domingo, noviembre 09, 2008

Domingo en una servilleta















La clave sería entonces buena música. Algo fuerte con qué despertar y sentirse viva.
Para mí hoy será Soda Stereo en concierto.
Ya no más música en inglés. No jazz. No Calamaro (aunque con Fitipaldis, no estaba tan mal).No Winehouse.
Hoy solo Soda, como en los inicios.
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Es domigo, envío mi sonda espacial, mi mensaje en una botella al inicio de un domingo cualquiera. No cualquiera, bastante soleada.
La temperatura: Ideal.
Iluminación: Adecuada.
Personaje: Chica Drama, én el momento preciso de Reinventarse.
Estado anímico: El de siempre, pero con más esperanza.
¿En qué?
No lo sé. Por eso la tengo, pues.
Que me queda sino creer en lo que no veo, en lo que no toco?
Es un asunto de fé.
O de locura...¿Cuál es la diferencia?
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Es domingo, el clima me recuerda a mi llegada a Bs.As.
Había un día claro y una brisa fresca similar. Había árboles por todas partes.
Gente hablando raro.
Había medias lunas y café humeante.
Había la esperanza de que él no llegara con 2 horas de retraso.
Había miedo de que ya no hubiera amor.
Bs. As, una ciudad impresionante. Donde no era nadie, nada.
Un grano de arena al viento, un personaje no identificado.
La vida, como en la canción, era color esperanza.
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Es domingo, igual que la primera mañana en Cartagena,
con estado pre migraña como aquella vez.
Pero sin tanto calor, con la misma sensación de hambre.
De un hambre eterna, pertinaz.
Caminar con hambre al super mercado, comprar lo menos caro,
una rosca grande con manjar, paltas ( no recuerdo como las llaman)
una sandía (tampoco recuerdo el nombre, pero tenía nombre de chica)
regresar con jugo, al apartamento y pensar que no es tan tarde.
Que las vacaciones apenas comienzan.
Tirarme a la cama y quedarme dormida con todo ese sol encima mío.
Despertar y ver el mar por la ventana.
El edificio se llama Macondo. Revelador, pienso y salgo a la calle dispuesta a sentir.
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Es domingo, en la Tierra del Olvido, mis viejos preparan un desayuno suculento.
Tamales, aceitunas, jugo de melón, o de naranja? Café pasado. Pan con manteca,
una charla divertida para empezar el verano.
Si, el verano. Porque en casa siempre es verano y la arena siempre se filtra.
Porque mi casa no tiene puerta a la calle, es la continuación de un boulevard
por donde pasa mucha gente, arrastrando los pies, antes de ir a la playa.
La chica de Ancón solía llamarme alguien, al ver mis fotos en la puerta de mi casa.
No, esa no es mi casa.
Yo seré siempre de la tierra del Olvido.

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Es domingo en Santiago, el día inicia iluminado, como todas las veces de esas vacaciones eternas.
La luz se va filtrando por las ventanas, pero la pieza sigue húmeda y fría.
Mi hermana, tan linda ella, se acerca con el desayuno en una fuente a la cama.
Mejor desayunamos aquí me dice, mientras oculta sus pies bajo la sábana.
Los niños amanecen despeinados y en mi pieza de muñecas y calcetines de colores,
entran a darme el buenos días con un abrazo puro, que es el mejor que recibo en mi vida.
Quisiera quedarme aquí para siempre, pienso.
Pero nada es para siempre, así que devoro la tostada con mermelada de frutilla
mientras escucho lo que soñaron mis sobrinos.
El niño siempre sueña...y siempre dibuja...y siempre llora cuando alguien se va.
Tal vez sea como yo, pienso y lo beso en esa cabecita de 3 remolinos.
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Es domingo. En Asturias es tarde ya. Pero las ventanas siguen cerradas.
Alguien sueña.
Sueña con este lado del mundo.
Alguien debe soñar con él. Yo ya estoy demasiado despierta, para volver a soñar.
Los euros se acaban en el bolsillo y las salsas en el congelador se quedan a la mitad.
Su habitación se llama piso y él no será jamás un turista.
Hay gente como él que viaja para figurar como Inmigrante, mientras los sueños se cocinan
en una marmita demasiado chica.
Domingo que atardece, que para él se va.
Un domingo que apenas comienza para mí.
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Amanece en NY. empieza el invierno, hora de sacar la ropa gris y los abrigos mas oscuros.
Él se despierta con la cara rosada y el mentón pequeño y redondo.
Es noviembre del 2005 y es buena hora para llamarla.
Preparar los huevos tocinos que tanto mal le harán dos años mas tarde.
Volver a la cama y retozar con la idea de que en 3 semanas más la verá por su cumpleaños.
Ella-piensa- debe estar despertando con su carita de sonrisa eterna en la Tierra del olvido,
esa sonrisa que a él le gusta tanto.
Entonces coge el celular y me llama.
-Hola amor ¿cómo dormiste?-me dice entre sueños, después de marcar todos los números de la tarjeta a larga distancia.
-Volví a soñar contigo- le respondo- mientras el pecho se me entibia de saber que alguien a Km. de mí, también tiene sueños conmigo.

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La clave de hoy es buena música. Y creer un poco.
En el sentimiento que hace al mundo uno solo
que hace estar en diferentes esquinas de la misma servilleta.
Que hace de un recuerdo la extensión de los sueños.
Volveré a amar alguna vez? Me pregunto.

La respuesta es un sí, sin dudas...un sí en en el que quiero creer.
Me volverán a amar así como ellos sin límites?

Supongo que debo confiar en que si haces el bien, ese te será devuelto.
O confiar simplemente en la entrega de las personas,
en su don de querer creer.

1 comentario:

Aquiles Martin dijo...

¿y por qué no calamaro? está bueno tu blog, aunque "fe" nunca lleva tilde, jojojo
saludos desde trujillo.

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