Yo he vuelto a las viejas lecturas, a quedarme en la cama tapada por el cobertor azul, viendo atardecer en nubarrones grises por la cortina entreabierta, avanzando hoja a hoja por libros maravillosos, rodeada por paisajes de una Europa distante, de un Japón de post guerra, de un Marruecos agitado; soñando igual que cuando era mas chica, porque solo en un libro me permito soñar olvidándome de mi cuerpo, de mis ojos y mis manos frías. Solo dentro de un libro dejo de ser yo y desparece la gente, toda la gente que ya no está, que ya ha dejado de estar, entonces entierro mis fantasmas y avanzo sin miedo.
Y me vuelvo a encontrar en algunos pasajes al inicio de las “Travesuras de la Niña mala”, en esos pasajes ocultos de “Rosario Tijeras” y me comienzo a preguntar porque me identifico solo con las mujeres que se acuestan con todos y que parecen no amar a nadie, solo siguen avanzando de vez en cuando con un cartelito en el pecho que diga “puta”; pero no es por el sexo que lo hacen como se podría pensar en esa primera impresión facilista, es mas que eso, es esa visión de la vida que yo comparto, en que el aprendizaje que perdura realmente es el que se da a través de las personas… de todas esas personas que amamos. Es como se aprende la vida, un poco con amor y casi siempre con golpes.
Sin embargo, este no es un acto cerebral en mi como debería serlo, una voluntad que me haría esperar ser una Sarah O´Connor que se acuesta con varios hombres para aprender de todo. No, si fuera así todo sería mas fácil. Si fuera así jamás lloraría ni sentiría el corazón desgarrarse y ese hueco en el estómago, o esa languidez en el cuerpo de quererse morir por ese dolor indefinible que va hacia todas las esquinas del cuerpo, cuando una relación se acaba.
Si pues, si fuera un poco mas cerebral, no dolería tanto.
Soy una especie de romántica hippie, que cree en ese sentimiento tan vapuleado llamado amor. Soy tan ingenua que creo que se da, que existe y que vale de vez en cuando perder un poco de piel por él. Pero me cuesta creer que se pueda amar a una sola persona el resto de la vida, que no me volveré a enamorar una y otra vez, que debo renunciar a eso, que debo apartar la vista como si fuera pecado. Que debo seguir forcejeando por un amor que ya no lo es, hasta terminar los días juntos y en el mismo lecho.
Me cuesta trabajo pensar que debo renunciar a conocer a alguien en profundidad, si siento que me he enamorado de pronto; porque en esta sociedad eso está mal visto y me condena a ser una especie de “pendeja” por admitirlo como una posibilidad.
Me cuesta creer que no me enamoraré de una mirada de alguien a quien no volveré a ver jamás, que debo renunciar a enamorarme mientras camino de la cafetería al parque de alguien que puede mostrarme el mundo desde una óptica diferente, de alguien de quien puedo aprender…Que debo cerrar los ojos, porque es mejor aprender dentro de un libro, mejor si escuchas historias ajenas, mejor si no te sales del molde. Mejor si creo en esa tonta excusa que entre hombres y mujeres puede existir la amistad solamente. Y si admiro a alguien, si siento deseo? Si mi pareja puede irse a la cama pensando en ejecutiva de ojos verdes que conoció durante el día, acaso soy un maniquí por no sentir lo mismo por el hombre que me enseña sobre arte?
Mi padre suele decir que si él resucitara- algo en lo que no cree- volvería siendo mujer y se haría puta. La gente se ríe, pero yo entiendo el punto detrás de la broma ácida. ¿No es acaso el amor la única vía de aprendizaje del mundo que nos rodea? No es el mundo propiedad de aquellos que aman en libertad, sin ponerle bozal a su deseo de dejar lo monógamo y antinatural, por ir a conocer el mundo real bajo la piel de otro alguien, arañandole el corazón y lamiéndole el alma? Si pues, los hombres quieren volver convertidos en putas y las mujeres en hombres
Yo hubiera preferido nacer hombre, así podría amar y abandonar pasada la noche de desenfreno con total desparpajo, podría amar a quien sea y no sentir culpa por hacerlo con cierta frecuencia; podría volver al lecho de mi esposa y sentir que allí es el hogar seguro, mientras pueda darme una escapadita de vez en cuando al mundo de esos abominables y apetecibles seres, objetos de nuestro afecto. Pero nací mujer y siento como mujer, con demasiada sensibilidad, con demasiada pasión y algunas veces con ese afán posesivo de querer recibir igual como doy; no me imagino siéndole infiel al hombre que ame, hacerlo pasar por ese martirio…más tampoco me imagino que ese amor podría durar toda la vida.
Se que ese amor se transformaría, que se haría mejor tal vez, que podría llegar a tener esa relación de compañeros que une a mis padres casi 40 años de vida marital ininterrumpida. Pero no me apeteció tenerla cuando pude, porque no me imagino vivir la vida unida a alguien, en un solo acto de principio a fin; porque prefiero las sucesivas muertes y resurrecciones a través de las personas que ame…porque en fin, soy mujer y siento y pienso y deseo con la libertad no de un maniquí bonito que se llevarán un día al altar, sino de mujer solamente…y eso para algunos puede que les suene ordinario, pero ya que importa.
“Estás perdiendo tu valor, Rosario Tijeras” me dijo él una vez cuando apenas comenzábamos y a mi me pareció esa comparación con la protagonista del libro del mismo nombre, demasiado grande. Me he encontrado de vez en cuando en la protagonista de “Delirio”, atándole los zapatos al hombre que aun no admite amar, en sus cambios de ánimo violentos y su depresión inexplicable…pero no, también es demasiado grande. A veces en pasajes de “Once Minutos” la única de Coehlo que me pareció algo real, aunque volviera a su técnica archiconocida de narrar en primera voz femenina. Me he encontrado en muchas mujeres, pero la mayoría son mujeres de muchos hombres, que dicen sentir como hombres y que me parecen ser mas mujeres que cualquiera. A quienes la vida duele mas, porque se arriesgan a eso, a lo que las demás tememos como un pecado. A lo que los demás repudian como una vergüenza. Mujeres que son para amar, pero jamás para llevar al altar.
“Voy a escribir sobre ti, es imposible no amarte”, me dijo alguien una vez y yo me reí incrédula, ante esa oferta demasiado pomposa que no venía al caso. Aún no sabía que tiempo después me tendría que escudar tras un nombre como Laura Martillo para escribir yo misma sobre lo que siento y pienso; escribiendo los capítulos inconexos de una historia sin final feliz.
Y me vuelvo a encontrar en algunos pasajes al inicio de las “Travesuras de la Niña mala”, en esos pasajes ocultos de “Rosario Tijeras” y me comienzo a preguntar porque me identifico solo con las mujeres que se acuestan con todos y que parecen no amar a nadie, solo siguen avanzando de vez en cuando con un cartelito en el pecho que diga “puta”; pero no es por el sexo que lo hacen como se podría pensar en esa primera impresión facilista, es mas que eso, es esa visión de la vida que yo comparto, en que el aprendizaje que perdura realmente es el que se da a través de las personas… de todas esas personas que amamos. Es como se aprende la vida, un poco con amor y casi siempre con golpes.
Sin embargo, este no es un acto cerebral en mi como debería serlo, una voluntad que me haría esperar ser una Sarah O´Connor que se acuesta con varios hombres para aprender de todo. No, si fuera así todo sería mas fácil. Si fuera así jamás lloraría ni sentiría el corazón desgarrarse y ese hueco en el estómago, o esa languidez en el cuerpo de quererse morir por ese dolor indefinible que va hacia todas las esquinas del cuerpo, cuando una relación se acaba.
Si pues, si fuera un poco mas cerebral, no dolería tanto.
Soy una especie de romántica hippie, que cree en ese sentimiento tan vapuleado llamado amor. Soy tan ingenua que creo que se da, que existe y que vale de vez en cuando perder un poco de piel por él. Pero me cuesta creer que se pueda amar a una sola persona el resto de la vida, que no me volveré a enamorar una y otra vez, que debo renunciar a eso, que debo apartar la vista como si fuera pecado. Que debo seguir forcejeando por un amor que ya no lo es, hasta terminar los días juntos y en el mismo lecho.
Me cuesta trabajo pensar que debo renunciar a conocer a alguien en profundidad, si siento que me he enamorado de pronto; porque en esta sociedad eso está mal visto y me condena a ser una especie de “pendeja” por admitirlo como una posibilidad.
Me cuesta creer que no me enamoraré de una mirada de alguien a quien no volveré a ver jamás, que debo renunciar a enamorarme mientras camino de la cafetería al parque de alguien que puede mostrarme el mundo desde una óptica diferente, de alguien de quien puedo aprender…Que debo cerrar los ojos, porque es mejor aprender dentro de un libro, mejor si escuchas historias ajenas, mejor si no te sales del molde. Mejor si creo en esa tonta excusa que entre hombres y mujeres puede existir la amistad solamente. Y si admiro a alguien, si siento deseo? Si mi pareja puede irse a la cama pensando en ejecutiva de ojos verdes que conoció durante el día, acaso soy un maniquí por no sentir lo mismo por el hombre que me enseña sobre arte?
Mi padre suele decir que si él resucitara- algo en lo que no cree- volvería siendo mujer y se haría puta. La gente se ríe, pero yo entiendo el punto detrás de la broma ácida. ¿No es acaso el amor la única vía de aprendizaje del mundo que nos rodea? No es el mundo propiedad de aquellos que aman en libertad, sin ponerle bozal a su deseo de dejar lo monógamo y antinatural, por ir a conocer el mundo real bajo la piel de otro alguien, arañandole el corazón y lamiéndole el alma? Si pues, los hombres quieren volver convertidos en putas y las mujeres en hombres
Yo hubiera preferido nacer hombre, así podría amar y abandonar pasada la noche de desenfreno con total desparpajo, podría amar a quien sea y no sentir culpa por hacerlo con cierta frecuencia; podría volver al lecho de mi esposa y sentir que allí es el hogar seguro, mientras pueda darme una escapadita de vez en cuando al mundo de esos abominables y apetecibles seres, objetos de nuestro afecto. Pero nací mujer y siento como mujer, con demasiada sensibilidad, con demasiada pasión y algunas veces con ese afán posesivo de querer recibir igual como doy; no me imagino siéndole infiel al hombre que ame, hacerlo pasar por ese martirio…más tampoco me imagino que ese amor podría durar toda la vida.
Se que ese amor se transformaría, que se haría mejor tal vez, que podría llegar a tener esa relación de compañeros que une a mis padres casi 40 años de vida marital ininterrumpida. Pero no me apeteció tenerla cuando pude, porque no me imagino vivir la vida unida a alguien, en un solo acto de principio a fin; porque prefiero las sucesivas muertes y resurrecciones a través de las personas que ame…porque en fin, soy mujer y siento y pienso y deseo con la libertad no de un maniquí bonito que se llevarán un día al altar, sino de mujer solamente…y eso para algunos puede que les suene ordinario, pero ya que importa.
“Estás perdiendo tu valor, Rosario Tijeras” me dijo él una vez cuando apenas comenzábamos y a mi me pareció esa comparación con la protagonista del libro del mismo nombre, demasiado grande. Me he encontrado de vez en cuando en la protagonista de “Delirio”, atándole los zapatos al hombre que aun no admite amar, en sus cambios de ánimo violentos y su depresión inexplicable…pero no, también es demasiado grande. A veces en pasajes de “Once Minutos” la única de Coehlo que me pareció algo real, aunque volviera a su técnica archiconocida de narrar en primera voz femenina. Me he encontrado en muchas mujeres, pero la mayoría son mujeres de muchos hombres, que dicen sentir como hombres y que me parecen ser mas mujeres que cualquiera. A quienes la vida duele mas, porque se arriesgan a eso, a lo que las demás tememos como un pecado. A lo que los demás repudian como una vergüenza. Mujeres que son para amar, pero jamás para llevar al altar.
“Voy a escribir sobre ti, es imposible no amarte”, me dijo alguien una vez y yo me reí incrédula, ante esa oferta demasiado pomposa que no venía al caso. Aún no sabía que tiempo después me tendría que escudar tras un nombre como Laura Martillo para escribir yo misma sobre lo que siento y pienso; escribiendo los capítulos inconexos de una historia sin final feliz.
13 comentarios:
No andaba muy equivocado... a medida que pasa el tiempo, es muy dificil. Eres de las pocas mujeres, incluso mi madre, que me han abierto tanto su alma y su corazon. Que me han mostrado su vida, sus echos, sus pasiones, sus amores. Y quieras que no, eso liga. Liga mucho. Poco tiempo llevo por estos lares, pero parece que te conozco de toda la vida. Y te digo sinceramente, que lamento no haberte conocido antes, que lamento que no hayas sido mi vecina, o que estuvieras cerca. Iria a conocerte sin dudarlo.
En cuanto al amar... no lo tenemos facil Laura, y menos los hombres. Y no me refiero al sexo, eso viene por añadidura al amor, sino al amar. Estoy seguro que, en el 70 por ciento de los casos, si quieres conocer o amar a alguien, en un bar por ejemplo, tu saldrias con el. Yo tendria un 10 por ciento y eso tirando a lo bajo de salir con una mujer.
Si, es verdad, dicen que las mujeres son mas pasionales, que aman mas que los hombres, que en el fondo, somos mas infieles que vosotras.Y es que no se estila que un hombre sea pasional. Creeme, lo se. Cuando empecé a escribir poemas de amor a las mujeres, mis amigos pensaron que estaba loco, o pensaron otra cosa, quizás. Cuando vieron que puedo amar a una mujer, me quiera o no, y que puedo amarla intensamente, no me creen, o piensan que me falta "un tornillo". He amado a pocas mujeres, pero las he amado intensamente. No creo que puedan decir lo mismo mis amigos, y ellos si han salido con mujeres.
Si, es verdad, puedes amar y conocer a alguien nada mas verlo. Puedes desear saber que será de su vida, que pasaria si tu entraras en ella, etc. Enamorarizo, nos llaman.
Cierto, es verdad que los hombres queremos reencarnarnos en mujeres, y en mujeres putas.Pero ser hombre no es facil, no creas Laura. Por la sociedad, una mujer puede ser mas intensa, mas pasional, y que no le pase nada. Pero eso es mas un problema social, donde el hombre puede hacer lo que quiera con las que quiera, y la mujer se espera de ella que no. Ahora no tanto, claro, ya que estamos intentando conseguir la igualdad. Y digo estamos, porque yo la verdad, quiero una compañera, no una esclava. Quiero esa alma gemela que es una copia de la mia, no alguien obligado por la sociedad.
Quiero alguien que me ame y me quiera, que es pedir mucho y pedir poco al mismo tiempo.
Y creo que tu quieres lo mismo, lo que no te convierte en nada raro, solo en un ser complejo y humano, como todos.
Un saludo de Edem.
Lo que me ha enseñado la vida es que no debemos reprimirnos, si quieres hacer algo, hazlo, no importa el que dirán, así sea bueno o malo, hazlo. Si quieres amar, ama, si quieres odiar, odia, si quieres llorar, llora, pero contenernos no es bueno. Suerte.
saludos
uyyy no, los hombres tambien sufrimos
si te contara las veces que me tire sobre la mesa a llorar horas porque me mandaron a la porra sin haber hecho nada malo
no tiene nada de malo enamorarse en 2 segundos...yo he sido un enamoradizo empdernido...pero no tenia suerte, hasta que encontre a Clau...
y con ella no me enamore a los 2 segundos, me enamore a las 2 semanas, y me parecio increible, que me enamorara de ella, porque segun yo, tenia un estereotipo de mujar, y ella no cuadraba
cuando llega... llega... no importa lo que los demas digan, y te daras cuenta cuando el afortunado te entienda, te comprenda, pero por sobre todo no te haga PROBLEMAS por tonterias.
un abrazo
o mejor 2
--->Edem:
no, pues no nos convierte en nada raro; pero esa búsqueda es dolorosa siempre.
Yo tambien lamento no ser tu vecina, termendas cenas mirando al mar que hubiéramos hecho! jaja Ay Edem, rica la honestidad que no hiere no?
--->Novivo:
Hacer lo que se le antoje...es fácil decirlo cuando se está de la otra orilla. Reprimirse, no creo que sea la palabra, es mas bien hacerse de piel dura frente a lo que piense el resto. es romper el paradigma que tenemos de niños, de la mujer inmaculada y perfecta y tambien por que, no? Temer y odiar a esas mujeres que te confiensan son tan enamoradizas como los hombres.
--->Alfredo:
Cada uno de tus comentarios siempre me hace sentir entre amigos, gracias.
Y si, cuando llega llega y arrasa con todo sin peros ni obstáculos. cada vez que leo tu blog me siento feliz de ese amor entre tu y tu señora, a veces hasta se me escapa mi lagrimita.
que diferencia entre un amor y otro verdad?
como algunos amores pueden ser tormentosos y sufridos,
y otros pueden ser delicados y sentimentales,
cuales haran mas feliz,,,
quisas los dos, quisas ninguno,,,,
creo que hombres y mujeres sufren por igual,,,,,
siempre crei que los hombres no se enamoraban,
cuando uno se anamoro d emi, la inamdurez nos separo,
quisas ahun nos amemos o talevz nos amaremos siempre, quien sabe,,
pero creo que si , que los hombres aman y sufren, igual o a veces mas que una mujer,,,,,
yo he sufrido por amor, y eso me ha echo mas sensible a este mismo,,,,
muchas felicidades
por amar asi,,,
y garcias por permitirme sentir con tus palabras...
Cómo perderme uno de tus posts Laurita!
Con cada uno me siento algo identificada y siento que te conozco de mucho tiempo atrás. Que somos amigas íntimas y compartimos nuestros secretos y vivencias.
Sufrir por amor??? ufff muchas veces. Aunque una se recupera, al recordar, vienen esos tristes sentimientos pero la vida sigue.
¡Qué haríamos sin el amor!
Quien te dice que un hombre no puede sentirse vacio despues de cada noche de sexo? se siente la panza hueca, las piernas molidas, la dureza que agarrota, la incognita de haber sido utilizado, el pecho que palpita, una sensacion de culpa por tener que fugar a otros brazos,en fin, la sensación de choque y fuga...si te gusta follar adelante, si te gusta amar, adelante también, ama, goza, toma la iniciativa...
Creo que tu tienes la duda de saber ¿como se que esta persona ES la persona? que en el futuro no encontraré niguna otra que me "llene" más, que me haga senitr mejor, que me muestre una óptica del mundo diferente y más enriquecedora...
Laura, en el fondo esa pregunta se la llegan ha hacer todos. No es buscar y buscar, asi uno no acabaria satisfecho nunca pues nadie es perfecto. Uno debe buscar un complemento, alguien con quien se sienta realizado. Y dejar que las cosas sigan su curso, si es la persona ideal te dras cuenta porque ambos sienten por el otro y podrán ceder, hacer y deshacer por la otra persona.
No es como dicen algunos, reprimirse o liberalizarse al 100%. Todo en esta vida tiene un equilibrio... ya lo encontraras.
--->Abril:
No dudo que los hombres sufran por amor, pero la sociedad es mas benéfica con ellos ante una aventura.
Saludos dulce abril.
--->Diva:
si, me siento igual; existe siempre una complicidad diferente entre los géneros, un entendimiento de mujer que trasciende la lógica y permite hacer íntimas cosas que nos son en pariencia ajenas. tal vez sea el género que hermana o haber pasado por la misma escuela de amor/dolor.
--->Reds:
tomar la iniciativa no es un problema, o eso que mencionas como "follar"/"amar"...es lo que viene despúes; la condena por los ojos propios y los ajenos. Creces de una forma, con valores y límites que hablan de una feminidad pulcra e idealizada...que no tiene que ver mucho con la realidad. Monogamia perdurable? Existe eso?
--->Cloud strife:
Es que eso es a lo que me refiero, uno no va por la vida buscando el complemento ideal, pues eso no existe. Todo es cambiante y dinámico. No creo en esa idea escolar del hombre perfecto para la mujer ideal...o del complemento exacto, en pos del cual tenemos que esperar sentados o buscar sin hacer escándalo.
Todo tiene su equilibrio, es cierto, pero cuanto de la óptica actual está aun nublada por conceptos desfasados que no encajan en una sociedad igual de dinámica y cambiante.
dicen por allí que el aprendizaje se puede lograr sin necesidad de tener muchar relaciones, sino en una sola bien vivida. Ya que en vez de disipar tu energía la canalizas y la fortaleces con alguien que se convierte en ti desde el momento que decides compartir tu vida con ella. Bueno, eso lo escuche de una pareja que tenía como 40 años de casados y le encontre logica tambien.
Eso no mas, me gusto tu post
saudos
Joan M.
Vamos a aspirar al amor ahora que no hay esperanza para lograrlo, por el mero hecho de la poesía.
Y, por qué no, vivamos una aventura de una noche. Intentaremos calmar la envidia de la sociedad con nuestra indiferencia.
Bhesos enviados.
“…………Yo hubiera preferido nacer hombre, así podría amar y abandonar pasada la noche de desenfreno con total desparpajo, podría amar a quien sea y no sentir culpa por hacerlo con cierta frecuencia; podría volver al lecho de mi esposa y sentir que allí es el hogar seguro, mientras pueda darme una escapadita de vez en cuando al mundo de esos abominables y apetecibles seres, objetos de nuestro afecto………….”
Que, así somos?
Donde he estado todo este tiempo?
De repente en Melmac, mi estimado.
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