Vivir en libertad no es un enojo, pero a veces jode.
Ayer desperté con una pesadilla de asfixia, después de muchos años. Recuerdo que la última vez con una pesadilla de ese estilo fue a los 8 años, por una hemorragia nasal mientras dormía. Esta vez no hubo ninguna hemorragia, solo fue que no podía respirar, el sueño no tiene nada de espectacular, solo recuerdo la sensación de ahogo y despertar con mucha angustia y un llanto que no llegaba a despabilarse totalmente.
Entonces pensé en él y en lo agradable que era compartir la pequeña cama. Porque ya no está cuando lo necesito?
Después del incidente asfíctico, dormí un poco mas. Me levanté a darme una larga ducha para poder empezar bien el día y mientras enjabonaba mis tobillos y restregaba mis pantorrillas, levanté la cabeza y ¡plum! Algo sonó en mi cráneo. Acaba de chocar mi cabeza contra los grifos y sentía mi hueso occipital incrustado por una manija de metal.
Me tomé de la cabeza y esperé que no sangrara, pues tendrían que raparme el pelo para suturarme y no quería imaginarme como la versión morena de Sydney O´Connor.
De pronto, pasé a extrañarlo. No por su buen papel enjabonando mis piernas. No porque él tuviera una puta idea de cómo suturar el cuero cabelludo de alguien, sino porque pensé que si el golpe hubiera sido un poco mas fuerte, tal vez habría perdido el sentido en la ducha y cuando despertara horas después, iba a estar mas arrugada que una lechuga y mas endeble que un ratón.
De pronto pensé que no sería gracioso morir sola en una ducha. Que no sería gracioso simplemente morir.
El resto de la mañana me la pasaría escribiendo e intentando leer un poco. El único lugar agradable de la casa, pasó entonces a ser mi cama con sus lindas sábanas de color mantequilla y las almohadas coloridas en el espaldar. Me di cuenta entonces que mi habitación de verdad olía bien como me lo dijo él, pues eran fragancias de mango en el ropero y de esencias diversas junto al cobertor, por las velas de colores que dejo junto a la cama. La mayoría de frascos de loción estaban abiertos y yo podía disfrutar el paso del sol por la ventana a las 2 de la tarde iluminando todo el desorden de zapatos y ropa revuelta. Mi pequeño rincón olía deliciosamente aunque ya no hubiera nadie para compartir eso conmigo.
Entonces por tercera vez en el día lo extrañé un poco más. Extrañé pararme en la esquina entre el ropero y la pared y esperar que el rayo de luz perfecto diera en mis hombros y mi cabello y el hiciera el clic exacto que recordara mi rostro para los próximos años. Posar para él, sonreír a contraluz. Callar con el sol entre los labios.
La tarde prosiguió sin mas melancolías que el maullido del gato del cuidante a lo lejos y la música filtrándose desde el restaurante vecino. Al llegar la noche, no había salido a ninguna parte, pero había escrito como enajenada, tratando de no parecer triste. La verdad solo estaba algo melancólica, pero no era por él, ni por mi. Ni por las fotografías que no tomamos de ese tiempo juntos. Fue porque por un día en mi vida, me di cuenta que ya no era tan gracioso, vivir sola, estar libre, dormir sin compañía. Que vivir en completa libertad a veces JODE.
Por suerte cuando llegó la noche, todos mis sueños se alinearon detrás de mis ojos y pude volver a sentirme acompañada con los personajes que mi imaginación ha ido creando desde que era niña y temía despertar sin nadie. Entonces todos los duendes que duermen entre los frascos de perfume pusieron su dedito sobre los labios y esperaron a que esta vez ninguna pesadilla me asfixiara mientras dormía.
Ayer desperté con una pesadilla de asfixia, después de muchos años. Recuerdo que la última vez con una pesadilla de ese estilo fue a los 8 años, por una hemorragia nasal mientras dormía. Esta vez no hubo ninguna hemorragia, solo fue que no podía respirar, el sueño no tiene nada de espectacular, solo recuerdo la sensación de ahogo y despertar con mucha angustia y un llanto que no llegaba a despabilarse totalmente.
Entonces pensé en él y en lo agradable que era compartir la pequeña cama. Porque ya no está cuando lo necesito?
Después del incidente asfíctico, dormí un poco mas. Me levanté a darme una larga ducha para poder empezar bien el día y mientras enjabonaba mis tobillos y restregaba mis pantorrillas, levanté la cabeza y ¡plum! Algo sonó en mi cráneo. Acaba de chocar mi cabeza contra los grifos y sentía mi hueso occipital incrustado por una manija de metal.
Me tomé de la cabeza y esperé que no sangrara, pues tendrían que raparme el pelo para suturarme y no quería imaginarme como la versión morena de Sydney O´Connor.
De pronto, pasé a extrañarlo. No por su buen papel enjabonando mis piernas. No porque él tuviera una puta idea de cómo suturar el cuero cabelludo de alguien, sino porque pensé que si el golpe hubiera sido un poco mas fuerte, tal vez habría perdido el sentido en la ducha y cuando despertara horas después, iba a estar mas arrugada que una lechuga y mas endeble que un ratón.
De pronto pensé que no sería gracioso morir sola en una ducha. Que no sería gracioso simplemente morir.
El resto de la mañana me la pasaría escribiendo e intentando leer un poco. El único lugar agradable de la casa, pasó entonces a ser mi cama con sus lindas sábanas de color mantequilla y las almohadas coloridas en el espaldar. Me di cuenta entonces que mi habitación de verdad olía bien como me lo dijo él, pues eran fragancias de mango en el ropero y de esencias diversas junto al cobertor, por las velas de colores que dejo junto a la cama. La mayoría de frascos de loción estaban abiertos y yo podía disfrutar el paso del sol por la ventana a las 2 de la tarde iluminando todo el desorden de zapatos y ropa revuelta. Mi pequeño rincón olía deliciosamente aunque ya no hubiera nadie para compartir eso conmigo.
Entonces por tercera vez en el día lo extrañé un poco más. Extrañé pararme en la esquina entre el ropero y la pared y esperar que el rayo de luz perfecto diera en mis hombros y mi cabello y el hiciera el clic exacto que recordara mi rostro para los próximos años. Posar para él, sonreír a contraluz. Callar con el sol entre los labios.
La tarde prosiguió sin mas melancolías que el maullido del gato del cuidante a lo lejos y la música filtrándose desde el restaurante vecino. Al llegar la noche, no había salido a ninguna parte, pero había escrito como enajenada, tratando de no parecer triste. La verdad solo estaba algo melancólica, pero no era por él, ni por mi. Ni por las fotografías que no tomamos de ese tiempo juntos. Fue porque por un día en mi vida, me di cuenta que ya no era tan gracioso, vivir sola, estar libre, dormir sin compañía. Que vivir en completa libertad a veces JODE.
Por suerte cuando llegó la noche, todos mis sueños se alinearon detrás de mis ojos y pude volver a sentirme acompañada con los personajes que mi imaginación ha ido creando desde que era niña y temía despertar sin nadie. Entonces todos los duendes que duermen entre los frascos de perfume pusieron su dedito sobre los labios y esperaron a que esta vez ninguna pesadilla me asfixiara mientras dormía.
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Dan Griggs/"Dulces Sueños"
12 comentarios:
Siempre de lejos o de cerca habrá alguién pensando en tí, no lo olvides. Y cuandolas sábanas esten frías, siempre ten a la mano tus frascos de perfumes, todos los duendecillos traviesos te harán compañía. Buen fin de semana.
Enrique
Enrique, como puedes decir que no eres bueno? Si escribes así?
Un buen fin de semana para tí tambien.
que decir?
si toda palabra sobra a esas bellas caricias que son las tuyas,
todo alago es poco para lo que se siente al al leerte.....
cariñoz como siempre, y gracias por las bellas palabras dedicadas a mi triztesa..
abril.
No pensar en ti es imposible, Laura, una vez que se te conoce.
En el fondo, eres como una bruja, que lanza hechizos a los que te rodean. Cambias a todos los que conoces, y creo que para bien.
Si, estar solo fastidia... y mucho. Eso ya lo se. Yo llevo asi toda mi vida. Y para una mujer encantadora que conozco, vive a 10000 kilometros. A veces el mundo es un lugar muy ironico.
Asi que, no estas sola Laura... recuerda que tienes amigos en muchos sitios.
Ya sabes "cuando sea, donde sea".
Un saludo de Edem
Que lindo Edem,
pero no digas esas cosas. Yo no cambio a nadie. solo espero que cada quien encuentre su camino y me cuente de vez en cuando que es lo que ve en él, aunque no sepa bien a donde va.
Yo soñaba con maremotos y demás desastres naturales.
Ahora que soy adulto ya no sueño dormido, sólo despierto.
Paz
A veces sueño tanto que hasta converso conmigo mismo.
Y aparecen todos al mismo tiempo
Sueños de Akira Kurosawa...
Nos estamos leyendo.
Hola Laura, devuelvo tu visita de hace tiempo a mi ventana. Es curioso como l anostalgía noshace echar en falta a las personas, a veces creemos que es por ellas, que es a ellas...y no nos damos cuenta que solo echamos en falta la compañía de alguien. Es dificil distinguir...
Un abrazo fuerte...me encanto leerte.
Es verdad, ahora todo se ve mejor, pero sobre todo esas letras están muy bien, voy a dar una vuelta por esos cuentos que decías.
Y disculpa si no opino, pero no me sale bien opinar sobre la melancolía ajena. Tal vez podría decir que leas "Remedio para Melancólicos" de Ray Bradbury, un lindo libro como todos los suyos. Un saludo.
Mi vida fuera del sueño se podría resumir en "echar de menos". ¡A ver si amar también va a ser un sueño!.
Dormir solo, teniendo o no teniendo a alguien, cuando ves que todo se compenetra, cuando el aire que respiramos es tan abundante que queremos compartirlo con alguien, …………. Cuando veo por mi ventana de domingo muchas parejas que salen a pasear, si jode…… : (
ah la soledad, la mejor manera de extrañar la compañia.
saludos, ya te puse un enlace en mi blog.
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