viernes, febrero 10, 2006

Prisionera del paraiso

Que largo ha sido el dia. Hoy he vuelto a casa. El ambiente es calido y humedo con esa atmosfera salobre que siempre me recuerda a la infancia y a los periodos de felicidad entre diciembre y marzo. No imagino otro lugar donde la felicidad sea mas palpable para mi que aqui, esos meses estivales en que la gente anda ligera de ropa y ligera de corazon, la gente con menos ropa es mas facil que se entregue, que se abra a ti, que te demuestre su afecto. Cuando camino bajo la lluvia, con gente corriendo entre paraguas y abrigos de lana, veo esa cara de insatisfaccion, te dejan sola es cierto...pero a veces cansa estar sola. Cansa caminar meditando que ocurre en tu mundo interno, cansa el estar tu y tus pensamientos poblando el paisaje liquido de sueños ajenos. A veces necesitas volver a ese abrazo invisible de gente que sin hablar te lo dice todo.

Parece mi karma el estar en lugares donde todos pasan con su felicidad de turista y yo permanezco esperando hasta la proxima temporada, a ver nuevos rostros, nueva gente a la que ames sin mediar palabra. Yo soy la niña que veia la gente pasar riendo, tomando helados, tomados de la mano, que veia sus siluetas haciendo el amor al atardecer, felices en este paraiso de cielo y mar azules, de cientos de gaviotas, de arena fina tostandose al sol. Mientras yo me quedaba con esa mueca de quien espera, con los ojos en lontananza, asumiendo su destino de ser prisionera en el paraiso.

Un dia me fui, pero la vida continuó igual. A donde voy hay gente con la que trato, con la que soy feliz por breves instantes y que se que no volvere a ver, gente a la que se debo decir adios sin ninguna esperanza de volver a encontrarnos. El mundo es tan grande nadie pasa por el mismo lugar dos veces, es mejor despedirse y desear lo mejor.

Una vez conoci un peruano al que era posible amar y sin embargo el como yo, era prisionero de sus propios lios de amor a distancia. Yo me aparte, como me suelo apartar siempre de las personas que se no me daran nada y de las que no hay que esperar nada.
Sigo conociendo gente de otros lados, gente que retorna Paris, a Australia o a Argentina y me pregunto cuando sere yo quien me vaya, a hacer mi paraiso en una tierra en la que solo sea ave de paso.

Mis hermanas me preguntan como lo hago? ¿ Como hago que?--- Pues como haces para conocer ese tipo de gente. Bueno, yo jamas los busco, ellos me encuentran a mi y se van igual como vinieron, sin dramas.

Este sabado bailaba con un tipo genial, a la mitad de la noche me entere que era español, de santiago de Compòstela; no pude evitar sentirme defraudada, siempre me pasaba lo mismo: cada tipo que conozco es de otra tierra, esta aqui de paso.
Este fin de semana estoy aqui, porque existia la remota posibilidad de verlo...Pero la playa es tan grande, hay tanta gente y mi karma es tan malo que a cada persona que veo por primera vez, es tambien la ultima. Sigo atrapada en el paraiso esperando el momento de que mis alas crezcan y poder echar a volar...Y es que hay cosas que se aman mas cuando las tienes lejos.

2 comentarios:

NAUFRAGATOR dijo...

que cosa extrañas tiene la vida,siempre rodeado de personas y estar solo.a veces tenemos las cosas tan cerca que no podemos verlas.MI NIÑA ME PIDE COSAS ,QUE NO SE LAS PUEDO,DAR , ME PIDE EL CIELOS, LAS ESTRELLAS , LAS BRIOSAS OLAS DEL MAR,,,,, ES QUE PEDIR IMPOSIBLES ES SU MODO DE JUGAR.

Anónimo dijo...

tal vez no te has dado cuenta que tu también estás de paso por muchas vidas, o quizás permaneces en un lugar donde ya no deberías estar, o tal vez es simple coincidencia y nada mas

Otoño en Lima

Es lo primero que escribo luego de una larga temporada. No era mi intención hacerlo, pero el café y este cielo nublado son malos consejeros....