martes, febrero 21, 2006

Ella y el mar




Yo acostumbro pasar las vacaciones con mi familia, nos alejamos de las playas bulliciosas y ponemos ese gran toldo verde que cubriria un batallon. Luego sobre la arena una lona de colores, sobre ella las toallas de todos, sobre ellas las almohadas de todas las formas y colores estridentes, alrededor las sillas de playa, los sombreros colgando, la sombrilla para los niños y sus juguetes.

Armamos esa pequeña casa de playa decorada como carpa arabe y nos sentamos a conversar, a leer el periodico, a comer uvas frescas y a dormir. Antes de que mis hermanas volvieran a casa y esta se convirtiera oficialmente en la "casa de las Condes..." ( de las condenadas) yo era la unica hija que acompañaba esas vacaciones. Mientras mis padres dormian arrullados por las olas y la brisa marina, sobre sus ocho almohadones pequeños, yo me iba a nadar.

Y nadaba...o me dejaba llevar. Pasaba la tarde en el agua fria, pensando si alguna vez a esa playa alejada llegaria alguien que me acompañase a nadar.

Un dia comence a caminar, pero no rumbo a la playa donde estabas todos sino al sur, donde cada vez habia menos sombrillas y menos carpas, camina por la orilla pensando en todos los sueños que tiene alguien de 19 años en la cabeza. Me aleje tanto que llegue a una playa en donde ya no habia nadie, solo cangrejos colorados y gaviotas que se espantaban a mi paso. Yo y mi sombrero de paja, yo y mi vestido ligero, yo y mis sandalias en la mano. Yo y el calor de las 4 de la tarde.

Todo hizo que quisiera bañarme sola, me deshice la trenza del cabello, me quite el sombrero, el vestido y los anteojos. Yo con mi bikiny azul y mi piel virgen nos metimos al agua salada. Y fui feliz, solo el mar y el cielo, solo yo en la inmensidad de un universo azul...y desee que asi fuera siempre. La libertad del momento hizo que me despojara del bikiny y senti un placer nuevo y salvaje. El mar es un amante maravilloso, las olas rodeando el cuerpo son miles de manos, acariciando las piernas, el pecho,la cintura y la espalda. Era una orgia de piel y agua salada y yo alli completamente feliz, desnuda a pleno dia sin pensar en nadie mas que en mi.


Pero la realidad se aprecio de pronto, cuando en la playa vacia un hombre sentado me observaba, esperando a que saliera. Temor, verguenza, excitacion , fueron sensaciones que se apoderaron de mi estomago. Ingrese mas hasta que el agua me cubriera hasta el cuello, pero el hombre seguia alli, esperando con la paciencia de los que saben poseeran a su presa. Yo sin lentes no veo casi nada, mas que siluetas, sentia miedo, queria nadar e irme. ¿ pero a donde? Entre el mar y el cielo solo quedaba yo y mi destino.

Intentar ponerse el bikiny dentro del agua es una de las cosas mas dificiles que se puede hacer, especialmente cuando el agua te cubre. No podia, todo se hacia nudos, estaba por ahogarme, la corriente arrastraba hacia adentro. Me moria de miedo de solo pensar que ese tipo pudiera entrar al mar y no habria escapatoria...Pero siempre la hay...

Luego de 20 min infructuosos de intentar recolocarme el bikiny, me decidi a salir. Esa es una pesadilla repetitiva en mi: Siempre sueño que estoy desnuda entre la gente y tengo que fingir que no me afecta, sigo hablando y comportandome como si fuera mi opcion el estar calata entre la multitud. Ese dia la pesadilla se cumplio.

Sali con los cabellos revueltos en la cara y los hombros, con el bikiny chorreando en la mano izquierda y con el cuerpo descubierto, como si no me importara. A medida que me acercaba fui viendo su rostro, era un muchacho probablemente de mi misma edad con una gorra amarilla, sentado y abrazado de sus rodillas, al lado de mi ropa. Parecia asustado, ruborizado, no se...a lo mejor se sentia tan nervioso como yo.

Parada frente a el le dije " puedes apartarte de mi ropa?"

El no dijo nada. Yo busque mis lentes y lo vi. Apartaba la mirada de mi. "Vengo aqui a leer ..."se disculpo. Yo no lo escuche. Con los lentes puestos me sentia mas segura, era increible que siguiera desnuda. una situaciuon por demas irreal.

Me puse el vestido delante suyo porque era demasiado dificil intentar lo del bikiny y comence a caminar rumbo a donde debian estar mis padres. Lo admito quise correr, pero algo me detuvo. A veces en la vida es necesario adopatar personajes y ese era el mio. Intente caminar segura con el sombrero tapando mis ojos en contra del sol. Deseaba voltear y saber si me seguia, deseaba saber...pero cuanto orgullo puede reunir el que te vean sin ropa y no se atrevan a tocarte.

Segui caminando, los muslos se herian al contacto con la arena y el agua salada sin secar. Mis pechos se traslucian en el vestido delgado que mojaba mi cabello. Me sentia en un sueño, un sueño que dolia en los muslos y en los pezones endurecidos.

El quedo detras mio, no se atrevio a seguirme y yo no me atrevi a volver en pos de el. Y ese olor a deseo se quedo perfumando la brisa marina, con el cielo cubierto de gaviotas y la arena repleta de cangrejos colorados.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

tal vez el se sintió mucho más incomodo que tú al verte desnuda. pero vaya que si hay que tener valor para hacer algo así!

NAUFRAGATOR dijo...

que osadia. sin anteojos.

Laura Martillo dijo...

Lo peor fue estar sin anteojos, lo admito.

Otoño en Lima

Es lo primero que escribo luego de una larga temporada. No era mi intención hacerlo, pero el café y este cielo nublado son malos consejeros....