Mostrando las entradas con la etiqueta blog. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta blog. Mostrar todas las entradas

martes, agosto 30, 2022

Filosofía de Masas


Lo supe apenas pisé el asfalto y me dispuse a caminar de nuevo, me sentía mejor. Por la mañana mi ánimo apesadumbrado de la mujer que se agitaba con solo bajar escalones se había ido disipando poco a poco. Doce horas en el hospital, pensando cosas, compartiendo charlas anodinas, sobre pacientes, sobre estudios, sobre anécdotas, sobre películas con mis compañeros me habían dejado media gris. A veces en el hospital el tiempo no pasa lo suficientemente rápido y solo me da hambre y ansiedad todo el tiempo. Varias veces hoy me lamenté por el exceso de apetito, por el hecho de que ya no pueda ir a entrenar, por no saber porque mis exámenes de sangre siguen saliendo alterados. Por momentos finjo ante los otros que no me importa, por momentos me frustra no poder solucionarlo todo ya y rápido. A veces me da serenidad tener una excusa para dejarlo todo, sino fuera esta cuerpo que está fallando seguiría cargando mi máquina corporal de obligaciones y deberes y postergando los sueños que ni sabía que estaban esperando en el escritorio. Por el momento me interesa estar bien, ni si quiera me interesa el amor de un hombre, con la psicoterapeuta he aprendido que primero tengo que amarme a mi y eso parece que me está faltando hace varios años, así que como no me hagan una regresión o una sesión de ayahuasca no sé como lo solucionaremos. Han sido doce horas de turno en el hospital postergándome, la mayor parte del tiempo tirada en el sofá del cuarto de reuniones para no agitarme mucho caminando por los pasillos, pero al llegar a casa, he pensado, es suficiente, mi cerebro está demasiado activo, he comido demasiado, necesito caminar un poco y olvidarme de todo. Así que he salido, me he calzado las zapatillas de deporte, me he puesto el poleron mas grande que tengo, ese abrigo verde oliva que mi familia odia, encima y he salido a la calle. Por supuesto las calles estaban vacías, como cuando estábamos en cuarentena. Yo amaba esos días en que la gente estaba metida en sus casas y solo los que teníamos pase podíamos deambular tranquilos, no había ruidos de autos, solo un par de fantasmas saliendo a pasear a los perros, los pasos en el asfalto sonaban con mas eco del acostumbrado, en ese momento yo corría, trotaba, sentía que debía estar fuerte, bajar de peso, los médicos estábamos viviendo una guerra y yo debía estar en forma para luchar hasta el final de esa guerra.

Muchas veces he pensado porque me tardé tanto en incorporarme al equipo del hospital, nos sentíamos héroes, con miedo, pero valientes, con pena, pero fuertes, con historias trágicas a cuestas, pero con valor. Yo no revisaba mi tarjeta para saber cuanto ganaba, lo que me infundía valor era saber que si algún momento mi familia se enfermaba habría una cama para ellos, una cama en un momento de la crisis sanitaria en que no había cama hospitalaria para casi nadie. Ahora ya no siento eso, siento que somos vulnerables otra vez, que nos pueden echar en cualquier momento, que nos hacen problema por cualquier papel, que hasta la mas nueva secretaria te manda al desvío o te maltrata con papeleos inútiles. De nuevo eres nadie, porque en este país, ser médico en el sector público es como si fueras nadie, a menos que andes pavoneándose por todos lados o tratando mal a la gente y yo nunca fui así, ni lo seré. No veo la hora de volver a casa. No digo que el sector privado me trate mejor, vomito de solo pensarlo, pero al menos me dará menos pena cuando me toque dejarlo. Mi máxima aspiración es dejarlo todo y vivir de nada. Se que alguien se debe estar riendo de mis ambiciones, alguien como yo que viaja cada mes, que se la pasa en fotos de hoteles cinco estrellas, planeando viajes a Europa como si fuera alguien de mucho dinero, que se mofa de tener una colección de zapatos que ocupa toda una pared ahora quiere vivir del aire. Pues si, quiero vivir del aire, quiero dejar de vivir de lo material, de las posesiones, quiero dejar de estar preocupada por las cosas que me quitan o que se consumen con el solo paso del tiempo. Debe haber algo mas importante que eso. Amarme dicen, amarme, pero por el momento debo admitir que me pone mas contenta saber que mi chico del café lee los libros de filosofía que le recomendé aunque quizá sea solo que pone los títulos para conquistar a cualquier otra, es tan fácil vivir de frases prestadas! Pero  al menos le dejé algo, al menos aunque olvide mi cara, recordará que yo le recomendé ese autor que no conocía antes de mí. ¿Quién sabe? Ojalá se hubiera enamorado de mi, ojalá hubiéramos hecho mas el amor antes de terminar sin hablarnos, que estupidez el orgullo! Vivir en una misma ciudad y estar apartados por la seguridad de vivir así, sin querer arruinar lo que no debe ser, lo que no pudo ser, lo que mejor no es. Porque las gente adulta no se enamora, se cuida de no dañarse con demasiada cercanía. 

lunes, agosto 22, 2022

Lunes de Panacotas

 Poco a poco me voy sintiendo mejor. Aunque eso es solo un decir, esta madrugada he despertado a las 2 am totalmente lucida a leer hasta las 5 am. Primero intente meditar, oír musica, revisar redes, cuando nada funcionaba me rendi a Murakami  hasta que los pájaros cantaban cerca a la ventana. Es Lunes, mis lunes son sagrados porque afortunadamente los dejo como dias libres y me evito lidiar con el tráfico y el estrés de toda la ciudad angustiada por correr al trabajo a la escuela o hacia alguna parte. Yo los lunes me levanto tarde, me hago un desayuno relajado, veo alguna serie o alguna película ligera y salgo entrenar alrededor del mediodía. Hoy sin embargo me sentía demasiado cansada por el insomnio reciente para poder hacer cualquier cosa. Pedi que me congelaran la semana completa y decidí dejar de sentirme culpable por no hacer ejercicio, escuchar a mi cuerpo y descansar un poco. 

Las ronchas y los pruritos tampoco han vuelto, he disminuido las dosis de los antialérgicos y cortado del tajo todos los corticoides ayer si asi por fin mi estado inmune vuelve a su habitual somnolencia. Hoy me he pasado la mañana preparando mi presentación oral en francés sobre las ventajas de los medios sobre la televisión, tenía mucho que decir, pero aun pienso mucho en español o a veces me saltan palabras en portugués que no s´é porque siguen ahí anidadas en el fondo de mi lengua. Después de eso me he dado una larga ducha caliente, me he tomado el tiempo de peinarme y secarme el cabello, de esperar a mi mejor amigo y salir a tomar un lonche, en fin, de volver a mis rutinas mas o menos establecidas. Sin embargo, ya no me muero por usar ropa bonita, me he vestido de abuela con el abrigo claro, la falda de lanilla y las botas oscuras. Incluso he llevado una cartera de detalles bordados con perlas rosas para que combine con el cinturón de pedrería. Todo muy clásico. Nada de piel a la vista. Quiza algo en mi se quiere proteger, ya no solo del frio, sino de las miradas y del mundo. Al volver he visto los mensajes, el tipo que dijo que no me volveria a hablar me ha vuelto a saludar a través de una red social diferente luciendo un peinado diferente. Se ve mas guapo y sin embargo tambien mas tonto, ha perdido ante mi el brillo de la sorpresa. Es un tonto mas con el que ni siquiera pudimos mantener una charla compleja para poder tener una cita física. El tipo es un fiasco y al parecer aun no lo acepta una pena por el, porque afortunadamente ya estoy yendo a terapia y puedo librarme de monedas falsas como el rapidamente. Tambien volvió a interactuar el tipo que me mandó una canción y luego me mando a volar diciendo que era una Drama Queen, que volátiles son los sentimientos de los hombres! Unos dias sin hacerle caso y ahora inventa excusas para hablar un poco. Esas pequeñas escaramuzas de tipos a los que ya tenia olvidados me elevan un poco el animo mientras saboreo mi panacota en la cafeteria de ancianos casi atestada de gente. me siento cómoda, con ropa a mi gusto sin tratar de impresionar a nadie. Justo en mi edad, no se porque se me repite en la cabeza la frase “muchachito tonto” ahora la entiendo, llegada cierta edad, todos los que son menores parecen algo tontos y con falta de encanto, como una repetición de molde aburrido, de maneras inseguras, de retóricas y juegos hostiles, es más cómodo estar alli, disfrazada de abuela, saboreando panacotas y hablando de restaurantes y viajes con mi mejor amigo, que ya hace tiempo me dejo de ver atractiva, que ya hace tiempo me ha dejado de ver como mujer, de pronto solo hay ese cariño fraterno que haces que te acomodes en el respaldo de la silla y te digas, es justo aqui donde quiero estar y no mirando a la pantalla de un celular para responder mensajitos desesperados.

Sin embargo, aun hay algo de mi esperando que el chico del café recapacite y tome el camino de vuelta como los otros, invente alguna excusa para hablarme y revierta el camino que ha tomado. A medida que hablo de el, me doy cuenta que lo que ha tenido es engreimiento, miedo, un montón de sentimientos que aun no puede manejar, quizá el mejor favor que me ha hecho es alejarse para no complicarme la vida queriendo pedirme lo que el no puede darme. Pienso en eso y me siento mas tranquila, los días pasan y yo debo retomar el control de mi vida y mis emociones. Han sido dos semanas de no querer despedirme de la idea del sexo, pero creo que ahora de nuevo estoy segura, puedo estar si eso. Puedo estar tranquila sin estar pendiente de pedir, de que me den, de esperar que me busquen. Tengo tantas cosas pendientes por hacer y a veces cuando solo pienso en tener intimidad mi cerebro se nubla y no vuelve a pensar bien, solo va tomando decisiones estupidas afectadas por emociones y pasiones del momento. Me vuelvo un animal ciego que no sabe que rumbo tomar. Ahora estoy tranquila, tapada, mi piel esta curando, mi cuerpo tambien, quien sabe cuanto le falte a mi cabeza y a mi corazón. Pero ya todo estaba claudicando aqui, ya era tiempo de tomar este descanso y decir basta no ?

domingo, agosto 21, 2022

Sábado de Turno

 Sabado 

Me he quedado todo el viernes a gusto sin salir de casa, no siento que me esté ocultando, solo siento que no tengo fuerza suficiente para interactuar con nadie. He decidido que si vale la pena lo de mi interacción con el último chico, entonces tendrá que pasar la prueba del tiempo, quizá si podemos hablarnos aun a pesar de semanas y meses sin vernos y vuelve a existir química exista una pequeña oportunidad de salir a flote. Quizá necesitemos mucha terapia individual de por medio, quizá en ese ínterin el encuentre a alguien que verdaderamente lo llene o lo haga feliz, pero no tengo tiempo ni cabeza para debilitarme con esos pequeños obstáculos. Ya no depende de el salvarme, depende enteramente de mi. ¿ Salvar qué? Eso aun no lo sé. He vuelto a trabajar, estoy de turno, con mi ropa celeste descartable y sin sueño a pesar que esta es la hora en que prefiero cabecear un poco. Culpo a los corticoides y a la medicación antialérgica de esta semana de tenerme entre insomne y ansiosa, entre disforica y completamente perdida. Es como si todos mis sistemas de alerta estuvieran al acecho de algo que aparecerá de pronto, me quedo quieta en el umbral de la cueva, observando ante mi un bosque silencioso, en donde ni una sola hoja se mueve con el viento. Mis ojos se cansan de mirar, se quedan duros de cansancio, parece que se fueran a cerrar pero permanecen atentos, a algo, algo de mi que espera aflorar. Al menos eso es un avance, pienso. Antes esperaba que las cosas vinieran de afuera, que alguien milagrosamente viniera a completar algo que yo no sabia que me faltaba, pero ahora mis ojos esperan ver por fin cual es esa parte de mi que permanece sumergida y que a la menor distracción saldrá corriendo como un fantasma del bosque a mostrarme un rastro por donde seguir el sendero de retorno hacia si.

Hablo enredado, pero debo tenerme paciencia, no es fácil volverme a hablar. Hablar sin esperar que nadie lea. Las semanas previas o años previos, cuando conocía a algún hombre que me conmoviera queria mostrarle algo de mi que hubiera escrito, algo antiguo por supuesto, algo que mostrara un poco de mi carácter, de mi sensibilidad o de mi capacidad de instrospección. Estaba ahí mi ego queriendo salir, queriendo brutalmente ser amado, adorado, calificado. Exponerme ante el nuevo objeto de mi deseo. Igual que con las fotos, igual que con los vestidos, igual que con todo. De niña habia dejado de intervenir y de mostrarme, habia metido la cabeza bajo el agua, mi ser social lo habia ahogado con todas mis fuerzas bajo el agua, para que no diera problema, pero cuando surgieron las redes sociales y el anonimato, pude nuevamente volver a mostrar esa parte narcisista que buscaba algún tipo de reconocimiento ajeno, algún tipo de vinculo con alguien que pudiera entenderme o acogerme. Era presa fácil de todo tipo de seres posesivos e insanos y estaba en continua huida y miedo, pero no dejaba de provocar. Mi actividad favorita se volvió venir a  las redes a ver en el espejo del agua, quien mas se ahogaba por intentar capturar mi verdadera imagen.

Mientras escribo me olvido un poco de revisar las redes sociales, de revisar si “el” vio mis estados. Otra vez hay un “el” que pena por mi, admitirlo. Siempre hay un el, quitándome el aliento. ¿Cuánto tiempo durará esta vez? Han pasado casi siete meses para que volviera a interesarme verdaderamente por alguien y lo he arruinado todo yo sola, pero basta. No puedo pensar en eso por el momento. No estaba lista. Asi que es mejor dejarlo asi por ahora, sin culpar a nadie, si en algún momento aun hay química ya volveremos a cruzar palabra. Mi yo depresivo casi me grita que eso no sucederá, que el ha tomado una decisión, que somos tan orgullosos, que no habrá nada que cruce nuestros caminos a pesar de vivir en la misma ciudad y no tener ningun lazo que nos lo impida. Es solo miedo, autoprotección, ganas de estar bien. Madurez es abandonar algo que no funciona, sin aferrarse.. Eso me ha dicho el y tengo que hacerle caso, porque me siento tan perdida, que apenas podría confesarle que he usado todas mis mañas para no apegarme, que he usado todos mis trucos de conducta agresiva y hostil para no confesar que me estaba gustando mas de la cuenta, que sabría que no podia ni estaba lista para darle algo mas de lo que fuera solo fisicamente aséptico. Tratar de parecer casual y madura a esta edad donde tienes la psique hecha mierda es caminar con tacones por el hielo, una auténtica puta broma. Pero no estaba para confesarle a alguien con tantas barreras y con un ego mas trabajado que el mio, que yo podia enamorarme primero. Primero el orgullo, primero mi dignidad, primero salvar el pellejo, luego ya veríamos. Y aqui estoy, escribiendo para no pensar. Volviendo a escribir para volver a pensar, pero pensar en mi, en mi mente, en esa cabecita que necesito curar de una vez por todas antes de admitir que preciso ser amada, pero no por otros sino por mi misma y que aun no se cómo. 


viernes, agosto 19, 2022

Viernes Reptilianos




He decidido volver a escribir, con todas las consecuencias que esto acarrea. No se si será algo personal un cuento o una confesión, me estoy rindiendo debilmente, porque ya no tengo mas opciones que tomar excepto de la que tanto he venido huyendo. Volver a escribir es como mirarse a un espejo largamente después que te sabes fea, esa percepción fea de ti que nadie adivina pero que esta ahí y que no puedes sostener con la mirada mas de dos minutos. A veces me pasa, por eso ayuda la cámara, detrás del lente de la cámara puedo hacer algún gesto, alguna morisqueta, algún juego que oculte quien soy. Me disfrazo o eso creo yo y pasa mi ansiedad por sentirme expuesta. En cambio cuando escribo las primeras líneas son crueles, quiza sea asi los primeros dias, pido paciencia. Me pido paciencia. 

He empezado a cerrar círculos, no ha sido una resolución consciente ni madura, como podrían esperar de alguien de mi edad, fue solo el agotamiento mental, un insomnio prolongado, varios dias de llorar sin causa y el descontrol de mi vida y de mi salud. Al menos quería cerrar uno de los ciclos abiertos, asi que empece por el niño bonito, empece por W. Nunca termine de contar esa historia de amor, pero termino como un drama que muy a mi estilo no supe digerir sino hasta muy tarde y a muchas millas de distancia, cuando nos dudaba mas que decir. Lo peor para una mujer en esas circunstancias es toparse con el silencio de la otra persona a todo reclamo, a cualquier insulto o llamado. Quizá perdi la cabeza, de hecho la perdi. Cuando pienso en esos días pienso en la frase en como me describí en el instante en que descubrí que el habia vuelto con la ex. Senti un golpe de puño en el oído. Que me sacaban de mi centro, que era derribada por una fuerza que no sabia ni de donde habia venido, inesperado y certero, como los grandes knockout. Ellos juntos y yo habia perdido la apuesta, incluso apostándolo todo. Pasaron mas de dos años de eso, el covid y luego casi de inmediato la historia con L. Nunca esperé enamorarme de L. No era mi tipo de persona, por mas que luego romantizara el asunto, en el cielo donde brillaba W. No habia hombre que le pudiera hacer sombra, asi de enamorada estaba. Las conversaciones con L. Eran esporádicas y anodinas, coqueteos que no llevarían a nada. Hasta que ocurrió la ruptura con W. No importa cuanto viajara después, me sentia abandonada y frustrada. L llegó en un par de alas plateadas para salvarme de ese vacío, quizá ahí verdaderamente empezo nuestra química. Yo abandonada, viéndolo por primera vez. Como hombre. No como el tipo de Lima, sino como el hombre que acaba de llegar a Costa Rica por mi. 

Bien, hace unos días escribí a W. Porque finalmente esa historia se marchito en todos sus colores bellos y tristes a la sombra de la siguiente que me tocaria vivir con L. No habia nada que reclamar, ni que recordar. Todo está olvidado le dije, te deseo toda la felicidad y mucha paz. Eso se lo dije de corazón, en realidad, habia pasado varios meses imaginando su felicidad , no conmigo, quiza en otro mundo en otra vida. No se si se lo merecia, pienso que todos nos merecemos ser felices, soñar, tener esas sonrisas y ese amor que romantizamos desde pequeños. Y el era un soñador como yo, por eso nos habíamos entendido tan bien. No mentia cuando le deseaba felicidad. Ojalá ya fuera feliz, en este mismo momento, no queria saber los detalles, pero desde el fondo de mi alma queria que al menos uno de nosotros estuviera pleno en este mundo que siempre da la espalda a los soñadores.

He cerrado ese ciclo, no me senti ni feliz, ni triste, un poco vacía, quiza aliviada. Me di cuenta lo difícil que seria poder hacer eso con L. Tendría que pasar una vida para que yo pudiera dejar de sentir ese dolor al pensar en L, si podia desearle felicidad, amor, hijos, como a cualquiera, pero nunca mas podría estar en una misma habitación con el, ni respirar su mismo aire, ni siquiera resistiria verlo en linea a la vez que yo. Quizá aun tengo estrés pós traumático de aquel último fin de semana, quizá necesite mucha terapia para poder decir “lo siento”. O “te perdono”. No, ni siquiera me lo imagino. Cuando pienso en eso solo quiero salir corriendo, tengo pánico de todos esos recuerdos. La sensación de abandono en esa calle en PR con el auto partiendo a toda prisa aun me tiene temblando. Nadie se aleja  lo suficiente de sus traumas infantiles, resurgen y te atacan en el momento mas vulnerable de tu adultez. Ahora debo aprender a manejar todo eso. Antes que me destruya por completo, o a la gente a mi alrededor, no deseo dejar de ser funcional, a veces despierto sin estar segura quien seré hoy. Es extraño, es como andar por un pais desconocido, apenas me estoy adaptando a este nuevo modo de ser.



Estoy escuchando my playlist basada en el disco Reptile de Eric Clapton. Por eso el titulo. Solo eso

domingo, noviembre 07, 2021

Los que callan

 Me pregunto porque sigo queriendo escribir. Por qué hay unos días que prefiero apagarlo todo, dejar las redes sociales, dejar el drama de mi vida, incluso dejar de tocarme y volver a escribir. ¿Será que aun después de cuatro décadas no me he acostumbrado a estar sola? ¿Que la adolescente con amigos imaginarios aun sigue haciendo lazos con las cosas, con las palabras de otros desconocidos? ¿Que sigo esperando escribir y que me escriban?


Con la llegada del WhatsApp y las mil redes de comunicación todo pensamiento fue fácil volatilizarlo, hacerlo corto, llenarlo de iconos fáciles, vestirlo de gracia. Menos palabras y menos sentimientos. Hay días en que veo en línea a gente que aun amo de formas no definidas, gente a la que quisiera hablarle, lanzar un salvavidas o un anzuelo para poder volver a acercarnos. Pero no lo hago, el cursor titila y me rindo en la duda ¿Estarán esta tarde de Domingo tan angustiados en el porvenir o atormentados con recuerdos del pasado como yo? ¿Habrán salido a dar una vuelta con el perro, a un paseo en bicicleta o a tomar un café con los amigos y se les habrá ocurrido que en medio de todo ese ruido que hace olvidar los problemas aun sigue existiendo dentro de nosotros una habitación silenciosa esperando a que se queden en calma y den rienda suelta a sus propios pensamientos?


Nadie nos deja callar. Somos una verborrea de temas fútiles y comunes. Ya lo decían en una película antigua, el éxito en las relaciones no es por el primer flechazo físico, sino en cuantos temas en común reúnen los susodichos. Yo, por lo general no quiero coincidir con nadie, me siento, como muchos de mi generación, especial en exceso. Esos que han crecido con un toque rebelde y nunca dejaron ese toque misterioso al iniciar sus relaciones con los otros. Reniego de los temas en común. Nada de convencionalismos, nada de respetar mucho la regla. Yo debería hablar a esta edad de hijos y de escuelas pero ese mundo no es el mío. Muchos de mis amigos siguen siendo solteros o viajeros o ambos. Como si casi a propósito no hubiesen querido encajar en lo que la sociedad esperaba de nosotros. Quizá también porque en el fondo no pudimos.


Cuantas historias de rechazo y drama de telenovela he oído en las historias de amor de mis congéneres. Y es que en cada historia de éxito profesional, superación y demás boludez siempre esta la impronta del amor allí clavada. Gente que eligió su profesión en lugar de la pareja de turno. Gente que emigró por amor y aquellos que no pudieron emigrar precisamente por lazos sentimentales. Aquellos a los que dejamos y los que nos dejaron. Siempre la historia de esa persona que nos dejó casi al borde de la invalidez emocional, deprimidos en cama, apenas levantándonos porque teníamos que cumplir con el deber. Siempre el deber.


Quizá ahora ya todos mis amigos sean solo médicos, los de las profesiones libres y las cíen ciencias sociales se fueron decantando en amigos similares. En intereses similares y en el fondo de mi copa quedaron solo los que comulgaban con mis neuras, compartiendo algunos temas en común, esperando ser escuchados. Pero de eso no hablamos cuando compartimos el café o unas copas, en donde por lo general reímos y hacemos gala de la felicidad de estar juntos. Hacemos ruido y hablamos de todo y nada, porque hay tanta televisión, series y libros de los cuales hablar, tanta música, lugares, comidas de las cuales comentar. Tanta vida en común y sin embargo… Esa habitación silenciosa donde habitan nuestros secretos y nuestros pesares siguen sin mostrársele a nadie

¿Para eso son las parejas? ¿Para vomitarles nuestros secretos íntimos y nuestros miedos ?¿ O es una idealización que tenemos las personas solitarias? Si al fin y al cabo nadie se conoce realmente y las parejas mejor formadas apenas se confiesan que han dejado de amarse.


Escribo un blog desde hace algunos años. Es un diario catártico de mi soledad y mis neuras. A veces quisiera compartirlo con los que amo y a veces quemarlo. Pienso cuanta gente ha pasado por mi vereda, cuanta gente me importó realmente o a quienes les llegué a generar un sentimiento de empatía. Estoy envejeciendo. Falta un mes para mi cumpleaños, me preocupo por mí cabello mis uñas y mi peso. Por si debo depilarme aquí o ponerme pestañas por allá: Todo tan frívolo y pasajero como planear un viaje que solo durará cuatro días porque cinco es un exceso en un mundo veloz como este. Todo para olvidar que cargo un año mas y sigo esperando que exista una persona por la que pueda dejar de escribir en un blog y contarle en directo mis pesares, o que al menos exista esa persona por quien seguir escribiendo en búsqueda de real cercanía.

Otoño en Lima

Es lo primero que escribo luego de una larga temporada. No era mi intención hacerlo, pero el café y este cielo nublado son malos consejeros....