viernes, diciembre 23, 2005

previos navideños

LLego el verano a la ciudad, las callen hierven de sudores ajenos y de alientos pesados, de olor a contaminacion y a represion dejada salir a la luz. Las mujeres con escotes provocativos, sandalias, vestidos cortos...los hombres...son hombres al fin, no se les ve bien con nada. es curioso que el hombre se a de uno de esos animales con poca anatomia para apreciar, excepto los que la trabajan bien y eso ya es un milagro, porque hombre con musculos, hombre que no tiene sesos para pènsar en algo que no sea su propio ego hediondo de gimnasio de clase de media.

Llego el verano y finalmente puedo volver a vestirme de ropas cortas, a engullir helados a diario y a soñar con irme de gira a algun pais caribeño...a soñar, porque no hay nadie con quien ir. Finalmente el dia que me volvi atractiva no hay un hombre con los pantalones suficientes para una proposicion que suene a indecente. No hay compañia para mi año nuevo, o si la hay es tan precaria y ruborosa que es mejor no jugar a la chica mala aceptando esas temblorosas ofertas.

Pronto todo el balneario se llenara de gente rara y parece que yo no comi la lechuga suficiente, ni tome la suficiente agua, para darme el lujo de estrenar el bikiny calenturiento que compre el año pasado. Tampoco tengo la soledad necesaria pa escribir a gusto...hay tanta gente...tanta gente alrededor , que solo quisera desaparecer y despertar cuando sea un año par y la vida se haya olvidado de ajustarme las cuentas pendientes.

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Otoño en Lima

Es lo primero que escribo luego de una larga temporada. No era mi intención hacerlo, pero el café y este cielo nublado son malos consejeros....