miércoles, octubre 18, 2006

Miércoles entre Susurros

Yo despierto y escucho esa canción. Recién ahora tengo ánimo como para volver a oí­r canciones que hablen de amor, pero esta es diferente, la guitarra suena, una baterí­a de fondo, de pronto despierto y algo me hace creer que el mundo está en equilibrio. Es miércoles, el peor de los días, pero yo despierto y siento que todo estará bien. Tengo un sentimiento, una idea, algo rondando en mi cabeza, ya no me siento tan vací­a como ayer. Esa ansiedad que se apoderaba de mi pecho, que no me dejaba terminar de leer, de escribir, de caminar.
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Son las hormonas, me repito, la dieta hipocalórica, el exceso de café. Parece que fuera hambre, pero simplemente es ansiedad. Salgo a caminar, me pregunto a quien podrí­a comentarle esa pel­ícula de humor negro que vi hace unos dí­as, de una mujer que se enamora de un sepulturero y finge su propia muerte para fugarse con él. Seguramente solo le interesará oír la trama completa a algún freak como yo, me rí­o de eso y sigo caminando.

El dí­a tiene un sol precioso, se advierte el viento azotando los árboles y las canciones en los oídos, me siento tranquila, hablando en susurros. Hoy ando mas tranquila que ayer, en que solo pensaba en sexo, sexo por todos lados, en esas ocasiones preferirí­a dormirme, pero decido hacer ejercicio.
Avanzo aceleradamente en la máquina como un hámster loco, luego abdominales, después patadas. Es una rutina estúpida, pero me deja la mente en blanco, hasta quedarme tirada en el suelo de madera soñando con flores cayendo del techo, con una cascada transparente, con sonidos naturales, las paredes caen, las ventanas se abren, estoy en medio de un bosque...

Y de nuevo el sexo.
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Pienso en Ruffalo y esa escena de sexo a oscuras "In the cut", me encantó ver como se trasladaba la cámara en esa película, hasta volverte cómplice. De pronto me doy cuenta que desde los 13 años no me sentí­a atraí­da sexualmente por ningún actor de cara bonita. Este tipo no tiene cara bonita, solo tiene un atractivo animal.
Probablemente eso sea lo que necesito, pienso y la imagen de Mariano se me viene a la cabeza. El bosque, la fuente con el arco iris al caer la tarde, la forma que tiene de pronunciar Rioja arrastrando la R hasta hacer silbar las palabras.
Podrí­a hacer una pelí­cula de ese tipo, moverí­a la cámara rápidamente, con planos secundarios y mostrando solo la mitad del rostro.
¿Por qué nunca muestras el rostro en las fotos? Es la pregunta que me han hecho. Me gusta jugar- respondo rápidamente, luego me doy cuenta que es la verdad. Me gusta jugar a mostrar solo fragmentos del cuerpo, a fotografiar mis pies.
A quitarme la ropa.
¡Vaya! Me siento en el piso y pienso en ir a comer algo, mi comida saludable, ha estado sabrosa, pero me deja con hambre. Solo puedo pensar en sexo y una torta de chocolate. Camino un rato mas por la casa antes de bañarme, me veo en el espejo cuadriculado, que cubre la mitad de la pared y me desvisto lentamente.
No deberí­a estar sola, pienso. Es un desperdicio. Luego me rí­o de mi propia petulancia, ¡Que puedo hacer? A veces me gusto a mi misma. De niña pensaba que un hombre vivía dentro mí­o, me gustaba verme, tocarme, mi cuerpo era un regalo- pero me hacía sentir mal. Complejo de culpa- me parece oí­r de la boca de cualquier psiquiatra.
Durante el viaje comencé a buscar ropa árabe, pañoletas, turbantes, me fascina la idea de vivir como en Las Mil y una Noches. Entramos encorvadas a esa tienda donde habí­a incienso y música hindú, con toda esa ropa extraña colgando desde el techo y dificultando la visión del turco que atendí­a al fondo, vestido de blanco y con un alto turbante como algún personaje de historieta.
Mi hermana y yo reí­mos, pues nos sentimos en casa, todos allá­ son ojerosos y con la nariz que caracteriza a la familia. El cabello rizado, la sonrisa constante, igual que en casa. Las mujeres nos muestran los velos, todo es demasiado brillante, hasta que lo veo. Ahí­ esta. Es esa indumentaria bordada con monedas pequeñas para que suenen cuando se baila moviendo la cadera. La compro sin preguntar el precio. Mi hermana se rí­e de mí­, no puede creerlo.
Ahora frente al espejo me amarro ese trapo- que no sé ni como pronunciarle el nombre- a la cintura y me pongo el velo. Solo con la ropa interior y el velo, bailo hasta que me duelen los muslos. Es mejor terapia que las patadas al aire o los abdominales, bailar siempre ha sido mi mejor terapia para olvidarlo todo.
De nuevo pienso en sexo, pero ya es hora de bañarse.
Entro a la ducha y dejo que se lave cualquier recuerdo de mi mente y de mi piel, solo queda en mí­ la canción que me despertó en la mañana y una idea difusa de que todo estará bien. Es un miércoles cualquiera y yo trato de vencer mis mareas hormonales, la ansiedad, los recuerdos del viaje, cualquier demonio que no me deje caminar en paz.

15 comentarios:

Enzo dijo...

Y, yo, hace tiempo que no lo hago... Cuando era niño y empezaba a germinar en mis testículos, consideraba la situación, ni siquiera pecaminosa; simplemente algo que pasaba desapercibido para mis hormonas... Hasta que caí en los portentosos y dorados muslos de la Stone. Cruzando mi imaginación húmeda para descubrir mis, hasta entonces, desconocidos instintos básicos...

Anónimo dijo...

No hay nada mejor que mimarse y sentirse a gusto con una misma ;)
Beos.

ArT dijo...

Deberías considerar la idea de escribir guiones de películas eróticas. No se si a otros les hará tanto efecto como a mi.

Laura Martillo dijo...

No sé que tanto efecto pueda causar un texto simple en ti, pero asumo que leíste la versión llena de faltas ortográficas, sin editar.

Hubiera preferido una versión del post de la casa vacía, la música adecuada y la cámara avanzando desde diferentes ángulos, probablemente pondría las parte de recuerdos del viaje en blanco y negro con una cámara móvil que parezca escondida.

No sé, solo ideas.

junio dijo...

Al menos a ustedes se les notan menos las ganas... yo a veces estoy en la oficina y no se como ocultar la erección...

Angel Castillo Fernández dijo...

...mejor piensa en las flores y en los pajaritos, como yo.

XYZ dijo...

sexooo?? woooww!!si te entnegoo jajajajjajaajj xD... piensa en nose... por que piensas en sexo? :D

Carlox dijo...

alfred molina haciendo el rol del sepulturero que intenta recuperar al amor de su vida. la voy a poner en mi lista para verla nuevamente.

¿sexo? ¿deseo? ¿ansiedad?
nunca sé lidiar adecuadamente con esas cosas.

Anónimo dijo...

Morbo Porno...
Ésta es de Ataque 77. La relación "teta - culo" para el hombre entre 20 - 35 y soltero... es terrible. Y debe serlo también para la mujer supongo, pero con otras variantes claro. Vaya que SOMOS humanos hombre y mujer, ya me creía eso de "señorita de la PUC y con estudios de Derecho", jajaja. Chiauuu.

TINTA DEL CORAZON dijo...

¡Deja de engañar a tus hormonas!
Sorprende a algún amigo..

El Chukustako Tiroleiro (¡ajua!) dijo...

lo del baile frente al espejo valio la pena leerlo ;)

saludos y pues ojala algun buen tipo tenga suerte de cruzarse en tu camino estos dias.

Marea dijo...

Demás está decirte que en esos momentos de arrechura una corridita no le cae mal a nadie y nadie sale herido. Me hiciste fantasear con un encuentro choque y fuga.

Anónimo dijo...

Ja! Vaya que causas revuelo en algunos lectores... Ya que mencionas "Las mil y una noches", apareces como Schehrazada, un relato tras otro y los demás espererando como el sultán: entusiasmados por el siguiente post. Saludos.

Laura Martillo dijo...

Cristopher Walken estuvo genial en su papel de loco, como siempre. probablemente uno de mis actopres favoritos.




JC. debo confesar que ataque 77 me resulta detestable, por decir lo menos.





Ja! No, gracias. Ningún amigo vale la pena como para lo que yo quiero hacer.






Chukustako: No pretendo salir de casa, una cosa es pensar en sexo, otra hacerlo.





Marea: jaja me hace reir lo de corridita...






Enrique: un gusto verte por aquí. ¿tu crees? es que la gente pioensa que solo hablo de sexo...ja! A veces tambien pongo imágenes.






Por cierto June:
¿por qué carajo tenía que enterarme de eso?

Mamá de 2 dijo...

Precioso...

La Cita

  Su voz es del color del sol, se ha acercado  con paso seguro  sin prisa a la mesa donde sorbo un te del que apenas detecto que es de frut...