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sábado, marzo 17, 2018

Aunque no sea conmigo

Sabes? Estoy en ese momento de la vida en que al sentir que haz perdido repentinamente a alguien no haces nada mas que recordarlo. Hoy por ejemplo, leí un cuento que me sobrecogió por su final y quise correr a contártelo. No sé, como si te importara. Como si alguna vez hubiéramos hablado de los libros que me conmovían, de algún autor mío que a ti te hubiera dado tanta curiosidad, que al pasear solo por ahí te habría dado la imperiosa necesidad de leerlo para saber que sentía.

Bobadas mías, lo sé. Estoy en ese momento del tiempo, ese en el que cada frase que hubieras dicho cobrara importancia y significados que antes no tuvo. Y siento, como ninguna otra noche que debimos haber hablado mas y pasado mas tiempo juntos …Ja, Como si hubiera un momento del día en que no hubiéramos hablado, no? Es que esa era la droga pues, la que te hace ir cada día por mas, la curiosidad, una historia a la mitad, un cuento mas de las mil y una noches  de esos que hablan de sitios distantes como Samarkhanda y de gente rara como sultanes, odaliscas o  Príncipes de Persia. Así te ubico ahora en mi mente, en un lugar lejano que ya no existe el mapa o que cambio de nombre y al que no se como regresar. Como en el sueño que te conté, recuerdas. Un sueño en el que volvía a una playa buscándote y luego olvidaba tu cara y al final olvidaba a quien buscaba o por qué lo buscaba, solo quedaba yo en la playa, angustiada. Mis miedos. Claro, siempre mis miedos.

Esta noche me siento particularmente sensible, ignoro si fueron las películas independientes, el blues, los cuentos de Nabokov, ese dibujo a lápiz que me salió con cara depresiva y boca torcida. No sé si se deba a que es viernes y que no he querido salir a pesar de estar lista hasta para una foto. No sé que es lo que es y lo adivino en demasía.

Te echo de menos y lo hago porque se que no te volveré a ver y eso debo aceptarlo, tal como que la tierra gira, aunque no sepa ni para donde. Te echo de menos, porque no sabría con quien mostrarme tal cual, cuando soy sensible o cuando estoy irritada, o cuando tengo dudas o cuando soy enfáticamente carnal y quiero acariciar mi ego contigo. Si y que me mires y digas alguna cosa que haga sospechar que quieres verme. Aunque no ocurra, pero igual es rico. Sentir que te desean y sentir que hay alguien en quien pensar durante las horas insípidas del trabajo diario.


Escribo esto, porque se me cae el alma al piso de solo pensar que no podré decírtelo. Ni contarte nada de lo que me pase en el día, ni tratar de encontrar soluciones para tus problemas usuales como si fueran los míos, como si tu fueras yo. Haz sentido alguna vez eso? Que eres un reflejo de otra persona? Que quieres que sea feliz a como de lugar? Aunque no sea contigo. Obvio. Aunque no sea conmigo.



PD.  Me niego a escribir un cuento sobre ti. 

La Cita

  Su voz es del color del sol, se ha acercado  con paso seguro  sin prisa a la mesa donde sorbo un te del que apenas detecto que es de frut...