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domingo, agosto 28, 2022

Caminar de nuevo

 Blog terapia

Domingo

28 de agosto de 2022



Caminar de nuevo


Poco a poco comienzo a caminar de nuevo, aun me agito, eso me lo hace notar mi sobrina que se ha quedado el fin de semana en casa y me distrae de mis pensamientos grises. Caminamos por los parques cercanos y me hace dar cuenta que me agito al hablar y que a pesar de que la marcha no ha sido a gran velocidad al llegar a casa aun presenta disnea. Pensé que solo yo lo notaba, es decir, me doy la vuelta muy rápido en la cama o me agacho muy rápido y me palpitan las sienes o me agito demasiado, pero trato de olvidarlo, pero el hecho que mi debilidad comience a ser evidente para el resto me da cierta pena. El miércoles me haré nuevas pruebas, esta vez con la hematologa, me queda un mes para recuperar algo de mi performance antes del viaje. Al menos ahora me preocupo por el viaje y no por el trabajo, algo ha cambiado en mi animo. Mi inquietud ha dejado de ser el presente inmediato y ha pasado a ser el futuro prometedor, así sea de unas pocas semanas. Tengo un itinerario vago de lo que haré en Octubre, aun me da miedo confiar en las personas, a pesar que Marc es una persona que luce coherente y equilibrada, luego de mi ultima experiencia de viaje con L. Mi terapista me ha aconsejado no rendirme a ser tan confiada y no poner en riesgo mi integridad. 

Es raro decir mi terapista, ahora siento como si tuviera un guardaespaldas, alguien a quien acudir cuando no se si los juicios que hago sobre mi son demasiado duros o demasiado laxos. He acudido a ella por que no sabía a quien mas acudir, en un momento de mi vida en que sentía que tenía ya todas las de perder. Ni siquiera mi cuerpo ni mi salud me pertenecían. Estos días, me ha hecho bien quedarme en cama, caminar poco, no esforzarme en grandes tareas, lo máximo que he hecho es comprar algunas flores y llenar el jardín de macetas nuevas. Quizá me convierta en la señora de las plantas. Espero que si dejo de trabajar pueda por fin tener una mascota, aunque se que eso solo es un sueño. Con mi tipo de trabajo, un perro se moriría de depresión solo en casa. Siempre pensé que me convendría tener una pareja petlover para así tener una mascota partime…Mis amigos entonces se reían,  o sea que no quieres una pareja por el sexo sino por compartir un perro, por compartir los gastos y el tiempo que demanda tener un perro. Pues si, por que mas ? Y es que en un momento como este en que era tan fácil obtener sexo para una mujer a través de las aplicaciones o las redes sociales, lo realmente difícil me parecía tener una pareja que quisiera compartir un proyecto en común como tener un perro o una planta. Lo de hijos ni siquiera estaba en el menú. 

Hay horas del día en que no pienso en el sexo con tristeza, es decir que no lo evado. Incluso lo añoro, meto mi mano bajo mis anchos pantalones de pijama e intento jugar, pero no me dura mucho. debe ser la depresión. Antes de me tocaba varias, muchas veces al día, la ansiedad, la adrenalina, el cortisol, el estrés del trabajo, la excusa que sea, pero yo debía tocarme al menos dos veces al día para sentirme relajada. Luego cuando el chico del café me hizo un comentario de que seguro a mi no me gustaba el sexo tanto como a el, tuve que pararlo en seco para aclararle que mi libido era la de una adolescente de catorce años, que si no teníamos relaciones, no era por mis horarios de trabajo, sino básicamente porque el no ponía mas empeño en verme. No sé si eso será lo que ha herido su orgullo tanto, o quizá las otras cosas de las que hablamos, pero lo cierto es que nunca pudimos retomar alguna conversación que no fuera a la defensiva. Quien sabe, a veces la falta de sexo o el exceso de el lo arruina todo.

Ahora dedico al menos una hora del día a escribir, me está costando, concentrarme, estar en silencio, hilar mas de dos ideas, confesarme. Hacer una especie de diario, para que no se me olvide que estuve así, en el pozo, o qué hay un pozo antes del verdadero pozo. A veces no se ni para que escribo, creo que es para no ver tanta TV, para no revisar tanta pantalla de celular, para no esperar un mensaje de whassap que no llegara, para en fin, evadirme de la realidad que no llama a mi puerta. Así que me oculto detrás de esta pantalla luminosa, a ver que me dice mi yo más básico, el más tímido, o el mas descarnado. A veces me asalta la curiosidad de quien aparecerá esta noche, la que extraña los besos, la que reniega de la vida, la que se queja de todo. La que promete que hará mejor las cosas. No sé quien. Por el momento me siento débil y eso me protege, se que aun no puedo salir a la calle ni enfrentarme a nadie, conocerme con nadie, darle la mano a nadie. Se que por el momento no puedo hacer nada que me saque de este punto inmóvil en que llego a casa, leo y escribo. De que me serviría acostarme con alguien? O que alguien me diga que me encuentra linda o quien sabe que mas cosas? Yo amé a un hombre que me dejó en una isla sin nombre, en una calle vacía, frente a una puerta sin dueño. Puse mis maletas en la vereda y el auto había partido a toda velocidad, nunca mas volví a saber de él, lo ultimo que recuerdo es un grito una maldición, un cállate la boca. Ahora que lo pienso, la que vivió eso fue otra persona, alguien que ha muerto, se ha muerto hace mucho en alguna parte. Su fantasma deambula por otros rumbos queriendo dejar flores en esa tumba sin nombre, para poder perdonarse el haber amado tanto, pero por mas que vaga el mar la lleva a otra orilla  a seguir penando. Ahora yo soy otra, pero no se quien soy. Casi soy transparente, casi soy el aire, o el agua, o la tierra, los brillos del sol cuando amanece, la pelusa de la ropa, la nada. Soy nada. Y así es mejor que me recuerden.


lunes, agosto 22, 2022

Lunes de Panacotas

 Poco a poco me voy sintiendo mejor. Aunque eso es solo un decir, esta madrugada he despertado a las 2 am totalmente lucida a leer hasta las 5 am. Primero intente meditar, oír musica, revisar redes, cuando nada funcionaba me rendi a Murakami  hasta que los pájaros cantaban cerca a la ventana. Es Lunes, mis lunes son sagrados porque afortunadamente los dejo como dias libres y me evito lidiar con el tráfico y el estrés de toda la ciudad angustiada por correr al trabajo a la escuela o hacia alguna parte. Yo los lunes me levanto tarde, me hago un desayuno relajado, veo alguna serie o alguna película ligera y salgo entrenar alrededor del mediodía. Hoy sin embargo me sentía demasiado cansada por el insomnio reciente para poder hacer cualquier cosa. Pedi que me congelaran la semana completa y decidí dejar de sentirme culpable por no hacer ejercicio, escuchar a mi cuerpo y descansar un poco. 

Las ronchas y los pruritos tampoco han vuelto, he disminuido las dosis de los antialérgicos y cortado del tajo todos los corticoides ayer si asi por fin mi estado inmune vuelve a su habitual somnolencia. Hoy me he pasado la mañana preparando mi presentación oral en francés sobre las ventajas de los medios sobre la televisión, tenía mucho que decir, pero aun pienso mucho en español o a veces me saltan palabras en portugués que no s´é porque siguen ahí anidadas en el fondo de mi lengua. Después de eso me he dado una larga ducha caliente, me he tomado el tiempo de peinarme y secarme el cabello, de esperar a mi mejor amigo y salir a tomar un lonche, en fin, de volver a mis rutinas mas o menos establecidas. Sin embargo, ya no me muero por usar ropa bonita, me he vestido de abuela con el abrigo claro, la falda de lanilla y las botas oscuras. Incluso he llevado una cartera de detalles bordados con perlas rosas para que combine con el cinturón de pedrería. Todo muy clásico. Nada de piel a la vista. Quiza algo en mi se quiere proteger, ya no solo del frio, sino de las miradas y del mundo. Al volver he visto los mensajes, el tipo que dijo que no me volveria a hablar me ha vuelto a saludar a través de una red social diferente luciendo un peinado diferente. Se ve mas guapo y sin embargo tambien mas tonto, ha perdido ante mi el brillo de la sorpresa. Es un tonto mas con el que ni siquiera pudimos mantener una charla compleja para poder tener una cita física. El tipo es un fiasco y al parecer aun no lo acepta una pena por el, porque afortunadamente ya estoy yendo a terapia y puedo librarme de monedas falsas como el rapidamente. Tambien volvió a interactuar el tipo que me mandó una canción y luego me mando a volar diciendo que era una Drama Queen, que volátiles son los sentimientos de los hombres! Unos dias sin hacerle caso y ahora inventa excusas para hablar un poco. Esas pequeñas escaramuzas de tipos a los que ya tenia olvidados me elevan un poco el animo mientras saboreo mi panacota en la cafeteria de ancianos casi atestada de gente. me siento cómoda, con ropa a mi gusto sin tratar de impresionar a nadie. Justo en mi edad, no se porque se me repite en la cabeza la frase “muchachito tonto” ahora la entiendo, llegada cierta edad, todos los que son menores parecen algo tontos y con falta de encanto, como una repetición de molde aburrido, de maneras inseguras, de retóricas y juegos hostiles, es más cómodo estar alli, disfrazada de abuela, saboreando panacotas y hablando de restaurantes y viajes con mi mejor amigo, que ya hace tiempo me dejo de ver atractiva, que ya hace tiempo me ha dejado de ver como mujer, de pronto solo hay ese cariño fraterno que haces que te acomodes en el respaldo de la silla y te digas, es justo aqui donde quiero estar y no mirando a la pantalla de un celular para responder mensajitos desesperados.

Sin embargo, aun hay algo de mi esperando que el chico del café recapacite y tome el camino de vuelta como los otros, invente alguna excusa para hablarme y revierta el camino que ha tomado. A medida que hablo de el, me doy cuenta que lo que ha tenido es engreimiento, miedo, un montón de sentimientos que aun no puede manejar, quizá el mejor favor que me ha hecho es alejarse para no complicarme la vida queriendo pedirme lo que el no puede darme. Pienso en eso y me siento mas tranquila, los días pasan y yo debo retomar el control de mi vida y mis emociones. Han sido dos semanas de no querer despedirme de la idea del sexo, pero creo que ahora de nuevo estoy segura, puedo estar si eso. Puedo estar tranquila sin estar pendiente de pedir, de que me den, de esperar que me busquen. Tengo tantas cosas pendientes por hacer y a veces cuando solo pienso en tener intimidad mi cerebro se nubla y no vuelve a pensar bien, solo va tomando decisiones estupidas afectadas por emociones y pasiones del momento. Me vuelvo un animal ciego que no sabe que rumbo tomar. Ahora estoy tranquila, tapada, mi piel esta curando, mi cuerpo tambien, quien sabe cuanto le falte a mi cabeza y a mi corazón. Pero ya todo estaba claudicando aqui, ya era tiempo de tomar este descanso y decir basta no ?

domingo, agosto 21, 2022

Sábado de Turno

 Sabado 

Me he quedado todo el viernes a gusto sin salir de casa, no siento que me esté ocultando, solo siento que no tengo fuerza suficiente para interactuar con nadie. He decidido que si vale la pena lo de mi interacción con el último chico, entonces tendrá que pasar la prueba del tiempo, quizá si podemos hablarnos aun a pesar de semanas y meses sin vernos y vuelve a existir química exista una pequeña oportunidad de salir a flote. Quizá necesitemos mucha terapia individual de por medio, quizá en ese ínterin el encuentre a alguien que verdaderamente lo llene o lo haga feliz, pero no tengo tiempo ni cabeza para debilitarme con esos pequeños obstáculos. Ya no depende de el salvarme, depende enteramente de mi. ¿ Salvar qué? Eso aun no lo sé. He vuelto a trabajar, estoy de turno, con mi ropa celeste descartable y sin sueño a pesar que esta es la hora en que prefiero cabecear un poco. Culpo a los corticoides y a la medicación antialérgica de esta semana de tenerme entre insomne y ansiosa, entre disforica y completamente perdida. Es como si todos mis sistemas de alerta estuvieran al acecho de algo que aparecerá de pronto, me quedo quieta en el umbral de la cueva, observando ante mi un bosque silencioso, en donde ni una sola hoja se mueve con el viento. Mis ojos se cansan de mirar, se quedan duros de cansancio, parece que se fueran a cerrar pero permanecen atentos, a algo, algo de mi que espera aflorar. Al menos eso es un avance, pienso. Antes esperaba que las cosas vinieran de afuera, que alguien milagrosamente viniera a completar algo que yo no sabia que me faltaba, pero ahora mis ojos esperan ver por fin cual es esa parte de mi que permanece sumergida y que a la menor distracción saldrá corriendo como un fantasma del bosque a mostrarme un rastro por donde seguir el sendero de retorno hacia si.

Hablo enredado, pero debo tenerme paciencia, no es fácil volverme a hablar. Hablar sin esperar que nadie lea. Las semanas previas o años previos, cuando conocía a algún hombre que me conmoviera queria mostrarle algo de mi que hubiera escrito, algo antiguo por supuesto, algo que mostrara un poco de mi carácter, de mi sensibilidad o de mi capacidad de instrospección. Estaba ahí mi ego queriendo salir, queriendo brutalmente ser amado, adorado, calificado. Exponerme ante el nuevo objeto de mi deseo. Igual que con las fotos, igual que con los vestidos, igual que con todo. De niña habia dejado de intervenir y de mostrarme, habia metido la cabeza bajo el agua, mi ser social lo habia ahogado con todas mis fuerzas bajo el agua, para que no diera problema, pero cuando surgieron las redes sociales y el anonimato, pude nuevamente volver a mostrar esa parte narcisista que buscaba algún tipo de reconocimiento ajeno, algún tipo de vinculo con alguien que pudiera entenderme o acogerme. Era presa fácil de todo tipo de seres posesivos e insanos y estaba en continua huida y miedo, pero no dejaba de provocar. Mi actividad favorita se volvió venir a  las redes a ver en el espejo del agua, quien mas se ahogaba por intentar capturar mi verdadera imagen.

Mientras escribo me olvido un poco de revisar las redes sociales, de revisar si “el” vio mis estados. Otra vez hay un “el” que pena por mi, admitirlo. Siempre hay un el, quitándome el aliento. ¿Cuánto tiempo durará esta vez? Han pasado casi siete meses para que volviera a interesarme verdaderamente por alguien y lo he arruinado todo yo sola, pero basta. No puedo pensar en eso por el momento. No estaba lista. Asi que es mejor dejarlo asi por ahora, sin culpar a nadie, si en algún momento aun hay química ya volveremos a cruzar palabra. Mi yo depresivo casi me grita que eso no sucederá, que el ha tomado una decisión, que somos tan orgullosos, que no habrá nada que cruce nuestros caminos a pesar de vivir en la misma ciudad y no tener ningun lazo que nos lo impida. Es solo miedo, autoprotección, ganas de estar bien. Madurez es abandonar algo que no funciona, sin aferrarse.. Eso me ha dicho el y tengo que hacerle caso, porque me siento tan perdida, que apenas podría confesarle que he usado todas mis mañas para no apegarme, que he usado todos mis trucos de conducta agresiva y hostil para no confesar que me estaba gustando mas de la cuenta, que sabría que no podia ni estaba lista para darle algo mas de lo que fuera solo fisicamente aséptico. Tratar de parecer casual y madura a esta edad donde tienes la psique hecha mierda es caminar con tacones por el hielo, una auténtica puta broma. Pero no estaba para confesarle a alguien con tantas barreras y con un ego mas trabajado que el mio, que yo podia enamorarme primero. Primero el orgullo, primero mi dignidad, primero salvar el pellejo, luego ya veríamos. Y aqui estoy, escribiendo para no pensar. Volviendo a escribir para volver a pensar, pero pensar en mi, en mi mente, en esa cabecita que necesito curar de una vez por todas antes de admitir que preciso ser amada, pero no por otros sino por mi misma y que aun no se cómo. 


viernes, agosto 19, 2022

Viernes Reptilianos




He decidido volver a escribir, con todas las consecuencias que esto acarrea. No se si será algo personal un cuento o una confesión, me estoy rindiendo debilmente, porque ya no tengo mas opciones que tomar excepto de la que tanto he venido huyendo. Volver a escribir es como mirarse a un espejo largamente después que te sabes fea, esa percepción fea de ti que nadie adivina pero que esta ahí y que no puedes sostener con la mirada mas de dos minutos. A veces me pasa, por eso ayuda la cámara, detrás del lente de la cámara puedo hacer algún gesto, alguna morisqueta, algún juego que oculte quien soy. Me disfrazo o eso creo yo y pasa mi ansiedad por sentirme expuesta. En cambio cuando escribo las primeras líneas son crueles, quiza sea asi los primeros dias, pido paciencia. Me pido paciencia. 

He empezado a cerrar círculos, no ha sido una resolución consciente ni madura, como podrían esperar de alguien de mi edad, fue solo el agotamiento mental, un insomnio prolongado, varios dias de llorar sin causa y el descontrol de mi vida y de mi salud. Al menos quería cerrar uno de los ciclos abiertos, asi que empece por el niño bonito, empece por W. Nunca termine de contar esa historia de amor, pero termino como un drama que muy a mi estilo no supe digerir sino hasta muy tarde y a muchas millas de distancia, cuando nos dudaba mas que decir. Lo peor para una mujer en esas circunstancias es toparse con el silencio de la otra persona a todo reclamo, a cualquier insulto o llamado. Quizá perdi la cabeza, de hecho la perdi. Cuando pienso en esos días pienso en la frase en como me describí en el instante en que descubrí que el habia vuelto con la ex. Senti un golpe de puño en el oído. Que me sacaban de mi centro, que era derribada por una fuerza que no sabia ni de donde habia venido, inesperado y certero, como los grandes knockout. Ellos juntos y yo habia perdido la apuesta, incluso apostándolo todo. Pasaron mas de dos años de eso, el covid y luego casi de inmediato la historia con L. Nunca esperé enamorarme de L. No era mi tipo de persona, por mas que luego romantizara el asunto, en el cielo donde brillaba W. No habia hombre que le pudiera hacer sombra, asi de enamorada estaba. Las conversaciones con L. Eran esporádicas y anodinas, coqueteos que no llevarían a nada. Hasta que ocurrió la ruptura con W. No importa cuanto viajara después, me sentia abandonada y frustrada. L llegó en un par de alas plateadas para salvarme de ese vacío, quizá ahí verdaderamente empezo nuestra química. Yo abandonada, viéndolo por primera vez. Como hombre. No como el tipo de Lima, sino como el hombre que acaba de llegar a Costa Rica por mi. 

Bien, hace unos días escribí a W. Porque finalmente esa historia se marchito en todos sus colores bellos y tristes a la sombra de la siguiente que me tocaria vivir con L. No habia nada que reclamar, ni que recordar. Todo está olvidado le dije, te deseo toda la felicidad y mucha paz. Eso se lo dije de corazón, en realidad, habia pasado varios meses imaginando su felicidad , no conmigo, quiza en otro mundo en otra vida. No se si se lo merecia, pienso que todos nos merecemos ser felices, soñar, tener esas sonrisas y ese amor que romantizamos desde pequeños. Y el era un soñador como yo, por eso nos habíamos entendido tan bien. No mentia cuando le deseaba felicidad. Ojalá ya fuera feliz, en este mismo momento, no queria saber los detalles, pero desde el fondo de mi alma queria que al menos uno de nosotros estuviera pleno en este mundo que siempre da la espalda a los soñadores.

He cerrado ese ciclo, no me senti ni feliz, ni triste, un poco vacía, quiza aliviada. Me di cuenta lo difícil que seria poder hacer eso con L. Tendría que pasar una vida para que yo pudiera dejar de sentir ese dolor al pensar en L, si podia desearle felicidad, amor, hijos, como a cualquiera, pero nunca mas podría estar en una misma habitación con el, ni respirar su mismo aire, ni siquiera resistiria verlo en linea a la vez que yo. Quizá aun tengo estrés pós traumático de aquel último fin de semana, quizá necesite mucha terapia para poder decir “lo siento”. O “te perdono”. No, ni siquiera me lo imagino. Cuando pienso en eso solo quiero salir corriendo, tengo pánico de todos esos recuerdos. La sensación de abandono en esa calle en PR con el auto partiendo a toda prisa aun me tiene temblando. Nadie se aleja  lo suficiente de sus traumas infantiles, resurgen y te atacan en el momento mas vulnerable de tu adultez. Ahora debo aprender a manejar todo eso. Antes que me destruya por completo, o a la gente a mi alrededor, no deseo dejar de ser funcional, a veces despierto sin estar segura quien seré hoy. Es extraño, es como andar por un pais desconocido, apenas me estoy adaptando a este nuevo modo de ser.



Estoy escuchando my playlist basada en el disco Reptile de Eric Clapton. Por eso el titulo. Solo eso

viernes, agosto 12, 2022

Terapia

 Hoy le dije a la terapeuta que habia perdido mi creatividad. Que me habia perdido. Lo que no dije es que sentia mi cabeza seca como una charca en pleno verano, aunque me acercara mil veces, me agobiaba la misma frustración de saber que ya no habia nada para mi, ninguna imagen vibrante, ninguna historia que quisiera salir del pozo y hablarme. Era mas creativa en los periodos de dolor, le comenté.

- Entonces quizá no eres tan creativa como piensas -y luego empezó  una disertación sobre el arte y su presencia ya sea en nuestros momentos oscuros o los luminosos. Intenté  no hacer un mohín de desencanto, ponerme a la defensiva o replicar. Habia ido allí, porque era mi ultima esperanza, no quería discutir con nadie más  sobre nada. Me sentia perdida, abrumada por todas las cosas que no había podido resolver sola, todas esas historias inconclusas arrumadas en un rincón de la habitación como ropa usada y sin doblar. Habían pasado muchos años desde que pensé que necesitaba ayuda, lo habia dejado pasar, por miedo, desidia, falta de tiempo o de dinero. Pero a medida que pasaban los años me compraba en cambio, cada vez cosas mas inútiles y caras que apilaba a mi alrededor y no me llenaban lo suficiente. Intentaba comprar tiempo, con viajes, con personas, con emociones nuevas, nada resultaba. Había un espacio vacío acá adentro que podía servir de escenario para alguna escena de asesinato en Breaking Bad, un desierto lleno de briznas sin nada atractivo cerca, solo soledad y muerte. En ese espacio vacío iba a parar el tiempo que compraba, las cosas que obtenía; pasado el filtro de la experiencia inicial, del fogonazo de dopamina, volvia a despertar allí sin entusiasmo en ese mismo desierto, demasiado luminoso, para siquiera protegerse los ojos o el cuerpo de su hiriente y cegadora luz.  Una horrible agorafobia me inundaba, nada a que aferrarse, nadie a quien abrazarse. Ningún lugar seguro donde ocultarse.


He tenido que repasar ante ella pequeños hechos de mi vida sentimental que no queria volver a narrar, porque no queria volver a llorar por eso, ni a victimizarme por eso. Quería que pasaran y se olvidaran, pero tuve que ponerlos de nuevo sobre la mesa y admitir que me expuse voluntariamente al dolor, como un acto insano que se repite una y otra vez quien sabe desde cuando. No importa la persona, ni el objetivo. A traves de mis parejas he tratado de desnudarme lo mas que he podido el alma, para sentirme plenamente honesta, de esa forma no sentir culpa luego, ver en sus rostros pasado el tiempo alguna desazón que me dijera “no eras como yo imagine”. Pero a veces somos ciegos a nosotros mismos, pensamos que mostramos todo, pero solo mostramos las partes mas emotivas, las que creemos mejores o peores esperando crear una performance armoniosa con la persona en cuestión, de cierta forma les mentimos y nos mentimos al momento de elegir que mostrar. Hay un punto ciego que no vemos. Es cuando se descubre que la grieta comienza y el hermoso paisaje empieza a craquelarse. 

Estoy en el desierto ahora, ni una brizna se mueve, el ambiente es pesado y lento, los colores amarillos y sepias, el aroma de polvo y olvido. Estoy ahí sabiendo que no hay ningun camino transitable cerca, que no me puedo abrazar ni siquiera a una piedra, que no hay una manera de acelerar mi desaparición de esa pesadilla, excepto esperar y esperar hasta que el agotamiento acabe con el organismo de alocadas células cegadas en su proceso de producción de O2-Co2. No me es posible ni siquiera auto eliminarme, solo queda esperar y esperar.


Me doy cuenta que estoy a millas de distancia de lo que creí estar, que no puedo acercarme a nadie aun. Que estaba dañada antes, con miles de barreras, de brechas, de obstáculos, de miedos. Esperando como un reto que alguien salte todo eso para luego verlo a la cara y amablemente rechazarlo porque no estaba lista. Porque no se, no se absolutamente que es lo que quiero. Estoy en ese desierto, creativo, humano, afectivo. A veces es acogedor, porque alli no tengo que mostrar un papel de gente que no soy, tengo tantos disfraces en el closet que hay cierto alivio en no tener que ponerse ninguno para agradarle a nadie, para tratar de tener comunicación afectiva con nadie.


No soy creativa no, soy alguien que siente. Eso debi decirle, que en estos últimos tiempos las veces que deje de escribir y de comunicarme es porque no sentía nada, excepto fatiga, fatiga por el esfuerzo de atender a otros , de estar en el trabajo, o de estar de vacaciones,o de estar de rumba, o de ser la hija preocupada, o de ser la prometida de alguien. Siempre estaba fatigada por algo y si no era eso, estaba intentando darme placer, con alguna película, con alguna compra, comiendo hasta el hartazgo, bebiendo hasta el embotamiento. No, no sentia, solo estaba cansada, pasaba de un estado de cansancio a otro, continuamente agotada como un zombi. Por eso no escribía, no habia nada que escribir. ¡¿Qué  imagen nueva se iba a formar en mi cabeza? A veces ya ni soñaba. Fue entonces que deje de tomar la medicación que prevenía las migrañas, quería volver a soñar de nuevo, así fueran pesadillas, porque en esos sueños me sentia real, humana, la vida cobraba los colores reales que la gente no me da en la vida real, que no se admiten en la vida real. 

¿Soy idílica ? Si, me lo dijo alguien esta semana. Como una critica a mi comportamiento engreído de no soportar la realidad mas insignificante y ordinaria de las relaciones. Un pedo bajo la cama, un desliz de palabras soeces. Pero si aun no somos amantes! le digo. ¿Si el y yo aun no somos nada porque me quiere dar la vida de un par de casados? ¡Es que tu buscas la utopia, dice mi amigo ! ¡Los hombres no somos asi! Entonces no quiero un hombre quiero algo mas que eso, respondo. 

sábado, junio 23, 2018

Arpeggio

Me he hecho de un palacio en casa, con el capricho y paciencia con el que se construye  un refugio del que no quiere volver a salir. Está en lo alto de un edificio que observa impávido el bullicio del mundo real. A merced del viento salobre que se cuela por las rendijas recordándome que afuera siempre duele y hace frío.

Desde mi cueva de ficción trato de encontrarme una vez mas, sin saber si este auto exilio dará resultados. Cuánto tiempo debo permanecer encerrada en mi torre? o en cuánto tiempo debo salir y sentir que la vida real y la ficticia ya no chocan tan estrepitosamente, es algo que resolveré en el camino.
Cuando estoy en este encierro me dejo llevar por la música. Eso me anestesia y me vuelve otra, ahora sin embargo, he preferido el silencio. Ese silencio interrumpido solo por el ruido del trafico del exterior o las sirenas de ambulancias a lo lejos. En medio de este silencio húmedo de Junio es que escribo y he vuelto a leer. Leer me recupera, porque hace que me encuentre tal cual sin necesidad de complacer a nadie. Y vaya que soy una persona que sé complacer! Según mi interlocutor puedo transformarme en cualquiera. Puedo fusionarme con la conversación que desee sin decir realmente lo que pienso. Aunque cuando lo digo, me siento tan simple, tan loca y descarada que me arrepiento que la mujer que vive silenciosa dentro mío haya tomado por fin la palabra y dicho lo que siente.

Durante esta semana me he dedicado como posesa al ejercicio de arpeggiar, esperando dar a mis dedos la agilidad que mis palabras y mi discurso ya no tienen. Pienso, ilusa y cándidamente que lo lograré hacer de tal forma que pueda interpretar al fin la canción de él que mas me ha conmovido. Al hacerlo podré dar final a ese trecho de mi vida, olvidarme de él, de sus  historias, de sus cicatrices y cerrar por fin ese capítulo para seguir adelante, sin evocarlo cada vez que me sienta abandonada.
Es una canción difícil para una principiante, pero tengo tiempo de sobra. Mientras toco no pienso y eso es bueno ahora.

Es una canción que habla de él… o mas bien de ellos. De su relación. De lo difícil que es mantenerse juntos sin hacerse daño. No sé por qué volví intima esa canción si nada tiene que ver conmigo. Si es una canción de dos en que cualquiera sale sobrando. Quizá fue esa insistencia de niño grande que puso él para que al fin la escuchara,  ese “por favor escucha”  como para que comprendiera de que iba todo esto,el  por que de su ánimo y desesperanza aquella noche. Esta bien, la escuché a regañadientes en la carretera rumbo a casa, mientras el me mandaba fotos nocturnas de la playa con las mil piedras que había salido a tirar para no sentirse tan solo. Fue ahí que me di cuenta que estábamos lejísimos, casi en dos mundos diferentes pero aun así, él necesitaba de mi. Por unos segundos, aunque sea para no sentirse tan solo con sus propias heridas.  Aunque sea para que yo guardara silencio a su lado como prometía que haría. Hombro con hombro, como a alguien a quien le importas. Y esa necesidad de mi, aunque fugaz, ha sido el único regalo que me estaban dado en mucho tiempo.

Ahora, paso las noches recapitulando las veces que pudimos estar juntos y ser nosotros mismos, pero tal vez fue solo la imaginación. Somos tantas personas a la vez que es una suerte y un milagro el momento en que dos almas coinciden. Utilizo la palabra alma aunque me suene cursi, porque es el termino que usaba él para referirse a nosotros. Tan pendiente de las cosas místicas y creyente del destino como era. “Cada quien se aparece en nuestras vidas por una razón”  me solía repetir. “Esto no es coincidencia”
No lo es?
Yo no sé para que se ha cruzado el en mi vida, excepto para deshacerme de la idea del Paco y yo. Un año con esa idea en la cabeza, enfermando, esperando, preguntándome. Por qué? Por qué? Se tardó mas de un año en que me sucediera eso de que “un clavo saca otro clavo”. Para el verano todo mi foco de atención se había concentrado en él y en como estar para él cada vez que se necesitara. Todo mi pasado, Paco incluído  ya no interesaba mucho,  era un cuento viejo de final conocido. El cliché de las relaciones.  Ahora  en cambio, ayudaba a alguien, no importa si lo hacía mediante trechos de conversación, fotos o encuentros furtivos. “Estamos aquí para eso, tu me levantas a mi y yo a ti y así andamos” . No era necesario ni ponerlo por escrito, eso lo sabíamos ambos, porque muy dentro éramos ambos caras de la misma moneda. El mundo se ponía en calma cuando estábamos juntos. Todo funcionaba como un reloj. Como si siempre hubiera sido así incluso antes de conocernos. Y eso daba luego miedo, mucho miedo.

El verano ha terminado por aquí, supongo que él sigue yendo a la playa a hacer lo que sabe hacer y a mi me ha dado en cambio por encerrarme en esta torre desde la que ahora escribo. Me asusta que ya no me lea nadie, que a nadie le interese, pero supongo que hay que someter el ego. Nuestro mayor enemigo y dejarme ser.  No puedo dejar de escribir, porque es así como me hablo y ordeno mis ideas. Antes eran solo para mí ahora las arrojo en una botella al mar cibernético, a ver si a alguien que se sienta igual que yo en otro momento, le sirvan. Por que a veces es bueno no sentirse tan solo ni tan culpable por asumir los riegos de nuestras propias decisiones.


“ Yo escribo para que me quieran” es una frase que se me ha quedado en la cabeza. Pues yo también. No lo niego, escribo para que me quieran. Pero no basta solo con querer que me quieran, ya vimos todos en que termina el deseo sin esfuerzo, solo en una pompa de jabón, una ilusión que dura dos días, una decepción de principiantes. Yo seguiré desgranado mis recuerdos en arpeggios, a ver si así olvido. Por fin olvido.

miércoles, mayo 23, 2012

Post # 1


Hola, no me llamo Laura y he perdido la cuenta de cuantos años tengo.
Hace unas semanas estuve dispuesta a cerrar mi blog definitivamente porque supe que había perdido la habilidad de escribir realmente lo que siento y que quizá eso no me hacía falta, después de todo a quien le importa lo que una sola persona en el mundo piense.

La forma más eficaz era escribir relatos, pero prefiero guardarlos para mi sola. Entonces ¿Qué más da? Quizá lo mejor es olvidarme de lo que pienso y ajustarme a 24 horas de trabajo y a que los días libres que tengo sean para viajar, comer, caminar, VIVIR…hacer de todo pero no procesar que es lo que está ocurriendo por dentro.

A veces leo cosas mías de hace mil años y me pregunto,  cómo es posible que haya perdido el corazón? O como es posible vivir, vivir aparentemente bien, sin pensar en nada, sin querer sentir en profundidad nada. Me da la punzada que la madurez significa volverse cínico para tirar hacia adelante y no permitir que la vida se nos desmorone con la imagen de sueños pasados.

Yo me tomare unos días para volver a escribir, ya no solo leer libros y quizá, es una lejana posibilidad, en ese ínterin como alguna vez ocurrió en mi vida, recupere la cordura. No la de los demás si no la mía. La cordura que es la divina insanidad de una sola persona y hace que esta funcione, no al ritmo de los demás, sino al suyo propio. Que funcione por dentro, para sí mismo. Como un loco de la calle ¿Quién sabe?

La Cita

  Su voz es del color del sol, se ha acercado  con paso seguro  sin prisa a la mesa donde sorbo un te del que apenas detecto que es de frut...