Hoy vi mi nombre por ahí agregado a una frase que decía relatos y literatura.
¡Qué mentira mas grande!- pensé yo- ¡Qué publicidad mas engañosa!
De 100 cosas que escriba, apenas si serán 2 algo de relatos y cuentos, cero literatura.
Hace tiempo, cuando empecé a escribir me generaba la misma molestia ver un cuento mío publicado cibernéticamentre y que al lado figurara la etiqueta: Blog Personal. Me sentía tan estúpida, tan poquita cosa, escribiendo aquellas tonteras.
Etiquetas, pues. Sólo publicidad engañosa.
A estas alturas de mi vida probablemente mi etiqueta sería que escribo Relatos Personales, eso sería lo mas cercano a lo que hago, cuando estoy sola y lleno esta página en blanco. Cuando quiero ejercitar los dedos, desaguar la mente, ahorrarme el psicoanálisis, dejar las pastillas, purgar culpas, olvidar la migraña. Eso pues, nada más.
Hoy vi mi nombre ligado a un recuerdo, mi imagen diluyéndose en colores y música de la que ya no guardo registro. Hoy vi mi nombre ahogado en esa mancha húmeda que deja la luz al marcharse de la tierra.
Vi mi nombre, pero no supe quien era.
1 comentario:
Yo soy uno de los que ha visto literatura en tu blog. En el pasado, cuando hallé el primer post que le leí de ti, recuerdo que era uno literario. (No me pidas cuál es porque la verdad es que solo recuerdo lo anterior y que fue en el 2006). En adelante, he leído relatos donde tú (supuestamente) eres la protagonista y narradora.
Pese a que ibas en esa dirección, desde esa ubicación, lo hacías y lo haces con figuras literarias. Estas forman parte de ese lirismo del que más de una vez te he acusado. O sea, no escribes literatura porque no cuentas algo literario, pero sí porque lo haces en una forma que muchos percibimos como literaria.
Hasta allí nada más. Me llama la atención el último párrafo chico. Quizá porque me toca de manera personal. No hay duda. El tiempo que pasa 'lero candelero' puede terminar por matarnos simbólicamente una y otra vez; ¿y qué hemos hecho en ese tiempo? Yo digo que tantas cosas como volver a nacer simbólicamente varias veces. Varios a esta metaforización melosa le llaman cambiar.
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