viernes, julio 31, 2009

30 Minutos

Eso es todo lo que necesito. Me doy cuenta que son sólo 30 minutos los que pido cada que voy a un café internet. Allí cubro todos mis requerimientos. Reviso mis correos, leo las cartas del Rafa, guardo en el usb algún artículo que me haya interesado, escribo un poco en el blog. Nada más.

Relego para otro tiempo de ocio lo de divagar por youtube buscando videos graciosos, o lo de ver fotografías en flickr. No eso no. Cuando vengo a pasar mis 30 minutos después del almuerzo no es para buscar nada. Solo quiero escribir, escribir a través de mi lectura de los otros. Entonces sobrevuelo líneas y líneas de reflexión de mis amigos mas cercanos, de sus anécdotas más trilladas y de alguno que otro viaje que aun tengo envidia de hacer.

Me sobran a veces los 30 minutos. A veces no. Me siento muy sola y quisiera poder hablar con alguien después del almuerzo y criticar la comida y pedir alguna bebida que no sea gasificada, coloreada ni saborizada. Ya me siento tan artificial a veces, que no es justo que tyambién sea artificial mi comida.

Estos días en medio de la jungla, incomunicada, me han hecho reevaluar varias cosas en mi vida, entre ellas la utilidad del celular. Detesto lso celulares, revisarlo cada cierto tiempo en espera de una llamada que no llega, de algun mensaje que no revisé a su debido tiempo. En la búsqueda simplemente de una señal.

Me gusta esa vida del que no tiene nada, solo una playa en medio del Amazonas en donde pasar sus mañanas y encaramarme en los árboles para tener fotos felices. Me gusta el hechod e que nadie en los bungalows tuviera música y poder cantar bajo la excusa de que me siento alegre y no importar si me oigan. Si tras el frágil madero que separa mi ducha de su baño, alguien escucha mi algarabía de adolescente rebelde.

Amo los días soleados y correr de la lluvia sobre calles olvidadas y ese ambiente feliz de los que vacacionan siempre. La mesa con pescado envuelto en hojas y las bebidas cítricas con nombres que no recuerdo. Comer fruta al atardecer y dormir entre lámparas de kerosene. Amo estar lejos de la luz, del teléfono y de las largas esperas.

Porque cuando estás en medio de la nada, no cuentas los minutos que te faltan para terminar una carta. Ni cuentas el espacio que te separa de casa. Los días se suceden uno tras otro como un milagro maravilloso en donde la noche es estrellada y los recuerdos se diluyen a lo lejos.

jueves, julio 23, 2009

Sueños de Muerte

Sueño con la muerte. No como soñaba antes con mis otras vidas. Sueño con la muerte real, esa que me toca a diario, contra la que me hago fuerte y de la que hablo irónicamente. Esa contra la que dicen que lucho, aquella contra la que siempre terminamos perdiendo.

La gente no entiende mis decisiones, esos giros excéntricos, ese miedo al futuro. No entiende porque si decido abrirme, contarles todo, mi vida resulta estar llena de saltos al vacío como si no hubiera un mañana, como si cada día fuera el último.

No entienden porque reniego de una carrera como la mía y en cambio preferiría largarme conocer muchos sitios y pasármela escribiendo. Como tengo las fantasías más raras con la gente más extraña o porque siempre termino echando a perder las relaciones.

Es en parte mi miedo a ese futuro que se quiebra al instante siguiente de dártelo todo. Es por esas vidas de 20 años que se esfuman por dolencias raras, por accidentes inesperados sin haber vivido nada. Sin que su familia o amigos puedan hacer nada al respecto. Sin que nosotros podamos ganarle nunca la carrera a la muerte.

Cada día se muere el sueño de alguien, sin haberle dado el tiempo suficiente para cumplirlo.
Tal vez las agallas.

¿No es acaso triste que un chico muera sin haber amado ninguna vez? ¿Que desaparezca su existencia sin haber sabido que era un beso? ¿Que su último sueño haya sido conocer el país de sus abuelos?

¿No es acaso triste no poder ser el hada que cumple los sueños, sólo la gris confesora en el umbral de la muerte?

Yo decido locamente, pensando en el nunca más y el para siempre. Decido cosas que a veces me hacen daño, solo porque confío que puede haber algo más allá de mis pobres expectativas, algo más allá de mi ruta cotidiana de colegio-universidad-trabajo. Que vale la pena tirar por la borda todo, si es que hay algo más en el mundo de lo que no conozco y que tal vez me pertenezca por derecho.

Sólo por el derecho de creer que existe.

Sueño con la muerte de gente que amo, tal vez porque el último mes he visto lo fácilmente que desaparecen las vidas de la gente a la que no alcancé decirles Te quiero. Y me despierto con el sobresalto de saber que la muerte es a diario más que una posibilidad una promesa.

¿Podré hacer yo las cosas que deseo antes que ésta llegue?

¿Mis ojos de bañarán en los océanos que no conozco antes de terminar el viaje?
¿Habré hecho lo suficiente para mí?

¿Es que para mí alguna vez la vida logrará ser suficiente?

El tiempo

Los días caen uno tras otro como víctimas silentes de un futuro que nos engulle en sí.
Soy un bocado más que se deglutirá entre penas y furias. Apenas un sabor nuevo en el menú diario. No tengo derecho a queja, estoy incluída como los otros en potajes que se debaten entre la melancolía y la esperanza.

Nos devora el tiempo. Apenas si podemos defendernos.

Hoy intento escribir a mitad de un altibajo. Al empezar la noche como si ésta fuera joven y hoy al fin pudiera ver la luna. Me siento a escuchar a una mujer que canta boleros viejos como una novedad romántica y pienso en la tibia sensación del amor y sus consecuencias mas tempranas. Me imagino cenando a la ventana de un restaurante hecho de madera perfumada, ante el gran ventanal que da hacia un lago. Cómo aquella vez que en mis sueños pensé que sucedía.
Noto de pronto las luces reflejadas en el agua, dando aquella serenidad prestada que a menudo me falta tanto. Visto aquél vestido rojo que nunca viste y caen mis cabellos sobre mis hombros como soñaste que caerían. Recuerdo el vino, recuerdo todo eso y la soledad del salón donde bailamos la primera vez y la última.
Trato de imaginar mi vida sin ti a cuestas. Quizá hubiera pensado que antes de ti conocía el amor, o que viviría el resto de mi vida esperando uno. Fuiste la sorpresa de la que uno no se sabe alegrar a tiempo. La alegoría de una ilusión. La perfección de un momento corto dentro de una vida demasiado larga.
Veo al cielo y espero ver las estrellas de aquella noche. Aquí siempre es brumoso y triste. No hay un lago y el mar es demasiado frío. En las tardes junto al café, solo veo un océano gris que se engulle al sol antes que este sangre. La noche cae tan rápido que no alcanzo ni a pedir un deseo. A veces el tiempo es tan efímero, apenas un recuerdo de las cosas que nos hicieron más felices.

Los días caen uno tras otro rendidos ante el jake mate del destino. Yo pierdo en el juego contra el tiempo y soy engullida como tu por ese penoso olvido de la gente que alguna vez amó y no pudo hacer nada al respecto, mas que pasar el resto de la vida tratando de olvidar.

viernes, julio 17, 2009

Con quién vengo?

No debería escribir cuando me siento así, o tal vez sea el mejor momento.
A ver, no soy una niña pero sigo sin entender bien algunas cosas, sin acostumbrarme.

Acabo de perder un paquete turístico porque mi hermana se tardó en decidir si quería o no acompañarme. Qué por qué mi hermana? Porque mi mejor amiga no tiene dinero para viajar en fiestas patrias. Porque mis padres prefieren que salga a divertirme con mi hermana. Porque me horroriza esa sensación de llegar a los aeropuertos sola. De haberla pasado sola.

Y nada, me la aguanto.

Aún no entiendo porque a un hombre le cuesta tanto trabajo creer que una mujer necesita a veces de compañía para salir. A dónde? A un lugar de donde es peligroso regresar sola. A un lugar donde quieres desesperadamente ir porque la música es genial.

Tengo amigos si quiero ir a bailar salsa, pero no los tengo si quiero ir a oir a U2.

Es tan difícil comprenderlo.

Creo que aun no me explico, querido Rafa, pero sigo estancada en esta vida como hace 6 años, luchando con las mismas huevadas de hace 6 años y dándome cuenta que a veces para no sentirte patética invitando a diferentes amigos a hacer diferentes cosas y mendigando en tu familia o amigas, compañía para pasarla bien, sea viajando o yendo al cine, a veces para evitarte ese mal rato de que te pregunten por qué? o te digan simplemente No, no puedo. No, no quiero. Es necesario estar con alguien.

Si, porque eso de que las mujeres pueden hacer todo solas, es mentira. A veces necesitas a alguien y te jode mucho tener que escuchar las negativas de diferentes personas que tienen en su vida cosas mas divertidas y baratas que hacer que acompañarte a hacer algo que solo tu deseas.


No lo sé, no soy una niña. Pero aun me joden cosas que no puedo arreglar. Aun me jode que los paquetes dobles sean mas baratos y que las entradas al cine sean 2 x 1. Que si sales sola, te cruzas con un montón de amigos que te preguntan : Con quién vienes? Y te jode responder que : Con nadie. Porque yo puedo salir sola, porque me da la gana, porque siempre hago lo que me da la gana.
Aunque suene tan triste esa respuesta como este post.

Solo falta que mañana me digan que no pueden acompañarme a bailar porque surgió una operación en el camino. Y así se termine de ir a la mierda mi fin de semana. Sin planes, sin una maldita cosa que hacer. Con un montón de tiempo de sobra, que se chorrea por los costados de mi mesa a falta de con quién compartirlo.

Me jode aceptar que a veces solo quisiera un novio, ya no por el maldito sexo o por compartir los gastos. Que necesito una pareja sólo para dejar de pasar por episodios como éstos en que todo el mundo se niega y tu tienes que sonreir y cortesmente decir algo, como

No importa, para otra vez será.



Así es Rafa, estoy a mi llones de kilómetros del `punto donde comenzó esta historia y aun me siento que estoy perdida en La Tierra Del Olvido.

Una pesadilla completa, si señor.

miércoles, julio 15, 2009

Por qué cuestan más barato las habitaciones dobles que las simples?

Por qué cuesta tanto un pasaje a Río para una sola persona?

Por qué es más barato tener un amante que una hermana?


(Tengo más preguntas pero debo limpiar la casa)

sábado, julio 11, 2009

Rumbo a los treinta

Los años no pasan en vano- me dice Ceres-Recuerdas cuándo aún éramos vírgenes?

Me echo a reir. Parece casi un siglo. Ceres es mi mejor amiga del colegio, lesbiana, fanática del metal y de los libros filosóficos. También una mujer de treinta que como yo, ve la gente formar familias a su paso.

Estoy a puertas de las 3 décadas y siento que someto los mismos errores de cuando era quinceañera. Que aun me quedo los fines de semana en casa, sino ya para leer, ahora para hacer algo de gimnasia o ver alguna película sin compañía ruidosa.

Hay días que igual que a mis quince, sigo buscando soledad y nadie que interrumpa mis pensamientos.

Ceres, se ríe y me dice que tal vez vuelva a Perú, que de Italia ya está cansada. Yo en cambio le cuento que de Lima ya estoy aburrida, que quisiera fugarme a alguna parte. Que ahora tengo un trabajo, gano dinero, no tengo hijos, marido ni mascota. Ni siquiera una familia que viva conmigo y sin embargo, sigo sintiendo que esta no es la vida que yo quería para mí.

Ya no me agrada viajar sola. No me interesa regresar al Jorge Chávez y que no haya nadie esperando por mí. O dormir sola sin nadie que me abrace cuando me doy la vuelta ante una pesadilla.

Muchos de mis amigos tienen hijos y hablan de ellos, como si el mundo se acabara en sus vidas. Como si la vida de sus engendritos, fuera una extensión de sus propios sueños. Yo aun no consigo los míos. Por qué debo escuchar las aventuras de pequeñas personas de las que apenas puedo vislumbrar el origen de su ADN?

A los casi 30 años, me sigue dando miedo entrar a lugares llenos de gente. O hablar de música con chicas menores que yo. A veces temo meter la pata y mencionar a algún tío que no sea de esta generación. Hendrix?? Quién es ese?

Temo aun levantar la voz si una vendedora me trata con desdén. O cambiarme la ropa de cirugía y quedarme en cueros ante mujeres que ni conozco. Revisar tallas de ropa interior a los ojos de otra gente ( si son hombres peor ) o dar la iniciativa para ir a bailar.

Me causa desazón pero lo hago, sin embargo. Porque se supone que soy adulta y no me debería dar pena hacerle la charla a algún tipo que no conozco. O hablar de poses sexuales con mi mejor amigo, como si no notara que se le está levantando de solo mencionar lo que hace en la intimidad son su novia.

No me debería dar pena pues. Por eso almuerzo sola, asi me coqueteen los mozos o hago cotizaciones de vacaciones que tomaré sola, porque mis amigas siempre andan con los números en rojo. No me da pena, decir que de nuevo ando sola. Que no hay ninguna pareja formal cerca, pero si varias inivitaciones para salir y alguna que otra mas caprichosamente descarada.

No me da pena que antes de este Diciembre, habré rechazado a mis casi 30, tres propuestas de matrimonio y una de sexo grupal.

No me da pena, pues. Porque se supone que soy adulta y tengo una profesión y pago mis cuentas y vivo sola y tengo gente a mi cargo que me saludan como Dra. y jamás por mi nombre. Y se supone que todo eso, cuando lo pensaba a los quince, debía llenarme. Porque se supone que se supone que ese es el camino correcto y natural de las chicas inteligentes, que no se embarazan a media carrera.

Es esto suficiente, sin embargo?

Es suficiente contar los días para llegar a los 30 y sentir que no planté un árbol y jamás escribí el libro que quería? Que no pasaré la noche con el hombre que quiero. Que no me daré vacaciones junto a un montón de amigos. Que mi casa no es propia.

Es suficiente si tengo esa vida plástica de los demás treintones y finjo que esto es éxito. Que esto es adecuado?

Lo debe ser para alguien que no sueña. Que se trazó como meta sólo esto.

Para mí, aun no es suficiente.

No es suficiente nada, por eso me quejo y jodo y jodo. Y vivo soñando un futuro que no llega. Un día después de mis 30. Un día en que despierte y me sienta completa.

jueves, julio 09, 2009

Gracias

Escribiré, ejem y mientras me aclaro la mente y me visto con algo cómodo te voy contando que el día es claro aquí, que no he sentido invierno mas tibio y días mas largos desde hace mucho tiempo.

Me siento como hace 3 años, saliendo temprano y almorzando sola. Mendigando metalmente una persona amiga con quien compartir una charla. De lo que sea, incluso de sus secretos más íntimos.
No me importa. Yo ando buscando algo, alguien, que me acompañe a caminar en los días claros y a escuchar música cuando atardece.

Bueno, empezamos. Me hago el moño guerrero de siempre, pero ya no uso gafas. Me operé los ojitos y ahora lucen naturalmente ojerosos siempre. Soy un panda, una trasnochada eterna que se pasa el día soñando.

Me froto las manos y giro en la silla naranja antes de entregarme a ti, a escribirte. Porque así es esta vida, debe existir alguien para recibir estas cartas. Un cable que encaje en mi cajita de luz y me ilumine.

Debe ser así, sino no tendría esperanza. Nunca. Que trsisteza, sería!

Ahora oigo música lenta pero divertida. Es música cálida como este día y me arrojo a escribir y pensar mientras escribo, que hoy fue como hace 3 años, cuando iba a almorzar sola y los mozos coqueteaban conmigo, pensándome desesperada.

Qué hace una mujer arreglada almorzando sola? Que hace revisando el celular cada 5 segundos en busca de una llamada que sabe que no se dará? Fingiendo que espera a alguien, cuando en realidad es nadie quien vendra.

Nadie.

De eso vive ella, de escribir para personas sin rostro, historias que no se terminan.


Hoy me puse a pensar que la vida siempre da vueltas y yos igo esperando. Son escasas las islas de mi vida en que estoy acompañada y gozando de un almuerzo acompañada. Por lo general me recuerdo dándome un gusto a solas. Como los tocamientos. Como todo eso.

Son 70 días sin sexo. Sin buscarlo, sin tenerlo. Si siguen pasando los días irté olvidando que se siente. Iré olvidando la ansiedad de estar acompañada de noche, de sentir una ola de calor penetrándote, cuando te enamoras.

No, entonces no es sexo. Sexo lo puedo tener, cualquiera lo tiene. El sexo es feo, frío, automático. Lo que yo no tengo es pasión, deseo. No tengo hace 70 días una piel que crepite encima mío. No tengo aromas que me hagan sentir salvaje y dispuesta a todo.

No los volveré a tener. Incluso haciéndolo con la misma persona. No volveré a sentir esas cosas. Pues es el sexo una cosa mental después de todo. Una asociación de ideas de deseo y posesión. Yo ya no quiero eso. No con la misma persona.

Yo quiero mas cosas. Cosas grandes llenas de eventos minúsculos, de detalles inesperados, de esas cosas pequeñitas que hacen que las cosas grandes funcionen.

Yo no quiero guardarme lo que siento...(es parte de la canción Gracias con J. Drexler y O. Portuondo....si la oyes sabrás que sentí al escribir hoy)


Me siento a escribir, pero aun no se qué será. Este ha sido solo un ejercicio previo.

Gracias por leerlo

;)

miércoles, julio 08, 2009

Julio 8. Desconectada

Dado que me hallo sin internet, me daré la única oportunidad desde hace mucho de escribir en Word. Odio hacerlo, tú sabes, corrector de palabras, opción de sinónimos, contador de letras. Es como escribir con trampa. Sin darte cuenta terminas borrando todo lo que inicial y alocadamente escribiste.

No sé, son cosas mías. Antes Enrique me leía, ahora bueno, ahora es como dice el título del blog, Ya No hay Mas Ruido y por tanto escribo ahora, para algún día recordar que escribía, que pensaba que deseaba cosas a los 30 que tampoco- es probable que no- las consiga a los 40 ó 50.

Suena Miles Davis, no porque lo haya puesto, es por la película. Finding Forrester después de todo es una película inspiradora, en ciertas escenas.
La tarde es nublada, pero cálida. Hace mucho que no disfrutaba de un invierno en que no tuviera que usar o abrigo o casa o gorrita y guantes. Hace mucho que no sentía que podía caminar pacíficamente sin cubrirme de todo.

Hoy pensé que tal vez me quedaría sola. Tú sabes, faltan 5 meses para que cumpla 30 y cada vez hallo más defectos a la gente, cada vez pongo más barreras. En 10 años de práctica como buscadora de amor, sigo cometiendo los mismos errores y esta vez no me refiero a sexo en la tercera cita, sino al hecho de ilusionarme y desilusionarme casi en la misma semana. En inventar rupturas trágicas y tomar decisiones tajantes, que solo me logran un poco más de daño.
No sé, a lo mejor no sé como retirarme poco a poco. Como desaparecer de la escena del crimen sin salir corriendo. Como fingir que no me importa. Para mí los finales son trágicos, definitivos. Para siempre. Porque no me va eso de ser equilibrada, soy apasionada en todo, incluso en decir adiós.
Aunque es una linda manera de decirlo, tal vez solo sea que poseo esa habilidad de la gente como yo de ser histriónica, bipolar y la mayoría de veces ansiosa. Una ansiedad que me carcome y con la que sólo se terminar de un modo, diciendo Adiós.
Estaba pensando que tal vez era adecuado estar sola, porque a menudo pienso que no hay gente adecuada para mí. A menudo siento que valgo demasiado. Que nadie me comprenderá totalmente. Que si tengo algo en común en lo intelectual, quizás esa persona no comparta mi gusto por bailar y pasarla bien. Que si comparte un poco de mi visión cítrica de las cosas, de las ganas de joder por joder, tal vez no me entienda cuando hablo de las cosas médicas que a continuo me rodean. Que si tiene algo en común al hablar de ternuras y al jugar a ser infantil y casi rayando en el engreimiento mas vano, tal vez no me comprenda cuando busco ser profunda hablando de películas o música no muy comercial.

No soy un bicho raro, hay mucha gente como yo. Solo que soy tan tonta que creo que alguien tiene todos los ángulos que necesitan mis aristas. Soy tan ilusa que creo que tendremos más en común que solo un tema. Soy tan ingenua que pienso que cuando una relación empieza debe ser para siempre. Por eso a la primera que no funciona, huyo o hecho, pero no lo sigo intentando, porque como ahora, no puedo imaginarme pasando el resto de la vida con alguien que me hace sentir vana e idiota.
Debería dar la oportunidad de crecer juntos, de amoldarnos, de amoldarme a otra persona, de ceder un poco. Pero a esta edad solo conozco dinosaurios como yo, muy grandes para espacios muy pequeños, destruyendo todo a su paso sin darse cuenta. Gente idiota como yo, que apenas se siente invadido desea volver a su espacio solitario, a su libertad única e irrepetible. Que apenas se siente atrapado huye.
A esta edad me doy cuenta, que tal vez es demasiado temprano para todo. Que apenas soy un infante desesperada porque las cosas lleguen ya y ahora, sin un ápice de paciencia.

Fin.

24 horas de mundo real

La pregunta para el ensayo en francés se refería a ¿Qué acontecimiento había cambiado mi vida. En la practica oral había ensayado la típica ...