Hace tiempo que llevo caminando, pero hoy lo he disfrutado más que nunca. Esta mañana de domingo es soleada y pacifica y yo me animé a caminar por el parque saltando entre las piedras del caminito de la izquierda, pensando en mí, en todo este tiempo a solas. En todo el tiempo que espera allí afuera. Caminé pisando las hojas secas de los árboles y a cada crepitar de hoja muerta, sentía que no estaba completamente sola, que te mostraba el camino, como siempre.
Hace años que camino así, mostrándote el camino, comentando los paisajes que veo y explicándote el por qué de las aves, el por qué del clima, el por qué de todo; aunque yo ya ni pueda entenderlo. Hace años que me pierdo en calles y parques caminando a solas, porque la conversación vecina me cansa. Hace mucho que hago monólogos mentales de lo que siento y vivo y de vez en cuando, ya tú sabes, de vez en cuando también los escribo.
Pero ésta mañana caminé contigo y te hice creer que estaba feliz, aunque me sienta por momentos asfixiada, en este lugar en donde todas las posibilidades están exploradas y todos los límites resueltos. A veces ya te lo he dicho, quisiera tomar la mochila y volver a irme. Escapar de este lugar al que se conforman todos. Quisiera irme, escaparme contigo.
Pero no puedes, ya sé que no puedes. Así que mientras camino, te voy mostrando el mundo, esas pequeñas cositas que la gente no advierte. Y que yo fotografío para ti.
Voy tejiendo recuerdos, recolectando imágenes y me hago un espacio propio e invisible, en donde lo cotidiano no ingresa, en donde solo te doy lo que quieres ver. Una esfera de cristal en medio de la ciudad gris. Un espacio privado en medio de la multitud de ojos que no ven. Te muestro allí esa mitad de mi rostro, esa curva en mi talón desnudo, esa línea en mi columna arqueada. Fotografío solo lo que quieres ver y te dejo construir el resto.
Hace tiempo que llevo caminando y hoy ya es domingo, pero no quiero volver a casa. Hace tiempo que mi casa no es mi casa, que prefiero seguir caminando y contándote lo que veo, como si fuera nuevo. Ojala un día te atrevieras a caminar conmigo, a compartir mi silencio mientras nos perdemos juntos en una marcha sin tiempo, y de vez en cuando, también, a resistir mis monólogos insufribles, esas charlas en que te hablo de mi y de todo lo que tengo dentro.
Espero me perdones, a veces solo hablo y hablo, como para dejarte un recuerdo y no desaparecer del todo; para poder así al menos quedarme unos minutos a solas contigo.
Hace años que camino así, mostrándote el camino, comentando los paisajes que veo y explicándote el por qué de las aves, el por qué del clima, el por qué de todo; aunque yo ya ni pueda entenderlo. Hace años que me pierdo en calles y parques caminando a solas, porque la conversación vecina me cansa. Hace mucho que hago monólogos mentales de lo que siento y vivo y de vez en cuando, ya tú sabes, de vez en cuando también los escribo.
Pero ésta mañana caminé contigo y te hice creer que estaba feliz, aunque me sienta por momentos asfixiada, en este lugar en donde todas las posibilidades están exploradas y todos los límites resueltos. A veces ya te lo he dicho, quisiera tomar la mochila y volver a irme. Escapar de este lugar al que se conforman todos. Quisiera irme, escaparme contigo.
Pero no puedes, ya sé que no puedes. Así que mientras camino, te voy mostrando el mundo, esas pequeñas cositas que la gente no advierte. Y que yo fotografío para ti.
Voy tejiendo recuerdos, recolectando imágenes y me hago un espacio propio e invisible, en donde lo cotidiano no ingresa, en donde solo te doy lo que quieres ver. Una esfera de cristal en medio de la ciudad gris. Un espacio privado en medio de la multitud de ojos que no ven. Te muestro allí esa mitad de mi rostro, esa curva en mi talón desnudo, esa línea en mi columna arqueada. Fotografío solo lo que quieres ver y te dejo construir el resto.
Hace tiempo que llevo caminando y hoy ya es domingo, pero no quiero volver a casa. Hace tiempo que mi casa no es mi casa, que prefiero seguir caminando y contándote lo que veo, como si fuera nuevo. Ojala un día te atrevieras a caminar conmigo, a compartir mi silencio mientras nos perdemos juntos en una marcha sin tiempo, y de vez en cuando, también, a resistir mis monólogos insufribles, esas charlas en que te hablo de mi y de todo lo que tengo dentro.
Espero me perdones, a veces solo hablo y hablo, como para dejarte un recuerdo y no desaparecer del todo; para poder así al menos quedarme unos minutos a solas contigo.
8 comentarios:
Viajero
Una vez mas en la brecha,
una vez mas en el camino.
Una vez mas, parto al exilio.
Viajero soy,
y el camino es lo que tengo
entre los pies y mi casa.
Viajero soy, y mi sombrero,
ajado y manchado
recorre los tiempos,
de caminos y sueños.
Una vez mas, dejo atrás
recuerdos y esperanzas,
que enriquecen mi alma.
Viajero soy, y el camino
es lo que tengo
hasta llegar al siguiente recodo
del camino de mi vida.
Partamos pues con alegría,
por un camino
al que cambio
y me cambia
en toda medida.
Camina pues, viajero por la vida.
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Muestranos el camino, Hija del Sol. Es curioso, a mi tambien me gusta perderme por las calles de San Sebastian. Pero a mi modo. Parandome en las tiendas, oliendo la espuma de mar o la sal de la bahia, oyendo a las gaviotas en el puerto. O simplemente viendo a la gente pasar con sus vidas. No se si el resto de la gente lo comprende, Hija del Sol, pero yo si. A veces lo unico que se requiere es caminar a solas, para reconocerte, para afirmarte. Para tener un espacio propio, intimo y personal en el que perderse en esta complejidad que es la vida, verdad?.
Hoy yo tambien he paseado por las calles de mi amada ciudad. Tal vez para olvidar el presente, o tal vez para encontrarme yo. O tal vez para no llorar. Sinceramente, eres una persona que me encanta Laura. Porque en ti veo parte de mi, la verdad. Me veo reflejado, a traves del tiempo, del espacio y de las palabras. No se si a alguien mas le pasa de los que te leen, pero a mi si.
Desde Donosti, un saludo, hija del Sol.
Ahorita no te puedo leer porque he estoy en plena mudanza. Mañana me pongo al día.
No me pude tomar mi cafecito del viernes :(
sigue caminando entonces, porque si tu casa no es tu casa
eso significa que no has caminado lo suficiente
cuando hayas caminado bastante, en ese momento sentiras de que es hora de regresar
y ya nada importara, porque cuando estes regresando todo va a estar bien
Gracias. es lindo llegar y ver comentarios de gente que se estima a pesar de la distancia y de lo anonimo de sus rostros.
Estoy serena y en paz. La hija del sol, a caminado bajo un cielo azul preciso y ha llegado acasa exhausta y con proyectos en mente. Casi, casi feliz.
Alfredo tienes razón, tus palabras han dado en el blanco, pero pienso que la casa no es la construcción de fierros y cemento. El hogar está al lado de las personas que amas. Tienes razón, el camino de regreso a esa casa en donde el cariño es devuelto sin miedos es siempre mas fácil.
La vida es un camino... y debemos seguirlo. Siempre acompañados es mejor... pero con buena compañía :)
Lejos de pensar en la utopía de la perfección de un camino, están los deseos de seguir adelante con alegrías y frustraciones,lo otro es resignarse a todo y eso no es conveniente nunca. En el camino se construye la propia historia.
saludos
Si se aguantan 13 pasos en silencio, si se aguantan 13 pasos en silencio
Es una eterna caminata en fondo gris, con cabezas gachas. Talvez con un tema de música clásica rápida de fondo mudical, poco maquillaje, cara limpia y húmeda, cabellos sin amarrar ni peinar.
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