Esa mañana me di cuenta que algo en mi había cambiado. Sin darme cuenta había empezado a tolerarlo, a entender algunas cosas que me decía, a reirme ante lo que antes me parecía solo ofensa.
Ese era un mal camino, porque sabia que al empezar a tolerarlo habia abierto esa puerta cerrada con mil candados, por donde igual entraba la felicidad que el dolor. Habia empezado por tolerarlo y corria el riesgo de poco a poco empezar a extrañarlo.
En la oquedad de esa mañana, me quede cavilando para mis adentros si no habia hecho mal en tolerar que dragones entraran a mi universo, si esa llama en su boca, que iluminaba todo, no lo terminaria finalmente quemando.
Al acostarme me di cuenta que ya lo extrañaba. Todo estaba perdido.
4 comentarios:
A mi viejo cuando lo voy a visitar le digo lo mismo con preocupación "estás perdiendo la ilusión"
No te rindas, al menos aún no.
Cuando dejas que algo te calese llega al hastío.&&&&&&&&&&
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no regales las alas,en mi balsa en medio del sahara.solo podre desencallar con ellas.
Son puntos de vista...
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