Es fácil destruirlo todo, negarse, patear el tablero. Irse. Es tan fácil, siempre lo ha sido.
Lo difícil es construir a partir de la nada. Lo peor es reconstruir a partir de deshechos.
Volver a armarlo todo desde el inicio, con paciencia de ajedrecista y esperar que resulte. Lo peor es alinear las fichas y esperar que esta vez no se caigan. Que esta vez sea diferente, haber adivinado el detalle que hace frágil a la torre y reforzarlo para que no se desplome.
Fácil es darse por vencido, pensar que no hay oportunidad. Lo difícil es vivir con esperanza, creyendo que aun puede darse lo inesperado. Lo realmente difícil es cerrar los ojos a lo obvio y dar el primer paso, esperando surjan alas a mitad de la caída.
El amor es cruel con nosotros, lo verdaderamente difícil es olvidar ese detalle y caer confiado en sus brazos.
4 comentarios:
Oye, ¿y ese sería tu consejo para quien le hubiesen dicho "yo en cambio no siento nada por tí"? ¿persistir?
no pues...hablo de los vuelos, no de las caídas..¿ y quien habló de persistir con la misma persona ?
con la misma persona o con cualquier otra es lo mismo para mí. solo cuando no me involucro logro emparejarme, pero es justo solamente eso, intrascendente
los verdaderos ganadores, empiezan a triunfar donde los los perdedores se dan por vencidos.
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