Ya es 28 de Diciembre, el tiempo pasa rápido, todas las cosas que pensaba hacer se han quedado a medias. Pienso que los cuentos que aun no he escrito y las cosas que aun no he guardado en letras, tienen su razón de ser. Cada cosa, evento y persona busca su propio tiempo para salir a la luz. Tal vez las condiciones no sean las mas adecuadas, entonces, será tiempo de guardar los libros, las notas de prensa, los cuentos a medias y dejarlos dormir, hasta que hallen su momento de salir a la luz.
Pensé que no terminaría el blog, sin antes contar una pequeña historia de viaje, que tomaría varios capítulos. Hoy ya es 28 y no hay tiempo para poner sobre la hoja en blanco los símbolos que narran ese viaje y las aventuras que aun cargo entre los dedos.
Cuando volví pensé mucho en la niña Lorena y su historia de infantiles infortunios. Pensé en como una niña tan contenta y de visión tan ingenua había cambiado hasta que finalemente creció y se olvidó de sí misma.
La historia mas que contar solo eso, trataba de explicar, a mi principalmente, los hechos que en su momento son casi intrascendentes y que terminan formando la personalidad de alguien para sus años poteriores.
Así, le cambiarán el gusto de figurar y aparecer en público, al darse cuenta que mas que beneficios, el ser conocida solo le traerá desgracias y malos ratos. Al terminar la secundaria y entrar a la universidad es obvio que ella no volverá a figurar públicamente y todo lo contrario, buscará desaparecer entre el gris de las paredes, para no volver a los problemas de siempre con la gente que busca ver siempre la manchita en la ventana cerrada, en lugar de dedicarse a contemplar todo el paisaje.
La historia de la niña Lorena era en buena cuenta mi historia y la de todas las personas de mi infancia y posterior adolescencia, pero rememorar cada hecho del pasado traería a mi corazón un diciembre entre triste y melancólico, de historias sin terminar y viejas rencillas contra molinos de viento, así que preferí olvidar la historia y dejar que Diciembre se llenará solo del olor a brisa de verano y de la fragancia de las frutas frescas. Supongo que habrá un momento para la historia de Lorena, la colegiala; mientras tanto yo seguiré escribiendo sin mirar mucho a ese pasado que no tiene solución.
Ya es 28 de Diciembre y tenía tantas cosas por escribir, que ahora solo pienso en que haré con ellas luego. Si volverán al viejo diario, si permanecerán en el olvido, si desaparecerán para siempre.
A mi me gusta escribir pero no me agrada ser blogger. Cuando escribes para material impreso, nadie pone sus comentarios diciendo lo que opina. La gente lee, observa, lo saborea, lo ignora, pero nadie viene a querer modificar lo que escribiste ni a sugerirte el final de una historia, ni el cambio de nombre a un personaje, ni una impresión personal que no contribuye en nada. A lo mucho deja un comentario objetivo al correo, para mejorar la estructura del texto o las faltas ortográficas. Eso ayuda mucho a quien escribe, no busca figuración alguna.
Es como cuando ves un cuadro surrealista. No vas y le pides explicaciones al pintor de que quiere decir tal o cual figura, por qué le puso determinados colores, porqué no le cambió tal o cual imagen. Uno observa el cuadro, lo interpreta a su modo y se calla. Sería poco ético sugerir cambios a algo que pertenece absolutamente a su autor; a lo mucho puedes decir que no entiendes un carajo de lo que significó la pintura y no volver a la galería nunca más.
A mi me gusta escribir y cuando escribo en tono de artículo de revista, recibir los comentarios y leerlos. Las veces que soy mas intimista, prefiero anular la opción u obviar los comentarios que dejan, pero a la gente se le queda la costumbre de escribirte al correo cuales fueron sus impresiones y la relación que tien tu post con su propia vida, aunque a una no le interese saberlo.
Un diario intimista, suele confundirse con una revistilla, tanto para el lector como para quien escribe, ese es un riesgo grande cuando se hace un blog. Te quedas sin intimidad, pues la gente empieza a opinar a partir de hechos tan pequeños, que ya es inútil explicar nada. Obviamente, si se atreven a opinar acerca de lo que no saben, como si fuera su propia vida, ya toda explicación es inútil. Bien dicen que la ignorancia es atrevida.
Creo que fue Borges el que dijo que Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído, me pregunto ¿a quien leerán los señores anónimos?
Hay gente que se la pasa leyendo blogs, otros que se pasan la vida escribiéndolos ¿quién puede sugerir tenre mas vida al otro? ¿El que hace bilis con escritos ajenos o quien se dedica a vivir para poder escribirlo luego?
Es 28 de Diciembre y el tiempo se acorta irremediablemente, me faltan algunas cartas y cumplidos antes que comience el nuevo año, luego, ya veremos que ocurre.
De Paranoia, Soledad, Amor y otras cosas que perfuman a la mujer hasta hacerla apetecible, abominable y unica....por suerte.
jueves, diciembre 28, 2006
La Cita
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