martes, mayo 30, 2006

Gente




Entre tanta gente pasando a diario por mi calle, fisgones por la ventana, los que intentan forzar mi puerta, los que vigilan día y noche, los que mandan cartas anónimas por debajo de la puerta, los que dejan regalos en el árbol del jardín. Entre toda esa gente desconocida, yo sigo sola. Mirando por las ventanas luminosas de gente que yo tampoco conozco y que no me atrevo a saludar por la calle. Gente que camina sonriente y otra con trajes sicodélicos. Gente con lenguaje raro y de puntos suspensivos, con un idioma secreto que a mi me hace nudos el cerebro poder comprender. Gente, en fin, a la que ignoro totalmente y de la que veo solo lo que desee mostrarme, sin forzar la llave de su cerradura, solo esperando afuera, que un día a mi también me permitan entrar.

Gente, multitud de gente, pasando por mi lado, que no vuelvo a ver. Gente que ya ha pasado y quienes a veces extraño y coloco sus retratos sin ojos en mi pared desnuda. Gente con sus hogares de cortinas abiertas, para que yo observe su diario vivir y me detenga a verlos alguna vez.

Y paseo por el vecindario blogger a plena madrugada y veo esas reuniones animadas, círculos de amigos, fiestas de gente hablando a voz en cuello. Discusiones de política, discusiones sobre poesía. Gente que muestra sus fotos, sus pinturas, su arte de lápiz y papel. Aquellos que intentan despertarme con su música estridente, con sus películas extrañas. Y yo paseo de madrugada y nadie logra convencerme para quedarme mas que solo un momento al pie de su ventana. Porque no me interesa forzar mas puertas, si yo tampoco abro la mía.

Y contemplo a mis amigos, silentes como yo, deambulando como fantasmas en esas madrugadas de insomne, con canciones envolviendo sus pasos. Con su universo luminoso oculto en ese corazón del que creo ser huésped algunas veces. Pienso en los pocos que son , pero son, por un breve instante siguen siendo. Aquel que dijo que escribiría un post para mí si yo moría antes que él; ese otro que me incluyó en su lista de invitados al velorio; esos que me han tendido la mano sin pedirme nada a cambio. Esos de los que guardo la seguridad de su presencia dentro mío. Porque no me abrieron la puerta, solo salieron a la vereda y siguieron caminando conmigo, para que ya no tenga miedo en esas madrugadas de desolación. Para que ya no tema ser solo yo, sin personajes de por medio, sin una casa a donde quieren entrar todos, solo yo y mi pantalla luminosa en medio del corazón.

Y la madrugada se enciende de luces de colores y yo me siento en la vereda, donde ha dejado de pasar gente y brindo con mi taza de café en la mano por aquellos que aun no se han ido y a los que no deseo dejar ir.
***Oleo: Gente del desierto

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Y como espectros solitarios provocando el diálogo con monólogos sin sentido, pululando por los endormidos sueños de la despierta ilusión, para al final caer rendidos, aún más solos, más cansados, más dormidos, quedando a nuestro lado simplemente la sombra por toda compañía.

Muy buena y real reflexión la tuya. Besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Me he quedado impactada, Laura, por ese recorrido tuyo por tantos rostros, y por la madrugada. Me has hecho sentir al mismo tiempo compañía y soledad, y más compañía.Puedes contar para siempre con la mía. Un abrazo.

DINOBAT dijo...

La gente si está se siente, cuando no están se extrañan, o simplemente somos seres vivientes?...

Natalio Costurero dijo...

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me quedo con tu vereda, tu cafe y tu desolación
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junio dijo...

ja ja ja... que increíble

Stalmat dijo...

{without words}

Unknown dijo...
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reds dijo...

solo saludos,

klimt dijo...

yo gozo mucho de ver gente,
como diria Mafalda: "pareciera que nadie tiene la culpa de nada..."
Muchas veces queremos que la gente se abra, pero nosotros no damos el primer paso. La vida transcurre mientras tanto, no se detiene.
Hoy dia, esta tecnologia nos permite ver y conocer mas. De pronto hay mas opciones para conocer y dejar que nos conozcan.
Yo me atreveria a decir que tu y yo de alguna forma ya nos conocemos...

José Antonio Galloso dijo...

Hermosa estampa, cargada de poesía, soledad y contemplación.

Siempre satisfecho de parar por tu calle y snetir el olor de tu café.

José Antonio

novivo dijo...

La noche es el mejor momento para encontrarnos con nosotros mismos y ahora con esta nueva tecnología podemos conocer e interactuar con gente que no conocemos.

Me gustó mucho tu texto

saludos

Dragón del 96 dijo...

No sé si llorar o que...? Pero para no perder la costumbre haré uno de mis sesudos comentarios como los de antaño. “Pared desnuda con retratos sin ojos...” Eso si me da miedo. “Invitaciones a velorio”, había escuchado de citas locas, pero esto es absurdo y finalmente “escribirte un post si te mueres primero”, definitivamente la huellas que dejas en nosotros es más que un solo recuerdo... pero que si nos morimos todos a la vez???

Fuera de bromas, la forma como presentas el universo en el párrafo 4 es excelente. Cuando veo tus comments en paginas que compartimos te imagino como un fantasma llegando antes que yo, sin hacer ruido entras, cumples y sales. Ok, cumplir no es termino mas adecuado, pero me dejo entender.

Te leo.

Qymera dijo...

Bellisimo texto amiga, siempre es una fasinación poder leerte. ¿Es la vida un túnel en donde cada cierta distancia clarean sus muros y podemos ver a los demás en sus propios túneles mirándonos a nosotros también?

Ce pequeño dijo...

Es extraño mi Laura, en la calle donde vivo no pasa tanta gente, hay un silencio que arrulla, y lo bueno, lo verdaderamente bueno, es ver de pronto a alguien que pasa sin pasar, que se queda.

Como tú, que me haces la vida más llevadera con tu café y tus historias.

Y esa charlas tan ricas.

Como siempre, te dejo un beso con la esperanza de que se quede como tú.

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