Yo no soy bautizada y mi curiosidad máxima es saber a que sabe una hostia. Mi madre me dijo que si tanta curiosidad tenía podía ir donde las monjas a que me dieran una de esas hostias sin bendecir, peor yo no quise. Lo que en verdad quiero saber es a que sabe una hostia en ese momento después de confesarse, que se siente hacer cola ante un cura al que por un breve instante dejas de considerar como el último gusano de la tierra y muy por el contrario sientes que es el gran embajador del perdón, quisiera saber como se siente quedarse calladito en la misa, con la hostia disolviéndose en la lengua como algún bocado divino, que te va limpiando por dentro.
Mi padre hijo de una familia ultra católica, estaba convencido de que por mas bueno que sea el pan no era justo obligar a comértelo y que a nadie lo podían obligar a ser católico, si esa era una decisión que parte de uno; con este pensamiento basado en la democracia que llevaba como bandera siempre, decidió bautizar a sus tres hijos mayores solo si ellos lo pedían y cuando hubieran alcanzado la edad en que los sesos dejan estar dentro de un cráneo con fontanelas sin cerrar, blando y amoldado a las creencias de los padres.
Crecidos los niños ( o debería llamar engendros y obstáculos de la vida? ) y alcanzada esa edad puberal en que los sesos se amoldan mas bien, a las creencias de los amigos y los maestros de la escuela, pidieron ser bautizados. Yo apenas si era un amasijo de carne y cabellos chascosos que comía caramelos con los cachetes llenos, así que por suerte no me exorcizaron- digo, bautizaron a mi también. Fue una hermosa ceremonia en que un cura con ojeras de elefante, miraba reprobatoriamente la tardanza de mis padres en “acercar a los niños al reino de Dios”. Claro, el cura que parecía sacado de film hindú ignoraba que en esa familia y dentro del mismo templo aun había un pequeño demonio sin bautizar mascando su chupetín rojo, ajena a esas vainas de agua bendita y flores de azar.
Tiempo después mi hermana La Achilenada vino con sus manías de hippie a reclamarle iracunda a mis padres por haberlas bautizado de católicas a los 13 años, si a esa edad vivían atemorizadas por las monjas del colegio.
¡¿Pero si tu misma me lo pediste y hasta lloraste insistiendo por el bautismo?! -Gritó mi padre al borde del infarto.
“Claaaro y desde cuando una niña sabe lo que le conviene! Eh?”- respondió mi hermana con mofa.
Mi padre se quedó frío ante esa respuesta acompañada por la cara de palo de mi hermana ya adulta ( el pobre ignoraba que de esas respuestas tendría a montones el resto de la vida ). Al parecer toda su filosofía de familia democráticamente organizada se venía abajo; pero como mi padre es terco, a los dos días se topó conmigo y mi triciclo destartalado dando vueltas por el patio, persiguiendo alguna libélula desprevenida.
- ¡A ti solo te bautizamos cumplidos los 18, así que nada de insistir antes! porque según tu hermana a los 13 ustedes aun siguen mulas!- y siguió pintando su nuevo tablero de ajedrez.
Yo abrí los ojos bien grandes y me quedé callada, acababa de ver una libélula quietecita detrás de su cabeza y la quería para mi frasco.
A mi no me interesaban los asuntos del bautismo, porque ya me daba hasta vergüenza pedir ser bautizada a los 8 años y entrar caminando a mi propio bautismo, eso si hubiera sido abochornante. Yo había resuelto que el día que me casara me harían todos los sacramentos juntos, cosa que así me borraban el pecado original y de paso todos los pecadillos que planeaba acumular hasta mis 30- que era la edad en que planeaba entrar de blanco a la Iglesia. Yo estaba muy feliz pensando que podría comerme todas las golosinas sin tener que compartirlas, cortarle el cabello a la Barbie de de mi prima la petulante y romper las ventanas del vecino, con afán pederasta que me molestaba cada vez que salía a comprar. Así que el bautismo retrasado significaba para mi un periodo de gracia con carta blanca, para poder disfrutar de lo que los otros llamaban injustamente “pecado”.
Me cuidé bien de no terminar en el colegio de monjas de mis hermanas, porque tenía temor a esos cuervos con hábito que hacían rezar de rodillas afuera de la clase; pero llegada la adolescencia me hacía sentir diferente que todas mis amigas ya hubieran pasado por los tormentos de los 3 sacramentos y yo aun seguía “Morita”. Claro, había aprendido a superar ese miedo que me inculcaba la abuela, de que los Moritos no van al cielo si me mueren, porque en el fondo yo si quería morirme y andar paseando como fantasma por toda la casa y jalarle las patas en las noches, a aquellos que decían que no iba a lograr ser nunca un angelito en el cielo.
Además eso de terminar en “el limbo”, me sonaba a invitación para ir a una sala con ecos en donde podría jugar largamente, sin que ningún barbón con túnica blanca y arpa arrosquetada, me instara a portarme bien, o a tener que leer esas historias en donde la gente mataba a sus hijos par ser fiel a un tal tío Yavé que andaba desparramando plagas o convirtiendo en estatuas de sal, cada vez que le daba la chiripiolca contra sus mascotas bípedas “hechos a su imagen y semejanza”.
Un día se infiltró una monja argentina al colegio, tenía los ojos celestes mas lindos que había visto y cuando cantaba, una voz de verdadero ángel; pero apenas se le acabó la sonrisa y las anécdotas de que llegada al Perú, todos los “cholitos” le decían “jelou, uan dolar” pensando que era gringa americana y con plata; le salió el discurso usual que me mantuvo atemorizada los 5 años de secundaria, de que a aquellas que no se habían confirmado “irían al infierno a sentir el rechinar de dientes de los pecadores”. Así que media clase aterrorizada por esa imagen de desgastar el esmalte dental a punta de tormentos donde “el tío Sata”, se terminó de confirmar en la fe de Cristo a los 16 años; mientras yo, tenía pesadillas con diablos de ojos azules que me invitaban a bailar tango en los fuegos eternos con el ritmo de dentelladas al aire.
Ya en la universidad, el paraíso para los que se dicen agnósticos por una cuestión fashion, mi novio me contó que en su colegio los hacían tener retiros de 2 días, cada cierto tiempo para reflexionar sobre sus pecados. Yo pegué el grito en el cielo ¿Qué pecados se tiene a los 12 años? Probablemente sentir que odias tus padres, ganas de masturbarte a diario y haberte fumado un cigarro a escondidas. No entendía porque eso tenía que hacer sentir culpable a un niño.
Eso confirmó mi odio a la intolerancia de los curas y sus normas desfasadas; aunque, siempre me quedó la curiosidad de que se sentía el confesarse ante alguien y ser tan inocente de creer que al sacar esas culpas fuera de ti eras perdonado y eras absuelto hasta el día que volvieras a meter la pata.
A veces yo quisiera confesarme y que me den una penitencia muy grande a cumplir para luego sentirme libre de toda culpa o remordimiento; pero es inútil, creo que una necesita perdonarse a si misma para poder vivir a gusto, no importa a quien se lo digas, lo necesario es saber que tus errores son absueltos en tu propio corazón.
De pequeña yo tenía una amigo imaginario, lo vi en un cuadrito que se quedó colgando en el cuarto de mis hermanas. Me cayó bien el tipo porque se veía flaco, barbudo y pelucón como John Lennon. Me dijeron que era Jesús, pero yo no les creí, porque para mi el tal Jesús andaba siempre crucificado y en shock por la tremenda zarandeada de los romanos y sus costumbres de matarifes. Ese Jesús crucificado me daba cierto miedo, ese si tenía cara de venir a jalarme de las patas si no me bautizaba.
En la pintura el joven de rostro sereno tocaba una puerta y yo me imaginé que era la mía, porque a esa edad yo me sentía bastante sola y ni asi cantara Arroz con leche, nadie tocaba mi puerta para ir a jugar. Así que lo volví mi mejor amigo y le contaba esas cosas que me hacían sufrir por solo pensarlas. Aprendí a ir a la raíz del problema y buscar siempre la razón detrás de cada sensación dolorosa que me oprimía el pecho antes de dormir y que no podía entender.
El tipo me enseñó a perdonarme solita y sin probar hostias, porque en esta vida me decía, “no existen personas buenas ni personas malas, solo circunstancias”. Y como yo era niña le creí.
Mi padre hijo de una familia ultra católica, estaba convencido de que por mas bueno que sea el pan no era justo obligar a comértelo y que a nadie lo podían obligar a ser católico, si esa era una decisión que parte de uno; con este pensamiento basado en la democracia que llevaba como bandera siempre, decidió bautizar a sus tres hijos mayores solo si ellos lo pedían y cuando hubieran alcanzado la edad en que los sesos dejan estar dentro de un cráneo con fontanelas sin cerrar, blando y amoldado a las creencias de los padres.
Crecidos los niños ( o debería llamar engendros y obstáculos de la vida? ) y alcanzada esa edad puberal en que los sesos se amoldan mas bien, a las creencias de los amigos y los maestros de la escuela, pidieron ser bautizados. Yo apenas si era un amasijo de carne y cabellos chascosos que comía caramelos con los cachetes llenos, así que por suerte no me exorcizaron- digo, bautizaron a mi también. Fue una hermosa ceremonia en que un cura con ojeras de elefante, miraba reprobatoriamente la tardanza de mis padres en “acercar a los niños al reino de Dios”. Claro, el cura que parecía sacado de film hindú ignoraba que en esa familia y dentro del mismo templo aun había un pequeño demonio sin bautizar mascando su chupetín rojo, ajena a esas vainas de agua bendita y flores de azar.
Tiempo después mi hermana La Achilenada vino con sus manías de hippie a reclamarle iracunda a mis padres por haberlas bautizado de católicas a los 13 años, si a esa edad vivían atemorizadas por las monjas del colegio.
¡¿Pero si tu misma me lo pediste y hasta lloraste insistiendo por el bautismo?! -Gritó mi padre al borde del infarto.
“Claaaro y desde cuando una niña sabe lo que le conviene! Eh?”- respondió mi hermana con mofa.
Mi padre se quedó frío ante esa respuesta acompañada por la cara de palo de mi hermana ya adulta ( el pobre ignoraba que de esas respuestas tendría a montones el resto de la vida ). Al parecer toda su filosofía de familia democráticamente organizada se venía abajo; pero como mi padre es terco, a los dos días se topó conmigo y mi triciclo destartalado dando vueltas por el patio, persiguiendo alguna libélula desprevenida.
- ¡A ti solo te bautizamos cumplidos los 18, así que nada de insistir antes! porque según tu hermana a los 13 ustedes aun siguen mulas!- y siguió pintando su nuevo tablero de ajedrez.
Yo abrí los ojos bien grandes y me quedé callada, acababa de ver una libélula quietecita detrás de su cabeza y la quería para mi frasco.
A mi no me interesaban los asuntos del bautismo, porque ya me daba hasta vergüenza pedir ser bautizada a los 8 años y entrar caminando a mi propio bautismo, eso si hubiera sido abochornante. Yo había resuelto que el día que me casara me harían todos los sacramentos juntos, cosa que así me borraban el pecado original y de paso todos los pecadillos que planeaba acumular hasta mis 30- que era la edad en que planeaba entrar de blanco a la Iglesia. Yo estaba muy feliz pensando que podría comerme todas las golosinas sin tener que compartirlas, cortarle el cabello a la Barbie de de mi prima la petulante y romper las ventanas del vecino, con afán pederasta que me molestaba cada vez que salía a comprar. Así que el bautismo retrasado significaba para mi un periodo de gracia con carta blanca, para poder disfrutar de lo que los otros llamaban injustamente “pecado”.
Me cuidé bien de no terminar en el colegio de monjas de mis hermanas, porque tenía temor a esos cuervos con hábito que hacían rezar de rodillas afuera de la clase; pero llegada la adolescencia me hacía sentir diferente que todas mis amigas ya hubieran pasado por los tormentos de los 3 sacramentos y yo aun seguía “Morita”. Claro, había aprendido a superar ese miedo que me inculcaba la abuela, de que los Moritos no van al cielo si me mueren, porque en el fondo yo si quería morirme y andar paseando como fantasma por toda la casa y jalarle las patas en las noches, a aquellos que decían que no iba a lograr ser nunca un angelito en el cielo.
Además eso de terminar en “el limbo”, me sonaba a invitación para ir a una sala con ecos en donde podría jugar largamente, sin que ningún barbón con túnica blanca y arpa arrosquetada, me instara a portarme bien, o a tener que leer esas historias en donde la gente mataba a sus hijos par ser fiel a un tal tío Yavé que andaba desparramando plagas o convirtiendo en estatuas de sal, cada vez que le daba la chiripiolca contra sus mascotas bípedas “hechos a su imagen y semejanza”.
Un día se infiltró una monja argentina al colegio, tenía los ojos celestes mas lindos que había visto y cuando cantaba, una voz de verdadero ángel; pero apenas se le acabó la sonrisa y las anécdotas de que llegada al Perú, todos los “cholitos” le decían “jelou, uan dolar” pensando que era gringa americana y con plata; le salió el discurso usual que me mantuvo atemorizada los 5 años de secundaria, de que a aquellas que no se habían confirmado “irían al infierno a sentir el rechinar de dientes de los pecadores”. Así que media clase aterrorizada por esa imagen de desgastar el esmalte dental a punta de tormentos donde “el tío Sata”, se terminó de confirmar en la fe de Cristo a los 16 años; mientras yo, tenía pesadillas con diablos de ojos azules que me invitaban a bailar tango en los fuegos eternos con el ritmo de dentelladas al aire.
Ya en la universidad, el paraíso para los que se dicen agnósticos por una cuestión fashion, mi novio me contó que en su colegio los hacían tener retiros de 2 días, cada cierto tiempo para reflexionar sobre sus pecados. Yo pegué el grito en el cielo ¿Qué pecados se tiene a los 12 años? Probablemente sentir que odias tus padres, ganas de masturbarte a diario y haberte fumado un cigarro a escondidas. No entendía porque eso tenía que hacer sentir culpable a un niño.
Eso confirmó mi odio a la intolerancia de los curas y sus normas desfasadas; aunque, siempre me quedó la curiosidad de que se sentía el confesarse ante alguien y ser tan inocente de creer que al sacar esas culpas fuera de ti eras perdonado y eras absuelto hasta el día que volvieras a meter la pata.
A veces yo quisiera confesarme y que me den una penitencia muy grande a cumplir para luego sentirme libre de toda culpa o remordimiento; pero es inútil, creo que una necesita perdonarse a si misma para poder vivir a gusto, no importa a quien se lo digas, lo necesario es saber que tus errores son absueltos en tu propio corazón.
De pequeña yo tenía una amigo imaginario, lo vi en un cuadrito que se quedó colgando en el cuarto de mis hermanas. Me cayó bien el tipo porque se veía flaco, barbudo y pelucón como John Lennon. Me dijeron que era Jesús, pero yo no les creí, porque para mi el tal Jesús andaba siempre crucificado y en shock por la tremenda zarandeada de los romanos y sus costumbres de matarifes. Ese Jesús crucificado me daba cierto miedo, ese si tenía cara de venir a jalarme de las patas si no me bautizaba.
En la pintura el joven de rostro sereno tocaba una puerta y yo me imaginé que era la mía, porque a esa edad yo me sentía bastante sola y ni asi cantara Arroz con leche, nadie tocaba mi puerta para ir a jugar. Así que lo volví mi mejor amigo y le contaba esas cosas que me hacían sufrir por solo pensarlas. Aprendí a ir a la raíz del problema y buscar siempre la razón detrás de cada sensación dolorosa que me oprimía el pecho antes de dormir y que no podía entender.
El tipo me enseñó a perdonarme solita y sin probar hostias, porque en esta vida me decía, “no existen personas buenas ni personas malas, solo circunstancias”. Y como yo era niña le creí.
18 comentarios:
Que alegria no haber sido bautizada...quiere decir que eres de las pocas personas que no han sido llevadas como ovejas a que les echen un poco de agua y los haga parte de esa charada llamada iglesia catolica (o el nombre que tenga la religion en boga)...
Compartimos esa caracteristica y a mi al menos me hace sentir muy bien.
Gracias a mis padres por no haberme condenado jamas a pertenecer a esa sinrazon dogmatica llamda Iglesia.
Saludos
Zarita
Es curioso como ante los mismos problemas, hay mismas soluciones, en los diferentes paises.
Aqui, en España, hubo tambien una reaccion. Bueno, no es del todo exacto, sobre todo en la zona del pais donde vivo, en el Pais Vasco, pero, si que la hubo. Por supuesto, las cosas han cambiado un poco desde entonces, pero todavia coleamos algunos problemas.
Con la proclamacion de la republica en el 31, era evidente que la concepcion tradicional de España (catolica, conservadora, etc..), estaba haciendo aguas. Y la llegada al poder de grupos no catolicos (anarquistas, socialistas, comunistas, etc), lo acabó de hundir. Sobre todo desde que hicieron reformas muy necesarias politicamente, que mas tarde o mas temprano les llevarian a chocar con la Iglesia. Por ejemplo la educacion, la emancipacion de la mujer... etc.
Asi que esta se apoyó en las clases llamadas altas (Burguesia, Ejercito, extrema derecha), y se radicalizó tambien.
Por supuesto, dado que estos fueron los que ganaron la subsiguiente guerra civil, sus puntos de vista fueron los que predominaron. Entre ellos que no se podia entender el concepto de "España" sin asociarlo al Catolicismo, y aun dentro de este, en el extremo.
Hubo excepciones, claro, como en mi tierra, donde los sacerdotes fueron protegidos por la poblacion, y se enfrentaron al regimen. Ya que por aqui se entendia que ser republicano y progresista no tenia que chocar con ser católico. Pero no fue lo comun.
La reaccion fueron 40 años de dictadura, apoyadas por los sectores mas ultras de la iglesia, que impusieron la fe. Claro que hubo protestas, e incluso de sectores que os chocaran. Por ejemplo. Los Jesuitas, llegaron a protestar, diciendo que las conversiones forzosas eran de los tiempos de los Reyes Catolicos, y que ellos preferian educarlos en la fe. O los franciscanos, que tenian un punto de vista mas abierto.
Lo curioso es que la reaccion contra esto surgió dentro de algunos sectores de la iglesia, que comprendian que, la alianza con los sectores de poder les alejaba de sus feligreses.
Y cambiaron. Hombre, por supuesto que la Iglesia no es un Club, donde se hacen las normas, y que hay cosas que no aceptará, pero es cuestion de tiempo que cambie.
A que viene todo esto?. Bueno, es para definir el galimatias que tenemos en el pais desde la constitucion del 78. Hay libertad de culto, pero parte de los impuestos sirven para sufragar a la Iglesia. El estado se deberia ocupar de la educacion, pero la gente prefiere ir a centros religiosos, porque son mas efectivos. La generacion del 75 ha sido educada en libertad, debido a la reaccion contra 40 años de opresion, pero estamos yendo a la iglesia mas que nuestros padres (y esta vez voluntariamente).
Curioso, no?.
Por supuesto, hoy en dia todavia se discute el papel de la iglesia. Por ejemplo, el que la religion sea impartida en los centros del estado(los religiosos son aparte), que la Iglesia quiera revisar el Concordato, que...
Y mas en ciertos sitios. Por ejemplo, en el Pais Vasco esta la cuna de los Jesuitas, de los Javieranos de... y eso se nota.
En cuanto a mi... bueno, la verdad que practicante, practicante no soy del todo. Si, a veces voy a la iglesia, a rezar, pero generalmente es para rezar por los mios. Y nada de oraciones. Un amigo mio, decia que "hablar con Dios no tiene porque estar sujeto a oraciones largas como el Credo; dile a Dios lo que quieras directamente y el lo entendera". Ese amigo mio es un monje Franciscano, el mismo que me dio la primera comunion.
Es la fe de mis padres, donde me bautizaron y donde me educaron toda mi vida. Se que lo que es una educacion extricta religiosa... mi primer colegio era de Curas de estos de "A Dios Rogando y....".
Pero no son lo comun.
Es cierto, estan anticuados y necesitan una renovacion, pero estan cambiando.
Y en cuanto a mi... hablaré con Dios a mi manera, tal como me enseñó un amigo. Desde la bahia si es necesario. A ver si puedo poner un poco de orden en mi vida tambien en ese aspecto.
Vale... se que ha sido largo, pero me siento agusto hablando. Perdon por las disgresiones...
Un saludo de Edem.
En cuanto a que sabe... hombre, yo de pequeño pensaba que sabia a gominolas. Pensaba que eran como los dulces que vendian en las tiendas. Después descubri que la tienda que las hacia para la ciudad... vendia los trozos de las hostias sin consagrar y que no sabia tan mal el pan acimo. Pero que de dulce no tenia nada. XD
Un saludo de Edem.
hablar de religión y politica es un tema de nunca acabar.
saludos
tu hermana esta mal del cerebro
seguro que su manera de pensar va de mal en peor...que se le ocurrira decirle a tu viejo en 15 anos mas?
a mi me bautizaron a los 9, antes de la primera comunion, al padre casi le da ataque
jajaja
Bueno, yo sí soy católica y por propia convicción.
Hablar de religión es un tema de nunca acabar.
Me gustó tu relato. Es tu manera de ver la religión. Es cierto que cada uno es libre de decidir en qué religión estar y todos creeremos estar en la verdad.
A mí me bautizaron a los dos días de nacida porque se suponía que iba a morir (el problema es demasiado largo para relatar) y mis papás, en ese momento, creyeron conveniente hacerlo. No lo hicieron porque querían condenarme.
Aquí estoy. No me tocó morir en ese entonces y no digo que haya sido por el bautizo. Solo no era mía día. Yo lo veo así, en cambio para mis papás: fue un milagro y fueron felices creyendo eso.
Pienso que mientras con tus ideas y pensamientos no le hagas mal a nadie y seas feliz... bien por ti cierto?
*****
(La hostia sabe exactamente igual a las obleas que venden para untarlas de manjarblanco.)
.....casi se me sale el Cipriani que llevo dentro......
....una hostia no cura nada, es el acto de fe, lo que nos motiva a pensar eso, fe, no en un dios ni nadie, fe en las propias cosas que hacemos nosotros, fe en saber si esta bien o mal….. mas que fe puede ser confianza, seguridad y carácter.....
yo siempre fui un pecador, aun con todos los sacramentos encima. q vamos a hacer, si eso de la religion es algo q forma parte de tu formacion, si no tienes fe, esta demas insistir. yo respeto todas las creencias, pero mas respeto al ser humano y lo unico q veo es q las mayores violencias q hay en la actualidad, son por temas religiosos...se asesina en defensa de una fe????? asu, q raros q somos los seres humanos
Why we should care for others? That is a tough one. I could say that
> we have a "herd" mentality where we feel that we benifit from "strength
> in numbers," but I can't honestly claim any expertise there. One
> example that has an evolutionary explanation: we care for our young,
> who are weaker and would perish on their own, to continue the success
> of our species. At any rate, I do not think this mystery is, in
> itself, evidence of the soul or of a God.
>
> LL: It's not that mysterious. Humans who cooperate are more likely to
> survive and to pass on their cooperative tendencies. We are a cooperative
species
> because it's a result of natural selection. Many lower animals also live in
> cooperative groups--including bees and ants, which may be the most
cooperative
> of all. If they don't cooperate, they die.
I guess the mystery (personally, I just take it for granted that I care
for others and leave it at that) is the fact that we "feel" for those
that are close to us, rather than simply being anylitic about the
benifits of cooperation. What puzzles me in particular is the jump to
divinity.
No se que dijo mi amigo gringo arriba, pero toda opinion es valida!. en lo personal tambien fui bautizado cuando chico y realmente no se por que lo pedi, tal vez para recibir regalos como lo recibio un amigo mio por bautizarse, ahora no voy a la iglesia desde q me obligaban a ir por el colegio, menos mal que sali, porque la hipocresia de ese lugar no se si lo ubiera aguantado unos años mas. lucrar con la fe de las personas, pedofilia, riquezas, por favor!!!
siempre he creido que Dios esta en todos lados,en eso creo, no en manipuladas biblias a traves de la historia, en golpes hipocritas en el pecho,
Esta es sola mi opinion, sorry si ofendi a alguien, espero que si me equivoco el de arriba me perdone.
buen articulo, me hizo pensar en algo que por un momento pense olvidado.
jc
Desde luego te dijo la verdad. Al menos la verdad en la que yo creo. La hostia sabe a poco, generalmente. Y más si la comes con hambre. Y se pega en el paladar. Escribo según mis recuerdos y los años en el colegio de los agustinos. Que a la religión se le pasó el arroz hace eones no es ningún misterio. Podríamos dejarnos las yemas de los dedos opinando sobre esto. Un bheso para la blogger transoceánica más implacable que conozco.
que interesante relato,
que tema el de la religion no?
yo prefiero opinar solo por mi, pùes las personas que son catolicas o de cualquier otra religion, tienen el derecho a creer si eso los hace felices,
yo creo en Dios pero no asisto a reuniones catolicas ni evangelicas ni nada,
creo que soy una pecadora que cree y teme perto sobre todi vive, y nunca dejare de vivir porque un libro que no se quien escribio, me lo prohiba,.
creo que Dios no es eso....
besos.....
Saben a papel de arroz. :) Al menos para mi.
Fungus, no todos son lo mismo. Pienso que no podemos generalizar cierto? Hay todo eso que dices pero hay otros que sí trabajan por ayudar a la gente.
Es como si dijeramos que todos los hombres (o mujeres) son iguales.
Laura, has ocasionado todo un foro de discusión! jajaja
Y opino lo mismo que Alves. Es cuestión de fe solamente. (en lo que cada uno quiera)
Para hablar de religión, un blog no es suficiente. Me llama la atención que un recuerdo de niñez haga opinar a tanta gente diferente.
El fondo dno es la religión católica, es cuestión de fe. El bautismo no te da una tarjeta dorada para entrar al cielo, ni te hace un católico exclusivo. Yo no se rezar y desconozco los rituales de la Iglesia, pero creo en esa fe de los seres humanos que pueden creer que una piedra los cura mejor que un médico o que la palabra de un hombre puede hacerlos volver a caminar.
La religión católica está muy desprestigiada, difícil defenderla y la cosa se pone mas difícil con aquelllos que no la practican como dicta la Biblia, o sea que al final son tibios por todos lados.
En este post yo hablo de creer, no en Cristos crucificados y el resto de símbolos que pone cada religión, solamente CREER en ese mensaje común a todos los seres humanos: Amor al prójimo y hacer el menor daño posible. Millones de personas han pensado lo mismo, allá quienes han querido vivir comerciando una idea por demás clara y vital.
Si quieren un foro, inviten café porque dará para rato.
AL POBRE CRISTO LOS ROMANOS LO CLAVARON EN UNA CRUZ CON TRES CLAVOS, LOS CRISTIANOS LE AGREGARON UNO MAS PARA OLVIDARLO EN UNA PARED.
El bautismo no es ir a que el cura te eche agua en la cabeza. El bautismo es querer lavar aquellos aspectos de tí que te dañan o que dañan a otros y esforzarte en encontrar una nueva vida de amor y entrega a los demás. Es esforzarte por unirte a las alegrías y las penas, a los problemas y vicisitudes de los otros y, manifestar esa comunión de sentimientos y pensamientos sintiéndote a la vez unida a ése que se enfrentó a toda ley y moral de su época y, que nos enseñó a aparcar a un lado los egoismos en pro del bien de los demás.
La hostia, en cuanto al sentido del gusto, sabe a oblea y éste sabor varía dependiendo del artesano.
En cuanto al sentido-sentido, en cuanto al sentimiento del alma, la hostia tiene sabor a amor sencillo, sincero, a amor de niño, a amor sano que pese a las dificultades, te invade y te hace ser capaz de procrear más amor aún.
Beso.
Sí, pienso que la conclusión de todo esto Laura es la que escribiste en tu último comentario.
Cada uno que sea feliz con lo que cree y a lo que le tiene fe.
Es linda la organización cristiana. Siempre más política que idealista.
Me gustó eso de agnosticismo "fashion". Pero ahora hay algo más fashion: Pastafarismo. xD
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