Mostrando las entradas con la etiqueta Sábado. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Sábado. Mostrar todas las entradas

sábado, agosto 27, 2022

Otro día de no Hacer nada

 En realidad mi no hacer nada significa no tener un despertador, ni ir a trabajar. No meterme a la ducha, no cambiarme el pijama. No planear citas, ni salidas al gimnasio ni alguna excusa para salir de casa. No hacer nada, significa dejar del día pasar. Sin ponerme metas a cada hora. Así que me despierto como si llevara años sin dormir, me preparo el desayuno y veo una comedia francesa que a pesar de que es buena me la dejo en la mitad para quedarme de pie mirando por la ventana como es que se pinta la ciudad en una mañana gris cualquiera. Me gusta vigilar el crecimiento de mis plantas, esta vez no quiero dejarlas secar, me preocupa que la buganvilla vuelva a florecer, o que no se humedezca demasiado la tierra alrededor de las sansivieras. Luego tomo una tijera y corto de un tajo toda la maleza que se ha acumulado en el pequeño jardín, por un momento pensé que crecerían flores allí donde se veían tallos verdes silvestres crecer, pero no era solo material de desecho, nada digno de belleza. No todo lo que cobra vida es digno de permanecer. Lo arranco todo sin piedad ni tristeza, voy podando las plantas secas, los cipreses desvalidos, los geranios que no florecen. El invierno ha sido duro, ya vendrá una nueva primavera y con ella la esperanza de nuevas flores para mi jardín diminuto, en el piso diez de una torre grisácea que se eleva cerca al mar.

Me siento mas serena desde que decidí cambiar un poco el rumbo de mi vida, al menos ya se lo que tengo que hacer, al menos ya se que es lo que me estaba molestando, a donde no quiero ir, por donde no quiero continuar. Necesito tiempo, no dinero. El dinero se hace en cualquier momento, el tiempo es algo que no hay de donde estirar ni a quien pedir prestado. Pienso en mi viaje de Octubre, el suizo me dice, he visto publicidad de viajes a Paris hoy en el tren y he pensado en ti. Le respondo de inmediato y por primera vez después de tantos meses en que doy respuestas vagas a sus interrogantes. Entonces Vámonos a Paris juntos. ¿Ya está decidido ? Réplica el, con emoticones de alegría. Si, quiero caminar mucho, comer vegetales, hablar de todo un poco y hacer el amor.  Yo no pongo emoticones, yo no estoy feliz, solo estoy decidida. No sé porqué me ha llevado tanto tiempo darme cuenta que puedo proveerme de momentos felices solo con desearlo. Hay personas que estarán para mi si es que lo necesito, a veces me cuesta pedir ayuda, o pedir compañía o aceptar compañía. Siento que me pondré en una posición de vulnerabilidad. Que es mejor no mostrar todas las cartas. Pero por suerte con el hay mas racionalidad que sentimientos, hay mas sentido del humor que malos ratos y hay mas ciencia que frases clichés. Podría decir que mi amigo políglota y yo  nos admiramos mutuamente, pero seria mas correcto afirmar, que me siento cómoda hablando con alguien que es mas  inteligente que yo  para evitar llegar a situaciones de conflicto por tonterías como los sentimientos.

La tarde ha transcurrido tranquila, me enfoco en mi pronunciación de francés, en mis lecturas, en esperar a mi sobrina llegar a casa. La veo como una niña a pesar de sus 20 años, quizá solo es porque yo no quiero verme como una mujer tan mayor a su lado, salimos a caminar y en el espejo parezco una adolescente rapera, con pantalones anchos, los cabellos sin peinar, el gorro verde de lana y la casaca negra calada hasta los ojos. Es sábado día de citas, pero no me importa, ya no me importa salir así o no ir a comprar cosas. Tengo un closet lleno de ropa hermosa, carteras, zapatos de tacón, cinturones que combinan, joyas de colores, sombreros y pañuelos. Tengo un closet de muñeca, que rara vez uso. Quería un hombre para lucir de su brazo la mujer que me sentía qué era, sentirme apreciada, sensual y atractiva, vistiendo esos trajes que me daban el poder que los comerciales decían que daban. Hace semanas que ni siquiera lo pienso. Con el chico del café apenas si salimos un poco, su modo de vestir era casual y deportivo. Pensé, si alguna vez salimos no podré aventurarme a vestir  un estilo mas atrevido con el, porque su línea de vestir es tan homie, que probablemente yo a su lado solo luciría como una frívola exagerada.  Con mi suizo poliglot, en cambio, ni siquiera me daba conflicto que ponerme, mientras mas frugal me vistiera mejor,  suficiente unas zapatillas, unos jeans, sabía que el ni se fijaría que llevaba puesto, porque cuando yo hablaba con el tampoco recordaba que llevaba puesto encima, así de mucho me importaban sus palabras, todo lo que decía, todo lo que pensaba lo vestía para mi de toda la importancia del mundo. Así que podía venir en pantuflas a buscarme, metido en un saco de yute y  el seguiría siendo el hombre mas inteligente con quien poder pasar la noche entera hablando.

Es sábado y me apena que sea sábado y que no esté en una cita humedeciendo mis labios en una sonrisa a alguien nuevo, aunque también me tranquiliza. Me quita la ansiedad no tener que ser la caza de alguien, no tener que hacer hipótesis de si me llamara mañana, si me llamara el lunes, si le guste lo suficiente, si me gusta lo suficiente. Si viajaría conmigo a la playa, si viajaría conmigo en mi cumpleaños, si viajaría conmigo en las vacaciones, en fin, si no le molestaría salir de su zona de confort un rato para viajar conmigo un rato porque la vida es cortita y se acaba en dos minutos y yo quiero vivirla ahora, ahora que mi piel es tibia y mi sangre rumorea caliente bajo mi cuello, y me palpita el corazón pidiendo emociones y me acelera el pulso pensar que puedo enamorarme de nuevo. Ay! De nuevo. 

domingo, agosto 21, 2022

Sábado de Turno

 Sabado 

Me he quedado todo el viernes a gusto sin salir de casa, no siento que me esté ocultando, solo siento que no tengo fuerza suficiente para interactuar con nadie. He decidido que si vale la pena lo de mi interacción con el último chico, entonces tendrá que pasar la prueba del tiempo, quizá si podemos hablarnos aun a pesar de semanas y meses sin vernos y vuelve a existir química exista una pequeña oportunidad de salir a flote. Quizá necesitemos mucha terapia individual de por medio, quizá en ese ínterin el encuentre a alguien que verdaderamente lo llene o lo haga feliz, pero no tengo tiempo ni cabeza para debilitarme con esos pequeños obstáculos. Ya no depende de el salvarme, depende enteramente de mi. ¿ Salvar qué? Eso aun no lo sé. He vuelto a trabajar, estoy de turno, con mi ropa celeste descartable y sin sueño a pesar que esta es la hora en que prefiero cabecear un poco. Culpo a los corticoides y a la medicación antialérgica de esta semana de tenerme entre insomne y ansiosa, entre disforica y completamente perdida. Es como si todos mis sistemas de alerta estuvieran al acecho de algo que aparecerá de pronto, me quedo quieta en el umbral de la cueva, observando ante mi un bosque silencioso, en donde ni una sola hoja se mueve con el viento. Mis ojos se cansan de mirar, se quedan duros de cansancio, parece que se fueran a cerrar pero permanecen atentos, a algo, algo de mi que espera aflorar. Al menos eso es un avance, pienso. Antes esperaba que las cosas vinieran de afuera, que alguien milagrosamente viniera a completar algo que yo no sabia que me faltaba, pero ahora mis ojos esperan ver por fin cual es esa parte de mi que permanece sumergida y que a la menor distracción saldrá corriendo como un fantasma del bosque a mostrarme un rastro por donde seguir el sendero de retorno hacia si.

Hablo enredado, pero debo tenerme paciencia, no es fácil volverme a hablar. Hablar sin esperar que nadie lea. Las semanas previas o años previos, cuando conocía a algún hombre que me conmoviera queria mostrarle algo de mi que hubiera escrito, algo antiguo por supuesto, algo que mostrara un poco de mi carácter, de mi sensibilidad o de mi capacidad de instrospección. Estaba ahí mi ego queriendo salir, queriendo brutalmente ser amado, adorado, calificado. Exponerme ante el nuevo objeto de mi deseo. Igual que con las fotos, igual que con los vestidos, igual que con todo. De niña habia dejado de intervenir y de mostrarme, habia metido la cabeza bajo el agua, mi ser social lo habia ahogado con todas mis fuerzas bajo el agua, para que no diera problema, pero cuando surgieron las redes sociales y el anonimato, pude nuevamente volver a mostrar esa parte narcisista que buscaba algún tipo de reconocimiento ajeno, algún tipo de vinculo con alguien que pudiera entenderme o acogerme. Era presa fácil de todo tipo de seres posesivos e insanos y estaba en continua huida y miedo, pero no dejaba de provocar. Mi actividad favorita se volvió venir a  las redes a ver en el espejo del agua, quien mas se ahogaba por intentar capturar mi verdadera imagen.

Mientras escribo me olvido un poco de revisar las redes sociales, de revisar si “el” vio mis estados. Otra vez hay un “el” que pena por mi, admitirlo. Siempre hay un el, quitándome el aliento. ¿Cuánto tiempo durará esta vez? Han pasado casi siete meses para que volviera a interesarme verdaderamente por alguien y lo he arruinado todo yo sola, pero basta. No puedo pensar en eso por el momento. No estaba lista. Asi que es mejor dejarlo asi por ahora, sin culpar a nadie, si en algún momento aun hay química ya volveremos a cruzar palabra. Mi yo depresivo casi me grita que eso no sucederá, que el ha tomado una decisión, que somos tan orgullosos, que no habrá nada que cruce nuestros caminos a pesar de vivir en la misma ciudad y no tener ningun lazo que nos lo impida. Es solo miedo, autoprotección, ganas de estar bien. Madurez es abandonar algo que no funciona, sin aferrarse.. Eso me ha dicho el y tengo que hacerle caso, porque me siento tan perdida, que apenas podría confesarle que he usado todas mis mañas para no apegarme, que he usado todos mis trucos de conducta agresiva y hostil para no confesar que me estaba gustando mas de la cuenta, que sabría que no podia ni estaba lista para darle algo mas de lo que fuera solo fisicamente aséptico. Tratar de parecer casual y madura a esta edad donde tienes la psique hecha mierda es caminar con tacones por el hielo, una auténtica puta broma. Pero no estaba para confesarle a alguien con tantas barreras y con un ego mas trabajado que el mio, que yo podia enamorarme primero. Primero el orgullo, primero mi dignidad, primero salvar el pellejo, luego ya veríamos. Y aqui estoy, escribiendo para no pensar. Volviendo a escribir para volver a pensar, pero pensar en mi, en mi mente, en esa cabecita que necesito curar de una vez por todas antes de admitir que preciso ser amada, pero no por otros sino por mi misma y que aun no se cómo. 


Otoño en Lima

Es lo primero que escribo luego de una larga temporada. No era mi intención hacerlo, pero el café y este cielo nublado son malos consejeros....