"Alguien que conozca todas tus mierdas y no te joda por eso. O mas bien que te joda, pero que te joda bien" Esa es la definición que él me da cuando le pregunto quien sería su amante ideal. Me río entonces, como no lo hacia hace días. Es refrescante poder discutir sobre sexo en voz alta. Llevo un par de semanas pensando que le he perdido la curiosidad a enfrentar tener nuevas relaciones, cada vez que llego al asunto doy un largo rodeo y cambio de tema.
Tengo que reconocer que la vida se pone mejor cada día, tan mejor que espero con ansia que me despidan del trabajo para poder invertir todos mis ahorros en un viaje que dure un par de años por territorios desconocidos.
Luego pienso en la salud de mis padres y me deprime la idea de que no podría irme sabiendo que aun me necesitan. Que no sabrían a quien llamar si algo malo sucede. A cierta edad si no haz hecho todo lo que se te vino en gana te terminan atando el amor por los hijos o los padres eternamente a casa; ante cualquiera de ellos tienes esa responsabilidad moral que te perseguirá en cualquier país del mundo cuando apoyes la cabeza en la almohada, a lo Cain moderno.
Y tengo que decir que la semana ya me dura menos días porque el fin de semana comienza ahora los jueves y se extiende en un evento celebratorio tras otro, que me hace perder la cuenta de las horas y los días, logrando que cada vez que despierte tarde para ir al trabajo un sábado piense que Godzilla se ha sentado en mi espalda durante la madrugada y me ha defecado encima. Hacia el mediodía ya estoy completamente recuperada de la resaca y la mala noche prometiendo que nunca mas, pero para media tarde repongo fuerzas, planeo salidas en medio de llamadas telefónicas y cafe resucitador.
Y tengo que decir, que ya no tengo 20 y que estoy viviendo la vida que debí darme en la universidad, cuando vivía una relación convencional con un futuro planeado para ser aún mas convencional.
Es rico no tener veinte, no tener los dilemas morales de entonces, mas bien tener otros. Dilemas de gente vieja. Y sentir que cuando estás muy lúcida te atacan los recuerdos de todas tus vidas pasadas. y sientes de pronto como si hubieras vivido 100 años y en mil casas distintas, amado y dejado a cientos de personas unas mas crueles que otras. Sientes el corazón viejo y cansado como de octogenario y pienso en ese momento en mis pacientes cardiacos, si se sentirán a diario igual de cagados que yo a media semana, cuando tengo un montón de cafeína en el cuerpo y estoy suficientemente despierta para ver claro mi pasado y mi futuro y deprimirme por eso.
Y tengo que decir que esta es una racha por escribir solamente, que se me pasará pronto cuando pueda viajar de nuevo. O estar feliz de nuevo y no tenga tiempo de escribir lo que siento. Así que escribo como un ejercicio para no perder la conexión con mi lado de relatora y me quedo a medias como con los bocetos que salen de mi lápiz y que se quedan así, sólo en bocetos. Debo parecer una caricatura de esa mujer que describía Chejov en La cigarra, excepto que yo no tengo marido ante quien comparar mi frivolidad que no conduce a nada. Nadie podría juzgarme por arruinarle la vida a nadie. Es una de las razones por las que no me casé (Ya ves, ya voy mil)
Y tienes razón Mike, el mejor sexo siempre es con tu mejor amigo, pero dónde rayos se consigue eso? Cómo se vuelve alguien tu mejor amigo? Estando en las buenas y en las malas, prestándote dinero, dejando de juzgarte? Entonces veo pocas posibilidades de hacerme un nuevo mejor amigo.
Aplicaré a lo viejo y conocido. Y a aprender que no cualquiera se gana el título de amante ideal, había que pasar por el filtro de soportarte con mierdas y todo antes.
Hoy sonando: Woman of the Guetto- Marlena Shaw
De Paranoia, Soledad, Amor y otras cosas que perfuman a la mujer hasta hacerla apetecible, abominable y unica....por suerte.
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domingo, mayo 28, 2017
miércoles, mayo 23, 2012
Post #2 : A caminar
He querido hacerme de una plantilla como si de un vestido
se tratase, pero la verdad no tengo una puta idea de cómo volver a hacer eso
que antes me parecía tan fácil; rápidamente caigo en el desanimo, para diseñar,
para buscar, para quedarme mucho tiempo en una sola página. En este momento debería
estar ya caminando con un par de zapatillas cómodas, pero…me he puesto como misión
volver a escribir, aunque al hacerlo saque algunas cosas tristes de mi que
usualmente ya no quiero ver.
La luz de la tarde entra tibia por la ventana, tengo dos
horas para que esta luz inunde mi habitación y me haga sentir que el día amaneció
claro, que el día es tibio, que solo aquí dentro hace frío y que vale la pena
salir a caminar. Pero hoy me quedaré en casa, a leer, a escuchar música y ¿por qué
no? A escribir-me.
Soy de los que blogueaban hace 6 años o mas y ya no queda
nadie que escriba en blogs cosas necias como yo; tal vez se han casado y han hecho con sus
vidas, como yo, relojes que funcionen, llenos de hijos, parejas y casas limpias
con jardines bien cuidados. Yo no tengo hijos, no me hice de una mascota,
porque no quería volver a llorar por nadie si es que se iba y de hecho tampoco
vivo en el departamento que compré.
Vivo planeando viajes, porque mientras viajo me olvido de
quien soy, de la forma que hay que conservar para decir las cosas- soy médico y
sé que siempre hay una forma correcta y eficaz para decir las cosas- para
comportarse ante los demás, o del tiempo en que una debe comer o ir a dormir.
Me gusta viajar porque días antes de los viajes siento tanto miedo, que a veces
he pensado en cancelar planes y meterme a mi cama a dormir otros 6 meses como modo
de vacacionar. Sin embargo, desde que el avión levanta vuelo, yo me vuelvo otra
persona, más segura y mas dueña de mi. Ya desde arriba las ciudades se ven pequeñas
y los miedos inútiles; entonces conozco otras personas igual de seguras y
dispuestas a contarme sus historias- porque nadie se abre de forma más perfecta
que delante de un desconocido y yo, bueno, yo he aprendido a escuchar. De los
viajes regreso con las maletas llenas de experiencias y de gente que conocí en
el camino, gente anónima que no está en facebook ni en ninguna parte del
circulo social. Gente vital, que cruza su camino con el mío de forma
circunstancial y sin miedo a dejarse querer.
¿Por qué viajo sola? No es una decisión mía, mi tiempo no
coincide con el de los demás y a veces me canso de esperar las excusas del
resto para acompañarme. A veces es mejor, pero no siempre. He dicho infinidad
de veces que una mujer, como cualquier otro ser humano, necesita de un compañero
para compartir la vida que no le cuenta a nadie, un testigo de sus errores y sueños;
sería ideal contar con un solo compañero que acompañe desde el inicio hasta el
final del viaje, un verdadero amigo, no un amante, sino algo que dure más…pero
no todas las personas tenemos esa suerte. Yo, lo comprendo a medias, no es fácil
saber que amas a quien no te ama, pero hay que seguir caminando, el mundo no se
detiene por una sola persona...ni por varias. Yo tampoco puedo detenerme a contemplar las
imperfecciones del mundo, solo debo seguir caminando al terminar de escribir…o
mientras lo hago.
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