viernes, abril 07, 2006

Mis No Quince



- te casarias con una gran boda?- me pregunta mi hermana antes de irse.
- Creo que si, al menos en mi primer matrimonio...es bueno tener recuerdos- contesto entre broma y en serio.

Cuando cumpli 15 años me dieron las 3 elecciones propias de mi familia para las hijas que llegaban a la edad de las señoritas: Fiesta, Viaje o artefacto.

Yo iba a elegir el viaje, pero al final pudo mas mi gusto por la musica y pedi un stereo propio, que pocos años despues ya era obsoleto. Decline al viaje porque no queria ir por alli con mis padres ( me avergonzaba parecer niña) y definitivamente no iba a elegir fiesta por varias razones: No tendria a quien invitar, jamas se daria como yo imaginaba ( mis padres son demasiado simplistas como para imaginar una fiesta de disfraces inspirada en los años 50) y por encima de todo odiaba el color rosado sobre mi tez morena.

Mis experiencias con las fiestas de 15 años se reducian a la unica a la que fui cuando aun tenia 14 años y no conocia la exixtencia del lápiz labial. Recuerdo que la invitación impresa era de lo mas pomposa y aunque casi no conocia a quien me invitaba, la peticion de que yo asistiera obedecia a asuntos familiares, politicos y sociales entre ambas familias. Mis amigas me envidiaban pues seria la primera en ir a un " quinceañero" y encima de una de las chicas mas populares y lindas del colegio.



Los preparativos iniciaron con la compra de una tela verde sobre la cual diseñaria mi vestido. Como desde ese tiempo ya odiaba a las costureras y su mal gusto, fui yo misma la encargada de diseñarlo segun las revistas de moda de la época y los programas de television que veia. El diseño era sencillo, pegado y en minifalda con escote recto y con mangas de gasa estampada de colores contrastantes ( para aquellos años asi se vestia la gente sexy en las peliculas).


Como despues de dos semanas de intenso entrenamiento aun no podia manipular los zapatos de tacon, iria con zapatos bajos y Oh! maravilla usaria por primera vez medias Nylon que resultaron mas dificiles de colocar de lo que yo crei.(Rompi tres pares de medias antes de descubrir que se tenian que poner con guantes de latex para no dañar el microtejido)

El gran dia, yo estaba maquillada por primera vez con colores tenues sobre los labios y los ojos y un peinado batido en unos rulos aun incipientes que apenas si me llegaban a los hombros.

Al llegar al salón de baile, saludé a los padres de la susodicha, a quienes habia tratado mas por las reuniones familiares en mi casa que a la misma quinceañera. No conocía a nadie, todos eran adolescentes de diferentes colegios con quienes no tenia nada de que hablar, adolescentes que median su valor en los meses que te llevaban demas; pero lo mas traumante de todo fue salir al jardin en donde se dispersaban varias mesas en torno a una fuente de agua y un columpio de flores y darme cuenta que era lo unica con ese tipo de vestido "contemporaneo".


Igual que en las series de television todos voltearon a mirar a la nueva chica en la fiesta. Yo era la aceituna en el pastel de fresas...Todas las demás llevaban el mismo diseño de vestido con corsé satinado y faldas amplias tornasoladas, en todos los colores existentes. Todas tenian extraños peinados que aun olian a laca en cantindades toxicas, todas con esa fragancia Pour Le Bain citrico. Todas con zapatos altos que manipulaban con dificultad y las hacia ver altas e imponentes.
En la adolescencia ser diferente dentro de un rebaño solo da dolores de cabeza y yo en ese momento hubiera querido volver a casa a leer las aventuras de Edmond Dantés en Marsella.


La ceremonia ocurrió normalmente, con rituales extraños para mi, como el cambio de zapatos bajos a zapatos rosa de tacón por el padre de la quinceañera, o subirse al columpio de flores y que sea empujada por el paje. Mientras, yo me intoxicaba con el olor a humo de frambuesa que salia por todos los rincones del enorme jardin y trataba de convertir el ambiente en una especie de algodon azucarado con personajes sonrientes.
Fue la primera vez que quise beber y perder la conciencia de lo sola que me sentia.

Pero no estaba sola. Desafortunadamente estaba la chica con la que competía por el primer puesto de mi año escolar. A ella si la habian asesorado bien sus padres y tenia el mismo vestido de pavo real que las demás niñas, incluso ya conocia a muchas de ellas por la interferencia metiche de su madre en todas las reuniones del club y; para salvarse de alguna posible vergüenza por no tenre con quien bailar habia ido con chaperón simpático ( podria jurar que su madre le pagó por acompañar a su hija). Ella se divertia bebiendo compulsivamente los cocteles de colores que a mi me daban asco por lo dulces que los habian preparado.

Solo bailé con un tipo durante la noche y fue con un chico que a las finales era primo mio y tenia la pinta de "siempre estuve enamorado de ti, ojala pongan una de Montaner pronto!".


A la menor oportunidad hui de alli, completamente desolada, mi primera fiesta de adolescente en sociedad no habia sido como yo imaginaba. Habia sido ignorada justo cuando mas queria ser vista y fui observada por todos el momento en que solo hubiera querido desaparecer.

Para la medianoche mi cabello se habia esponjado como la melena de un leon, a falta de la laca que mi padre prohibió usar, pues decia que dañaba la capa de ozono ( por suerte me permitio usar desodorante!)
Me fui de alli sin despedirme de nadie y a la salida estaban los tipicos pastrulos de todo colegio privado, esos que abandonan el colegio en tercer año para fumarse la quimica en las calles y que viven el resto de sus vidas a costa de su familia. Esos seres despreciables a los ojos de mis padres, fueron los unicos que alabaron mi vestido mini y que me pidieron mi telefono a gritos cuando salia de alli.

Mi autoestima subió en un santiamén, aunque aun les tenia miedo a esos tipos con ropas negras y cinturones de puas ( Probablemnete tambien estaban drogados y por eso me llamaron)
Desgraciadamente mis padres llegaron antes y me subieron al vuelo al auto, para que no intimara con ese tipo de escoria.


Jamas volvi a asistir a una fiesta de esas, guardé todas las invitaciones en mi cajón pues sabia que siempre desencajaria en eso tipo de eventos sociales en donde todos lucen iguales. Aun recuerdo con nostalgia esa fiesta y pienso que despues de todo hubiera sido interesante bajar las escaleras con un vestido rosa y ser aplaudida durante el cambio a zapatos de tacón.

Creo que por eso me casaré con una gran ceremonia. No por que piense que eso me garantizara un futuro socialmente idóneo, sino por esos recuerdos que hacen falta en el álbum de fotos cuando vas creciendo; por esos sueños que no se cristalizaron, por el simple hecho de vivir siempre planeando las cosas perfectas con el minimo detalle y renunciar a ellas por sentir nuevamente ese temor al fracaso publico que mas que en el corazón duele siempre en los bolsillos.


Mi primera boda sera fastuosa y me embriagaré para bailar a gusto...la segunda será descalza y en una playa vacia...la tercera bajo una cascada y completamente desnuda...

( Mejor lo anoto, porque como voy en la vida solo quiero convivir con alguien sin compromisos y compartir pizza y cerveza mientras vemos " About a Boy" en DVD)

5 comentarios:

Ursula dijo...

Yo tampoco tuve fiesta de quince años, tampoco me hacía gracia la idea de bajar por las escaleras con mi vestidito. Es más, siempre pensé que mi matrimonio no iba a ser de los tradicionales... pero encontré un novio muy tradicional y sí lo fue, je je. Pero al menos no me puse velo, esa fue la única de mis promesas que cumplí, lo demás si fue el típico matrimonio de vestido blanco,iglesia, champagne,torta y recepción. Pero no me arrepiento para nada, realmente mi matrimonio fue hermoso...
Besos

Dragón del 96 dijo...

Me invitas a tu tercera boda? ya compré mi ropa de baño.

Laura Martillo dijo...

Pues si quieres te vistes de iguana, pero nada de regalos tontos, eh?

Athos dijo...

A veces estamos solos con los recuerdo, a veces con la escoria.

Sí, me gustó esa parte de los fumones a la salida.

Linda lectura, transparente y clara como agua :)

Marea dijo...

Quinceañeros, que asco, yo me fui a Tacna con mis viejos y me compraron chuchería y media, recuerdo mis calaveras de plástico y ropa de deporte. La verdad asistí a varios y me divertí.

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