jueves, julio 23, 2009

Sueños de Muerte

Sueño con la muerte. No como soñaba antes con mis otras vidas. Sueño con la muerte real, esa que me toca a diario, contra la que me hago fuerte y de la que hablo irónicamente. Esa contra la que dicen que lucho, aquella contra la que siempre terminamos perdiendo.

La gente no entiende mis decisiones, esos giros excéntricos, ese miedo al futuro. No entiende porque si decido abrirme, contarles todo, mi vida resulta estar llena de saltos al vacío como si no hubiera un mañana, como si cada día fuera el último.

No entienden porque reniego de una carrera como la mía y en cambio preferiría largarme conocer muchos sitios y pasármela escribiendo. Como tengo las fantasías más raras con la gente más extraña o porque siempre termino echando a perder las relaciones.

Es en parte mi miedo a ese futuro que se quiebra al instante siguiente de dártelo todo. Es por esas vidas de 20 años que se esfuman por dolencias raras, por accidentes inesperados sin haber vivido nada. Sin que su familia o amigos puedan hacer nada al respecto. Sin que nosotros podamos ganarle nunca la carrera a la muerte.

Cada día se muere el sueño de alguien, sin haberle dado el tiempo suficiente para cumplirlo.
Tal vez las agallas.

¿No es acaso triste que un chico muera sin haber amado ninguna vez? ¿Que desaparezca su existencia sin haber sabido que era un beso? ¿Que su último sueño haya sido conocer el país de sus abuelos?

¿No es acaso triste no poder ser el hada que cumple los sueños, sólo la gris confesora en el umbral de la muerte?

Yo decido locamente, pensando en el nunca más y el para siempre. Decido cosas que a veces me hacen daño, solo porque confío que puede haber algo más allá de mis pobres expectativas, algo más allá de mi ruta cotidiana de colegio-universidad-trabajo. Que vale la pena tirar por la borda todo, si es que hay algo más en el mundo de lo que no conozco y que tal vez me pertenezca por derecho.

Sólo por el derecho de creer que existe.

Sueño con la muerte de gente que amo, tal vez porque el último mes he visto lo fácilmente que desaparecen las vidas de la gente a la que no alcancé decirles Te quiero. Y me despierto con el sobresalto de saber que la muerte es a diario más que una posibilidad una promesa.

¿Podré hacer yo las cosas que deseo antes que ésta llegue?

¿Mis ojos de bañarán en los océanos que no conozco antes de terminar el viaje?
¿Habré hecho lo suficiente para mí?

¿Es que para mí alguna vez la vida logrará ser suficiente?

3 comentarios:

Juan Carlos Huaraj Acuña dijo...

Tan importante es escuchar, simplemente sentarse frente al amigo, mirarlo, y decirle "ánimo, paciencia y buen humor". Pero escuchar no solo por fuera, es también renunciar temporalmente a nuestra voluntad. Esa que cumple los caprichos más increíbles, aunque luego lamentemos. Empecemos por casa, empecemos por los que tenemos al lado, digámosle con la fuerza de nuestro corazón, y una sonrisa: TE QUIERO. TE QUIERO TAL Y COMO ERES... Y AÜN SI NO QUIERES VERME, TE SEGUIRÉ QUERIENDO.

Cuidate Laura, Dios nos bendiga, aunque no lo merezcamos. Con afecto. JCHA

ArT dijo...

Ojala un dia puedas irte a escribir y a conocer lugares

Un tiempo estuve varado en moquegua, fue más de un mes. Me despidieron d e la chamba y me daban esperanzas de seguir. Entonces me quede en el cuarto otro mes más. Esperando.

1 mes dibujando, leyendo, escuchando reggae, tirandome la paja esporadicamente y durmiendo como un liron. Hermoso.
Cuando me aburria a menudo salia a pasear por el pueblo (torata) era caluroso y los arboles enormes, solo habia un par de tiendas y me comia un helado Donofrio.
Entre el reggae y el dub, pasaron los dias.

No se porque escribo esto, me acaban de pasar cosas y lei tu post. Me pareció tan sensiblemente oportuno.

chau

Laura Martillo dijo...

"tan sensiblemente oportuno"

es una buena frase

Conozco el pan de Torata aunque no recuerdo los árboles enormes, para mi no fue mas que una tarde caminando por callecitas pequeñas.



JC

A veces suenas tan sacerdote que me pregunto que rayos te ha pasado.

Con afecto.

L.M

Otoño en Lima

Es lo primero que escribo luego de una larga temporada. No era mi intención hacerlo, pero el café y este cielo nublado son malos consejeros....