La pregunta para el ensayo en francés se refería a ¿Qué acontecimiento había cambiado mi vida. En la practica oral había ensayado la típica respuesta de: Cuando empecé la universidad blah, blah, pero la profesora no me había notado muy convencida. ¿En realidad eso había cambiado mi vida radicalmente? Piénsalo, me dijo y acabó la sesión.
Yo estaba con la fiebre de 39 grados y el malestar por todo el cuerpo preguntándome si todos los alumnos de un curso de idiomas tenían que enfrentarse a preguntas tan trascendentales como esa. Acaso todos tenemos la suerte de tener una vida de cierto tipo y que luego ocurra un acontecimiento y cambiar milagrosamente de vida a lo Paul Gauguin Por cierto, había hecho un ensayo sobre el libro de Vargas Llosa que habla de el, de su vida, de sus pinturas. Disfruté haciéndolo. Tal vez porque disfruto la vida de personajes así, que parece que tuvieran la vida marcada y se salen del molde no importando la edad ni la condición social, para buscar un sueño, su propia concepción idealizada del mundo, de lo que creen que es el mundo. Al fin y al cabo ¿cuánto dura el mundo real para un ser humano promedio ? Setenta u ochenta años si queremos hablar de alguien con una lucidez y fuerza aceptables, después ya no importa mucho. El antes o después de ese periodo sobre la tierra bien podría ser una historia bien o mal contada, una bellísima pieza de literatura, un capitulo del Señor de los anillos o el sortilegio de alguien a quien se le ha ocurrido que la tierra es plana y que la vida es un invento. No hay ciencia, ni guerras, ni luchas, todo es visión periférica y podría o no ser real, lo único que importa es ese periodo de siete décadas en promedio para hacer una vida maravillosa.
Me pregunto, si estaré haciendo lo suficiente, ya llevo cuatro décadas aquí, sobre este planeta azul. Es decir que he pasado el 50% de mi vida útil en la tierra aprendiendo todo lo que pude, tomando las suficientes armas, o eligiéndolas según el peso que podía cargar, para el camino que ahora sigue. El camino que he elegido no es muy diferente de otros como yo, soñadores, pero sin fuerza suficiente como para romper con el sistema. Viajantes que no se alejan del nido mas que por cortas temporadas. Sin perder nunca de vista la costa. Me hice médico, consejera, un poco artista y recientemente comencé a trabajar en mi físico. Pienso que estas habilidades me podrían servir si hay un Apocalipsis y desaparecen todos, a veces pienso que ya estamos en ese Apocalipsis que tanto anuncian las películas futuristas. Caminar sola por días enteros no es algo nuevo, o comer sola, o enfermar sola y solo leer de lejos mensajes de apoyo.
La gente se mueve en pequeños grupos o manadas según las particularidades del clima o sus necesidades propias. En este mundo no se obliga a nadie a quedarse mucho tiempo, el agua y la comida escasean a pesar que están a una sola llamada de distancia. Debemos ahorrar, se nos dice, son tiempos cambiantes. Acaba de haber una gran pandemia, una guerra y otras mas, la escasez del petróleo en todo el mundo, el cambio climático que tanto temíamos, ya no es una amenaza lejana sino un panorama visible, en donde ya no hay certezas sobre el clima que rige las estaciones ni de la duración de las cosechas.
La mayoría de alimentos aunque no lo sepamos ya son transgénicos y pocos son los que realmente se producen en una tierra sana como la que perteneció a nuestros padres o abuelos. Si alguien me dice que no estamos ya en un viaje y que no es hora de movernos, es que quizá no ha visto aun todas las señales de cambio. Estamos en ese futuro distópico al cual jamas pensamos que llegaríamos a ver.
Sin embargo, la realidad esta azucarada por continuas oleadas de entretenimiento, la atención en el nuevo ser humano es corta, las noticias y las imágenes también deben serlo, las relaciones están hechas para romperse y reanudarse, nada es mas incierto que la rapidez de un día, millones de noticias, un amanecer un atardecer, ochenta mundos, ochenta temas fotográficas, poses y sonrisas, Beats musicales, nada es suficiente. Todo lo que pasa en un día es una eternidad que no alcanza a ser grabada por ojo alguno, en un día han muerto 21 personas, 21 millones, los que existían, los no nacidos, a la otra orilla del mundo, gente de la que ignorábamos su presencia tiene sus propias luchas y sus propias guerras. Queremos participar en las guerras y en las causas de todos mientras la vajilla se queda sucia en casa, la ropa a medio doblar, las puertas abiertas. No se ha terminado el día y ya te haz enamorado cinco veces y vuelto a desenamorar de personas que nunca llegaste ni siquiera a tocar; a escribir hipótesis de porqué no funcionaria este océano de sentimientos volcados en un cuerpo acostumbrado a la sequía continua. Son otros seres humanos aun más temerosos que tú para que invertir tiempo en ellos ¿Qué saben de peces y olas los que han nacido junto a las montañas ?
Los seres humanos estamos tan lejos unos de otros, en continuo movimiento y sin embargo ignorantes de quién se muere al costado. Me sigo preguntando si estaré haciendo lo suficiente, si habré revivido a la gente correcta. ¿Quién soy yo para saberlo? ¿Si cuando continue el camino lejos de lo que ahora soy habrá todavía gente a la que me interese mantener a flote?
Es tan bonito observar de cerca a la gente que sueña, que quiere hacer un cambio, pero son mas bonitos de lejos, sus ojos brillan, sus cabellos al viento, sus músculos se tensan, sus pies tiene alas, de cerca, son seres humanos con miedos y dudas, enfermedades del alma que acaban con ellos antes que las del cuerpo. 24 horas en este mundo, parecen mas de lo que un trozo de vida de 7 décadas puede parecer para cualquiera. Con recorrer 24 horas a pie el mundo de costa a costa, a través de un ordenador, en un avión o en un barco, podría saber que historias de amor y de horror hay, esas de las que quieres cerrar los ojos y oídos, esas que inspiran a crear nueva música y cuadros y amores. Esos amores que unos dicen que es imposible que sean únicos fieles, monógamos, porque 24 horas no es suficiente cuando se tiene la piel tan grande con sentimientos tan a flote. ¿Pero quién sabe?
El día para mí comienza cuando saltan las estrellas al cielo y las luces de la ciudad se encienden, las verdaderas voces salen allí, la verdadera gente habla. Hablan los orgasmos, la incertidumbre, los miedos, las frustraciones, la maldad y la locura, nadie habla la verdad de día. Hay que caminar en la noche y escucharlos a todos. Entonces te das cuenta que 24 horas es más de lo que cualquier Dios doliente podría soportar, hay tanta humanidad en esas 24 horas. Solo es cuestión de abrir los ojos y estar en el presente, no es necesario llegar a las siete o a las ocho décadas para saber que es la vida real, pero varios de nosotros hemos caminado dormidos toda la existencia y necesitamos la versión larga para entender un poco de que va esto.
Jaa! 24 horas sería una aberración sentir tanto en solo ese tiempo. Imagina una película que durara 24 horas…saldrías del cine asqueado o hipnotizado. Millones de fotogramas de toda Indole de todo lo que pasa en el mundo…Ya jamás podrías volver a dormir …o si? O quizá nunca nos hemos despertado?
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