pero ahora, solo miro resignada y vuelvo a mi asiento. Debo permanecer aquí, hasta que llegue la hora de irme. No hay pacientes graves, no hay nada que investigar y va llegando la hora de vbisita asi que un montón de familiares entraran a las salas de hospitalización, gritando por un informe, porque les cierren el suero, preguntando si les pueden traer algo de comer, o cuando se va a ir de alta. Debo esperar allí a que me hagan todas esas preguntas y responder l mejor que pueda. Mientras tanto me acurruco de frío en el mueble, esperando que la fatídica hora de visita marque las dos de la tarde.

En Lima, el invierno ha entrado de golpe, un sábado estaba con una polera corta y ahora tengo que abrigarme con un par de casacas para no morirme de frío. Lima tiene tanta humedad, que es como respirar dentro de una pecera- escucho a menudo. A mi al principio me agradaba la idea de ser un pecesito mas, en la húmeda capital, yendo de auí para allá, respirando agua o haciendo una burbuja que mer separe del resto. Encontraba algo poético en el hecho de Lima, la humedad y yo como un pez chico en una pecera grande haciendo pensamientos de burbuja. Ahora solo siento frío y mando al diablo la poesía.

Miro el reloj y son las 3 de la tarde, aun nadie me ha llamado, los internos se deleitan en dar información a los familiares, como médicos grandes, a penas si tiene 22 años y están ahí explicando porque de la enfermedad, si se va a ir de alta o no, asumiendo mi trabajo de relación con el público, algo que por momentos llega a hastiarme. Un día uno de ellos, me pregunto si se podia quedar a mi lado cuando le dijera a una familia que su hija había muerto, me pareció extraño, pero es parte de su aprendizaje, asi que deje que se pusiera a mi lado, mientras explicaba todo a los familiares, las lágrimas, los gritos, las preguntas. Mi interno se siente abrumado, creo que él tambien quiere llorar, me da pena y cólera. Se supone que debe hacerse fuerte, no puede mostrar tanta debilidad, no debe mostrarse dubitativo o algun familiar agresivo puede golpearlo, como ya ha sucedido.

Haces esto a menudo?- me pregunta medio asustado cuendo termina. Ufffffff- respondo yo. Tienes que tener cuidado porque una vez un familiar golpeó a un interno de medicina, pensando que era él culpable- le digo y luego le cuento como hay locos, agresivos y depresivos entre la gente al que uno le da la noticia. Nunca sabes con quien vas a tratar. Creo que no me entiende, asi que lo cuento del caso en que un tipo sacó un arma y comenzó a buscar al médico encargado de su madre, que estaba agonizando. El interno, se ríe. La verdad es risible nuestra vida, cuando lo ves a distancia uno se burla de las veces que el médico está en mas peligro de morir que el propio paciente.Y es que a veces yo tambien he tenido miedo que me abofeteen o me arañen la cara, al momento de dar la noticia, especialmente de muertes inesperadas durante la noche, o cuando fallecen pacientes jóvenes.Ves tanto dolor, tanata ira en los ojos, mi alma se encoge y se agacha, esperando el golpe de venganza, ante una ficha mas del sistema de salud: El médico. Me arrugo, quisiera huir, pero por fuera estoy serena, tratyando de que las palabras salgan lentas, entendibles, bien planeadas. Tranto de no levantar la voz ante ese grito de fiera herida: Por qué? Por qué no hicieron nada?
Para ellos es nada, me digo.Para mi, sin embargo, lo es todo, mientras vivo en el hospital, lo que hacemos por salvarle la vida a alguien es todo. Como explicárselo? Debo aceptar el llanto, el rechazo a un sistema de salud ineficiente.La muerte como un día a día. Llegar a mi casa, resetear todo.Que mi mente quede en blanco para tener la fuerza de levantarme al día siguiente y venir aquí a dar la cara.

Trato de acurrucarme lo mas que puedo para dormir un poco antes de la guardia, es imposible. Solo duermo cuando estoy en medio de un cuento, entonces imagino días soleados, arroyos de agua clara, risas de niños, algo que me aleje de este infierno. Sin embargo, ultimamente solo puedo escribir cuentos tristes, en parajes oscuros, con gente llena de desconfianza y dolor. He abandonado la idea de escribir, lo máximo que puedo hacer es retener dos o tres ideas en mi mente y esperar un momento libre a que salgan los personajes. Pero ya no salen, todsos mis personajes, están ocultos en el laberito de mis sesos, se reprimen a ser protagonistas de una historia, que tal vez no podré acabar. Mi cabeza se llena de sombras y me voy quedando dormida. Sin darme cuenta me he vuelto yo tambien un personaje de Lima la gris, esperando a que escampe, esperando una historia buena,. un final feliz, alguien que sepa escribir en mi o de mi. Una ilusión simplemente.

Suena mi alarma, la hora de dormir se ha acabado y es hora de ir a Emergencia.

24 horas de mundo real

La pregunta para el ensayo en francés se refería a ¿Qué acontecimiento había cambiado mi vida. En la practica oral había ensayado la típica ...