¡Qué fácil le resultó! - dice el nuevo chico. Esa frase se queda tintineando en mi cabeza. Si que fácil había sido darle esa cita al ex, que rápido y sin pensar, volver a verlo. Mejor hoy que mañana. Hoy que me siento fuerte. Perdonar todo lo pasado. Cerrar el circulo. La verdad, en el camino en el taxi intentaba concentrar con todas mis fuerzas la rabia que una vez sentí hace cinco años, esa rabia que me había hecho jurar que “yo solo le deparaba una muerte lenta y dolorosa…”Luego vino el COVID y a menudo vi jovenes morir lenta y dolorosamente en mis manos. A veces recordaba mi frase de mal augurio y pensaba si el seguiría vivo allá lejos. O si la fuerza de mi presagio y mi odio habían hecho que todo el mundo se volteara de cabeza. Me quedaba sin aire por segundos antes de volver a trabajar. Estaba pagando haber sido una persona con tan malos deseos.
Su recuerdo me pesó dos años mas, a pesar de que ya era feliz con otro hombre. No me dolía él. Me dolía el recuerdo de mi mala sangre deseándole todo el mal del mundo. Que lo mereciera o no, ya no venía al caso, cinco años después esas minucias del amor y las infidelidades me parecían cuentos de vieja amargada. Fotonovelas cuya trama solo recordara superficialmente, a pesar de que en su momento hubiera estado pendiente del mas mínimo actor.
Ahora, terminada esa cena y sin ningún sentimiento de despecho, solo me quedaba esa frase. Qué fácil había sido lograr esa cita conmigo, que tontas pueden fingir ser las mujeres. Era obvio que la cita con un ex siempre es porque existe la promesa de sexo latente. Entonces ¿a qué iba yo? ¿Acaso ignoraba eso a mi edad ? ¿A qué había ido?
Algo en mi respondió que era solo para filmar la ultima escena de una novela inconclusa, esa en la que la protagonista va bien vestida pero sin mostrar ni un ápice de piel y puede demostrarse a si misma que ya no siente nada por quien un día le rompió las ilusiones. Ni siquiera planeándolo hubiera salido mejor. La charla de temas en común fluyó plácidamente, pero ningún sentimiento siquiera agitó uno solo de mis cabellos. Me preguntaba una y otra vez que pasó hace cinco años. Mi mente estaba bloqueada en la bruma del trauma, ya no recordaba casi nada de cuanto lloré, cuanto deseé jamás haberme enamorado. El chico se había quedado con su mujer tóxica, yo lo había apostado todo y había perdido. La misma historia con diferentes personajes, en diferente país.
Al llegar a casa, me quité las botas y me piré de las redes. No quería ninguna posibilidad de contacto próximo después de esa cena, para qué? La verdad yo no era tan fácil, chico. Recobrar el vinculo, incluso de amistad era caso perdido. Recordé cuantas veces hacía solo cinco años me sentí admirada y cuantas veces esa conversación fluyó sobre temas en común en los meses que habíamos estado juntos. No había nubes, me sentía amada y caminaba drogada con ese amor por el mundo. Y aun así me habían lastimado, dejado, ghosteado, en su momento como si no importara nada. Una linea breve de texto que no explicaba nada, un frío lo siento, que mas quedaba por decir cuando se rompía el vinculo?
Comparaba mi actual situación, donde el hombre luego de cinco meses seguía sin profundizar su relación conmigo. Compartíamos gustos musicales o películas, pero ningún plan en particular a futuro. Las veces que le había mencionado superficialmente mis sueños, acaso si había puesto atención. Después de cinco meses me seguía sintiendo la desconocida con la que te acuestas un par de veces y luego intercambias textos sin querer profundizar en nada. Yo memorizaba sus anécdotas, sus cantantes favoritos y hasta el nombre de su perro, pero el interés de el sobre mi apenas si recaía en las cientos de fotos que le envié con poca ropa o en alguna charla trivial sobre temas del momento. Obviar la presencia del elefante en la habitación en los meses que siguieron se hacia insostenible, nuestras divergencias políticas se hicieron evidentes. Solo que mientras a mi no me importaban casi nada luchar por ellas, el las traía a colación cada tanto como suerte de bandera de principios. ¿Si así comenzábamos en donde íbamos a terminar? ¿Alguien que no te aprecia en los momentos bajos, ni te admira lo mas mínimo puede llegar a hacer un esfuerzo consciente por amarte mas allá de solo la calentura del momento? ¿El realmente sabía algo de mi que no fueran las mil historias de ex que le conté para que saliera huyendo en las primeras citas ? Mis sospechas eran que no. Para que darle mas tela que cortar al tipo y a mi… para qué ilusionarme con ideas infantiles si ya sabia como era el camino de salida.
Incluso los tipos mas lindos te pueden decir te amo, pero pasados cinco minutos, no cuesta nada decir adiós o un simple lo siento. Era el momento de decirlo yo primero. Quizá esta vez dolería menos.
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