lunes, febrero 13, 2006

retrato


Me gusta estar en casa de vuelta, ver a mis hermanas con sombreros de paja y pañoletas del color de sus vestidos, a los niños llevando sus jueguetes en la mano, a mi padre gritando para que nos demos prisa. Me gusta el cielo azul y el mar verde. Ver espejismos en la orilla de la playa, las perezozas coloridas, la gente haciendo parrilladas al atardecer. Me gusta el olor a bloqueador de coco saturando la brisa marina y dormir bajo la sombra.

Un dia los niños volveran a su pais, a la metropoli, a Santiago contaminado y moderno, volveran a sus clases de arte y de lenguaje, a pasar las temporadas en una casa chica y a tener miedo a salir porque hay gente que los puede dañar, perros que los pueden atacar y frio que los puede enfermar. Volveran a su padre, a comer con cubiertos, a hablar moderadamente en publico y a no hacer ruido. Se iran de esta casa de salvajes que son felices comiendo al aire libre y tomando helados al anochecer. De esta casa en donde todos gritan y cantan en voz alta, donde se come tres veces al dia sin temor a engordar. Pronto los niños se iran y esta casa se quedara triste.

Cuando vuelvan probablemente no contaran que su abuelo les compraba pistolas de agua y llenaba globos en Carnavales para que mojen a la gente desde el auto, que conducia lento cerca de la gente para que los niños pudieron mojar " a las viejas y recordarles que seguian vivas". Seguro olvidaran que aqui se dice " no llores, solo golpea mas fuerte", que aqui no se compra fruta en el supermercado, se la saca del arbol.

Llegaran y les diran que " estan negros" porque el verano ha sido largo y ellos lo han pasado del dia a la noche jugando en la arena y bañandose en el mar, aprendiendo a nadar, igual que nosotras cuando eramos niñas. Les contaran a sus abuelos chilenos que un dia se metio un raton en casa y hubo una caceria que incluyo arco y flecha y la piromania de mi padre. Que mientras mi madre se encerro en el comedor de ventanales enormes de vidrio, las hijas se destornillaban de risa en el piso, por la caceria de un simple roedor.

Mi hermana volvera al pais de su esposo y olvidara sus nados por la tarde paralelos a la costa. Olvidara que aqui su niño aprendio a zambullirse y a no temer al mar aunque le llegara la cuello. Que su pequeña se quitaba el traje de baño en publico y rompia a correr hasta el auto. Olvidara que aqui se habla sin remilgos y si con lisura jocosa. Olvidara las charlas hasta el amanecer con las ventanas abiertas, mientras sus hijos dormian. Preferira omitir que aqui se llama a todos por sobrenombre y que mis padres estan en quiebra. Olvidara que se puede ser feliz en este sitio olvidado del mundo, en este pais sin futuro, en este nido de salvajes que no progresaran nunca porque eligen a los gobernantes que merecen. Volvera a la civilizacion y olvidara que aqui se es feliz faltandonos todo, mientras se puede reir ocultando las lagrimas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

NO HAY MEJOR MUSICA QUE UN CORO DE NIÑOS GRITANDO,CORRIENDO Y FELICES.

Anónimo dijo...

esa libertad no se olvida nunca

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